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La colonia y creación del Distrito Parroquial de Itagüí
273 El Doctor Don Luis Jaramillo, presbítero. 274 El Capitán Juan Jaramillo. 275 Juan Jaramillo, el mozo. 276 Alonso Jaramillo. 277 Francisco de la Torre. 278 Esteban Jaramillo, y la familia de los referidos, pasa de más de 30 personas. 279 María de Alarcón y su familia. 280 Francisco Xil y su familia. 281 Fabián Muñoz Cristóbal de Serpa y lo restante de las familias pasará de quince personas. 283 Juan Claudio y cinco hijos. 284 Miguel de Agudelo y su familia. 285 Clemente Gutiérrez 286 Pedro Hernández Además, se cuenta para Itagüí la población esclava que estaba compuesta por 73 hombres y 62 mujeres.
El licenciado y visitador don Francisco de Herrera Campuzano en las ordenanzas para indios que dictó, ordenó a los encomenderos que en cada una de las poblaciones se tuviera “iglesia decente”, con imagen de “nuestra Señora” y ornamentos necesarios para el servicio y administración de los santos sacramentos.
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En los tiempos de la Colonia existieron en Itagüí dos capillas. Para el año de 1743 se edificó la primera ubicada en el paraje de El Tablazo9, en la hacienda de campo de don José
9. Dicha capilla obtuvo licencia en 1743, “concedida por el Ilus-
Bruno de Saldarriaga clérigo y presbítero, propietario de una considerable extensión de tierra, desde el Tablazo, en pie de monte del Pico El manzanillo, hasta los nacimientos de la Quebrada Doña María10. Fue consagrada a Nuestra Señora del Rosario. La capilla se arruinó totalmente (Betancur, 1931: 14).
La otra, la iglesia de Nuestra Señora del Rosario había sido levantada por los Pbros Francisco Riaza, y Francisco José de Toro quienes, a más del lote para el pequeño templo, dieron una extensión de treinta cuadras para el trazado de una población. Muerto el Pbro Francisco Antonio Saldarriaga en 1828 tal capilla se arruinó totalmente y fue luego reedificada por el Pbro Francisco José de Toro, quien residía en Envigado y ésta fue la que sirvió después de parroquia cuando el caserío fue erigido en distrito (Betancur, 1931:14). Con la creación de esta capilla11 se “oficializaba” el sitio de Itagüí, y fue más tarde elevada a la categoría de parroquia y años más tarde a la categoría de partido en 1763, durante la gobernación de José Barón de Chaves entre 1755 y
trísimo señor Obispo dr. Francisco José de Figueredo y Victorias, a petición del Maestre de campo dr. José de Saldarriaga”. Este último, alférez de la Villa y padre de don José Bruno. Esta ´Capilla vice-parroquia estaba dedicada a nuestra señora del Rosario, asegurando su permanencia y esta advocación mariana. (A.H.A. Escribamos. Testamento de José Bruno de Saldarriaga. 1777. f.212). 10. La importancia que tuvieron las capillas en el desarrollo urbano es evidente, entre otros en la asistencia que los propietarios de hatos y estancias , muchos de los cuales eran clérigos, quisieron proveer a los pobladores de sus propiedades, y evitarse viajes fatigosos y difíciles al asistir a los actos religiosos en las iglesias de los poblados cercanos. (Área metropolitana, 2011:34). 11. La primera persona bautizada en la iglesia de Itagüí fu María hija legítima de Rafael y Rita Betancur, con fecha de 4 de diciembre de 1825(Upegui y Casas, 1958).
1769, reformador de la administración de la villa, cambiando, elevando, dividiendo e impulsando diferentes fracciones del valle (A.C.M. tomo 1763).
