Apropiación del territorio desde el descubrimiento

identificaron como indígenas 94 personas y mulato o afrocolombiano 14.207 personas1. Su gentilicio es Itagüiseño o itagüicense. Su división administrativa está conformada por 6 comunas distribuidas en 64 barrios, 8 veredas que conforman el corregimiento El Manzanillo. En 1993 se inauguró el Centro Administrativo Municipal de Itagüí -CAMI-.

Apropiación del territorio desde el descubrimiento

Dentro de los recorridos que venía haciendo Jorge Robledo observó desde Murgia (que los españoles llamaron el pueblo de la Sal y que hoy corresponde al municipio de Heliconia) el 10 de agosto de 1541 que la cordillera presentaba cierta depresión; y como todo había que explorarlo, despachó enseguida a Jerónimo Luis Tejelo que fuera a descubrir aquellas partes… con las primeras luces de la aurora los castellanos fueron vistos y atacados por numerosos enemigos que no dieron parlamento alguno, y cayeron sobre los visitantes por espacio de varias horas… pero luego entró tal espanto a los bitagüies –pues éste era el nombre de los habitantes de este valle – que no solo abandonaron el campo, sino que se ahorcaban con sus propias mantas ante la visión, para ellos terrífica, de los hombres blancos, de lenguas barbas y mal agestados (Robledo, 1975:9). Se plantean varias opciones de ingreso al valle; bien pudo ser por el corregimiento de San Antonio de Prado, por donde va el trazado de la actual carretera Medellín- Itagüí-Heliconia; por el corregimiento de Belén Altavista, que presenta huellas de caminos prehispánicos o bien por La Estrella (Caicedo, 2014:8). La aldea indígena primigenia, por su parte, estaría situada en el centro del valle de Aburrá, actual sector de Guayabal.

1. Gobernación de Antioquia. Anuario estadístico 2008. En: http://www.antioquia.gov.co/anuarioestadistico2008/ pdf/Capítulo%203.pdf visitado el 13 marzo de 2018

El valle de Aburrá fue para Robledo un lugar de paso, por no contar con recursos auríferos. La ambición por conseguir oro hizo construir caminos, trazar rutas, destruir pueblos indígenas y sobre sus cenizas construir ciudades efímeras o campamentos permanentes, de donde salieron nuevas expediciones y tomaron forma las necesidades de la conquista (Romero, 1984).

El municipio de Itagüí se encuentra vinculado a las principales vías de orden nacional que atraviesan la región, lo que probablemente también fue un factor benéfico en el pasado prehispánico del territorio y lo convirtió en una zona de tránsito permanente. Prueba de ello es la extensa red de caminos prehispánicos, coloniales y de arriería que atraviesan todo el valle de Aburrá, conectándolo con las regiones del Cauca y el Magdalena; algunos de los cuales aún son visibles en la zona rural. Esta situación llevó a que desde finales de los años 1950 e inicios de los 60 se comenzaran a realizar estudios de arqueología, tanto en el valle como en sus laderas (Bosque municipal, Pico del Manzanillo) (Díez, 2018:13 y 36)2 . El valle de Aburrá a la llegada de los españoles en el siglo XVI, estaba poblado por numerosas tribus indígenas, se habla de cifras entre 500.000 y 1.000.000 de indios según Jorge Orlando Melo; los relatos indican la presencia de los Nutabes en el valle de Aburrá en municipios como Itagüí, Envigado y Sabaneta, tribu indígena que según algunos cronistas e investigadores se clasifican dentro de la familia lingüística Chibcha. Grupos humanos seminómadas de cazadores, recolectores y horticultores, los cuales presentaron diversos modos de vida, con desarrollo de múltiples estrategias de adaptación al entorno biogeográfico (Díez, 2018:15).

2. A esto se suma una cadena de hallazgos fortuitos, la búsqueda incesante de tesoros y ´guaquerías´, las recurrentes alusiones a la existencia de un ´cacique Bitagüí´ que nunca fuera mencionado en las crónicas y de cuya existencia aún no hay restos materiales fiables (Díez, 20018:40).

Los indios llamaban en su lengua al valle “Avurrá”, que significa “Pintadera”, y al que los españoles pusieron San Bartolomé3, donde se encontró mucha comida, tanto de agricultura (maíz y fríjol) como de animales (curíes y perros americanos) (Caicedo, 2014:26).

