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LAS DOS CARAS DE LA ENFERMEDAD DEL ALZHÉIMER
Las dos caras de la enfermedad de ALZHEIMER
Dr. J. Antonio Monge Argilés
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Coordinador de la consulta de demencias. Servicio de Neurología. Hospital General Universitario Dr. Balmis. Pertenece a la Sociedad Valenciana de Neurología.
Cuando hablamos de la enfermedad de Alzheimer a la mayoría de nosotros nos viene a la cabeza que la memoria está alterada. Sin embargo, cuando leemos la descripción que hizo el Dr. Alois Alzheimer de la primera paciente, resulta que la enfermedad se había revelado en primer lugar por ideas delirantes o delusiones.
Textualmente indica en su descripción de 1906: “Mujer de 51 años que presentó como primer síntoma llamativo ideas de celos contra su marido. Muy pronto se produjo un rápido y creciente deterioro de la memoria; ya no se encontraba a gusto en su casa, cambiaba objetos de un lado para otro, los escondía, a veces creía que la querían asesinar y empezaba a chillar”. Estos dos últimos síntomas bien pudieran deberse a la presencia de alucinaciones visuales, que junto con las ideas delirantes componen el grupo de los llamados síntomas psicóticos.
Estos síntomas aparecen a lo largo de la enfermedad en un 35-45 % de los pacientes y empeoran mucho la calidad de vida, el pronóstico cognitivo y vital. Además, son los síntomas que más distorsionan la relación con los cuidadores y precisan de medicaciones potentes que frecuentemente tienen efectos secundarios.
Por esta razón, podemos considerar que la enfermedad de Alzheimer tiene dos caras, una más amable, en la que a veces los propios pacientes son capaces de bromear
La enfermedad tiene dos caras, una más amable, en la que a veces los propios pacientes son capaces de bromear sobre sus problemas de memoria hasta bien avanzada la enfermedad, y otra más grave, en la que el paciente se ve afectado por estos síntomas psicóticos que le hacen sufrir de una forma más severa
sobre sus problemas de memoria hasta bien avanzada la enfermedad, y otra más grave, en la que el paciente se ve afectado por estos síntomas psicóticos que le hacen sufrir de una forma más severa.
Factores
Diferentes factores pueden influir en la aparición de dichos síntomas: propios del paciente, externos y neurales. Entre los primeros se apuntan razones genéticas, enfermedades agudas sobrevenidas, problemas de visión o audición, alteraciones del sueño, umbral bajo al dolor u otras que provoquen estrés al paciente. Entre los factores externos, hay que considerar la capacidad de los cuidadores para estimular sin sobrecargar, falta de actividad física o la deficiente alimentación. Por último, debemos considerar los llamados factores neurales, en donde intervienen los neurotransmisores y receptores cerebrales, que pueden ser valorados mediante diferentes técnicas como el estudio del LCR.
Desde hace más de una década, estamos investigando las proteínas en LCR de pacientes con enfermedad de Alzheimer, lo que nos permite actualmente su diagnóstico precoz de forma muy precisa. Siguiendo esta línea de investigación, y en colaboración con el laboratorio del Prof. Sáez Valero del Instituto de Neurociencias, hemos podido demostrar que en el LCR de los pacientes que desarrollaron síntomas psicóticos, se encuentran diferentes niveles de la proteína alfasinucleína, respecto a los encontrados en aquellos otros que no los presentaron durante más de 8 años. Se trata del primer trabajo que demuestra esta alteración, y abre una nueva puerta para investigaciones que permitan identificar, de la forma más precisa posible, a estos pacientes de forma temprana.
A la espera de tratamientos más eficaces de los que tenemos actualmente, la identificación de estos pacientes que van a desarrollar síntomas psicóticos tiene mucha importancia porque nos hará estar más preparados y atentos, tanto los cuidadores como los sanitarios, para reducir en lo posible las consecuencias que se derivan de los mismos.
En resumen, se vislumbra un método de diagnóstico precoz para diferenciar entre las dos caras de la enfermedad de Alzheimer, lo que sin duda reportará beneficios para los pacientes y sus cuidadores.
Víctor Pedrera Carbonell
Secretario General del Sindicato Médico de la Comunidad Valenciana CESM-CV
Según los datos publicados en la web del Ministerio de Sanidad durante los dos últimos años, los coincidentes con la pandemia Covid-19, podemos observar que se ha experimentado un incremento de la plantillas en el ámbito de la Atención Primaria, incremento que a todas luces no se ha correlacionado con el aumento de actividad y en consecuencia no ha solucionado el grave problema de la actividad demorada durante estos años, la sobrecarga diaria y la presión asistencial que vienen padeciendo especialmente los médicos de este castigado nivel asistencial.
Resulta llamativo que en Médicos de Familia y Pediatras el crecimiento en el periodo 2020-2022 haya sido de un 19.4% del total de la plantilla, es decir 7.000 profesionales más, mientras que en Enfermeros de Atención Primaria ese crecimiento ha sido mucho mayor, del 30%, lo que equivale a un incremento de 9.000 profesionales. Paradójicamente, este crecimiento desigual ha coincidido con un aumento de la actividad presencial medida en número de consultas del 50% más en Médicos de Familia y Pediatras que en enfermeros
de Atención Primaria. Para concretar, se ha crecido en 2.000 médicos menos que enfermeras a pesar de que los médicos han tenido que asumir 3.000.000 de consultas más que el colectivo de enfermería (tabla 1). En resumen, el Ministerio decide que crezca un 30% más la plantilla de aquellos profesionales que experimentan un 50% menos de aumento de actividad.
