300. Una lenta recuperación

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Reporte Perspectivas Económicas

2 de octubre de 2020

Una lenta recuperación

Volumen 2, N°300


Una lenta recuperación

El IGAE tuvo un crecimiento de –9.8% durante julio en términos anuales La tasa de desocupación en agosto fue de 5.2%

Durante el pasado mes de junio la economía mexicana reportó buenas noticias al mostrar una tasa de crecimiento mensual positiva con lo cual puso fin a las profundas caídas observadas al inicio del segundo trimestre del año en curso. Sin embargo, las cifras más recientes indican que el ritmo de crecimiento se ha moderado derivado de la ausencia de un plan estratégico para apuntalar la recuperación económica. Lo anterior se ve reflejado en un mercado laboral que continúa deprimido en su mayoría en donde el incremento en la ocupación en el sector informal y los elevados niveles de subocupación indican que la necesidad de empleo es un elemento prioritario a atender en la agenda nacional. El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) alcanzó una tasa de crecimiento de 5.7% durante julio con respecto al mes anterior como resultado de que las actividades primarias (13.9%), secundarias (6.9%) y terciarias (4.6%) se ubicaron en terreno positivo. No obstante, las cifras descritas resultaron inferiores a las exhibidas en junio, con excepción del sector primario que en dicho período mostró resultados negativos (-5.1%), el sector secundario fue el de mayor crecimiento (17.9%) seguido por el sector terciario (6.0%), de manera que la tasa de crecimiento mensual del IGAE fue de 8.8% en el sexto mes de 2020. En su comparativo anual, el IGAE descendió 9.8% con respecto a julio de 2019 derivado de las caídas de 11.3% en las actividades secundarias y de 10.1% en las actividades terciarias, en tanto que las actividades primarias exhibieron un incremento de 11.0%. El comportamiento del sector secundario se vio impulsado por las manufacturas, particularmente por aquellas que se encuentran ligadas a las grandes cadenas de producción internacionales lo cual permitió que las empresas limitaran el paro de sus operaciones y administraran los tiempos para cumplir con los contratos de entrega evitando con ello el colapso de la cadena de producción. En contraste, el sector servicios ha mostrado un dinamismo más moderado ya que una parte importante de las actividades terciarias requieren forzosamente la interacción presencial con los consumidores, tal es el caso de los servicios de alojamiento los cuales llegaron a retroceder 60.2% en términos mensuales durante abril pasado, o los servicios de esparcimiento cuya caída en el mismo mes fue de 23%. De esta forma, en tanto no se ponga fin a la crisis sanitaria, la recuperación de dichas actividades será limitada. En materia laboral, las cifras más recientes indican una leve mejora en términos generales, sin embargo, la crisis económica vino a acentuar los problemas estructurales de ocupación en la informalidad y precarización que el mercado laboral de nuestro país ya enfrentaba desde años anteriores. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN), la tasa de desocupación en agosto del presente año fue de 5.2%, cifra ligeramente menor al 5.4% observado durante julio, pero todavía lejos del 3.7% observado en agosto de 2019. Por su parte, las personas ocupadas que tienen la necesidad y disponibilidad de ofertar más tiempo de trabajo de lo que su ocupación actual les demanda, pasaron de 9.2 millones en julio a 8.6 millones en agosto de 2020. Lo anterior se traduce en que durante el mes de agosto la tasa de subocupación fue menor en 1.4 puntos porcentuales con respecto al mes previo, al pasar de 18.4% a 17.0%, pero todavía se encuentra lejos del 7.9% registrado en el octavo mes de 2019. Adicionalmente, la ocupación en el sector informal presentó un ligero repunte las pasar de 54.9% del total del personal ocupado durante julio a 55.1% en agosto. Los elevados niveles de subocupación y el refugio en la economía informal se ven reflejados en las remuneraciones salariales que perciben los trabajadores. Tal y como sucedía antes de la crisis económica, la mayoría de la población ocupada se encuentra ubicada en los rangos salariales más bajos, en agosto pasado el 56.9% de los trabajadores percibió en el meUna lenta recuperación