En el municipio existen algunas muestras de los petroglifos o piedras grabadas que pertenecen a culturas indígenas ancestrales, los primeros hallazgos se dieron hacia 1924. El parque se localiza al occidente del área urbana, en predios de la vereda El Rosario.

En materia de investigación, en lo que concierne a Itagüí, a la fecha se han reportado más de 50 yacimientos arqueológicos. En trabajos que se están realizando recientemente para el MeMonumento obra del maestro Darío Rojas a cacique bitagui Fotogratroplus en Itagüí y Envigado, se han en- fía Amantina Osorio R. contrado fragmentos de cerámica, un 2017 hacha pulida, un metate o piedra para molienda de alimentos, restos vegetales, huesos de animales y vestigios de la época industrial, conforman el grupo de hallazgos arqueológicos que han resultado de la exploración en los alrededores de la Quebrada

3. “Aunque los españoles llamaron a este valle San Bartolomé, este nombre no perduró, sino el original usado por los naturales, que traduce pintadera, tal vez por el oficio textilero que ejercían” (Roberto Luis Jaramillo, “De pueblo de aburráes a Villa de Medellín”, en: Jorge Orlando Melo, editor. Historia de Medellín. Tomo I. Suramericana de Seguros, 1996, pág. 107). Esta etimología proviene del Diccionario de la Lengua Katía publicado por el padre Constancio Pinto García en 1974: “Aburrá n. pintadera, marca para pintarse” (Javier Piedrahita Echeverri, Documentos…, ob. cit., pág. 37).

Doña María, en el municipio de Itagüí, donde se construye el tramo 4 A de la fase 1 de Metroplus. Además, hubo un casual hallazgo que tuvo lugar en un lote, en Itagüí, donde actualmente se construye un parque familiar; una tumba en la que se averiguará si se trata de restos humanos o es un pagamento a la tierra, dijo el arqueólogo Juan Pablo Díez (2018), su antigüedad está estimada en unos dos mil años. El río Aburrá parte en dos el valle de Aburrá y empezó a ser habitado de forma dispersa por hatos a lo largo y ancho. Alberto Bernal Nicolls (1976:16) señala que en 1614 ya existía de norte a sur los potreros de Barbosa, la Tasajera, Fontidueño y Hatoviejo; en la parte central del valle, el sitio de Aná, el pueblo de San Lorenzo; luego el sitio de Guayabal, el sitio de La Culata, Santa Gertrudis en Envigado e Itagüí. Estas propiedades fueron el resultado, en su mayoría, de las adjudicaciones de mercedes por parte del cabildo de Antioquia y de los gobernadores, siendo Gaspar de Rodas quien otorgó las primeras mercedes (Hoyos y Molina, 1994:19). María de Quesada viuda del capitán Juan Daza es considerada la primera propietaria de tierras de la zona sur del valle de Aburrá4, Don Francisco Herrera y Campuzano, licenciado, oidor y visitador general de la provincia de Antioquia, fundador de otros pueblos en las vertientes del río Cauca, le entregó las tierras de Itagüí y en el Ancón de los Yamesíes, con el fin de compensarle las tierras que se le quitaron para un resguardo en Sopetrán5 hecho que ocurrió el 6 de marzo de 1616. Eran tierras dedicadas a la construcción de

4. Los linderos que se le señalaron fueron: “Desde la Quebrada que está pasando el “Guayabal” toda la tierra que hay Valle arriba, orilla del río Aburra y de la Sierra que llega al margen del Llano, hasta la otra banda de la quebrada que llaman de “Aguasal”, todas las sabanas, montes y cañadas que hay en dicho termino y llano” (Betancur A. 1931). 5. Certificación de Francisco José de Solórzano, escribano público de la villa de Medellín, del 11 de julio de 1771, en que constan las mercedes de tierras concedidas en el valle de Aburrá, transcrita

grandes hatos ganaderos y explotaciones agrícolas con cultivos de maíz, caña, plátano y fríjol. El río que atraviesa el territorio tomó el nombre de doña María en su honor y fue conocido como sitio de Itagüí6 .