No puede hablarse de Itagüí, sin dejar de mencionar a Envigado, ya que ambos sitios fueron erigidos en partido conjuntamente en 1775, cuando el gobernador Francisco Silvestre, preocupado por el desarrollo de la región, facilita las peticiones de erección12. Para este momento no existía subordinación entre Itagüí y Envigado, ambos como sitios y partidos tenían la misma categoría. Desde 1773 se había solicitado la posibilidad de ser erigida la parroquia de Itagüí, solicitud que fue negada en varias ocasiones. Las razones por las que se solicitara la petición de separación del curato de Envigado y de erección en parroquia del sitio de Itagüí fueron de índole estratégica, espacial, económica, política y religiosa. El partido de Itagüí se ve aislado y casi que absorbido por el curato de Envigado13, la dependencia era total, en el partido de Itagüí ni siquiera había un cura permanente para que atendiera el feligresado. La separación que producía el río, difícil de cruzar, y sus puentes “de a pie y de a caballo” deficientes, había hecho que desde fines del siglo XVII se dividieran y repartieran en cada sitio algunos cargos como los de jueces y párrocos, etc.
12. La capilla de Santa Gertrudis de Envigado tenía más expresión urbana cercada de viviendas y con buenas rentas. El gobernador Francisco Silvestre escogió este lugar para el nuevo templo y plaza entre Itagüí y El Envigado donde se trazaron calles y manzanas. Por muchos años, los curas de Envigado asistieron a los fieles de Itagüí. El Ancón, El Prado y las nuevas colonias agrarias de Amagá y de Titiribí (Área metropolitana 2011: 21). 13. El nombramiento no importaba si era religioso o civil porque siempre implicó, primero, la rivalidad de las poblaciones, ya que el ascenso de un lugar implicaba la pérdida de poder de almas, población, territorio y rentas. En segundo lugar, se reflejó especialmente, la consolidación de las capillas –plazas que se asumían como centro de poder para esos sitios debido a que el poder religioso fue más dominante que el civil e iba de la mano de todas las actividades sociales y económicas (Idem: 33).
Para 1774 las tierras de Itagüí ya habían dejado de ser un espacio cubierto de montes y cañaverales, tal como se mencionaba en los informes de 1639, y estaban dedicadas a la agricultura, predominando los cultivos de caña, plátano, maíz, fríjol, yuca, árboles frutales, hortalizas y otros, concentrándose su producción y abundancia en las vegas del río. Lo restante estaba dedicado a pastos para la cría de ganados. En el censo de 1786 aparecen siete personas con “trapiche” y por lo menos tres son “cañeleros”. De esta manera había una presencia mayoritaria de pequeños propietarios en todo el valle alentados por el bajo precio de la tierra en algunas zonas como Itagüí14 .
Durante la visita del oidor Mon y Velarde en 1786, se levantó un censo de familias del partido de Itagüí, estaba formado por 2.103 habitantes, en el que se brindaba información variada y se confirma la estabilidad conseguida por los libres y un mejoramiento material en las condiciones generales de vida, expresado en el grado de domesticación y explotación del territorio (A.H.A. censos. Tomo 337 documento No 1786).
La solicitud de ser erigido en distrito parroquial que se venía haciendo desde 177315, volvió a presentarse el 24 de diciembre de 1831 a don Juan Carrasquilla, personero del cantón de Medellín, en solicitud de informe, quien lo consideró ajustado a la realidad y sugirió la conveniencia de la nueva creación.
14. La dinámica interna de Itagüí se generó desde cierta marginalidad, provocada en parte por su situación geográfica y sus características hidrológicas, hechos que determinaron en muchas etapas de su vida política, la vinculación con zonas más al sur y al suroeste.
15. El Partido de Itagüí comenzó su carrera independentista del curato y distrito de Envigado desde mediados de la segunda década del siglo XIX.
Con fecha 24 de diciembre de 1831 el Prefecto del Departamento, Dr. Francisco Montoya, con la firma de su secretario, Dr. Mariano Ospina Rodríguez, en vista del informe dado por el Personero del Cantón, sr. Carrasquilla, encontrando el expediente conforme a las leyes y ordenanzas sobre poblaciones, decretó la erección del partido de Itagüí en Distrito parroquial, desmembrando del curato de Envigado toda la zona comprendida a la izquierda del río Medellín. (A.H.A. 1832).
La aprobación oficial del Decreto del 24 de diciembre de 1831, por el cual fue erigida la nueva Parroquia de Itagüí16 , se dio el 7 de marzo de 1832, mediante la resolución número 28, en el que el vicepresidente del Estado comunicó a través del encargado de la secretaría del Interior y Justicia, J. Francisco Pereira.
