Cuaderno Fradique Lizardo del Folklore 5

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CENTRO CULTURAL EDUARDO LEÓN JIMENES

AV. 27 DE FEBRERO NO. 146 VILLA PROGRESO SANTIAGO DE LOS CABALLEROS REPÚBLICA DOMINICANA TEL. 809 582 2315 Fax. 809 724 7644 www.centroleon.org.do

FONDO FRADIQUE LIZARDO DE FOLKLORE LISTA PROGRAMA MEMORIA DEL MUNDO ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, L A CIENCIA Y LA CULTURA, UNESCO.

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Índice

ISSN 0864-2415

CUADERNO FRADIQUE LIZARDO DEL FOLKLORE Año III, Número V, Volumen V, 2021 Febrero - Junio 2021 Centro León

4.

Introducción. Carlos Andújar Persinal

6.

1477 al llegar Colón a Lisboa el tráfico de esclavos

era una empresa floreciente 9.

Tomás Morel: un merecido homenaje.

10.

Lo que yo pienso de Japón y los japoneses

12.

Tesoro cultural viviente de Santo Domingo

14.

El museo de Tomás Morel

16.

Los diseños dominicanos de Freddy García Godoy

18.

El rescate de los bailes dominicanos

21.

Papito Vallejo y el primer festival folklórico dominicano

24.

El 25 Aniversario del Primer Festival Folklórico Dominicano

28.

El Museo de Las Casas Reales

29.

El boicot de la dignidad

30.

1976 y 1977: resumen de dos años de actividades

34.

Ballet Folklórico Dominicano

36.

Felicitaciones al gobierno


Índice

ISSN 0864-2415

CUADERNO FRADIQUE LIZARDO DEL FOLKLORE Año III, Número V, Volumen V, 2021 Febrero - Junio 2021 Centro León

4.

Introducción. Carlos Andújar Persinal

6.

1477 al llegar Colón a Lisboa el tráfico de esclavos

era una empresa floreciente 9.

Tomás Morel: un merecido homenaje.

10.

Lo que yo pienso de Japón y los japoneses

12.

Tesoro cultural viviente de Santo Domingo

14.

El museo de Tomás Morel

16.

Los diseños dominicanos de Freddy García Godoy

18.

El rescate de los bailes dominicanos

21.

Papito Vallejo y el primer festival folklórico dominicano

24.

El 25 Aniversario del Primer Festival Folklórico Dominicano

28.

El Museo de Las Casas Reales

29.

El boicot de la dignidad

30.

1976 y 1977: resumen de dos años de actividades

34.

Ballet Folklórico Dominicano

36.

Felicitaciones al gobierno


En esa versatilidad de intereses que caracterizó la vida intelectual y profesional de Fradique Lizardo, este Cuaderno V presenta un conjunto de comunicaciones y correspondencias que dan fe y testimonio de cómo se movía y hacia cuales péndulos de la vida social y cultural se inclinaba el folklorista a quien dedicamos este Cuaderno con el fin de divulgar su obra y sus aportes al estudio de la cultura dominicana desde los diferentes ángulos en que el investigador Lizardo, dirigía sus intereses y preocupaciones. Desde temas históricos, de museos, del folklore y la música dominicana, como también debates y conflictos del ballet con instituciones gubernamentales, pasando por los bailes y terminando con los trabajos del Ballet Folclórico Dominicano, abarca esta entrega que ponemos a su disposición. Esta constelación temática está presente en este Cuaderno V y es parte del esfuerzo y los trabajos de investigación que sobre el Fondo Fradique Lizardo realiza un equipo de profesionales en el Centro León, con el interés de continuar la divulgación de esta rica información que permita conocer la vida y la obra de este gran folklorista nacional. El Centro Cultural Eduardo León Jimenes continuará su labor de poner en valor esta importante documentación, y continuar profundizando toda la información contenida en el Fondo, y bajo la metodología ya explicada, divulgar la información en la medida que vayamos trabajando los documentos.

Introducción

Es natural pensar que este estudio genere inquietudes e ideas de nuevas formas de presentar los aportes de Fradique Lizardo al folklore dominicano en la medida en que algunos de estos documentos catalogados pueden despertar una cadena de seguimiento y generar a veces un expediente en cadena siendo de gran valor esta búsqueda y que obliga a los estudiosos del Fondo a ponderar opciones y otras maneras de dar a conocer estos aportes. Si bien cada cuaderno trae documentos distintos, a veces se produce una unicidad temática que permite que la entrega sea más compacta en sus contenidos, sin embargo, como muestra este Cuaderno V, también la diversidad de los contenidos posee la virtud de mostrar todos los campos de interés que abarcaba el folklorista, sobre todo, la particular preocupación de dedicarle atención a todo, pues escribir sobre cada uno de estos temas que vemos en este Cuaderno nos permite conocer sus distintas y distantes preocupaciones. La lectura de estos cuadernos, permiten conocer la amplitud temática y complejidad que envolvía su mente y a las cuales le dedicaba un espacio de su agitado tiempo, para importantizarlo en su agenda cotidiana. De ahí el valor que este Cuaderno V tiene, y esa mirada múltiple que nos arroja sobre el valor del Fondo declarado Lista del Patrimonio de la Memoria Latinoamericano y del Caribe en el 2014 por la UNESCO, y a quien le dio dimensión patrimonial al mismo: Fradique Lizardo.

Carlos Andújar Persinal Asesor Especialista en Cultura Centro León


En esa versatilidad de intereses que caracterizó la vida intelectual y profesional de Fradique Lizardo, este Cuaderno V presenta un conjunto de comunicaciones y correspondencias que dan fe y testimonio de cómo se movía y hacia cuales péndulos de la vida social y cultural se inclinaba el folklorista a quien dedicamos este Cuaderno con el fin de divulgar su obra y sus aportes al estudio de la cultura dominicana desde los diferentes ángulos en que el investigador Lizardo, dirigía sus intereses y preocupaciones. Desde temas históricos, de museos, del folklore y la música dominicana, como también debates y conflictos del ballet con instituciones gubernamentales, pasando por los bailes y terminando con los trabajos del Ballet Folclórico Dominicano, abarca esta entrega que ponemos a su disposición. Esta constelación temática está presente en este Cuaderno V y es parte del esfuerzo y los trabajos de investigación que sobre el Fondo Fradique Lizardo realiza un equipo de profesionales en el Centro León, con el interés de continuar la divulgación de esta rica información que permita conocer la vida y la obra de este gran folklorista nacional. El Centro Cultural Eduardo León Jimenes continuará su labor de poner en valor esta importante documentación, y continuar profundizando toda la información contenida en el Fondo, y bajo la metodología ya explicada, divulgar la información en la medida que vayamos trabajando los documentos.

Introducción

Es natural pensar que este estudio genere inquietudes e ideas de nuevas formas de presentar los aportes de Fradique Lizardo al folklore dominicano en la medida en que algunos de estos documentos catalogados pueden despertar una cadena de seguimiento y generar a veces un expediente en cadena siendo de gran valor esta búsqueda y que obliga a los estudiosos del Fondo a ponderar opciones y otras maneras de dar a conocer estos aportes. Si bien cada cuaderno trae documentos distintos, a veces se produce una unicidad temática que permite que la entrega sea más compacta en sus contenidos, sin embargo, como muestra este Cuaderno V, también la diversidad de los contenidos posee la virtud de mostrar todos los campos de interés que abarcaba el folklorista, sobre todo, la particular preocupación de dedicarle atención a todo, pues escribir sobre cada uno de estos temas que vemos en este Cuaderno nos permite conocer sus distintas y distantes preocupaciones. La lectura de estos cuadernos, permiten conocer la amplitud temática y complejidad que envolvía su mente y a las cuales le dedicaba un espacio de su agitado tiempo, para importantizarlo en su agenda cotidiana. De ahí el valor que este Cuaderno V tiene, y esa mirada múltiple que nos arroja sobre el valor del Fondo declarado Lista del Patrimonio de la Memoria Latinoamericano y del Caribe en el 2014 por la UNESCO, y a quien le dio dimensión patrimonial al mismo: Fradique Lizardo.

Carlos Andújar Persinal Asesor Especialista en Cultura Centro León


1477 al llegar Colón a Lisboa el tráfico de esclavos era una empresa floreciente Desde el golfo de Paría Colón envió cientos de indios para ser vendidos en el mercado de esclavos de Sevilla. Fue pues Colón quien inició el tráfico de esclavos en el Atlántico que se movió primero de oeste a este. Cuando los europeos apresaban infieles daban un golpe a la infidelidad en general. Y con esa posición fue que los europeos llegaron al África a comerciar con esclavos. Desde los 1500, los holandeses comenzaron a socavar el comercio de esclavo portugués en Guinea y en 1637 dominaron el tráfico de esclavos cuando ocuparon la fortaleza de Elmina y tomarían cabezas de playa en Brasil, Curazao y San Eustaquio, desde donde metían esclavos de contrabando en las colonias españolas. El asiento para 1730 era una pérdida para Inglaterra, pero la fuerza de los competidores forzó a España a dejar el monopolio y adoptar una política de libre comercio de esclavos. Al tiempo de la guerra de sucesión española, los holandeses se habían aliado con los enemigos de los poderosos Ashantis y perdieron hegemonía en el tráfico de esclavos. Como las tribus que capturaran más esclavos recibían más artículos europeos, y por lo tanto podían sobrevivir mejor, resultó que grupos como los Ashantis y Dahomeyanos subieron al poder como especialistas del arte de esclavizar. Estas tribus al principio tenían un acceso más directo a los europeos, pero sus reyes se extendieron hacia la costa extendiendo su zona de terror, a medida que su poder crecía. El triunfo de los dahomeyanos destruyó el patrón del tráfico de esclavos. Los deudores y los infractores de las menores ofensas eran vendidos como esclavos y los reyes enviaron tropas de noche a atacar villas distantes, donde los moradores eran maniatados y los niños tirados en sacos. 6

Gomes de Azurara nos cuenta sus impresiones de uno de esos raids y la subsecuente venta de los cautivos. Y fue profundamente impresionado por el espectáculo de seres suicidándose para evitar la captura, la brutal separación de las familias y el azote incesante a mujeres que se aferraban a un esposo o hijos. Hasta capitanes de barcos no eran inmunes a tales sentimientos. Barbot por el contrario cuenta la felicidad de los negros que fumaban, cantaban y bailaban en cubierta por las noches. Y explicaba que los suicidios se debían a que los negros creían que los blancos se los iban a comer. Y que, como él era un hombre compasivo, le rompía los dientes a los que se negaban a comer y los alimentaba a la fuerza. Thomas Phillips se descorazonaba por el rehusar a comer y el salto al mar de algunos esclavos, pero confiesa que él era muy humano para cortar piernas y brazos para aterrorizar como algunos hacían, porque él creía que Dios quería a los negros igual que a los cristianos, pero como hombre práctico, él sabía que cuando los esclavos eran alimentados a bordo, había que vigilarlos con las armas en la mano y los gatillos listos. Para Tomás Mercado, la esclavitud era legal, pues los negros vivían guerreando, el crimen y la autoventa. El consideraba los bárbaros africanos que cometían grandes crímenes y aceptaba sus leyes que los condenaban a la esclavitud perpetua. Pero Mercado dudaba cuando tenía que decidir sobre el derecho de los padres africanos a vender sus hijos. Como los africanos eran salvajes, sus acciones eran gobernadas por pasión, pero no razón. Y como portugueses y españoles ofrecían tan altos precios, los negros se cazaban uno a otros, secuestrando y atacando villas aun cuando faltara excusa para una guerra. Pero concluían que era imposible embarcarse en el tráfico de esclavos sin incurrir en pecado mortal. Bartolomé de Albornoz decía que ni en Aristóteles se podía encontrar que los prisioneros de guerra podían esclavizarse ni en la ley de Cristo. ¿Cómo podía uno saber si se había capturado un hombre en forma justa? ¿Y qué de los niños y mujeres a quienes no se podía acusar de agresión? Y aunque se decía que estaban mejor en manos cristianas que como bestias en África, Albornoz veía esto con mucho escepticismo. No eran los europeos quienes tenían que determinar tal asunto. No se debía perder la libertad para llegar a ser cristiano. ¿Dónde estaba escrito que la libertad del alma debía pagarse con la esclavitud del cuerpo? Y aunque Albornoz no demandaba una emancipación general, hablaba como un abolicionista genuino. Tomás Sánchez, S. J. sabía que el tráfico era ilegal, pero abrió una puerta de escape al decir que era el comprador original como mercader al fin que tenía que determinar la legitimidad del título. Los compradores subsecuentes podían dormir con su conciencia clara. Para muchos, el hecho de que el clero de España y Portugal (de las colonias) fuera dueño de miles de esclavos, era una prueba de acuerdo con el Consejo de Indias de la legitimidad del tráfico de esclavos. Uno de los buques capturados por los británicos en 1842 era un pequeño barco de 18 toneladas, con dotación de seis portugueses, y entre cubiertas en un espacio de 18 pulgadas de alto, habían intentado atorar 250 niños africanos de unos 7 años. 7


