RECORDANDO

La VIII Carrera Contra el Cáncer de Páncreas rinde homenaje al cardiólogo Ricardo Valero del Hospital de San Juan

Dr. Alberto Cordero

Cardiólogo del Hospital de San Juan, Alicante.

Es imposible recordar a Ricardo Valero y no sonreír. Su constante sonrisa y alegría siguen siempre presentes. Ricardo Valero fue cardiólogo en el Hospital de San Juan durante más de 20 años tras acabar la residencia de Cardiología en el Hospital La Paz en Madrid. Antes había sido alumno del Colegio Inmaculada Jesuitas de Alicante y por todo esto, además de su buen carácter, es habitual recordarle con la frase de “a Ricardo le conocía medio Alicante”. Pero además de conocerle, a Ricardo le quería todo el mundo. Eso también está claro porque era casi imposible no quererle y querer tenerle cerca. A Ricardo le recordamos como buen médico, buen compañero, padre entregado, deportista infatigable, futbolero y culé hasta la médula, pero siempre, siempre, riéndose. Cada uno tendrá su propio recuerdo, pero seguro que todos coinciden en tener un recuerdo entrañable de Ricardo.

En el Hospital de San Juan se entrega, desde hace años ya, un premio a los mejores compañeros. Es un galardón que se otorga por votación anónima de todos los empleados del hospital. Desde el año 2020 el premio al médico mejor compañero lleva el nombre de Ricardo Valero que es una de las mejores formas de mantener vivo su recuerdo e, incluso, agrandar merecidamente su figura entre los médicos y personal sanitario que no le conocieron.

La VIII Carrera de las Ciudades Contra el Cáncer de Páncreas que se celebró el 20 de noviembre en Alicante fue un homenaje a Ricardo Valero este año 2022 y esto es otra gran forma de honrar su memoria y legado. Los que le conocimos sabemos bien lo que le gustaba hacer deporte, sobre todo el fútbol. Ricardo siguió haciendo deporte (bicicleta, natación, lo que fuera) a pesar de operarse varias veces de las rodillas, pero, también, siguió trabajando a pesar de los largos meses de duros tratamientos de quimioterapia. Ricardo fue todo un ejemplo a seguir y se merece todos los homenajes, premios y recuerdos.

Te queremos y te echamos de menos Richi.

Despedida de Emiliano Bellot

Dr. Jesús Mira Navarro

Cuando me pidieron que escribiera una reseña por el fallecimiento del doctor Emiliano Bellot Busquier me pregunté qué faceta de su carácter debía destacar en estas líneas, si la amistad que nos unía, o su faceta de médico completo e íntegro, o su pasión intelectual, o su dedicación a la familia, o su energía contagiosa. En realidad él daba a conocer en sus escritos semanales en el periódico del Valle de Elda lo que consideraba más importante de su personalidad: «la lectura y el “pequeño orgullo” que le producía su extensa biblioteca, escribir sus pensamientos “después de lo cual quedó en paz con algo que debía y no sé lo que es”, vivir en cada momento los senti mientos de la vida (la soledad, la tristeza, también la alegría, el amor, la amistad, todos son dones de los dioses)», y creo que por encima de toda su vocación médicoquirúrgica de la que se consideraba invadido desde que en algún momento de su adolescencia pensó qué debía ser de mayor.

Quiero terminar con sus propias refl exiones: … «la vida se ha portado bien conmigo, me ha permiti do ser un niño alegre, en mi juventud me permiti ó ser médico (ha sido mi máxima ilusión), ahora estoy en la edad perenne que me ha converti do en casi fi lósofo y espero que el amor que tengo hacia la belleza y el saber (aunque conocer será sufrir) me permiti rá testi moniar mi dignidad de ser humano ante la muerte».

Ha dejado huérfanos a sus hijos y a toda su familia porque él era el padre amantí simo de una extensa familia, de todos se preocupaba, apoyaba, animaba, aconsejaba y mimaba. A sus muchos amigos nos ha dejado desolados.

Los que sean creyentes estarán convencidos de que a él le tenían reservado un lugar especial, los que no lo sean pensarán que ese espíritu energéti co que él poseía seguirá de alguna forma produciendo bien a su alrededor. Seguirá recorriendo lugares, haciendo amigos, solucionando problemas, preocupándose por los demás y curando almas.

Descanse en paz.