zoomorfa y ornilomorla. Las representaciones de mayor frecuencia son las que tentaúvamente estamos llamando amul~tos-cUtmtas batraci/orm~s. Consideramos que estos debieron corresponder a collares haciendo las veces de cuentas y de amuletos, dada su elevada proporción de frecuencia. No obstante, la talla más impresionante en los AGRO-I son los imponentes amuletos-bimor/os, elaborados en jadeIta yen serpenúnita. La doble representación está compuesta por un ave de rapiña, que muestra similitud con el cóndor d~ Los Andes. cuya cabeza luce un fuerte pico curvo y agudo, con cresta prominente. a la cual corresponde el cuerpo del amuleto que termina en forma de cola de ave. Frente al
extremo inferior. donde corresponde estar las garras, tiene una cabeza humana muy bien delineada. como si estuviera atrapada por el ave. (Fig. No. S). Este tema se repite invariablemente salvo una excepción donde la cabeza humana está sustituida por un "pichón" o ave más pequeña, como si pretendieran represen tar un acto de cacerla. Completan los adornos corporales líticos una gran variedad de cuentas, muy especialmente unos discos planos-convexos perforados al centro. generalmente tallados en peridoúta y en malaquita. La materia prima más frecuente uúlizada por los AGRO-I para la elaboración de sus adornos, fueron: serpenúnita, ágata, jadeíta, peridotita. ópalo. calcita cristalizada yamaústa entre otras de menor frecuencia. En amatista obtuvimos un amuleto-cuenta considerado piiza única en Las Antillas. Siguen en valor estético y frecuencia numérica los adornos tallados en concha de madre-perla (Pteria colymbus, Roding) y (Pinctada radiata, Leach). Las muestras representan elementos zoomórficos y omitomorfas hábilmente recortados, con microscópicas perforaciones que en muchos casos indican ojos. (Fig. No. 4). Estos ornamentos amplían su variedad úpológica con numerosos discos simples ydentados, perforados al centro y sin perforar, placas rectangulares. y una serie de formas esquemáticas estilizadas que sugieren representaciones de murciélagos. La existencia de estos ornamentos "nacarados" en el Complejo Cultural la Hueca. constituye otra valiosa novedad para la arqueología anúllana, ya que hasta el momento conodamos su discreta presencia en los asentamientos AGRO-U igneri, conjuntamente con los diseños incisos entrecruzados en zonas, pero nunca en cantidades ni en calidades que pudiéramos considerarles modalidad especifica. de tal o cual estilo o cultura aborigen. Hoy, producto de nuestras investigaciones en la isla de Vieques, sabemos que estos rasgos son caracterlsticos de los AGRO-I, primera migración agroalfa. rera antillana.
RESTOS ALIMENTICIOS:
Fig. No. 5·A y B. Dos mutslras de vasiJlls AGRO.I~ (~gneri) con diseños blanco sobrt rojo. Proctden de Sorce. ula de Vlf~ques. Putrto Rico. Obtenidn.f etI e.uavaciones sulemáti· cas dd CenlTO de InvestigaCIOnes Arqueológicas de la Univer.f¡dad de Puerto Rico. Recinto de Río Pitdras.
Los restos alimenúcios están compuestos por una selección de la vida ecológica circundante y por productos agrlcolas de cultivo, entre eUosla yuca y posiblemente el maíz. Las muestras de vida marina. costera, ribereña y terrestre, está representadas en un apreciable porcentaje por JUEYES (cangrejo) BULGAOS (Citarium pica) moluscos de úerra (P. carocolla) moluscos marinos entre los que se destaca el Strombus costatus. popularmente CARRUCHO. También hay una buena representación de aves y peces. de reptiles y de HUTIAS. El cuadrúpedo más abundante en los depósitos residuales AGRO-I es el Heteropsomys insulans. la presencia del Isolobodon pOTtorrjcensis es muy discreta y en algunos depósitos está totalmente ausente.