1477 al llegar Colón a Lisboa el tráfico de esclavos era una empresa floreciente Desde el golfo de Paría Colón envió cientos de indios para ser vendidos en el mercado de esclavos de Sevilla. Fue pues Colón quien inició el tráfico de esclavos en el Atlántico que se movió primero de oeste a este. Cuando los europeos apresaban infieles daban un golpe a la infidelidad en general. Y con esa posición fue que los europeos llegaron al África a comerciar con esclavos. Desde los 1500, los holandeses comenzaron a socavar el comercio de esclavo portugués en Guinea y en 1637 dominaron el tráfico de esclavos cuando ocuparon la fortaleza de Elmina y tomarían cabezas de playa en Brasil, Curazao y San Eustaquio, desde donde metían esclavos de contrabando en las colonias españolas. El asiento para 1730 era una pérdida para Inglaterra, pero la fuerza de los competidores forzó a España a dejar el monopolio y adoptar una política de libre comercio de esclavos. Al tiempo de la guerra de sucesión española, los holandeses se habían aliado con los enemigos de los poderosos Ashantis y perdieron hegemonía en el tráfico de esclavos. Como las tribus que capturaran más esclavos recibían más artículos europeos, y por lo tanto podían sobrevivir mejor, resultó que grupos como los Ashantis y Dahomeyanos subieron al poder como especialistas del arte de esclavizar. Estas tribus al principio tenían un acceso más directo a los europeos, pero sus reyes se extendieron hacia la costa extendiendo su zona de terror, a medida que su poder crecía. El triunfo de los dahomeyanos destruyó el patrón del tráfico de esclavos. Los deudores y los infractores de las menores ofensas eran vendidos como esclavos y los reyes enviaron tropas de noche a atacar villas distantes, donde los moradores eran maniatados y los niños tirados en sacos. 6

Gomes de Azurara nos cuenta sus impresiones de uno de esos raids y la subsecuente venta de los cautivos. Y fue profundamente impresionado por el espectáculo de seres suicidándose para evitar la captura, la brutal separación de las familias y el azote incesante a mujeres que se aferraban a un esposo o hijos. Hasta capitanes de barcos no eran inmunes a tales sentimientos. Barbot por el contrario cuenta la felicidad de los negros que fumaban, cantaban y bailaban en cubierta por las noches. Y explicaba que los suicidios se debían a que los negros creían que los blancos se los iban a comer. Y que, como él era un hombre compasivo, le rompía los dientes a los que se negaban a comer y los alimentaba a la fuerza. Thomas Phillips se descorazonaba por el rehusar a comer y el salto al mar de algunos esclavos, pero confiesa que él era muy humano para cortar piernas y brazos para aterrorizar como algunos hacían, porque él creía que Dios quería a los negros igual que a los cristianos, pero como hombre práctico, él sabía que cuando los esclavos eran alimentados a bordo, había que vigilarlos con las armas en la mano y los gatillos listos. Para Tomás Mercado, la esclavitud era legal, pues los negros vivían guerreando, el crimen y la autoventa. El consideraba los bárbaros africanos que cometían grandes crímenes y aceptaba sus leyes que los condenaban a la esclavitud perpetua. Pero Mercado dudaba cuando tenía que decidir sobre el derecho de los padres africanos a vender sus hijos. Como los africanos eran salvajes, sus acciones eran gobernadas por pasión, pero no razón. Y como portugueses y españoles ofrecían tan altos precios, los negros se cazaban uno a otros, secuestrando y atacando villas aun cuando faltara excusa para una guerra. Pero concluían que era imposible embarcarse en el tráfico de esclavos sin incurrir en pecado mortal. Bartolomé de Albornoz decía que ni en Aristóteles se podía encontrar que los prisioneros de guerra podían esclavizarse ni en la ley de Cristo. ¿Cómo podía uno saber si se había capturado un hombre en forma justa? ¿Y qué de los niños y mujeres a quienes no se podía acusar de agresión? Y aunque se decía que estaban mejor en manos cristianas que como bestias en África, Albornoz veía esto con mucho escepticismo. No eran los europeos quienes tenían que determinar tal asunto. No se debía perder la libertad para llegar a ser cristiano. ¿Dónde estaba escrito que la libertad del alma debía pagarse con la esclavitud del cuerpo? Y aunque Albornoz no demandaba una emancipación general, hablaba como un abolicionista genuino. Tomás Sánchez, S. J. sabía que el tráfico era ilegal, pero abrió una puerta de escape al decir que era el comprador original como mercader al fin que tenía que determinar la legitimidad del título. Los compradores subsecuentes podían dormir con su conciencia clara. Para muchos, el hecho de que el clero de España y Portugal (de las colonias) fuera dueño de miles de esclavos, era una prueba de acuerdo con el Consejo de Indias de la legitimidad del tráfico de esclavos. Uno de los buques capturados por los británicos en 1842 era un pequeño barco de 18 toneladas, con dotación de seis portugueses, y entre cubiertas en un espacio de 18 pulgadas de alto, habían intentado atorar 250 niños africanos de unos 7 años. 7


A menudo los esclavos eran agrupados en masa, desnudados y arreados a grandes depósitos donde eran examinados y marcados como animales. Los españoles ordinariamente compraban vacas y caballos individualmente, pero compraban negros en lotes o piezas de indias, que se agrupaban de acuerdo con edad y tamaño. En 1784 se prohibió por edicto real la marca de los negros, protección que se había dado a los indios mucho tiempo antes. Los portugueses fundaron la factoría que se llamó San Jorge de la Mina de oro. Llevaban las marcas siguientes: Branes, casangas, bañoles o banunes: pequeños círculos coloreados a todo el largo de la frente de sien a sien, en dos o tres hileras (estas marcas eran del grueso de un garbanzo). Biafaras: un círculo alrededor del ombligo. Zapes: tatuajes vistosos, en la frente dos rayas azules; cinco rayas que van de las sienes a las mejillas. Debajo de los ojos tres rayas azules. Popós: arcos y flechas de los ojos a las orejas. Ararás: toda la cara llena de rayas, tanto que eran despreciados en los mercados. Lucumíes: rayas como los ararás. Los lucumíes barbas se agujereaban ventana izquierda de la nariz. Congos y Angolas: no se tatuaban mucho, algunas veces agujereaban oreja izquierda. Charsilas: tres rayas largas a cada lado del rostro. En los barcos decían: ¡Ébano al agua! y los tiraban al mar. Al llegar a tierra se median, que se llamaba «palmeo» y luego al «carimbado» que era marcarlos con hierro al rojo. Grandes barracas provistas de una sola puerta con torniquete. El carimbado consistía en marcas que se ponían en la cara y en las espaldas. En el barco le daban cereal en aceite de palma.

Tomás Morel: un merecido homenaje. En nuestro país, lograr alguien que se le reconozca una labor de años dedicada a una causa cualquiera, es bastante difícil, y a veces sólo con la muerte, aunque tenga que esperarse el centenario de ésta y un presidente literario y científico como en el caso de Juan Pablo Duarte, a quien solamente Balaguer le ha dado el sitio que se merecía. Hasta hace poco, los santiagueros se dieron cuenta de repente que tenían entre ellos a Tomás Morel, y a su labor, a su esfuerzo y a su dedicación en pro del Carnaval de Santiago, le han dedicado un justo y merecido homenaje, dedicando el carnaval de este año, a sus años de trabajo en pro de la conservación del carnaval de Santiago. Más de tres lustros tiene Tomás Morel dedicado a la quijotesca obra de preservación del carnaval de Santiago, recogiendo datos aquí y allá, asesorando celebraciones para que reflejen con exactitud nuestro pasado y, sobre todo, fundando su museo y llamando a concurso cada año, las Caretas de Lechón, para que esta artesanía maravillosa nuestra no se pierda. Solamente el Concurso de Caretas de Lechón, valdría en cualquier parte del mundo, no sólo homenajes, sino el respaldo a una obra de conservación de un aspecto de la cultura popular que nos honra y que demuestra, además de la fina sensibilidad de Tomás Morel, su gran amor a cada una de las manifestaciones culturales de nuestro pueblo.

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Este carnaval-homenaje en el que participaron comparsas de todo el Cibao, es la rosa que se ha puesto en el ojal de un hombre que se merece todos los homenajes y que, al cabo de muchos años, se le ha reconocido su labor. En algo discrepamos de los organizadores del homenaje y es en lo siguiente: se partió de la premisa que Tomás Morel era santiaguero y únicamente Santiago tenía derecho a reconocer su labor. ¡Error imperdonable! Tomás Morel es dominicano, y más que dominicano, un dominicano que se ha proyectado al universo, y como tal requiere y exige que todos los que comprendemos su esfuerzo, que todos los que nos identificamos con su obra estemos presentes en actos tan significativos con el carnaval de Tomás Morel. El parroquialismo de los organizadores del homenaje impidió que se nos cursaran invitaciones a tantos cultores del folklore en forma seria y sistemática, que andamos tras los trillos que abrió Tomás Morel y que nos nutrimos del pan que amasó con sus manos. Pero a pesar de ese desaire, de esa falta de consideración y de comprensión para con nuestros esfuerzos, te decimos, Tomás, te apreciamos, Tomás estamos contigo, apreciamos tu trabajo y te respaldamos aunque no nos inviten a tu homenaje. Santo Domingo, Marzo 12, 1978 9


A menudo los esclavos eran agrupados en masa, desnudados y arreados a grandes depósitos donde eran examinados y marcados como animales. Los españoles ordinariamente compraban vacas y caballos individualmente, pero compraban negros en lotes o piezas de indias, que se agrupaban de acuerdo con edad y tamaño. En 1784 se prohibió por edicto real la marca de los negros, protección que se había dado a los indios mucho tiempo antes. Los portugueses fundaron la factoría que se llamó San Jorge de la Mina de oro. Llevaban las marcas siguientes: Branes, casangas, bañoles o banunes: pequeños círculos coloreados a todo el largo de la frente de sien a sien, en dos o tres hileras (estas marcas eran del grueso de un garbanzo). Biafaras: un círculo alrededor del ombligo. Zapes: tatuajes vistosos, en la frente dos rayas azules; cinco rayas que van de las sienes a las mejillas. Debajo de los ojos tres rayas azules. Popós: arcos y flechas de los ojos a las orejas. Ararás: toda la cara llena de rayas, tanto que eran despreciados en los mercados. Lucumíes: rayas como los ararás. Los lucumíes barbas se agujereaban ventana izquierda de la nariz. Congos y Angolas: no se tatuaban mucho, algunas veces agujereaban oreja izquierda. Charsilas: tres rayas largas a cada lado del rostro. En los barcos decían: ¡Ébano al agua! y los tiraban al mar. Al llegar a tierra se median, que se llamaba «palmeo» y luego al «carimbado» que era marcarlos con hierro al rojo. Grandes barracas provistas de una sola puerta con torniquete. El carimbado consistía en marcas que se ponían en la cara y en las espaldas. En el barco le daban cereal en aceite de palma.

