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Seguridad juridica como instrumento para atraer inversiones

Para un país como el nuestro, garantizar la seguridad jurídica es vital para atraer no solamente inversión extranjera directa, sino también para que el empresario nacional se anime a arriesgar su capital en un nuevo emprendimiento, creando así nuevas fuentes de empleo y riqueza.

José Ernesto Mejía Portillo Vocal I Propietario / Director Revista Comercio Global

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No es un secreto que los países con más alto índice de desarrollo económico, social y humano son países donde la seguridad jurídica es un pilar esencial – y natural- en la sociedad.

La seguridad jurídica es un principio del derecho, universal, que se sustenta en la certeza del derecho, o lo que es lo mismo, que lo que es permitido, prohibido u ordenado por el poder público, se conoce o puede conocerse. En palabras sencillas, la seguridad jurídica es la posibilidad de conocer con anticipación las reglas del juego y tener la seguridad que, con esas reglas de juego, se comienza y se termina, por ejemplo, una inversión en cualquier área; aunque la seguridad jurídica abarca no solo las inversiones, sino todo el espectro del ordenamiento jurídico.

Es de la mayor importancia que quienes dirigen el aparato gubernamental sean conscientes de la trascendencia y el significado que tiene la seguridad jurídica en un país. En el caso de las inversiones, la imagen que transmite el país hacia el exterior es vital para atraer inversión extranjera y si esta imagen es negativa, las expectativas de atraer inversionistas caen considerablemente. Hay países que tienen muy claro la importancia de la imagen que proyectan hacia el exterior para atraer inversión extranjera, que han sabido aprovechar la publicidad y el mercadeo para “vender” el país como atractivo de inversión, turístico y social. Sin ir muy lejos, en Centroamérica, hay países que no tienen la riqueza turística -playas espectaculares, buceo, arqueología, montaña, ciudades coloniales- pero que ofrecen el país como la octava maravilla (en sus medios de prensa no aparecen los homicidios en primera plana ni prestan especial atención en divulgar las calamidades domesticas) existe una especie de pacto entre la prensa y Gobierno para evitar dañar la imagen de país, y les ha dado buen resultado. También hay que reconocer que por ejemplo en Costa Rica, si existe un respeto claro y cierto hacia la seguridad jurídica, por eso han logrado atraer grandes inversiones de gigantes multinacionales, especialmente en el campo de la tecnología.

Por ello, los medios de comunicación en nuestro país deberían de dejar la nota roja para el interior de los diarios y no destacarlos en primera plana, pues, aunque desafortunadamente vende más un acto criminal, esto no ayuda en nada a la imagen de país. Igual ocurre con los medios televisivos y digitales, pareciera que, a diferencia de otros países, el pacto aquí fuera destacar lo malo y acrecentar la imagen negativa del país en el mundo. Consciente o inconscientemente, este accionar de algunos medios de comunicación es algo que debe cambiar porque no solo afecta la percepción de Honduras en el extranjero, sino también la misma percepción del hondureño de a pie, que comienza a formarse la idea que este es un país de criminales y corrupción, reforzando la imagen negativa que tienen de su propio país.

Honduras tiene muchísimo que ofrecer, es un país de gente noble y generosa que no ha tenido la suerte de ser gobernado por buenos hondureños, salvo honrosas excepciones, y que merece un mejor trato, empezando por todos y cada uno de nosotros, sea lo que sea en lo que ocupemos nuestro tiempo o talento.

El Gobierno de la presidenta Castro debe de saber garantizar la seguridad jurídica, con el cumplimiento de las leyes, con el respeto a la libertad de inversión y a la libre empresa, sabiendo enviar un mensaje claro al mundo que en Honduras se respeta la ley. (y que efectivamente se respeta.)

El motor de un país es la empresa privada, quien genera fuentes de empleo y riqueza es la empresa privada, quien más paga impuestos que sirven para realizar obras, es la empresa privada.

Solo garantizando la seguridad jurídica en el país, lograremos crear polos de desarrollo económico y atraer las grandes inversiones, sino somos conscientes del significado de este principio universal, estamos condenados al fracaso. Aun estamos a tiempo para hacer de Honduras, el país que todos queremos ver, un país de oportunidades, donde la gente en lugar de emigrar buscando un mejor futuro para su familia, se quede a trabajar con tranquilidad y la esperanza de tener un mejor futuro. De nosotros depende.

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