CICLOS I Macabro 2013 - Restrospectiva Lamberto Bava
Macabro 2013 - Retrospectiva
Lamberto Bava
1980 fue el año en el cual las pantallas de cine del mundo entero encontraron un nuevo motivo para estremecerse. Ocurrió entonces el estreno de Macabro, una oda al amor loco, a Eros y Tánatos, en la cual una mujer conservaba la cabeza de su amante muerto para la eternidad. Con este extraño relato iniciaba entonces una de las filmografías más recordadas del cine fantástico y de terror: la de Lamberto Bava. Nieto de Eugenio Bava, un camarógrafo y pionero de los efectos especiales en los tiempos del cine italiano silente, e hijo de Mario Bava, santo patrono del cine (giallo) en aquel país, Lamberto Bava se había iniciado en el cine como asistente de dirección de su padre en un clásico, El planeta de los vampiros, en 1965, cuando tenía 21 años de edad. Forjado en el oficio de la realización, más tarde colaboró como asistente del otro gran maestro, Darío Argento, y hasta en la célebre Holocausto caníbal (1979) de Ruggero Deodato. El de Lamberto Bava es un universo de locura y muerte en el cual muchas veces el arte imita a la vida peligrosamente. Por ejemplo, en La casa con la scala nel buio (1983), un compositor que se aísla en una villa para crear la banda sonora de una película de horror es testigo de extraños crímenes en apariencia relacionados con el filme que musicaliza. Algo similar ocurre con su película más conocida, Demonios (Dèmoni, 1985), en la cual un puñado de cinéfilos vive una pesadilla cuando los demonios del filme que están viendo parecen haber cruzado la barrera de la pantalla. Lamberto Bava, quien en años recientes ha seguido activo tanto en el cine como en la televisión, siempre fiel al cine fantástico que tanto marcó su vida, ha demostrado que ser descendiente de leyendas no implica no seguir los designios de su corazón para desarrollar un estilo propio.
José Antonio Valdés Peña Cineteca Nacional
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