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Comentario de Actualidad Sobre el caos neoliberal José Raúl Montero

Este jueves la Bolsa de Comercio de Nueva York, conocida como Dow Jones, sufrió una de las caídas más bruscas conocidas, después de conocerse los índices de endeudamiento del ciudadano estadounidense promedio respecto de los créditos hipotecarios. El banco francés BNP Paribas reconoció que la deuda de sus clientes es tan grande, que la institución no cuenta con fondos para seguir realizando préstamos a otros clientes. Por la misma situación, el banco Home Banc, uno de los más importantes de Estados Unidos y especializado en el crédito hipotecario, se declaró ayer viernes en bancarrota. ¿Qué pasa con la potencia mundial por antonomasia? Obviamente todos nosotros pensamos inmediatamente en el enorme gasto fiscal que el gobierno de Bush ha incurrido en su famosa Guerra contra el Terrorismo, enfocándose y obsesionándose sospechosamente en Iraq. Pero creo que esto, si bien es cierto ha minado las arcas fiscales de Tío Sam, no es la causa directa de esta debacle. El origen de esta crisis financiera estadounidense es una clásica medida populista de los gobiernos de extrema derecha: la baja de los impuestos. Siendo gobernador de Texas y luego como presidente de la nación, George W. Bush prometió al crédulo pueblo estadounidense disminuir la carga tributaria con el fin -según él y/o sus asesores- de reactivar la economía y permitir la libertad de emprendimiento. Pero un análisis económico serio -y no precisamente aquellos que hace una senadora chilena de este mismo sector- permite visualizar un efecto secundario peligroso: el exceso de confianza de los consumidores. La mayoría de las personas piensan que los impuestos son caprichos de los gobernantes, tal como sucedía en la sociedad feudal, pero en los Estados modernos, estos cobros tienen la finalidad de financiar obras públicas, servicios sociales y-algo poco conocidofrenar el ímpetu consumista de cada persona. En efecto, si ponemos como ejemplo el despreciado impuesto a los combustibles en Chile,

Padres Barnabitas Provincia Chilena

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éste permite (además de financiar el mantenimiento de obras públicas) conservar un stock de combustible suficiente para cada una de las reales necesidades de la sociedad. Si se eliminase los impuestos a los combustibles, las personas no comprenderían el valor real del petróleo (lo que cuestra extraerlo, lo que cuesta traerlo y lo que cuesta distribuirlo) y consumirían rápidamente este bien, agotándolo en poco tiempo. Estados Unidos se creyó el cuento de los impuestos bajos en los créditos, y las personas comenzaron a endeudarse más allá de lo razonable (se recomienda no endeudarse más de tres veces el sueldo propio). Lo mismo suscedió en Argentina bajo la administración Menem. Claro está, todos conocemos las consecuencias de vivir en esa burbuja. Fernando de la Rúa pagó las consecuencias de ello... Ahora, los estadounidenses no cuentan con dinero para pagar sus deudas, y los bancos no tienen liquidez suficiente, o sea, no cuentan con dinero fresco en sus arcas. Por eso, la Reserva Federal (el Banco Central estadounidense) se vio obligada a inyectar dinero a los bancos privados, para evitar una crisis de proporciones. Y esto mismo ha sucedido en la Unión Europea, Japón, Australia, y todas las economías "extremadamente liberalizadas". Pienso que estos sucesos son la evidencia tangible del peligro de un sistema neoliberal puro. Los impuestos, como ciertas regulaciones, mantienen a raya la evolución del sistema económico, evitando que éste siga su curso natural hacia el desorden: es la entropía socioeconómica, una teoría que estoy postulando. Con los tratados de libre comercio deambulando por ahí, y con un sistema mundial "globalizado" (que no es más que la imposición del modelo económico de las escuelas neoconservadoras), las crisis se harán más frecuentes, esto es, se comportarán de manera fractal, o sea, aparecerán más seguido y casi de la misma forma que lo acostumbrado bajo una diversidad de sistemas económicos. A esto se suma la pasividad de la población que padecerá estos efectos indeseados de la neoliberalización de las economías. Claro está que en ningún caso propongo un sistema de tendencia estatista marxista, pero una liberalización extrema tiende al caos. Al caos entendido como sistema matemático. RR


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