5. ¡Cuéntales una historia! El Pueblo que abraza a los árboles. Hace muchos años vivía en la India, cuando gobernaban el país príncipes guerreros, una muchacha que amaba a los árboles. Se llamaba Amrita y vivía en una pobre aldea de casas de barro cercana al gran desierto, justo en el límite de la aldea donde comenzaba el bosque… Todos los días Amrita corría hacia el bosque con su larga trenza saltando sobre su espalda. Cuando encontraba su árbol favorito, lo rodeaba con sus brazos. << ¡Árbol!, exclamaba, ¡eres tan alto y tienes las hojas verdes! ¿Cómo podríamos vivir sin ti?>> Porque Amrita sabía que los árboles la protegían del sol abrazador del desierto y también de las terribles tormentas de arena. Y sabía que donde crecen los árboles hay agua para beber. Antes de irse del bosque, Amrita besaba a su árbol especial susurrándole: <<Árbol, si alguna vez estás en peligro, yo te protegeré>> El árbol le contestaba con un murmullo de hojas. Un día, poco antes de comenzar las lluvias del monzón, una espantosa tormenta de arena llegó remoliendo del desierto. En tan sólo unos minutos, el cielo se oscureció como si fuera de noche; los relámpagos desgarraban el cielo y el viento azotaba los árboles. Amrita corrió hacia su casa. Desde dentro, oía la arena golpear las ventanas. Cuando se calmó la tormenta había arena en todas partes, en sus vestidos, en su pelo e incluso en su comida. Pero ella estaba a salvo y también lo estaba su aldea, porque los árboles los habían protegido de la peor tormenta de arena. A medida que Amrita crecía también crecía su amor por los árboles. Pronto tuvo sus propios hijos y los llevaba al bosque con ella << Estos son tus hermanos les decía, nos dan sombra y nos quitan el ardiente sol del desierto>>. <>, les explicaba. Amrita les enseñó a abrazar a los árboles como ella lo hacía… (De repente el Marajá, gran y poderoso señor, decidió talar el bosque porque era un obstáculo para sus planes.) Una mañana Amrita, divisó una tropa de hombres armados con grandes hachas, que se dirigía al bosque. << ¡No tales estos árboles!>> gritó poniéndose de un salto frente a su árbol, << ¡Vete de aquí!>> vociferaron los leñadores. Amrita suplicó, << ¡Por favor dejen a mi árbol!, ¡córtenme a mí en su lugar! >> Y se abrazó al árbol con todas sus fuerzas, el leñador la empujó y apretó su hacha. Sin embargo, cuando todos los de la aldea siguieron el ejemplo de Amrita y se abrazaron a los árboles el bosque se salvó. Han pasado muchos años desde aquel día, pero hay quienes dicen que Amrita todavía sigue viniendo al bosque a abrazar a los árboles. <<Árboles>> murmura, << ¡Son tan altos y tienen las hojas tan verdes!, ¿Cómo podríamos vivir sin ustedes?>> En la historia original, Amrita Devi, y varios cientos de aldeanos sacrificaron su vida por proteger el bosque, hace casi trescientos años. El gobierno indio ha conmemorado su sacrificio nombrando a la aldea rajastaní de Khejare Primer Monumento Conmemorativo Nacional del Medio Ambiente. Actualmente, el pueblo de la India sigue luchando para proteger su medio ambiente “La tolerancia: umbral de la paz .Unidad para la enseñanza primaria”, REARDON, Betty A. Ed., Santillana Ediciones UNESCO, Madrid. 62