Tomás Morel: un merecido homenaje. En nuestro país, lograr alguien que se le reconozca una labor de años dedicada a una causa cualquiera, es bastante difícil, y a veces sólo con la muerte, aunque tenga que esperarse el centenario de ésta y un presidente literario y científico como en el caso de Juan Pablo Duarte, a quien solamente Balaguer le ha dado el sitio que se merecía. Hasta hace poco, los santiagueros se dieron cuenta de repente que tenían entre ellos a Tomás Morel, y a su labor, a su esfuerzo y a su dedicación en pro del Carnaval de Santiago, le han dedicado un justo y merecido homenaje, dedicando el carnaval de este año, a sus años de trabajo en pro de la conservación del carnaval de Santiago. Más de tres lustros tiene Tomás Morel dedicado a la quijotesca obra de preservación del carnaval de Santiago, recogiendo datos aquí y allá, asesorando celebraciones para que reflejen con exactitud nuestro pasado y, sobre todo, fundando su museo y llamando a concurso cada año, las Caretas de Lechón, para que esta artesanía maravillosa nuestra no se pierda. Solamente el Concurso de Caretas de Lechón, valdría en cualquier parte del mundo, no sólo homenajes, sino el respaldo a una obra de conservación de un aspecto de la cultura popular que nos honra y que demuestra, además de la fina sensibilidad de Tomás Morel, su gran amor a cada una de las manifestaciones culturales de nuestro pueblo.

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Este carnaval-homenaje en el que participaron comparsas de todo el Cibao, es la rosa que se ha puesto en el ojal de un hombre que se merece todos los homenajes y que, al cabo de muchos años, se le ha reconocido su labor. En algo discrepamos de los organizadores del homenaje y es en lo siguiente: se partió de la premisa que Tomás Morel era santiaguero y únicamente Santiago tenía derecho a reconocer su labor. ¡Error imperdonable! Tomás Morel es dominicano, y más que dominicano, un dominicano que se ha proyectado al universo, y como tal requiere y exige que todos los que comprendemos su esfuerzo, que todos los que nos identificamos con su obra estemos presentes en actos tan significativos con el carnaval de Tomás Morel. El parroquialismo de los organizadores del homenaje impidió que se nos cursaran invitaciones a tantos cultores del folklore en forma seria y sistemática, que andamos tras los trillos que abrió Tomás Morel y que nos nutrimos del pan que amasó con sus manos. Pero a pesar de ese desaire, de esa falta de consideración y de comprensión para con nuestros esfuerzos, te decimos, Tomás, te apreciamos, Tomás estamos contigo, apreciamos tu trabajo y te respaldamos aunque no nos inviten a tu homenaje. Santo Domingo, Marzo 12, 1978 9


Lo que yo pienso de Japón y los japoneses Por: Fradique Lizardo Aage V. Kollegiet Rebæk Søpark 5-436 2650 Hvidovre Danmark 40 años, profesor Enterado por medio de Radio Japan News, Julio de 1971

Para mí el Japón es país de cultura, una cultura continua y fuerte que ha creado un espíritu educado, cortés, y que ha sabido y podido adaptarse a las diferentes corrientes de la vida. La prehistoria de Japón nos muestra esa cultura primitiva que fabricaron aquellos ornamentos en barro que hasta se ha llegado a asegurar que tuvo alguna influencia en el arte americano primitivo, sobre todo el de la costa del Centro de Sur América y el oeste de México. Pero esa cultura japonesa fue evolucionando y llegó a darnos prodigios en muchas de sus manifestaciones, desde el Buda de Nara, que es el mayor de su tipo que existe y cuyo problema de fundición había sido resulto hacía ya mucho cuando Miguel Ángel esbozaba vaciados en bronce que no eran superiores, hasta el delicado y exquisito arte del Ikebuna, quien haya podido apreciar el verdadero arreglo floral japonés, y sumirse ante la belleza que saben expresar a veces con dos simples ramitos, tiene que quedar verdaderamente maravillado. Pero podemos volver nuestros ojos hacia la expresión teatral japonesa, el Kabukí, el Noh y el Gagakú, quien ha podido ver una representación del Gagakú acompañado de un japonés que le explique con lujo de detalles todo el proceso del desarrollo de la representación, tiene que admirar esa verdadera expresión de cultura condensada en gestos e insinuaciones. La ceremonia del té es otra de las exquisitas expresiones de la cultura japonesa, que nos muestra en forma señorial, como la esposa prepara y ofrece a su esposo y señor su bebida tradicional. Pero el desarrollo de la cultura en el Japón agudizó el entendimiento del japonés en tal forma, que acentuó en grado sumo su adaptación a la vida moderna, siglos de observación y de cuidadosa selección para la cría de los Onagadori de larga cola y de los Uzurao sin cola, permitieron en su oportunidad a los japoneses adaptar sus conocimientos a la cría de la perla sin mayores problemas, pero atrás estaba como en todo la tradición cultural de la observación y el cuidado. 10

Al entrar en la edad contemporánea, después del proceso Meijí, aquella cultura milenaria y observadora fue adaptando sus conocimientos y cuando se propuso adelantar en cualquiera de los campos científicos le fue fácil descollar en ellos, comenzaron con Negouchi, luego construyeron el barco y armas modernas, cuando le llegó el turno a la electrónica, mejoró y superó todo lo que existía en el momento. Su paridad hoy con el mundo civilizado le viene de su herencia cultural, no es de otra causa, el Japón ha sabido muy sabiamente copiar todas las innovaciones sin perder sus características culturales propias, eso se refleja en lo más mínimo de sus expresiones hace ya muchos siglos arquitectos japoneses edificaron un templo que colgaba de una soga como defensa contra los terremotos. Este templo a pesar de ser de madera y cuerda aún existe y cumple las funciones para las cuales fue específicamente creado, pero el Japón, después de observar las técnicas de construcción modernas, construyó su moderno palacio imperial, supo combinar todo lo antiguo con las técnicas más modernas. Al lado del mural japonés «Mar de la Mañana» podemos contemplar en dicho moderno palacio la Minami-Damari y los jardines construidos entre sus pabellones, así como todos sus salones y dependencias que como su techo siendo de cobre, no deja de adaptar todas las comodidades y adelantos modernos al estilo tradicional de Japón. Lo único que tiene en su contra el Japón es el idioma. Podemos conocer al Japón a través de todas sus manifestaciones artísticas y estéticas, y compenetrarnos con ellas, pero un país donde una mujer escribió una novela en 1010 (Lady Murakami, La Historia de Genji) cuando la novela aún no existía siquiera en occidente, nos tiene vedada su lírica, variado y hermosa literatura a causa de la barrera del idioma. Existen y se harán muchas más traducciones, pero la traducción es interpretación y los giros y expresiones del japonés serán… La sintaxis y morfología del idioma japonés no son difíciles en sí, pero el Kanjí es un obstáculo casi insuperables, pues para poder leer la literatura japonesa en fuentes originales, comprendiéndola sin distorsiones, exige una vida de dedicación, de todas sus artes, su literatura la veremos siempre a través de lo que sus interpretadores quieran decirnos. No se puede hablar de la cultura japonesa sin hablar del ZEN. En occidente todos hablamos del ZEN y ninguno lo comprendemos; tenemos que pasarnos un tiempo en pequeño jardín de piedras que sugiera ondulaciones marinas, tendremos que ensimismarnos en nosotros mismos, tendremos que cantar sutras interminablemente, tendremos que aprendernos a sentarnos con las rodillas dobladas, meditando, tendremos que recibir muchos golpes en el Kaisaku y tendremos que contestarnos las famosas preguntas: ¿Quién soy yo? y ¿Qué parece tu cara antes de que tus padres hayan nacido? antes de comprender lo que el ZEN es. NOTA: Queridos amigos de Radio Japón, hoy recibí mi carnet de miembro del Club de Radio Japón junto con su revista de julio, donde están las bases del concurso, aunque la fecha límite la fijan para el 31 de julio, supongo que no es la recepción de allá, sino la última fecha de poner al correo los ensayos. Yo pongo esta hoy 30 de julio, no con la esperanza de ganar nada, ya que no he tenido tiempo de preparar nada, sino como una espontánea colaboración con un país cuya cultura adoro. No he consultado ninguna obra especial para hacer el trabajo, pues así pudiera haber hablado de la fiesta de las linternas y de los niños, así como del año nuevo japonés, pero el tiempo no lo ha permitido. Acepten este humilde trabajo como una simple colaboración que sé muy bien que se pasa del límite de palabras exigido en las bases y ya por eso quedará descalificado. Gracias, Afmo. Fradique Lizardo Aage V. Kollegiet Rebæk Søpark 5-436 2650 Hvidovre Danmark

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Lo que yo pienso de Japón y los japoneses Por: Fradique Lizardo Aage V. Kollegiet Rebæk Søpark 5-436 2650 Hvidovre Danmark 40 años, profesor Enterado por medio de Radio Japan News, Julio de 1971

Para mí el Japón es país de cultura, una cultura continua y fuerte que ha creado un espíritu educado, cortés, y que ha sabido y podido adaptarse a las diferentes corrientes de la vida. La prehistoria de Japón nos muestra esa cultura primitiva que fabricaron aquellos ornamentos en barro que hasta se ha llegado a asegurar que tuvo alguna influencia en el arte americano primitivo, sobre todo el de la costa del Centro de Sur América y el oeste de México. Pero esa cultura japonesa fue evolucionando y llegó a darnos prodigios en muchas de sus manifestaciones, desde el Buda de Nara, que es el mayor de su tipo que existe y cuyo problema de fundición había sido resulto hacía ya mucho cuando Miguel Ángel esbozaba vaciados en bronce que no eran superiores, hasta el delicado y exquisito arte del Ikebuna, quien haya podido apreciar el verdadero arreglo floral japonés, y sumirse ante la belleza que saben expresar a veces con dos simples ramitos, tiene que quedar verdaderamente maravillado. Pero podemos volver nuestros ojos hacia la expresión teatral japonesa, el Kabukí, el Noh y el Gagakú, quien ha podido ver una representación del Gagakú acompañado de un japonés que le explique con lujo de detalles todo el proceso del desarrollo de la representación, tiene que admirar esa verdadera expresión de cultura condensada en gestos e insinuaciones. La ceremonia del té es otra de las exquisitas expresiones de la cultura japonesa, que nos muestra en forma señorial, como la esposa prepara y ofrece a su esposo y señor su bebida tradicional. Pero el desarrollo de la cultura en el Japón agudizó el entendimiento del japonés en tal forma, que acentuó en grado sumo su adaptación a la vida moderna, siglos de observación y de cuidadosa selección para la cría de los Onagadori de larga cola y de los Uzurao sin cola, permitieron en su oportunidad a los japoneses adaptar sus conocimientos a la cría de la perla sin mayores problemas, pero atrás estaba como en todo la tradición cultural de la observación y el cuidado. 10

