ChopperON #28

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Poca autonomía Recientemente he transformado mi moto y una de las acciones más importantes dentro de la estética ha sido instalar un King Sportster como depósito de combustible. Katalina, mi moto, ha ganado consi-

derablemente en estética, pero ya solo caben poco más de 10 litros. La autonomía se ha reducido considerablemente. Además sé exactamente hasta cuánto llega. A los 140 kilómetros entra la reserva, que da para otros 10. Además utilicé el método empírico para conocer esos datos. Yendo hacia Valencia la moto no llegó ni al cruce de La Almarcha. Kilómetro 150. Con una tranquilidad pasmosa que quedé tirado sin gasolina. De un impulso casi eléctrico mi pulgar derecho se puso, con poca fe, a hacer la señal de autostop. A los 10 minutos estaba ‘encaramahou’

en un camión de mantenimiento. A los tres minutos estaba en una de esas gasolineras destartaladas, con menos negocio que un bar de fumadores en enero. Tras un breve paseo a pie, cargado con dos litros de líquido base, estaba encima de mi moto, arrancando. Total: media hora de infortunio. Ya estaba pensando en la flor en el culo que tengo. Además, ahora no llevo cuentakilómetros en el hierro, así que me tengo que organizar de otra manera. Uso el reloj. Cada hora paro, me fumo un pitillo, me tomo una birra y meo. A la hora, mismo procedimiento. Mi conduc-

ción es más tranquila, más relajada, consumo menos combustible, soy más feliz. Aprovechando tal acontecimiento he decidido tatuarme una flor en el culo. ¿Qué flor? Un pensamiento, mi compañía en los viajes, mi cabeza no para. Dentro del pensamiento, una calavera maligna, para aportar un toque granuja.

i Puede ser un buen ejemplo para nuestra querida España. Con menos autonomías, las cosas florecen acompañadas por un buen pensar, donde cabe incluso algo macarra.

Unidos por las dos ruedas. com Honor Vincit © redes con más fuerza en nuestro país. Hace unos años ni siquiera podíamos soñar con la ingente cantidad de datos que somos capaces de recibir y consumir, pero tampoco con la tremenda velocidad con la que podemos comunicarnos con quienes queremos hacerlo. Hoy es una realidad que cada día se empequeñece frente al que queda por llegar. Nuestra capacidad de convocatoria dependía del boca a boca o de los medios de comunicación. Pues bien, compañeros, en este momento nosotros somos los medios. Nosotros somos testigos y portavoces, receptores y emisores de mensajes. Hoy somos nosotros, los individuos, quienes tenemos el poder de crear un movimiento fuerte, unido por la causa común de las dos ruedas. Juntos podemos movilizar a cientos, a miles... a cientos de miles de compañeros en todo el país y aún más allá. ¿Te has parado a pensar un momento lo que podríamos conseguir estando unidos? Reflexiona sobre la principal reivin-

dicación que tenemos, los guardarraíles. Sí, se organiza la concentración anual en Madrid y nos dan un lugar donde juntarnos en pandilla, este año amenizado por los puestos y las tabernas del mercado medieval (que no les falte de nada a estos chicos tan simpáticos de los cascos en la mano) y con escenario incluido, porque es importante tener un sitio al que mirar, para luego darnos un ‘paseo reivindicativo’ por las calles de Madrid, y vuelta a casa con la satisfacción del deber cumplido. ¡Nos tratan casi como a un espectáculo circense! “¡Atención, señoras y señores! ¡Admiren a los increíbles motoristas haciendo equilibrio sobre sus impresionantes máquinas!”. Y allí estamos nosotros, sometidos a la visión, cincuenta por ciento curiosa y otro cincuenta por ciento mosqueada, de una ciudadanía que no entiende por qué estamos rodando tantas motos juntas, hostigando su tranquilo deambular. Que no se me entienda mal, no critico a quien se afana en juntarnos por una buena razón (todas las iniciativas en ese sentido me

+info muchaletra.blogspot.com

SOMOS LOS DEMÁS Me reservo este

último rincón para (des)razonar sobre lo primero que se me pasa por la cabeza en el plazo de un mes. Reconozco que he dejado el tratamiento médico.

Mahou ©

parecen loables). Tan sólo quiero hacer reflexionar sobre la conveniencia de seguir con estos espectáculos frente a la fuerza de otras acciones mucho menos agresivas y, en apariencia, mucho más eficaces. ¿Imaginas lo que puede ser todos estos miles de congregados en la última concentración de noviembre, apuntados a una misma página en Facebook y haciendo proselitismo a través del universo de los 140 caracteres? Cientos de miles de personas con un sólo objetivo: mejorar las condiciones de nuestras carreteras. Todos juntos, una sola voz formada por la garganta de cada cual, haciéndose oír a través de las teclas hasta cualquier organismo público. Sin protagonismos ni pendencias autorales. Todos juntos, como el pueblo de Zalamea defendiendo la justicia de su corregidor. Se me eriza el vello sólo de pensar lo que tantos motoristas, tantos votos, seríamos capaces de lograr si la utopía proudhoniana se transformase en realidad. Repito, nosotros tenemos la fuerza. Nosotros tenemos el poder de cambiar las cosas. Nosotros somos los dueños de nuestra voluntad, si realmente queremos hacerlo. ¿Queremos? La idea está lanzada. Veremos si alguien la recoge y decide convertirse en adalid de una causa sin rostros, sin nombres ni distintivos. Y, si esto es posible, esperemos que al final no salga la peor cepa del ser humano para malograr la inocencia de la causa más bella: defender nuestra vida en las carreteras que tanto amamos.com.

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