jor de los casos hasta 2 salarios mínimos por jornada, lo cual contrasta significativamente con el 2.5% de los ocupados que percibieron más de 5 salarios mínimos. La situación es grave ya que dicho comportamiento permanecerá vigente en tanto no se dé una recuperación más vigorosa de la economía de nuestro país. Todavía hace falta mucho camino por recorrer para que la economía mexicana se encuentre en los niveles que tenía antes de la crisis. Sin embargo, dicho camino se puede acortar con estrategias que permitan un mayor dinamismo en la actividad económica, así como una recuperación sostenida del mercado laboral. Lo principal es sentar las bases para incentivar la inversión tanto pública como privada, es decir, establecer el estado derecho y brindar un ambiente de negocios adecuado generando certidumbre en vez de incertidumbre para la toma de decisiones en los proyectos de inversión. La estrategia de inversión se debe dar a nivel nacional y no solo estar focalizada en ciertas zonas del país para lograr un mayor dinamismo de la economía. Concentrar los recursos públicos en algunos proyectos no se traducirá en un impacto nacional en el corto plazo dado que los beneficios más próximos se verán reflejados solo en las regiones en donde se desarrollan tales proyectos. Para impulsar el desarrollo de infraestructura a nivel nacional es necesario recuperar la confianza de los inversionistas fomentando la participación del sector privado, no solo limitado a las empresas grandes, sino también involucrando a los pequeños y medianos productores. La voluntad y la disposición no es suficiente, es indispensable que los acuerdos se concreten para agilizar el camino de la recuperación.

Fuente: INEGI.

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Empleo Durante el mes de agosto se dio a conocer la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN) para conocer la evolución del mercado laboral de nuestro país. Dicho instrumento mostró que la Población Económicamente Activa (PEA) ascendió a 53.2 millones de personas en el octavo mes del año en curso con una tasa de participación económica de 55.1%. Considerando lo anterior, la tasa de desocupación como porcentaje de la PEA fue de 5.2% durante agosto pasado, cifra ligeramente menor al 5.4% reportado en julio del mismo año, pero que contrasta significativamente con el 3.7% registrado en agosto de 2019.

Fuente: INEGI.

Sin duda, la suspensión en la actividad económica por las medidas de confinamiento, así como el menor dinamismo de la misma en meses posteriores han sido los factores principales que han impactado en la evolución de la desocupación de nuestro país. Aun cuando se ha presentado una leve mejora con respecto a la situación observada en el mes de julio, el panorama en la recuperación del mercado laboral será complicado en tanto no se presente una reactivación más vigorosa de la economía. Lo anterior se aprecia en la duración que las personas permanecen desocupadas. Según la ENOEN, el porcentaje de personas desocupadas cuya condición no ha cambiado en al menos un mes fue de 37.3% en agosto pasado, cifra menor a la alcanzada durante el mes previo (42.3%). De manera similar, aquellos que permanecieron desocupados cando mucho 3 meses representaron 32.5%, una proporción menor al 35.5% observado en julio. Sin embargo, la reducción en las proporciones mencionadas no implica que todas las personas consiguieron una plaza laboral, sino que algunos incluso ya acumulan más de 3 meses sin encontrar un empleo. Dicha cifra ascendió a 21.4% del total de los desocupados durante agosto, proporción más elevada con respecto a la obtenida en julio (18.4%) y significativamente mayor a la alcanzada en el octavo mes de 2019 (14.5%).

Fuente: INEGI.