Al entrar en la edad contemporánea, después del proceso Meijí, aquella cultura milenaria y observadora fue adaptando sus conocimientos y cuando se propuso adelantar en cualquiera de los campos científicos le fue fácil descollar en ellos, comenzaron con Negouchi, luego construyeron el barco y armas modernas, cuando le llegó el turno a la electrónica, mejoró y superó todo lo que existía en el momento. Su paridad hoy con el mundo civilizado le viene de su herencia cultural, no es de otra causa, el Japón ha sabido muy sabiamente copiar todas las innovaciones sin perder sus características culturales propias, eso se refleja en lo más mínimo de sus expresiones hace ya muchos siglos arquitectos japoneses edificaron un templo que colgaba de una soga como defensa contra los terremotos. Este templo a pesar de ser de madera y cuerda aún existe y cumple las funciones para las cuales fue específicamente creado, pero el Japón, después de observar las técnicas de construcción modernas, construyó su moderno palacio imperial, supo combinar todo lo antiguo con las técnicas más modernas. Al lado del mural japonés «Mar de la Mañana» podemos contemplar en dicho moderno palacio la Minami-Damari y los jardines construidos entre sus pabellones, así como todos sus salones y dependencias que como su techo siendo de cobre, no deja de adaptar todas las comodidades y adelantos modernos al estilo tradicional de Japón. Lo único que tiene en su contra el Japón es el idioma. Podemos conocer al Japón a través de todas sus manifestaciones artísticas y estéticas, y compenetrarnos con ellas, pero un país donde una mujer escribió una novela en 1010 (Lady Murakami, La Historia de Genji) cuando la novela aún no existía siquiera en occidente, nos tiene vedada su lírica, variado y hermosa literatura a causa de la barrera del idioma. Existen y se harán muchas más traducciones, pero la traducción es interpretación y los giros y expresiones del japonés serán… La sintaxis y morfología del idioma japonés no son difíciles en sí, pero el Kanjí es un obstáculo casi insuperables, pues para poder leer la literatura japonesa en fuentes originales, comprendiéndola sin distorsiones, exige una vida de dedicación, de todas sus artes, su literatura la veremos siempre a través de lo que sus interpretadores quieran decirnos. No se puede hablar de la cultura japonesa sin hablar del ZEN. En occidente todos hablamos del ZEN y ninguno lo comprendemos; tenemos que pasarnos un tiempo en pequeño jardín de piedras que sugiera ondulaciones marinas, tendremos que ensimismarnos en nosotros mismos, tendremos que cantar sutras interminablemente, tendremos que aprendernos a sentarnos con las rodillas dobladas, meditando, tendremos que recibir muchos golpes en el Kaisaku y tendremos que contestarnos las famosas preguntas: ¿Quién soy yo? y ¿Qué parece tu cara antes de que tus padres hayan nacido? antes de comprender lo que el ZEN es. NOTA: Queridos amigos de Radio Japón, hoy recibí mi carnet de miembro del Club de Radio Japón junto con su revista de julio, donde están las bases del concurso, aunque la fecha límite la fijan para el 31 de julio, supongo que no es la recepción de allá, sino la última fecha de poner al correo los ensayos. Yo pongo esta hoy 30 de julio, no con la esperanza de ganar nada, ya que no he tenido tiempo de preparar nada, sino como una espontánea colaboración con un país cuya cultura adoro. No he consultado ninguna obra especial para hacer el trabajo, pues así pudiera haber hablado de la fiesta de las linternas y de los niños, así como del año nuevo japonés, pero el tiempo no lo ha permitido. Acepten este humilde trabajo como una simple colaboración que sé muy bien que se pasa del límite de palabras exigido en las bases y ya por eso quedará descalificado. Gracias, Afmo. Fradique Lizardo Aage V. Kollegiet Rebæk Søpark 5-436 2650 Hvidovre Danmark

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Tesoro cultural viviente de Santo Domingo

Tomando esta situación en consideración, la Sociedad Folklórica Dominicana ha decidido premiar a estos abnegados y meritorios depositarios y conservadores de nuestro folklore, la mayoría de quienes están ajenos al trascendental papel que juegan dentro del desarrollo de la cultura dominicana. Con tal motivo, se ha acordado otorgarles un pequeño diploma que los acredita como: «TESORO CULTURAL VIVIENTE DE SANTO DOMINGO», y en esta forma, ofrecerles aunque sea en forma simbólica la seguridad que hay quienes aprecian en forma debida, su esfuerzo, sus desvelos y sus sudores, y aunque desprovistos de medios para poder hacerles otra oferta, por lo menos reconocer en forma pública que son estos señores los que verdaderamente merecen un homenaje en este país por la conservación de nuestro folklore. El 30 de los corrientes, en el homenaje que ofrecerá la Sociedad Folklórica Dominicana a Papito Vallejo al cumplirse el 25 aniversario del Primer Festival Folklórico Dominicano, se entregarán diplomas de estos a las personas siguientes: Bertilia Peña, Fidias Mercedes Bautista, Dámaso Mercado, Dr. Jovino Espínola, Alfredo Félix, Amanda Germán Pérez, Quico Esquea y Teófilo Chiverton. Como la Sociedad Folklórica Dominicana es una entidad cultural privada sin fondos de clase alguna, tal vez no le sea posible traer a todos los homenajeados al acto de entrega de los diplomas, sin embargo, estos estarán hechos y ahí se sembrará la primera piedra. En homenajes sucesivos, se irá cumpliendo con este deber que se ha impuesto la Sociedad Folklórica Dominicana, de honrar a todos quienes se lo merecen por la conservación de nuestro folklore. Santo Domingo Enero 9, 1976

Por: Fradique Lizardo

A través de los años, se han ido conservando costumbres, bailes y otros elementos de nuestro folklore, que muchas veces han tenido que soportar fuertes impactos culturales, que no han logrado desarraigar estas manifestaciones de nuestra cultura popular. Detrás de estas manifestaciones y celebraciones, en forma anónima, laborando contra toda clase de obstáculos, luchando contra vicisitudes de todas clases y las más de las veces, sin recursos económicos suficientes, se encuentran una serie de personas, que son los verdaderos héroes anónimos de nuestro folklore y que a veces pasan toda su vida sin que su nombre sea conocido más allá de sus íntimos y de aquellos que por alguna casualidad van a parar, por cualquier motivo, cerca de los sitios donde se hacen esas celebraciones.

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Tesoro cultural viviente de Santo Domingo

Tomando esta situación en consideración, la Sociedad Folklórica Dominicana ha decidido premiar a estos abnegados y meritorios depositarios y conservadores de nuestro folklore, la mayoría de quienes están ajenos al trascendental papel que juegan dentro del desarrollo de la cultura dominicana. Con tal motivo, se ha acordado otorgarles un pequeño diploma que los acredita como: «TESORO CULTURAL VIVIENTE DE SANTO DOMINGO», y en esta forma, ofrecerles aunque sea en forma simbólica la seguridad que hay quienes aprecian en forma debida, su esfuerzo, sus desvelos y sus sudores, y aunque desprovistos de medios para poder hacerles otra oferta, por lo menos reconocer en forma pública que son estos señores los que verdaderamente merecen un homenaje en este país por la conservación de nuestro folklore. El 30 de los corrientes, en el homenaje que ofrecerá la Sociedad Folklórica Dominicana a Papito Vallejo al cumplirse el 25 aniversario del Primer Festival Folklórico Dominicano, se entregarán diplomas de estos a las personas siguientes: Bertilia Peña, Fidias Mercedes Bautista, Dámaso Mercado, Dr. Jovino Espínola, Alfredo Félix, Amanda Germán Pérez, Quico Esquea y Teófilo Chiverton. Como la Sociedad Folklórica Dominicana es una entidad cultural privada sin fondos de clase alguna, tal vez no le sea posible traer a todos los homenajeados al acto de entrega de los diplomas, sin embargo, estos estarán hechos y ahí se sembrará la primera piedra. En homenajes sucesivos, se irá cumpliendo con este deber que se ha impuesto la Sociedad Folklórica Dominicana, de honrar a todos quienes se lo merecen por la conservación de nuestro folklore. Santo Domingo Enero 9, 1976

Por: Fradique Lizardo

A través de los años, se han ido conservando costumbres, bailes y otros elementos de nuestro folklore, que muchas veces han tenido que soportar fuertes impactos culturales, que no han logrado desarraigar estas manifestaciones de nuestra cultura popular. Detrás de estas manifestaciones y celebraciones, en forma anónima, laborando contra toda clase de obstáculos, luchando contra vicisitudes de todas clases y las más de las veces, sin recursos económicos suficientes, se encuentran una serie de personas, que son los verdaderos héroes anónimos de nuestro folklore y que a veces pasan toda su vida sin que su nombre sea conocido más allá de sus íntimos y de aquellos que por alguna casualidad van a parar, por cualquier motivo, cerca de los sitios donde se hacen esas celebraciones.

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El museo de Tomás Morel

Desde que servimos como ejecutivos de la Sociedad Folklórica Dominicana y hemos fundado el Ballet Folklórico Dominicano, hemos hecho una labor constante y tenaz en pro del rescate de nuestro patrimonio folklórico, con una ayuda muy parsimoniosa del sector privado que las más de las veces se niega a contribuir a nuestro esfuerzo.

Por: Fradique Lizardo En fecha 14 de los corrientes, el doctor Marcio Veloz Maggiolo ha publicado un artículo en La Noticia, en el cual ponderaba el Museo Folklórico de Tomás Morel y sugería que debería ser subvencionado por firmas tabacaleras y licoreras, debiendo mi persona estar al frente del mismo en Santiago. Como pedía mi opinión y aunque no la hubiera pedido, me creo en el deber ineludible de hablar al respecto. Hace 14 años, el señor Tomás Morel ha creado su Museo y le ha dedicado mucho esfuerzo y tiempo, tratando de institucionalizar no solamente su Concurso Anual de Caretas, sino también el de chichiguas, ejemplo no sólo loable, sino más que digno de imitarse en cada población de la república. Tomás Morel estudió folklore en el cursillo que ofreciera el doctor Boggs en 1944 y merece no solamente respeto, sino admiración por la obra que ha emprendido con poco o ningún respaldo. Entendemos que es al Museo del Hombre Dominicano a la institución que se le debe dar el encargo de ayudar y estimular la manutención del Museo de Tomás sin ninguna necesidad de que haya que crearse en Santiago una entidad paralela, sino una sede central en Santo Domingo. No hay que negar que el museo de Tomás necesita mucha ayuda, sobre todo de catalogación y fichaje, pues indudablemente que muchas de sus piezas han sido recogidas más con amor que con criterio científico y museográfico. Pero la sede central debe estar en el Museo del Hombre Dominicano, para que asista no solamente a este centro, sino para estimular la creación de muchos similares. Ahora que ha regresado al país Rafael Contreras Germosén, primer graduado del Instituto Interamericano de Etnomusicología y folklore, y que se acaba de publicar la última clasificación del folklore, debido a un esfuerzo de compilación serio de folkloristas latinoamericanos, se podría desde el Museo del Hombre Dominicano hacer una labor magnífica, no solamente en el sentido del folklore material, sino del folklore en general y lograr, además, una colección de música admirable.

A fines de este mismo mes, y para conmemorar el 25 aniversario del Primer Festival Folklórico Dominicano, organizamos un homenaje a su director Papito Vallejo, con la cooperación de Convite y del Ballet Folklórico de la UASD. Durante el acto central del mismo no solamente se entregaría diploma como Tesoro Cultural Viviente de Santo Domingo a una serie de personas por sus servicios a la cultura dominicana, sino que se hará exhibición totalmente gratis de un programa folklórico variado que incluye más de 10 bailes dominicanos, que han sido rescatados por nosotros, únicamente durante el año pasado y sin recursos. Para este acto estrictamente cultural, solicitamos una humilde cooperación de la Compañía Anónima Tabacalera y se nos contestó que la misma no tenía fondos para este año que recién comienza. El acto se hará, lo haremos sin dinero y sin dinero seguiremos rescatando nuestra cultura, y algún día podremos decir con orgullo que un grupo de jóvenes, en contra de los intereses creados que nos trataban de cerrar el camino, hicimos un rescate de la cultura dominicana, ante el silencio de las instituciones y personas que pudieron y debieron tendernos la mano. En la misma fecha de 14 de enero en El Caribe, en la columna de Jeannette Miller se habla refiriéndose a nosotros de «investigación seria y brillante» y que trabajamos en «condiciones casi heroicas», es decir, se ha publicado, lo hemos dicho y nadie nos abre la puerta. Pero seguiremos trabajando. Tomás Morel se merece estar al frente de su creación, y desde ya podemos ofrecerle la ayuda que necesite. Creemos que nuestro primer Curso de Folklore ha dado óptimos frutos y para decirlo están nuestros alumnos del Ballet Folklórico de la UASD y de Convite. Estoy más que orgulloso de ese grupo de jóvenes que están ayudando en una obra cultural que merecería en cualquier parte del mundo por lo menos mucha admiración. Se necesitan más cursos de folklore, con mucha urgencia y crear una entidad central de folklore que ayude al país entero, no solamente a Tomás Morel. Pero consideramos que nuestro sitio está aquí, prosiguiendo la labor emprendida y ponernos en condición de irradiar desde este punto central, un consejo, o un ejemplo a todo el que lo necesite en el país entero. Y si esto no se consigue, contra todas las circunstancias seguiremos laborando y rescatando nuestra cultura popular. Santo Domingo, Enero 14, 1976.