Las nominaciones que recibió Itagüí durante el siglo XIX oscilaron, por lo general, entre parroquia y distrito o distrito parroquial (Hoyos y Molina, 1994:84). Fue nombrado como primer alcalde municipal al señor Francisco Vélez, el primer Mayordomo de Fábrica de la Nueva Parroquia, al señor José Apolinar Quiroz y como cura al presbítero Felipe Restrepo. En el proceso de erección de la parroquia de Itagüí fue menester, además de la construcción de la plaza pública17, que empezó a formarse en 1900 al frente del templo de Nuestra
16. Historiadores han señalado que para el caso itagüiseño, el 24 de diciembre de 1831, no se erigió el municipio sino la nueva parroquia de Itagüí, decreto que fijó los límites del nuevo distrito segregándolo definitivamente de Envigado. Sin embargo, se afirma que aquella erección correspondía a la de distrito y parroquia a la vez. 17. La plaza es el legado español y su existencia no sólo es necesaria, sino que es una forma de mostrar que los sitios ascendieron como centro de poder religioso, político, social y económico. La plaza ha sido el lugar del intercambio de todo tipo: mercado, encuentros, discusión, festividades religiosas sagradas y de espectáculos (2011, Área metropolitana: 34).
Señora del Rosario que se construyeran: cárcel, escuelas, vías, puentes y espacios públicos. Paulatinamente, se fue conformando un casco urbano centrado en la plaza e iglesia, casas desperdigadas a lo largo de su vía principal, y el resto de pobladores, al occidente en las laderas de la montaña, en zonas como el Rosario, Pedregal, el Rincón y el Tablazo. El territorio fue adquiriendo su propio ritmo, moldeando sus particularidades con arreglo a sus habitantes.
Parque Itagüí - fotografía: Luis Mejía Álvarez - Archivo familiar - Año: 1929
La educación y moral cristiana estaban fuertemente arraigadas en la mentalidad y formas de actuar de los habitantes del pueblo por lo menos hasta los años 60, fue el termómetro que midió lo escandaloso, lo prohibido, lo impío y la verdad. Los párrocos, desde el púlpito, exhortaban a la sociedad a llevar sus vidas acordes con la doctrina católica y el clero alcanzó amplia influencia en las decisiones de la administración municipal (Hoyos y Molina, 1994:72).
La administración del matrimonio da cuenta tanto del dominio que sobre la población ejercía la Iglesia, como de su permisividad. En general era la conservación étnica, social y económica lo que más preocupaba a estas gentes quienes además acostumbraban realizar matrimonios notables en los cuales casaban a dos hermanos de una familia con dos hermanas de otra, el mismo día. En el archivo Parroquial de
Itagüí el mayor número de dispensas son por parentesco, ya de consanguinidad, ya de afinidad y la mayoría de estas fueron aceptadas no importando la clase o etnia a la que se perteneciera. Además el libro I de bautizos de la “capilla” de Nuestra Señora del Rosario de Itagüí18, comenzó en diciembre de 1825 firmado por el cura Felipe de Restrepo (Hoyos y Molina, 1994:135).
Las condiciones de sobrepoblación en que se hallaba el valle de Aburrá desde fines del siglo XVIII y el alto número de vagos y de gentes con deseos de ensanchar sus propiedades facilitaron la colonización hacia Amagá; blancos, mestizos y todo tipo de gentes, sobre todo de Itagüí y Envigado, emigraron hacia las montañas cercanas de Amagá, Titiribí y Fredonia (Jaramillo, 1991), puntas de lanza del actual suroeste antioqueño. Otros destinaron sus vidas a las pesebreras, la arriería y el comercio.
Para la década de 1950 en cuanto a educación el municipio tenía tres escuelas urbanas y tres rurales. La situación de las escuelas era lamentable por la falta de los implementos necesarios para la enseñanza. El colegio El Rosario de carácter privado funciona desde 1943, inicialmente masculino y años posteriores admite estudiantes de ambos sexos.
18. A.P.I Archivo Parroquial de Itagüí, tomo I de Bautizos 1825-1830