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En lo que respecta a la población ocupada, se aprecia que más personas regresaron a sus puestos de trabajo a laborar más horas tras la reapertura gradual de las actividades económicas. Durante agosto, la proporción de personas bajo la categoría “ausentes temporales con vínculo laboral“ fue de 5.1% con respecto al total de la población ocupada, dicha cifra fue inferior al 7.5% alcanzado en el mes de junio, pero aun es superior al 3.4% alcanzado en agosto del año pasado (3.4%). Por su parte, se presentó una mejora con respecto a julio en los casos en que el personal ocupado labora de 15 a 34 horas al pasar de 18.1% a 18.2% del total, así como en aquellos que trabaja entre 35 a 48 horas al aumentar de 41.6% a 44.8%. En contraste, el personal que laboral más de 48 horas sufrió una reducción al pasar de 24.9% a 23.9%, cifra todavía lejana al nivel obtenido en agosto de 2019 (28.0%). El escenario anterior implica que mientras la economía no consiga retomar una operación al 100%, las personas deberán sacrificar parte de sus horas laborales y con ello una proporción de su remuneración.

Fuente: INEGI.

El comportamiento de personal ocupado con respeto a su nivel de ingreso va en relación a lo comentado en el párrafo anterior. Considerando la información recabada por la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) durante los meses de abril, mayo y junio se aprecia que la proporción de las personas ocupadas que reciben las remuneraciones salariales más cuantiosas ha mostrado una tendencia a la baja. Un ejemplo de ello se aprecia en el rango salarial que cuantifica a aquellos que perciben más de 5 salarios mínimos ya que durante abril pasado su proporción era de 2.7% y en agosto se redujo a 2.5%. Un comportamiento similar se presentó en las personas que reciben entre 3 y 5 salarios mínimos los cuales durante el mes de abril alanzaron una proporción de 7.7% en tanto que en agosto pasado ésta se redujo a 6.4%. En contraste, el rango salarial que va de los 2 a los 3 salarios mínimos por jornada ha mostrado un comportamiento al alza que comenzó en mayo con una proporción de 12.7% hasta alcanzar un nivel de 15.2% durante el mes de agosto.

Fuente: INEGI.

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La menor remuneración salarial obedece a un menor número de horas de trabajo, sin embargo, la precarización laboral es un problema estructural del mercado de trabajo de nuestro país el cuál lleva varios años vigente y que será complicado revertir dadas las condiciones actuales. De esta forma, los niveles de subocupación han alcanzado cifras elevadas y es de esperar que su reducción se presente de una forma lenta hasta obtener valores similares previos a la crisis sanitaria. Las personas ocupadas que tienen la necesidad y disponibilidad de ofertar más tiempo de trabajo de lo que su ocupación actual les demanda, pasaron de 9.2 millones en julio a 8.6 millones en agosto de 2020, con una disminución de 596 mil personas. Lo anterior se traduce en que durante el mes de agosto la tasa de subocupación fue menor en 1.4 puntos porcentuales con respecto al mes previo, al pasar de 18.4% a 17%. Al analizar la información de acuerdo con el sector de la economía, se observa que las actividades terciarias son donde se concentró la mayor cantidad de personal subocupado y que, a diferencia de las otras dos principales actividades económicas, la magnitud de los desocupados se incrementó en comparación con lo alcanzado durante agosto de 2019. Dicho comportamiento era de esperarse ya que en dicho sector la interacción con los consumidores es más cercana y al no tener contacto con ellos las personas que participan en alguna de las actividades terciarias se ven en una mayor necesidad de ocuparse en otras tareas que les permitan compensar la pérdida en sus remuneraciones.

Fuente: INEGI.

Finalmente, la ocupación en el sector informal ha mantenido una proporción similar a los nebeles previos a la pandemia. En agosto de 2019 el número de personas ocupadas en la informalidad era del 56.4% del total de los ocupados, en tanto que en el mismo mes del año en curso la proporción fue de 55.1%. Sin duda, la alta ocupación en el sector informal de la economía es otro de los problemas estructurales que enfrenta el mercado laboral de nuestro país, el cuál resultará más complicado de resolver ante la crisis económica que nos aqueja en la actualidad.

Fuente: INEGI.

