PENSANDO
ALTO,
SINTIENDO
FA
HONDO
Y
HABLANDO
DEDE
Y la bella artista, doblando
sobre
la cabeza
la débil
caja
de su violin sonoro,
dice la voz que de los cielos baja como
un perfume
y agarrando
del jardín de oro,
del cuello enflaquecido
al tisico instrumento, lo hace gritar con trágico alarido;
y con ahogados trémulos simula
el sollozo de un mártir que se queja bajo
el blanco
y sobre
dogal
que
lo estrangula ;
todo flota,
como un ensueño de amor en noche larga la paz
del arte
que
su duelo embota
y su llagado corazón embarga.
GUILLERMO
VALENCIA,
CLARO