En Itagüí la posesión de las tierras estuvo marcada por cierta movilidad no solo por cambio de dueño sino también cambio de status y de etnia. Las tierras empezaron a cambiar de dueño desde 1639, de allí que se exprese que, aunque estas eran adjudicadas a herederos, también eran vendidas de una parte, a otros personajes importantes quienes además tenían tierras y posesiones en otros lugares: personajes importantes o hijos de cabildantes de la villa tanto por su riqueza y nombre como por sus posiciones políticas. Parece, sin embargo, que el interés por estas no era habitarlas, sus propietarios vivían en la villa de Medellín y desde allí administraban todas sus propiedades. De otra parte, se permitió a mestizos ricos y pobres acceder a ella como fue caso de José Don Bruno de Saldarriaga (Hoyos y Molina, 1994:28).

En la compraventa de tierras de la época de la Colonia muchas de ellas pasaron también a manos de grandes comerciantes y mineros o terratenientes del siglo XVIII, aunque los lazos de continuidad se mantuvieron a través de matrimonios entre familiares, herencias etc.

A medida que la población aumentaba y las necesidades de responderle en servicios y en calidad de vida se iba denominando ya fuera capillas, sitios, parroquias, curatos, distritos

por Javier Piedrahita Echeverri, Documentos…, págs. 350-353. Fue una excelente anfitriona. Igualmente fue generosa y caritativa ante los indios de sus dominios. En una de las frecuentes pláticas de don Francisco de Herrera Campuzano, en mayo 19 de 1615, ante los indios de la Provincia de Antioquia les preguntó que: “donde era el buen sitio y la buena tierra para que hicieran población y dijeron que en el hato viejo de doña María de Quesada”. 6. El sitio de Guitagüí o Ytagüí se menciona desde el año de 1616.

o municipios de acuerdo a la los requisitos que la Corona iba determinando.

A partir de 1650 se inició el poblamiento de negros libertos, debido a la manumisión iniciada desde 16317. También empezaron a llegar a la parte sur del valle de Aburrá esclavos fugados de sus encomiendas, cargueros, arrieros, e indígenas venidos de las más remotas regiones.

Para el censo realizado el 19 octubre 1675 Javier Piedrahita (2000:255) reportó 186 familias de blancos, 32 de mestizos, 28 de mulatos, 32 de indios y 2 de negros. Esta distribución demográfica estuvo relacionada con las actividades agrícolas, los potreros y hatos; y al norte la principal actividad fue la cría de ganado. Las actividades laborales son variadas y dan una idea de la composición social: se censan carpinteros, empajadores de casas, herreros, jornaleros, vaqueros, traficantes de sal entre otros.

7. En las cortes españolas se planteó desde 1809 la necesidad de abolir la esclavitud para evitar «que los esclavos la pretendan y aun la logren por medios violentos y coactivos». Cuando el debate se acentuó hacia 1821 y el Congreso de Cúcuta tuvo que decretar la libertad de vientres, ponente de esta ley José Félix de Restrepo. Se puede decir que los esclavos en la Provincia de Antioquia lograron obtener su manumisión porque las condiciones socioeconómicas y políticas generaron oportunidades que ellos, a través de su agencia, lograron materializar en cartas de libertad por compra y por gracia (Mejía y Córdoba 2017).

Cuadro No1

Primer censo de habitantes del Valle de Aburrá 19 octubre 1675 levantado por don Miguel de Aguinaga

Lugar

Valle abajo

La otra banda del río

Sitio de Aná

Pueblo de San Lorenzo Sitio del Guayabal

Sitio de la Culata

Sitio de Guitagui

Total Distancia del sitio de Aná

½ a 8 leguas

¼ a 5 leguas

1 legua

Correspondencia actual

Totumo, Tasajera, Copacabana, Hato viejo, Barbosa Estadio, Castilla, Bello Centro de Medellín

El Poblado

Padres de familia y viviendas

40 (23%)

28

85 (29.3%)

24 (8.2%)

1 legua

Más de 1 legua

Más de dos leguas Guayabal

San Cristóbal (corregimiento)

Itagüí 62

35(incluye 17 indios) (12.1%)

14

288

Para el sitio de Gitagüi8 que dista más de dos leguas de Medellín aparecen los siguientes nombres:

8. De estas 151 familias 14 correspondían al sitio de Guitaguí (dato suministrado por presbítero Javier Piedrahita, Documentos y estudio para la historia de Medellín, 1984.Pag 247).