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Indicador Global de la Actividad Económica El mes de julio pasado el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) de nuestro país exhibió una tasa de crecimiento anualizada de -9.8% medida con cifras originales. Con esta cifra se acumulan 7 meses consecutivos en los que el indicador se ubica en terreno negativo de tal forma que en 9 de los últimos 10 meses el IGAE ha presentado un decrecimiento anualizado. El comportamiento alcanzado durante julio se dio como resultado de las caídas en los sectores secundario (-11.3%) y terciario (-10.1%), en tanto que solo las actividades primarias reportaron un incremento de doble dígito (11.0%).

Fuente: INEGI.

Al revisar las tendencias se aprecia que solo el sector primario mantiene una trayectoria positiva. Por su parte, el resto de las actividades económicas moderó la caída registrada en meses pasados, pero será necesario esperar a los datos de agosto para visualizar si sus trayectorias comienzan a consolidarse e incluso cambian de dirección, lo cuál sería una señal positiva para el futuro cercano de la actividad económica. En el caso de los ciclos, todos los sectores prevalecen por debajo de su potencial, incluso las actividades primarias cuyo ciclo muestra señales de estancamiento. En lo que respecta a las actividades secundarias y terciarias, la caída ha sido significativa y el repunte observado en sus trayectorias es mínimo, lo cuál implica un crecimiento general de la economía por debajo de su potencial, situación que sin duda va a ralentizar la velocidad de recuperación.

Fuente: INEGI.

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Al revisar las cifras desestacionalizas, se aprecia que durante julio el IGAE presentó nuevamente una tasa de crecimiento mensual positiva al igual que las 3 principales actividades económicas; sin embargo, el ritmo de crecimiento fue menos dinámico en comparación con el observado previamente durante el mes de junio. De esta forma, el IGAE registró un incremento de 5.7% con respecto al mes previo apoyado por un incremento de 13.9% en las actividades primarias, de 6.9% en las actividades secundarias y de 4.6% en las actividades terciarias.

Fuente: INEGI.

En el caso del sector secundario de nuestro país, el desempeño de su actividad económica no ha sido el mismo en cada uno de sus componentes. Las manufacturas son el subsector que ha mostrado los mejores resultados al mostrar un incremento mensual de 11.0%, el cual venía precedido por un incremento significativo en el mes de junio (26.8%). Gran parte de lo que impulsó dicho dinamismo fueron las cadenas de producción internacionales a las que pertenece nuestro país que mostraron una buena reacción ante la contingencia para recuperar parte de los procesos productivos que se habían paralizado durante los primeros meses del año en curso. En el caso de la industria de la construcción, obtuvo su tasa de crecimiento mensual más elevada durante el mes de junio (0.9%) y en julio mostró un crecimiento marginal de 0.9%, desempeño similar al obtenido durante el mes de mayo. El menor dinamismo en la construcción es reflejo de la falta de inversión en el sector. Si bien la actual administración ha apostado por invertir en grandes proyectos, su impacto solo ha sido de carácter regional y los beneficios no se percibirán en el corto plazo. La carencia de inyección de recursos en dicho sector, así como la falta de confianza del sector privado y su participación en proyectos en conjunto con el sector público han limitado de manera significativa el potencial del crecimiento de todo el sector. Por otro lado, la minería ha mostrado una leve mejora al acumular dos meses con tasas de crecimiento mensual positivo, sin embargo, su magnitud ha sido moderada y no ha rebasado el nivel de 2.0% (1.4% en junio y 0.8% en julio). En cuanto a la generación de energía eléctrica y suministro de agua, el mes de julio mostró mejores cifras incluso con respecto a junio al alcanzar un incremento mensual de 5.5%.

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Fuente: INEGI.

