'Diomedes fue un man feliz'

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Fallece el exsenador Gómez Gallo Ocho meses después de salir en libertad, tras una condena de nueve años por parapolítica impuesta por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, el exsenador tolimense Luis Humberto Gómez Gallo falleció ayer en Ibagué. Un infarto fulminante lo sorprendió mientras disputaba un partido de squash con el secretario administrativo de la Alcaldía de Ibagué, José Adrián Monroy Tafur, en

el club campestre de esa ciudad. Sin signos vitales, hacia las 6 de la tarde, fue trasladado de urgencia a la clínica Los Nogales, donde no respondió a las maniobras de reanimación pulmonar que le hizo el cuerpo médico. La velación de Gallo, de 51 años, se cumplirá en el Centro de Convenciones de Ibagué. El excongresista Humberto Gómez Gallo. / Archivo

Temadeldía

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Dice amigo de ‘El Cacique’ de la Junta

‘Diomedes fue un man feliz’ ¶ Óscar Fabián Calderón, exmánager de Rafael Santos, asegura que el cantante vallenato fue “un tipo de éxitos”. ¿Cuál es la anécdota que más recuerda? JESÚS DAVID OTERO ÓSCAR GÜESGUÁN SERPA oguesguan@elespectador.com @oscarguesguan

Óscar Fabián Calderón fue mánager de Rafael Santos —hijo de Diomedes Díaz— y amigo cercano de la familia del Cacique de la Junta. Asegura que el talento del cantautor vallenato era algo innato, “un don de Dios”, y que no tenía seguidores sino fanáticos que se hacían matar por su música. Curiosidades y anécdotario de un “man feliz”. ¿Qué les deja Diomedes a los demás cantautores vallenatos?

Sin duda, es escuela para todas las generaciones que lo precedieron. Si usted mira a las siguientes generaciones de artistas del género, tienen algo de Diomedes en su canto, en sus expresiones, porque él tuvo una vida artística muy regular: desde su primer álbum, en el que grabó El chanchullito con Nafer Durán, hasta el último, fue un tipo de éxitos. Otros aparecen, tienen un boom y desaparecen. Diomedes no. Desde el primer álbum que grabó hasta el último fue un éxito y tuvo ventas millonarias. Sin duda es el artista colombiano que más discos ha vendido en Colombia. ¿Dónde lo conoció?

En Valledupar. Al frente de mi casa vivía una tía de Diomedes y él era novio de una prima hermana. Mi mamá le regalaba a Diomedes jengibre para que chupara para cuidarse la garganta. Fui mánager de Rafael Santos, hijo de Diomedes, durante tres años. ¿En qué se basó Diomedes para crear su particular estilo?

Eso es innato. Creo que es un don de Dios. Porque desde su niñez se pajareaba para espantar a las aves que llegaban a comerse el arroz. Él con una lata y un palo los espantaba y cuando se aburría empezaba a cantar. En el vallenato empezaron Jorge Oñate con los hermanos López y Poncho Zuleta. En esa época era guacharaquero de Oñate y Diomedes era su utilero, pero él ya cantaba. Cuando Oñate lo sacaba a cantar pasaba algo muy particular: la gente se aglomeraba para verlo. Siempre tuvo un imán, o un ángel, como lo llama uno en este negocio. A donde Diomedes llegaba había una energía rara, muy particular.

Una vez fuimos a Puerto Ordaz, Venezuela. Yo iba con Rafael Santos, que iba a tocar con el mismo grupo del papá, y lo esperamos en la frontera, en Maracaibo, pero él no llegó. Nos regresamos a Valledupar y al otro día nos fuimos de nuevo a Maracaibo. El vuelo que nos iba llevar a Puerto Ordaz salía a las 3 p.m. y Diomedes llegó a las 5 p.m., es decir, el vuelo nos dejó por esperarlo. El empresario que nos había contratado hizo lo imposible y terminamos llegando allá a las 3 a.m. El tipo estaba que mataba a Diomedes. Le dije a Rafael que le avisáramos a su papá que no llegara porque el empresario estaba de muy mal genio. Hacían hasta disparos al aire. Cuando llegó la camioneta en la que venía Diomedes, él se bajó y dijo: “Mi querido empresario, aquí está su artista”. El man vino y lo abrazó y se le acabó la furia. No conforme con ello, Diomedes le dijo, a las 3 a.m., que necesitaba un odontólogo porque se le había caído el puente. La presentación arrancó a las 6 a.m. Tenía un don particular para manejar todas esas situaciones. ¿Qué significaba para Diomedes la fama?

Él siempre fue el mismo tipo: muy humilde, muy desprendido de todo, incluso de sus bienes. Era, como dicen hoy los pelados, bipolar. Un día te reclamaba $2.000 y al otro te regalaba un millón. Para él la gente era todo. Mire que, incluso como estaba, el viernes fue su último concierto. Su motor eran las personas. A su casa en Valledupar llegaba la gente, como si eso fuera una fundación, a pedirle para los servicios o medicamentos. Una vez veníamos de un concierto en Espinal y me pidió que le dijera a su mánager, José Zequeda, que le consiguiera $20 millones. Lo llamé y se los pedí. Fui a recogerlos. Cuando llegué al hotel me preguntó: “¿Usted es casado?”. Le respondí que sí y me dio un fajo para que se lo llevara a mi esposa. Los repartió con otras personas que estaban ahí y me dijo: “Listo. Se acabó la plata. ¿Sí ve? La plata no es nada. Entonces no peleemos por eso”. Siempre fue muy generoso. En las invitaciones a su casa fue el mejor anfitrión. Cuando invitaba a alguien a su casa había que llevar a disposición el hígado fino para tomar y el estómago propio para comer. ¿Cómo fueron las distintas etapas con los distintos acordeoneros de Diomedes Díaz y

Óscar Fabián Calderón, locutor y periodista, habla de ‘El Cacique’ de la Junta. / Luis Ángel- El Espectador con cuál tuvo su momento cumbre?

Son épocas. Cada uno le aportó mucho. Como decía en su canción Mi vida musical, de cada uno aprendió mucho y recibió su aporte. Por cifras, la cumbre de Diomedes fue con Juancho Rois, en su segunda unión, cuando hicieron el álbum Título de amor, que tuvo unos picos impresionantes en ventas, superando las 700.000 unidades. El Cocha Molina también tuvo su aporte. Él llegó muy joven a la vida de Diomedes. Iván Zuleta fue otro que hizo su carrera

musical y se destacó mucho con Diomedes, particularmente por la parte del verso y todo el repentismo que tiene este muchacho, también sobrino de los hermanos Zuleta. Y con el actual, con Alvarito López, que es familia del Debe López. Con cada uno tuvo su historia y, si uno hace el recorrido, con cada uno tuvo sus éxitos, por lo que le decía al comienzo: es uno de los artistas con una carrera más regular en todo el vallenato, desde que arrancó hasta el viernes pasado, con su último trabajo. En Valledupar, cuando había un lanza-

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