Descartamos toda intervención de los sectores privados, cualesquiera que fuesen, en tal sentido, pues consideramos que no es en el criterio de compañías licoreras y tabacaleras que debe residir la recolección y análisis del origen de nuestra cultura y nacionalidad, y con un buen ejemplo vamos a explicar por qué.

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El museo de Tomás Morel

Desde que servimos como ejecutivos de la Sociedad Folklórica Dominicana y hemos fundado el Ballet Folklórico Dominicano, hemos hecho una labor constante y tenaz en pro del rescate de nuestro patrimonio folklórico, con una ayuda muy parsimoniosa del sector privado que las más de las veces se niega a contribuir a nuestro esfuerzo.

Por: Fradique Lizardo En fecha 14 de los corrientes, el doctor Marcio Veloz Maggiolo ha publicado un artículo en La Noticia, en el cual ponderaba el Museo Folklórico de Tomás Morel y sugería que debería ser subvencionado por firmas tabacaleras y licoreras, debiendo mi persona estar al frente del mismo en Santiago. Como pedía mi opinión y aunque no la hubiera pedido, me creo en el deber ineludible de hablar al respecto. Hace 14 años, el señor Tomás Morel ha creado su Museo y le ha dedicado mucho esfuerzo y tiempo, tratando de institucionalizar no solamente su Concurso Anual de Caretas, sino también el de chichiguas, ejemplo no sólo loable, sino más que digno de imitarse en cada población de la república. Tomás Morel estudió folklore en el cursillo que ofreciera el doctor Boggs en 1944 y merece no solamente respeto, sino admiración por la obra que ha emprendido con poco o ningún respaldo. Entendemos que es al Museo del Hombre Dominicano a la institución que se le debe dar el encargo de ayudar y estimular la manutención del Museo de Tomás sin ninguna necesidad de que haya que crearse en Santiago una entidad paralela, sino una sede central en Santo Domingo. No hay que negar que el museo de Tomás necesita mucha ayuda, sobre todo de catalogación y fichaje, pues indudablemente que muchas de sus piezas han sido recogidas más con amor que con criterio científico y museográfico. Pero la sede central debe estar en el Museo del Hombre Dominicano, para que asista no solamente a este centro, sino para estimular la creación de muchos similares. Ahora que ha regresado al país Rafael Contreras Germosén, primer graduado del Instituto Interamericano de Etnomusicología y folklore, y que se acaba de publicar la última clasificación del folklore, debido a un esfuerzo de compilación serio de folkloristas latinoamericanos, se podría desde el Museo del Hombre Dominicano hacer una labor magnífica, no solamente en el sentido del folklore material, sino del folklore en general y lograr, además, una colección de música admirable.

A fines de este mismo mes, y para conmemorar el 25 aniversario del Primer Festival Folklórico Dominicano, organizamos un homenaje a su director Papito Vallejo, con la cooperación de Convite y del Ballet Folklórico de la UASD. Durante el acto central del mismo no solamente se entregaría diploma como Tesoro Cultural Viviente de Santo Domingo a una serie de personas por sus servicios a la cultura dominicana, sino que se hará exhibición totalmente gratis de un programa folklórico variado que incluye más de 10 bailes dominicanos, que han sido rescatados por nosotros, únicamente durante el año pasado y sin recursos. Para este acto estrictamente cultural, solicitamos una humilde cooperación de la Compañía Anónima Tabacalera y se nos contestó que la misma no tenía fondos para este año que recién comienza. El acto se hará, lo haremos sin dinero y sin dinero seguiremos rescatando nuestra cultura, y algún día podremos decir con orgullo que un grupo de jóvenes, en contra de los intereses creados que nos trataban de cerrar el camino, hicimos un rescate de la cultura dominicana, ante el silencio de las instituciones y personas que pudieron y debieron tendernos la mano. En la misma fecha de 14 de enero en El Caribe, en la columna de Jeannette Miller se habla refiriéndose a nosotros de «investigación seria y brillante» y que trabajamos en «condiciones casi heroicas», es decir, se ha publicado, lo hemos dicho y nadie nos abre la puerta. Pero seguiremos trabajando. Tomás Morel se merece estar al frente de su creación, y desde ya podemos ofrecerle la ayuda que necesite. Creemos que nuestro primer Curso de Folklore ha dado óptimos frutos y para decirlo están nuestros alumnos del Ballet Folklórico de la UASD y de Convite. Estoy más que orgulloso de ese grupo de jóvenes que están ayudando en una obra cultural que merecería en cualquier parte del mundo por lo menos mucha admiración. Se necesitan más cursos de folklore, con mucha urgencia y crear una entidad central de folklore que ayude al país entero, no solamente a Tomás Morel. Pero consideramos que nuestro sitio está aquí, prosiguiendo la labor emprendida y ponernos en condición de irradiar desde este punto central, un consejo, o un ejemplo a todo el que lo necesite en el país entero. Y si esto no se consigue, contra todas las circunstancias seguiremos laborando y rescatando nuestra cultura popular. Santo Domingo, Enero 14, 1976.

Descartamos toda intervención de los sectores privados, cualesquiera que fuesen, en tal sentido, pues consideramos que no es en el criterio de compañías licoreras y tabacaleras que debe residir la recolección y análisis del origen de nuestra cultura y nacionalidad, y con un buen ejemplo vamos a explicar por qué.

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Los diseños dominicanos de Freddy García Godoy Por: Fradique Lizardo Dentro de la problemática dominicana actual, se encuentra la ausencia que comentan quienes se dedican a auspiciar cualquier rama de la artesanía criolla, de diseños dominicanos, que no sean un simple retrato manerista de elementos existentes, sino producto de una concepción netamente nacional, con abstracción de cualquier elemento que pueda resistir cualquier comparación y no resulte una simple imitación o adaptación de cosas importadas.

Desde luego, la dominicanidad de los dibujos se logra no por estos detalles sino por la realización total que los particulariza, aunque al mismo tiempo y paradójicamente los haga universales. El 30 de los corrientes, se podrán apreciar con objetividad estos diseños hechos con tan fuerte espíritu nacionalista, pues el Ballet Folklórico Dominicano va a usarlos en sus trajes de calle y con los mismos irán sus componentes a misa en la Catedral y al cóctel en Casa de Teatro, con que se iniciarán los festejos conmemorativos del 25 aniversario del Primer Festival Folklórico Dominicano. Los trajes, hechos en tela dominicana, han sido bordados por la señorita Rosa María Díaz Rodríguez, y en opinión de los entendidos en la materia, no tienen nada que envidiar a ningún traje extranjero. Se podrán apreciar, además, los diseños de Freddy García Godoy en los instrumentos musicales del Ballet Folklórico Dominicano, que decorados por el mismo autor de los diseños, serán portados por los integrantes del Ballet a la Catedral, donde interpretarán la misa con toques de música folklórica. Santo Domingo Enero 19, 1976

Se han hecho varios intentos en tal sentido, CARLA, en la cerámica, busca formas propias, como ya hemos tenido oportunidad de expresar, y son sondeos meritorios que desconocemos si prosiguen, aunque sería realmente una lástima si se descontinuaran. Freddy García Godoy, un joven estudioso de nuestras formas, nos presenta una colección completa de motivos decorativos, pensados para adornar elementos diversos por su adaptabilidad, y que se basan, fundamentalmente, en la unión de líneas curvas y rectas, puntos y arabescos, para formar grecas que contienen figuras determinantes en los puntos de unión o de reposo. Estas figuras que predominan en los diseños de Freddy son figuras humanas reducidas a su mínima expresión, haciendo resaltar únicamente dos piernas grandes que insinúan el cuerpo, una cabeza y dos pequeños hilos o filamentos que simulan los brazos. Con estas figuras colocadas en posiciones antagónicas y contrastando siempre el color de la cabeza con el de las piernas de unos y otros, logra Freddy que se comprendan una serie de actitudes, emociones y pasiones que en el marco de la greca se ocupa de acentuar o disminuir según la ocasión. Estos diseños, que pueden muy bien representarnos, podían sintetizar de manera absoluta nuestras diversas actitudes como pueblo, y de cuando en vez, Freddy nos deja caer una paloma de diseño africano o unos atabales o guayos criollos, para lograr efectos sorprendentes con sus dibujos. Otras veces, la greca exhibe dibujos taínos y el lenguaje de los dibujos cambia por completo, hablándonos entonces de los cinco cacicazgos y sus desparecidos líderes. 16

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Los diseños dominicanos de Freddy García Godoy Por: Fradique Lizardo Dentro de la problemática dominicana actual, se encuentra la ausencia que comentan quienes se dedican a auspiciar cualquier rama de la artesanía criolla, de diseños dominicanos, que no sean un simple retrato manerista de elementos existentes, sino producto de una concepción netamente nacional, con abstracción de cualquier elemento que pueda resistir cualquier comparación y no resulte una simple imitación o adaptación de cosas importadas.

Desde luego, la dominicanidad de los dibujos se logra no por estos detalles sino por la realización total que los particulariza, aunque al mismo tiempo y paradójicamente los haga universales. El 30 de los corrientes, se podrán apreciar con objetividad estos diseños hechos con tan fuerte espíritu nacionalista, pues el Ballet Folklórico Dominicano va a usarlos en sus trajes de calle y con los mismos irán sus componentes a misa en la Catedral y al cóctel en Casa de Teatro, con que se iniciarán los festejos conmemorativos del 25 aniversario del Primer Festival Folklórico Dominicano. Los trajes, hechos en tela dominicana, han sido bordados por la señorita Rosa María Díaz Rodríguez, y en opinión de los entendidos en la materia, no tienen nada que envidiar a ningún traje extranjero. Se podrán apreciar, además, los diseños de Freddy García Godoy en los instrumentos musicales del Ballet Folklórico Dominicano, que decorados por el mismo autor de los diseños, serán portados por los integrantes del Ballet a la Catedral, donde interpretarán la misa con toques de música folklórica. Santo Domingo Enero 19, 1976

Se han hecho varios intentos en tal sentido, CARLA, en la cerámica, busca formas propias, como ya hemos tenido oportunidad de expresar, y son sondeos meritorios que desconocemos si prosiguen, aunque sería realmente una lástima si se descontinuaran. Freddy García Godoy, un joven estudioso de nuestras formas, nos presenta una colección completa de motivos decorativos, pensados para adornar elementos diversos por su adaptabilidad, y que se basan, fundamentalmente, en la unión de líneas curvas y rectas, puntos y arabescos, para formar grecas que contienen figuras determinantes en los puntos de unión o de reposo. Estas figuras que predominan en los diseños de Freddy son figuras humanas reducidas a su mínima expresión, haciendo resaltar únicamente dos piernas grandes que insinúan el cuerpo, una cabeza y dos pequeños hilos o filamentos que simulan los brazos. Con estas figuras colocadas en posiciones antagónicas y contrastando siempre el color de la cabeza con el de las piernas de unos y otros, logra Freddy que se comprendan una serie de actitudes, emociones y pasiones que en el marco de la greca se ocupa de acentuar o disminuir según la ocasión. Estos diseños, que pueden muy bien representarnos, podían sintetizar de manera absoluta nuestras diversas actitudes como pueblo, y de cuando en vez, Freddy nos deja caer una paloma de diseño africano o unos atabales o guayos criollos, para lograr efectos sorprendentes con sus dibujos. Otras veces, la greca exhibe dibujos taínos y el lenguaje de los dibujos cambia por completo, hablándonos entonces de los cinco cacicazgos y sus desparecidos líderes. 16