Consultas presenciales
Si nos centramos en las cifras absolutas de consultas presenciales, podemos ver, según los datos del Ministerio de Sanidad, que cada enfermero atiende al año 3.487 consultas frente a las 5.651 que atiende un Médico de Familia o Pediatra de Atención Primaria, casi el doble con los datos más recientes, los de 2022. A nadie se le escapa que la complejidad de una consulta médica es considerablemente mayor a una de enfermería, lo que debería traducirse indudablemente en el tiempo empleado en ella y lo que a su vez tendría que redundar en el número de consultas que deberían ser asumidas por uno u otro profesional. Cierto es, que algunas actividades propias de enfermería, como el caso de curas complejas, requieren más tiempo y ello ha de ser tenido en cuenta, pero la inmensa mayoría de consultas de enfermería se circunscriben a técnicas menos complejas, como determinaciones de glucemia o tomas de constantes, a registros de vacunación, extracciones de sangre, etc, consultas que requieren a todas luces menos tiempo que una consulta médica al uso.
No se ha tenido en cuenta, y de hecho es un factor distorsionador muy importante, no contemplado sistemáticamente, que en un nada despreciable número de citas con médico se suelen agregar 2, 3, y a veces más motivos de consulta en el mismo acto, es decir, en la misma cita. Es de sobra conocido, por todos los expertos en Atención Primaria lo relativamente frecuente que es encontrarse con el paciente que acude con dos o más motivos de salud a la consulta, o el que hace consultas derivadas para un familiar, para “de paso” ver los resultados de pruebas complementarias o por solicitudes burocráticas de cualquier índole propias o de terceros (certificados, partes de ambulancias, etc) agregadas a la consulta principal que motivó la cita. Esta circunstancia en las consultas de enfermería casi no se produce, y de producirse ocurre con mucha menor
en Sanidad acaban saliendo caras
frecuencia. Tener este factor en cuenta distorsionaría mucho más aún los desequilibrios en presión asistencial que padecen Médicos de Familia y Pediatras en comparación con enfermeros de Atención Primaria y explica el por qué de las demoras y presión asistencial de uno y otro colectivo.
Demanda de servicios
Pretender derivar funciones propias y exclusivas del médico no es ético, no es legal y no va a solucionar el grave problema de la saturación de las consultas
Las mal llamadas “teleconsultas”, ya que deberían llamarse teléfono- consultas, y que el Ministerio de Sanidad ha cifrado en 127 millones en el año 2022 en su informe, son prácticamente exclusivas del personal médico, solo en un pequeño porcentaje, y para problemas no complejos o de índole estrictamente burocrática, son derivadas a personal de enfermería. Sumar ese contingente de actividad en la cuantía cifrada por el Ministerio a la actividad del médico dispararía a 8.604 las consultas anuales por Médico de Familia o Pediatra de Atención Primaria (mucho más del doble que las que realiza el personal de enfermería).
Hemos de ser objetivos y aceptar la realidad, especialmente en lo referente a la demanda de servicios por parte de la ciudadanía. A los centros de salud, cuando un usuario llama o acude pidiendo cita, lo hace CASI EXCLUSIVAMENTE para solicitar atención del Médico de Familia o del Pediatra, en mucha menor frecuencia se demanda atención para otros profesionales, (odontopediatra, fisioterapeuta, matrona o enfermería, entre otros).

Estudio comparativo entre Médicos y Enfermeras de Atención Primaria
ATENCIÓN PRIMARIA 2020 2022 CRECIMIENTO Nº PROFESIONALES Y CONSULTAS
PROFESIONALES MEDICINA A. PRIMARIA 36.000 43.000 7.000
CONSULTAS MÉDICAS 234 millones 243 millones 9 millones
PROFESIONALES ENFERMERÍA A. PRIMARIA 30.000 39.000
CONSULTAS ENFERMERÍA 130 millones 136 millones 9.000
6 millones
TELECONSULTAS - 127 millones
Tabla 1 127 millones
Hay un grave problema de sobrecarga en Atención Primaria que incide en la accesibilidad de los pacientes al sistema sanitario y redunda inevitablemente en los Servicios de Urgencias Hospitalarios y resto de niveles asistenciales, y ese problema está provocado fundamentalmente por la sobrecarga asistencial de Médicos de Familia y Pediatras, la archiconocida queja de las agendas de más de 50 pacientes y las demoras para cita de más de 2 semanas.
Sobrecarga asistencial
Pretender derivar funciones propias y exclusivas del médico como son el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de patologías a otros profesionales no formados para ello como se plantea desde algunos colectivos o grupos de presión, no es ético, no es legal y no va a solucionar el grave problema de la saturación de las consultas de Médicos de Familia y Pediatras de Atención Primaria. Reforzar otros grupos profesionales con la esperanza que eso disminuya la sobrecarga en las consultas médicas es una ilusión propia de quién no conoce en absoluto el funcionamiento de nuestra sanidad, ni el comportamiento y demandas de nuestros usuarios.
La planificación de los recursos materiales y humanos corresponde a la Administración. Los profesionales y sus representantes laborales tenemos la obligación de exponer los problemas sin maquillajes ni faltar a la realidad, y como no, proponer soluciones, pero ponerlas en marcha corresponde a quien tiene la capacidad de decidir, es decir la Administración. Con estos datos en la mano, podemos afirmar que somos los médicos los realmente “baratos” para el sistema, con una eficiencia a muchísima distancia de cualquier otra categoría profesional. Por ello, no se explica que se “invierta” en otro personal, que no podrá nunca resolver los problemas médicos de los pacientes, cuando los que están realmente sobrecargados son los médicos y pediatras de Atención Primaria, aunque sí nos permite comprender por qué sigue Atención Primaria con los mismos problemas de siempre. La solución está en manos de la Administración, pero esto debería ser objeto de reflexión por TODOS, Administración, Profesionales y por supuesto, Usuarios.