En lo que respecta a las tendencias, se visualiza que la generación de energía eléctrica y suministro de agua aun presenta una trayectoria a la baja debido a que su crecimiento más fuerte se presentó un mes después en comparación con el resto de los componentes del sector secundario. Para el resto de las actividades se observa un alto en la trayectoria descendente que su tendencia había mostrado poco después del primer trimestre del año. La minería ya mostraba problemas importantes desde mediados de 2014 por lo que las afectaciones de las medidas de confinamiento y paro de la economía no se ven reflejadas de manera importante en la trayectoria de su tendencia, en comparación con lo expuesto por la industria de la construcción. Aun cuando su desempeño venía a la baja desde antes de la presencia de la pandemia del Coronavirus, las medidas de confinamiento afectaron severamente a dicha industria siendo la más afectada del sector industrial. De esta forma, la recuperación de los diferentes componentes de la actividad industrial no se dará al mismo tiempo, dependiendo del aprovechamiento del nuevo tratado comercial y del nivel de inversión en el sector, las manufacturas podrían ser los primeros en recuperar una tendencia positiva sostenida en tanto que la construcción y la minería podrían ser de los últimos en recuperar su dinamismo.

Fuente: INEGI.

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A diferencia de lo observado en el sector secundario, las actividades terciarias han tenido un desempeño más modesto en lo que respecta a su IGAE, debido a que solo 3 de los 9 subsectores que conforman al sector terciario mostraron un crecimiento de doble dígito durante el mes de junio. Adicionalmente, el mes de julio tampoco estuvo marcado por un crecimiento significativo en las actividades terciarias. Los mejores resultados se presentaron en los servicios de alojamiento (22.6%) que venían precedidos por un aumento a doble dígito durante el mes anterior (11.4%), el comercio al por menor (17.6%) que también mostró un incremento significativo durante junio (19.1%); y los servicios de esparcimiento (11.4%) que superaron su desempeño con respecto al período anterior (7.8%). Por otro lado, hubo actividades que prácticamente estancaron su ritmo de crecimiento como el comercio al por mayor (0.7%), los servicios financieros e inmobiliarios (0.0%); e incluso algunos se ubicaron en terreno negativo como los servicios educativos (-1.5%), aunque es necesario hacer notar que las últimas dos actividades mencionadas no sufrieron una afectación tan severa como resultado de las medidas de contingencia sanitaria.

Fuente: INEGI.

Fuente: INEGI.

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Lo anterior se puede visualizar de una mejor manera al analizar las tendencias. Las actividades del sector servicios que no padecieron una afectación severa fueron los servicios financieros e inmobiliarios, en donde su tendencia mantiene una ligera trayectoria a la baja e incluso en el caso de las actividades legislativas su tendencia exhibió un comportamiento al alza. En contraste, las actividades que sufrieron un golpe muy fuerte en su desempeño económico sin lugar a dudas fueron los servicios de alojamiento, si bien ya lograron mitigar la caída en la trayectoria de su tendencia, deberán enfrentar un panorama complicado mientras las medidas de restricción para la visita a los centros turísticos no se relajen, de manera que su recuperación no será tan rápida como la que se podría presentar en otras actividades. Por su parte, algunos subsectores que quizá no mostraron una caída tan pronunciada como los servicios de alojamiento, pero que tienen un gran peso en el desempeño del sector terciario son el comercio al por mayor, el comercio al por menor y los servicios de transporte. Las tres actividades reflejaron una caída importante en la trayectoria de sus tendencias, pero la correspondiente al comercio al por menor fue la menos pronunciada y podría ser la que muestre un mejor desempeño en los meses por venir. Por el contrario, el comercio al por mayor y los servicios de transporte aunque ya han contenido su trayectoria a la baja, el menor dinamismo mostrado durante el mes de julio es un indicador que señala que su recuperación no será acelerada.

Fuente: INEGI.

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Dra. María F. Fonseca Paredes Directora del Instituto de la Familia Empresaria para México y LATAM Directora del CIEN Escuela de Negocios Tecnológico de Monterrey Tel.: +52 1(55) 2737 5691 maria.fonseca@itesm.mx

Máster Héctor Manuel Magaña Rodríguez Coordinador de Análisis e Investigación del CIEN Tel.: +52 (55) 5864 5630 Cel: 5517603293 hector.magana@itesm.mx

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