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El rescate de los bailes dominicanos

Por: Fradique Lizardo Tal como nos enseña la notable investigadora, señora de Ayestarán, en su «Metodología 1 para la reconstrucción de las danzas folklóricas», lo más importante es el cotejo constante de las fuentes secas y de las fuentes vivas. Nuestro país, uno de los más ricos en el área del Caribe en lo que se refiere a danzas y bailes folklóricos, muchas de estas han seguido un proceso de extinción, debido a múltiples causas, entre las cuales predomina la pérdida de funcionalidad y este hecho, desde luego, amenazaba dejarnos con el merengue como única danza folklórica, y aún este último, tremendamente adúltero y desnaturalizado. Se imponían medidas drásticas para conservar tan rico patrimonio y emprendimos una obra de rescate personal, tenaz y persistente, pero lenta, debido a falta de recursos que no nos permitieron un gran cantidad de viajes. ¡Cuánto material no se perdió por no poder ir a tiempo donde un viejito que moría y se llevaba un tesoro de testimonio folklórico! En esas condiciones de precariedad y trabajando solo, recogimos el material que nos permitió la publicación de nuestro primer volumen de «Danzas y Bailes Folklóricos Dominicanos». De repente, tuvimos dos grandes oportunidades que nos permitieron ahondar, profundizar y agilizar el rescate de nuestros bailes. El Primer Curso de Iniciación al Folklore que dictamos en el Museo del Hombre y la fundación del Ballet Folklórico Dominicano. En el Cursillo de Folklore estudiaron destacados alumnos del Ballet Folklórico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, que una vez finalizado el curso y en gesto que nos honra, repudiaron por falso todo el material que presentaban antes como folklórico y comenzaron a investigar por su cuenta, para hacer un nuevo repertorio que fuera hijo de sus investigaciones directas. Gesto magnífico que debería ser propagado a los cuatro vientos e imitado por quienes presentan tanta basura con el nombre de folklore. El Ballet Folklórico Dominicano, por estar bajo nuestra dirección, fue tribuna desde la cual pudimos llevar al pueblo los diferentes bailes que íbamos rescatando y, muchas veces, los mismos integrantes del Ballet Folklórico Dominicano nos acompañaban en nuestras investigaciones. 1

Flor de María Rodríguez de Ayestarán.

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El rescate de los bailes dominicanos

Por: Fradique Lizardo Tal como nos enseña la notable investigadora, señora de Ayestarán, en su «Metodología 1 para la reconstrucción de las danzas folklóricas», lo más importante es el cotejo constante de las fuentes secas y de las fuentes vivas. Nuestro país, uno de los más ricos en el área del Caribe en lo que se refiere a danzas y bailes folklóricos, muchas de estas han seguido un proceso de extinción, debido a múltiples causas, entre las cuales predomina la pérdida de funcionalidad y este hecho, desde luego, amenazaba dejarnos con el merengue como única danza folklórica, y aún este último, tremendamente adúltero y desnaturalizado. Se imponían medidas drásticas para conservar tan rico patrimonio y emprendimos una obra de rescate personal, tenaz y persistente, pero lenta, debido a falta de recursos que no nos permitieron un gran cantidad de viajes. ¡Cuánto material no se perdió por no poder ir a tiempo donde un viejito que moría y se llevaba un tesoro de testimonio folklórico! En esas condiciones de precariedad y trabajando solo, recogimos el material que nos permitió la publicación de nuestro primer volumen de «Danzas y Bailes Folklóricos Dominicanos». De repente, tuvimos dos grandes oportunidades que nos permitieron ahondar, profundizar y agilizar el rescate de nuestros bailes. El Primer Curso de Iniciación al Folklore que dictamos en el Museo del Hombre y la fundación del Ballet Folklórico Dominicano. En el Cursillo de Folklore estudiaron destacados alumnos del Ballet Folklórico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, que una vez finalizado el curso y en gesto que nos honra, repudiaron por falso todo el material que presentaban antes como folklórico y comenzaron a investigar por su cuenta, para hacer un nuevo repertorio que fuera hijo de sus investigaciones directas. Gesto magnífico que debería ser propagado a los cuatro vientos e imitado por quienes presentan tanta basura con el nombre de folklore. El Ballet Folklórico Dominicano, por estar bajo nuestra dirección, fue tribuna desde la cual pudimos llevar al pueblo los diferentes bailes que íbamos rescatando y, muchas veces, los mismos integrantes del Ballet Folklórico Dominicano nos acompañaban en nuestras investigaciones. 1

Flor de María Rodríguez de Ayestarán.

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El baile del Pri-Pri, también rescatado por el grupo anterior, es una prueba evidente y firme de la riqueza de nuestro folklore y de la belleza de nuestros elementos. Confieso que, al ver tal belleza, sentí una gran admiración de ver que mis alumnos han hecho aportes tan interesantes a la cultura dominicana. Son de hecho, a pesar de su juventud y de cualquier error que pudieran cometer a guisa de pioneros, un verdadero tesoro para nuestro país. Canciones de arrear bueyes, de lavanderas y de aguateros serán presentadas por el Ballet Folklórico Dominicano, elementos todos recogidos entre gentes sencillas, pero con una gran belleza de giros y una plástica admirable para su presentación en escenarios.

Es un caso que consideramos notable, que antes del año del Ballet Folklórico Dominicano tenga más de 50 números en repertorio, entre bailes, canciones y costumbres. En la presentación que se efectuará el 30 de los corrientes en el Conservatorio Nacional de Música y Declamación, tanto el Ballet Folklórico Dominicano, como el Ballet Folklórico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, presentarán ÚNICAMENTE BAILES NUEVOS RECIÉN RESCATADOS, como un homenaje especial a Papito Vallejo, pionero de la investigación científica de los bailes folklóricos en Santo Domingo. He aquí algunos de los adelantos del programa: El baile Guayubín fue rescatado por el Ballet Folklórico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en Jarabacoa, en viaje de investigación que efectuamos conjuntamente, a ellos les cabe el privilegio de presentarlo por primera vez al público después de su rescate.

Papito Vallejo y el primer festival folklórico dominicano

El baile del Bamboulá, traído por esclavos de Louisiana, que conserva el sello característico de los bailes de corte de la Francia del siglo XVIII y aún en sus mandos conserva el francés de aquella época. El baile del Monito, alegre baile del Carnaval de Santiago, al cual, para evitar excesos de mal gusto, se le ha buscado una solución de compromiso muy a gusto del público. El Macayombí, baile ancestral y parsimonioso en el cual el espíritu de las cosechas va alegremente derramando sus simientes. El baile del Muñeco, variante local de La Culona de Cuba y del Perú, de intenso colorido y alegría, que deja al público perplejo. Y, por último, el baile del Caimán, alegre comparsa del carnaval que, aunque proveniente de Venezuela, fue traída a nuestro país por inmigrantes cubanos a fines del siglo pasado y es el rescate del cual los aporte de Rufino Martínez y Ramón Díaz, entre otros, fue decisivo y a quienes se les dedica esta primera presentación del baile.

Santo Domingo Enero 25, 1976 20

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El baile del Pri-Pri, también rescatado por el grupo anterior, es una prueba evidente y firme de la riqueza de nuestro folklore y de la belleza de nuestros elementos. Confieso que, al ver tal belleza, sentí una gran admiración de ver que mis alumnos han hecho aportes tan interesantes a la cultura dominicana. Son de hecho, a pesar de su juventud y de cualquier error que pudieran cometer a guisa de pioneros, un verdadero tesoro para nuestro país. Canciones de arrear bueyes, de lavanderas y de aguateros serán presentadas por el Ballet Folklórico Dominicano, elementos todos recogidos entre gentes sencillas, pero con una gran belleza de giros y una plástica admirable para su presentación en escenarios.

Es un caso que consideramos notable, que antes del año del Ballet Folklórico Dominicano tenga más de 50 números en repertorio, entre bailes, canciones y costumbres. En la presentación que se efectuará el 30 de los corrientes en el Conservatorio Nacional de Música y Declamación, tanto el Ballet Folklórico Dominicano, como el Ballet Folklórico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, presentarán ÚNICAMENTE BAILES NUEVOS RECIÉN RESCATADOS, como un homenaje especial a Papito Vallejo, pionero de la investigación científica de los bailes folklóricos en Santo Domingo. He aquí algunos de los adelantos del programa: El baile Guayubín fue rescatado por el Ballet Folklórico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en Jarabacoa, en viaje de investigación que efectuamos conjuntamente, a ellos les cabe el privilegio de presentarlo por primera vez al público después de su rescate.

Papito Vallejo y el primer festival folklórico dominicano

El baile del Bamboulá, traído por esclavos de Louisiana, que conserva el sello característico de los bailes de corte de la Francia del siglo XVIII y aún en sus mandos conserva el francés de aquella época. El baile del Monito, alegre baile del Carnaval de Santiago, al cual, para evitar excesos de mal gusto, se le ha buscado una solución de compromiso muy a gusto del público. El Macayombí, baile ancestral y parsimonioso en el cual el espíritu de las cosechas va alegremente derramando sus simientes. El baile del Muñeco, variante local de La Culona de Cuba y del Perú, de intenso colorido y alegría, que deja al público perplejo. Y, por último, el baile del Caimán, alegre comparsa del carnaval que, aunque proveniente de Venezuela, fue traída a nuestro país por inmigrantes cubanos a fines del siglo pasado y es el rescate del cual los aporte de Rufino Martínez y Ramón Díaz, entre otros, fue decisivo y a quienes se les dedica esta primera presentación del baile.

Santo Domingo Enero 25, 1976 20

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Por: Fradique Lizardo Papito Vallejo nació cerca de Haina, el 20 de febrero de 1929. Al nacer, recibió el nombre de Rafael Aníbal Vallejo Pérez, nombre que perdería luego por el familiar de Papito. Creció y se educó en Santo Domingo y se graduó en la Universidad de Santo Domingo de ingeniero civil. Hasta aquí he esbozado la vida de un ciudadano común, que ver transcurrir su vida sin pena ni gloria. Sin embargo, por haber tomado parte en una actividad cultural sin precedentes, el nombre de Papito Vallejo pasará a la historia entre los de aquellos que se ocuparon por recoger y conservar el patrimonio cultural del pueblo dominicano. Desde 1946 a 1948, en plena adolescencia, viajó con Edna Garrido por todos los caminos del país, aprendiendo los bailes en los mismos sitios donde nuestro pueblo los conservaba, en una obra sin precedentes, que ambicionaba conservar los orígenes de nuestra cultura. Cuando Edna Garrido, que había salido a estudiar folklore, casó con su profesor, y quedó en los Estados Unidos, se pensó preparar un festival con el material que Edna había recogido y tocó a Papito dirigir este festival con el material que Edna había recogido, lo cual hizo, no solamente con mucho acierto, sino que demostró que el material folklórico recogido en forma científica puede constituir un espectáculo agradable, como lo demostró el público, que abarrotó los locales en los tres días que se presentó dicho festival. Con el nombre de «Recuerdos del Ayer», se presentó durante los días 30 y 31 de enero y 1 de febrero de 1950, en el local que ocupa hoy el Conservatorio, en el Hotel Jaragua y en el Teatro Julia, respectivamente. La primera presentación, que fue la oficial, requería invitaciones y el público casi puede decirse que estuvo limitado a la burocracia y sus allegados. La segunda presentación, fue presenciada por los que acostumbraban a asistir al Jaragua, que, aunque estaba colmado, no era el marco más adecuado para un gran público.

Edna Garrido Miami Tu espectáculo ha triunfado Tus muchachos El programa del espectáculo incluía lo siguiente: Carabiné, Mangulina, Yuca, Baile de Palos, Chenché Matriculado y Zapateo, y como canciones incluyeron: Ay Rondé, Ay Mariné, Llegó, llegando y el Desgarite. Así se preparó y transcurrió el Primer Festival Folklórico Dominicano hasta donde llegan mis recuerdos personales. Ahora que se está preparando la conmemoración de tan magno evento, han dicho presente: Convite, El Ballet Folklórico de la UASD, el Ballet Folklórico Dominicano y esperamos que la participación de estas organizaciones sean del agrado del público, y que se pueda demostrar que nuestro folklore es rico, es agradable, y que podemos tener organizaciones que sin desvirtuar y adulterar nuestro folklore puede integrar el repertorio de cualquier grupo serio que piense proyectar nuestro folklore a la misma altura que cualquier espectáculo del mundo. Santo Domingo, Enero 28, 1977

La tercera presentación, la del Teatro Julia, fue genuinamente popular, con la particularidad que fue dedicada a los integrantes de Coros y Danzas de España, que en esos días nos visitaban y que asistieron en pleno a dicha función, juntándose sus manifestaciones de contento con las del pueblo, pero además acompañaron con sus castañuelas muchas de las canciones y es fama que llegaron a España entonando el «Ay Rondé» y el «Llegó, llegando» que aprendieron en el Festival Folklórico de Papito Vallejo. Los participantes de dicho festival, contando con la fidelidad de su memoria, fueron los siguientes: Papito Vallejo, Rafael Pellerano, Armando Pellerano, José Miguel Goico, Marino Piantini, Luis Morales, Enriquillo del Rosario, Johnny Pacheco y Fradique Lizardo como bailarines. Cecilia Garrido, Victoria Espinal, Zulema Duluc, Cosette Ortega, Adelita Chabebe y María Cristina Guerrero (Marión), como bailarinas. Como cantantes, actuaron el Dr. Ulises Castillo y Mireya Valdez y el director de la parte musical fue Enriquillo Sánchez. Después de la presentación de la primera noche, el Lic. Víctor Garrido nos condujo a su residencia y junto con su esposa, doña Tijides, nos ofreció una recepción, desde la cual le enviamos un telegrama a Edna, que más o menos estuvo redactado en estos términos:

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Por: Fradique Lizardo Papito Vallejo nació cerca de Haina, el 20 de febrero de 1929. Al nacer, recibió el nombre de Rafael Aníbal Vallejo Pérez, nombre que perdería luego por el familiar de Papito. Creció y se educó en Santo Domingo y se graduó en la Universidad de Santo Domingo de ingeniero civil. Hasta aquí he esbozado la vida de un ciudadano común, que ver transcurrir su vida sin pena ni gloria. Sin embargo, por haber tomado parte en una actividad cultural sin precedentes, el nombre de Papito Vallejo pasará a la historia entre los de aquellos que se ocuparon por recoger y conservar el patrimonio cultural del pueblo dominicano. Desde 1946 a 1948, en plena adolescencia, viajó con Edna Garrido por todos los caminos del país, aprendiendo los bailes en los mismos sitios donde nuestro pueblo los conservaba, en una obra sin precedentes, que ambicionaba conservar los orígenes de nuestra cultura. Cuando Edna Garrido, que había salido a estudiar folklore, casó con su profesor, y quedó en los Estados Unidos, se pensó preparar un festival con el material que Edna había recogido y tocó a Papito dirigir este festival con el material que Edna había recogido, lo cual hizo, no solamente con mucho acierto, sino que demostró que el material folklórico recogido en forma científica puede constituir un espectáculo agradable, como lo demostró el público, que abarrotó los locales en los tres días que se presentó dicho festival. Con el nombre de «Recuerdos del Ayer», se presentó durante los días 30 y 31 de enero y 1 de febrero de 1950, en el local que ocupa hoy el Conservatorio, en el Hotel Jaragua y en el Teatro Julia, respectivamente. La primera presentación, que fue la oficial, requería invitaciones y el público casi puede decirse que estuvo limitado a la burocracia y sus allegados. La segunda presentación, fue presenciada por los que acostumbraban a asistir al Jaragua, que, aunque estaba colmado, no era el marco más adecuado para un gran público.

Edna Garrido Miami Tu espectáculo ha triunfado Tus muchachos El programa del espectáculo incluía lo siguiente: Carabiné, Mangulina, Yuca, Baile de Palos, Chenché Matriculado y Zapateo, y como canciones incluyeron: Ay Rondé, Ay Mariné, Llegó, llegando y el Desgarite. Así se preparó y transcurrió el Primer Festival Folklórico Dominicano hasta donde llegan mis recuerdos personales. Ahora que se está preparando la conmemoración de tan magno evento, han dicho presente: Convite, El Ballet Folklórico de la UASD, el Ballet Folklórico Dominicano y esperamos que la participación de estas organizaciones sean del agrado del público, y que se pueda demostrar que nuestro folklore es rico, es agradable, y que podemos tener organizaciones que sin desvirtuar y adulterar nuestro folklore puede integrar el repertorio de cualquier grupo serio que piense proyectar nuestro folklore a la misma altura que cualquier espectáculo del mundo. Santo Domingo, Enero 28, 1977

La tercera presentación, la del Teatro Julia, fue genuinamente popular, con la particularidad que fue dedicada a los integrantes de Coros y Danzas de España, que en esos días nos visitaban y que asistieron en pleno a dicha función, juntándose sus manifestaciones de contento con las del pueblo, pero además acompañaron con sus castañuelas muchas de las canciones y es fama que llegaron a España entonando el «Ay Rondé» y el «Llegó, llegando» que aprendieron en el Festival Folklórico de Papito Vallejo. Los participantes de dicho festival, contando con la fidelidad de su memoria, fueron los siguientes: Papito Vallejo, Rafael Pellerano, Armando Pellerano, José Miguel Goico, Marino Piantini, Luis Morales, Enriquillo del Rosario, Johnny Pacheco y Fradique Lizardo como bailarines. Cecilia Garrido, Victoria Espinal, Zulema Duluc, Cosette Ortega, Adelita Chabebe y María Cristina Guerrero (Marión), como bailarinas. Como cantantes, actuaron el Dr. Ulises Castillo y Mireya Valdez y el director de la parte musical fue Enriquillo Sánchez. Después de la presentación de la primera noche, el Lic. Víctor Garrido nos condujo a su residencia y junto con su esposa, doña Tijides, nos ofreció una recepción, desde la cual le enviamos un telegrama a Edna, que más o menos estuvo redactado en estos términos:

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El viernes 30 de enero ppdo. se llevaron a cabo los diferentes actos con los cuales la Sociedad Folklórica Dominicana conmemoró el 25 aniversario del Primer Festival Folklórico Dominicano, el cual se hizo contando con el rico y variado material recogido por Edna Garrido, pero el Festival en sí fue dirigido por Papito Vallejo (ingeniero Rafael Aníbal Vallejo Pérez), quien recorrió el país con Edna Garrido, buscando esa parte de nuestra cultura popular. Los actos comenzaron a las 5 de la tarde con una misa cantada en la Catedral de Santo Domingo. Cantaron los integrantes del Coro del Ballet Folklórico Dominicano, bajo la dirección del Profesor Rafael Contreras. La catedral estuvo llena y asistió el cuerpo diplomático en pleno. A las 6:00 p. m. se ofreció a los invitados un cóctel en Casa de Teatro, que lució organizada con frutas y elementos de artesanía dominicana. Aquí se pudieron observar los nuevos uniformes hechos por el Ballet Folklórico Dominicano, con diseños de Freddy García Godoy, y que causaron muy buena impresión entre los asistentes. Se ofrecieron brindis de comida típicas a los asistentes, gustando mucho el casabe, el guarapo, los rosquetes y, sobre todo, el pequeño puerco asado en puya que ocupaba el centro de la mesa. A las 8 p. m. comenzó el acto conmemorativo, en el cual todos los bailes a interpretar habían sido recién rescatados3 , en el Conservatorio Nacional de Música y Declamación, con un discurso alusivo a las celebraciones que se conmemoraban, leído por el señor Fradique Lizardo, Secretario General de la Sociedad Folklórica Dominicana. Acto seguido, se procedió a la entrega de diplomas y certificados que se harían, entregando al señor Papito Vallejo, un certificado que le acreditaba como socio de honor de la Sociedad Folklórica Dominicana y otro que lo declaraba «Pionero de la Investigación Científica de la Danza en Santo Domingo».

El 25 Aniversario del Primer Festival Folklórico Dominicano 24

Luego el señor Lizardo procedió a entregar diplomas que acreditaban como «Tesoro Cultural Viviente de Santo Domingo» a los señores Jovino Espínola, Dámaso Mercado, José Francisco Esquea Gómez, Alfredito Feliz, Amancia Germán Pérez, Teófilo Chilverston, Bertilia de Peña y Fidias Mercedes Bautista. El señor Papito Vallejo agradeció la entrega de los diplomas y muy modestamente dio las gracias por el honor recibido. Comenzó el acto conmemorativo con la interpretación de Convite, que interpretó tres piezas de música folklórica. El Ballet Folklórico Dominicano interpretó de inmediato el baile del Bamboulá, recogido en Samaná donde doña Bertilia Peña, una de las homenajeadas, quien mantiene la celebración de dicha fiesta desde fines del siglo pasado.

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Ppdo.: próximo pasado. En el texto original, este inciso referido a los bailes aparece al final del párrafo anterior.

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El viernes 30 de enero ppdo. se llevaron a cabo los diferentes actos con los cuales la Sociedad Folklórica Dominicana conmemoró el 25 aniversario del Primer Festival Folklórico Dominicano, el cual se hizo contando con el rico y variado material recogido por Edna Garrido, pero el Festival en sí fue dirigido por Papito Vallejo (ingeniero Rafael Aníbal Vallejo Pérez), quien recorrió el país con Edna Garrido, buscando esa parte de nuestra cultura popular. Los actos comenzaron a las 5 de la tarde con una misa cantada en la Catedral de Santo Domingo. Cantaron los integrantes del Coro del Ballet Folklórico Dominicano, bajo la dirección del Profesor Rafael Contreras. La catedral estuvo llena y asistió el cuerpo diplomático en pleno. A las 6:00 p. m. se ofreció a los invitados un cóctel en Casa de Teatro, que lució organizada con frutas y elementos de artesanía dominicana. Aquí se pudieron observar los nuevos uniformes hechos por el Ballet Folklórico Dominicano, con diseños de Freddy García Godoy, y que causaron muy buena impresión entre los asistentes. Se ofrecieron brindis de comida típicas a los asistentes, gustando mucho el casabe, el guarapo, los rosquetes y, sobre todo, el pequeño puerco asado en puya que ocupaba el centro de la mesa. A las 8 p. m. comenzó el acto conmemorativo, en el cual todos los bailes a interpretar habían sido recién rescatados3 , en el Conservatorio Nacional de Música y Declamación, con un discurso alusivo a las celebraciones que se conmemoraban, leído por el señor Fradique Lizardo, Secretario General de la Sociedad Folklórica Dominicana. Acto seguido, se procedió a la entrega de diplomas y certificados que se harían, entregando al señor Papito Vallejo, un certificado que le acreditaba como socio de honor de la Sociedad Folklórica Dominicana y otro que lo declaraba «Pionero de la Investigación Científica de la Danza en Santo Domingo».

El 25 Aniversario del Primer Festival Folklórico Dominicano 24

Luego el señor Lizardo procedió a entregar diplomas que acreditaban como «Tesoro Cultural Viviente de Santo Domingo» a los señores Jovino Espínola, Dámaso Mercado, José Francisco Esquea Gómez, Alfredito Feliz, Amancia Germán Pérez, Teófilo Chilverston, Bertilia de Peña y Fidias Mercedes Bautista. El señor Papito Vallejo agradeció la entrega de los diplomas y muy modestamente dio las gracias por el honor recibido. Comenzó el acto conmemorativo con la interpretación de Convite, que interpretó tres piezas de música folklórica. El Ballet Folklórico Dominicano interpretó de inmediato el baile del Bamboulá, recogido en Samaná donde doña Bertilia Peña, una de las homenajeadas, quien mantiene la celebración de dicha fiesta desde fines del siglo pasado.

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Ppdo.: próximo pasado. En el texto original, este inciso referido a los bailes aparece al final del párrafo anterior.

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El baile del Bamboulá aúna elementos muy heterogéneos en su esencia, como son una coreografía de la Francia del 18, con todos los cambios de pareja y balanceos y un ritmo muy africano que aún conserva la palabra Bamboulá como nombre el cual fue uno de los primeros instrumentos de la música afroamericana. Daniel Ricardo y Domingo Portorreal interpretaron a continuación una canción de arrear 5 bueyes, recogida en Jimaní por Edna Garrido, lo cual fue un homenaje a esa mujer excepcional por el meritorio trabajo que hizo al recoger nuestra cultura popular. El Ballet Folklórico de la UASD interpretó a continuación el Guayubín, que fue recogido por el grupo en Jarabacoa.

Luego Daniel Ricardo y Domingo Portorreal, del Ballet Folklórico Dominicano interpretaron un canto de aguateros, que fue recogido en Jarabacoa y del cual explicó Lizardo que, aunque no podía ser folklórico en su origen, debía estar en un proceso de folklorización, ya que había llegado a un sector donde estaba ejerciendo una funcionalidad, cualidad imprescindible para ser folklórico.

Como último número de la noche, el Ballet Folklórico Dominicano ofreció el «Baile del Caimán» que fue rescatado por Lizardo con la ayuda de don Ramón Díaz, Rufino Martínez y el doctor José Augusto Puig Ortiz, a quien le ofreció esta primera presentación de dicho bailes.

El próximo número fue el divertido baile del Monito, que fue interpretado por el Ballet Folklórico Dominicano. Este baile de carnaval fue prohibido en su época por inmoral, porque sus practicantes se iban quitando las piezas de vestir, una por una. Lizardo encontró este baile cuando preparaba el gran festival folklórico que se preparó para celebrar el centenario de la Restauración, y su presentación por el grupo se hace basado en un compromiso de no adulterar el baile en su esencia, ni lastimar el pudor ni la moral de los espectadores.

En esta comparsa de carnaval traída por los cubanos a fines del siglo pasado, gira alrededor de un caimán que se quiere comer a unos llaneros y éstos que huyen y que al final matan al caimán.

Inmediatamente, el señor Ulises Castillo, quien fuera uno de los participantes al Primer Festival Folklórico, hizo uso de la palabra, para recordar aquellos gratos momentos que se conmemoraban.

Los diseños de los uniformes del Ballet Folklórico Dominicano son de Freddy García Godoy y fueron bordados por Rosa María Ramírez Díaz, miembro del Ballet Folklórico Dominicano.

El próximo número fue el baile del Pri-Pri, bello y delicado número que hizo las delicias del público, el cual fue rescatado en Villa Mella por el Ballet Folklórico de la UASD, que lo presentó.

Santo Domingo, Febrero 5, 1976

En el Caimán y en el Monito, actuó además el Coro del Ballet Folklórico Dominicano, bajo la dirección del profesor Rafael Contreras, el cual se había lucido en la tarde en la catedral.

A continuación, Milagros Reyes, Nereida Rodríguez, Cecilia Figueroa, Luisita Feliz Domínguez, Rosa María Ramírez Díaz, Christi Ramírez Díaz, del B. F. D., presentaron una estampa de lavanderas del Yaque del Norte, el cual despertó mucha admiración entre el público presente. De una vez comenzaron a oírse una güira y un tambor, el ritmo de un merengue y José Francisco Esquea deleitó a los asistentes con el baile del muñeco, en el cual nunca se pudo apreciar verdaderamente donde comenzaba el hombre y terminaba el muñeco y viceversa. El Ballet Folklórico de la UASD presentó seguido Juegos Infantiles, en una coreografía muy original que despertó muchos momentos de reminiscencia entre el público asistente. Nereida Rodríguez y Ramón Antonio López, del Ballet Folklórico Dominicano, hicieron las delicias del público, presentando a continuación el baile del Papelón, del Carnaval de Santiago. El siguiente número fue algo sorprendente para muchos dominicanos que no se imaginaban que ese baile se daba por estos lares. Se trata nada menos que del baile del Macayombí o Baile de los Zancos, en el cual los intérpretes van montados en zancos durante todo el tiempo. La ropa es muy vistosa y aunque no se ha llegado a completar la misma, el vestuario que se presentó fue un obsequio de Esther Valladares. En este baile los intérpretes salen con un macuto repartiendo golosinas, que son un símbolo de la simienta que atraían los brujos de África de donde es originaria esta versión de tan vistosa danza. Los flecos de la cabeza y de parte del vestido son una reminiscencia de la paja con que se hacía el traje en África.

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El baile del Bamboulá aúna elementos muy heterogéneos en su esencia, como son una coreografía de la Francia del 18, con todos los cambios de pareja y balanceos y un ritmo muy africano que aún conserva la palabra Bamboulá como nombre el cual fue uno de los primeros instrumentos de la música afroamericana. Daniel Ricardo y Domingo Portorreal interpretaron a continuación una canción de arrear 5 bueyes, recogida en Jimaní por Edna Garrido, lo cual fue un homenaje a esa mujer excepcional por el meritorio trabajo que hizo al recoger nuestra cultura popular. El Ballet Folklórico de la UASD interpretó a continuación el Guayubín, que fue recogido por el grupo en Jarabacoa.

Luego Daniel Ricardo y Domingo Portorreal, del Ballet Folklórico Dominicano interpretaron un canto de aguateros, que fue recogido en Jarabacoa y del cual explicó Lizardo que, aunque no podía ser folklórico en su origen, debía estar en un proceso de folklorización, ya que había llegado a un sector donde estaba ejerciendo una funcionalidad, cualidad imprescindible para ser folklórico.

Como último número de la noche, el Ballet Folklórico Dominicano ofreció el «Baile del Caimán» que fue rescatado por Lizardo con la ayuda de don Ramón Díaz, Rufino Martínez y el doctor José Augusto Puig Ortiz, a quien le ofreció esta primera presentación de dicho bailes.

El próximo número fue el divertido baile del Monito, que fue interpretado por el Ballet Folklórico Dominicano. Este baile de carnaval fue prohibido en su época por inmoral, porque sus practicantes se iban quitando las piezas de vestir, una por una. Lizardo encontró este baile cuando preparaba el gran festival folklórico que se preparó para celebrar el centenario de la Restauración, y su presentación por el grupo se hace basado en un compromiso de no adulterar el baile en su esencia, ni lastimar el pudor ni la moral de los espectadores.

En esta comparsa de carnaval traída por los cubanos a fines del siglo pasado, gira alrededor de un caimán que se quiere comer a unos llaneros y éstos que huyen y que al final matan al caimán.

Inmediatamente, el señor Ulises Castillo, quien fuera uno de los participantes al Primer Festival Folklórico, hizo uso de la palabra, para recordar aquellos gratos momentos que se conmemoraban.

Los diseños de los uniformes del Ballet Folklórico Dominicano son de Freddy García Godoy y fueron bordados por Rosa María Ramírez Díaz, miembro del Ballet Folklórico Dominicano.

El próximo número fue el baile del Pri-Pri, bello y delicado número que hizo las delicias del público, el cual fue rescatado en Villa Mella por el Ballet Folklórico de la UASD, que lo presentó.

Santo Domingo, Febrero 5, 1976

En el Caimán y en el Monito, actuó además el Coro del Ballet Folklórico Dominicano, bajo la dirección del profesor Rafael Contreras, el cual se había lucido en la tarde en la catedral.

A continuación, Milagros Reyes, Nereida Rodríguez, Cecilia Figueroa, Luisita Feliz Domínguez, Rosa María Ramírez Díaz, Christi Ramírez Díaz, del B. F. D., presentaron una estampa de lavanderas del Yaque del Norte, el cual despertó mucha admiración entre el público presente. De una vez comenzaron a oírse una güira y un tambor, el ritmo de un merengue y José Francisco Esquea deleitó a los asistentes con el baile del muñeco, en el cual nunca se pudo apreciar verdaderamente donde comenzaba el hombre y terminaba el muñeco y viceversa. El Ballet Folklórico de la UASD presentó seguido Juegos Infantiles, en una coreografía muy original que despertó muchos momentos de reminiscencia entre el público asistente. Nereida Rodríguez y Ramón Antonio López, del Ballet Folklórico Dominicano, hicieron las delicias del público, presentando a continuación el baile del Papelón, del Carnaval de Santiago. El siguiente número fue algo sorprendente para muchos dominicanos que no se imaginaban que ese baile se daba por estos lares. Se trata nada menos que del baile del Macayombí o Baile de los Zancos, en el cual los intérpretes van montados en zancos durante todo el tiempo. La ropa es muy vistosa y aunque no se ha llegado a completar la misma, el vestuario que se presentó fue un obsequio de Esther Valladares. En este baile los intérpretes salen con un macuto repartiendo golosinas, que son un símbolo de la simienta que atraían los brujos de África de donde es originaria esta versión de tan vistosa danza. Los flecos de la cabeza y de parte del vestido son una reminiscencia de la paja con que se hacía el traje en África.

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El Museo de las Casas Reales

El boicot de la dignidad

Por: Fradique Lizardo

Por: Fradique Lizardo

Dentro de poco se inaugurará uno de los museos en los cuales se ha trabajado con más interés para que constituya un todo homogéneo y proyecte un mensaje fácil de comprender y enseñe a las nuevas generaciones cómo fue parte de nuestra historia que podrán casi palpar y hasta entrar dentro de algunas facetas como participantes activos.

Hace poco tuve la oportunidad de oír al señor Héctor San Juan anunciar su nuevo espectáculo por la radio. Lo describía como si fuera algo maravilloso el que trajeran a nuestro país mujeres francesas para desvestirse en una cama. Y mentalmente me hice la pregunta siguiente, a excepción de las enfermeras de servicio, cada noche, miles de dominicanas se acuestan y se desvisten cada noche, ¿y ninguna de estas le basta al señor San Juan para acostarla en su cama circular?

Se trata del Museo de las Casas Reales, que ha podido armar en un forma muy informativa parte de nuestra vida colonial, valiéndose para ello de los más recientes recursos de la museografía. A través de sus salones, veremos caballerizas, Santa Bárbara, farmacias de la época, despensas, cocheras, surgir. Con tantos detalles, será innecesario preguntar datos adicionales. Veremos, además, el despacho de los Secretarios, Oidores, de los Ayudantes de Campo y del Capitán General, así como la Sala de la Real Audiencia y la Sala de los Gobernadores. Está de más que hagamos la descripción de éstas, ya que pronto podrán ser contempladas en detalle, apreciando el cuidado que se ha tenido en su montaje correcto y adecuado. Pero hay otras salas que hacen aportes significativos a la educación de nuestro pueblo en general, como las llamadas Naval I y Naval II, en las cuales nos informamos de todo tipo de armas y uniformes que se usaron en la época. Sala de Urbanismo, de cartografía, de cristianización y de legislación y la de Contaduría Real, en las cuales, mediante paneles, muy bien concebidos y didácticos, se nos informa de datos que necesitábamos conocer de nuestro pueblo. La historia de la trata de negros, y la gran influencia de las diferentes culturas africanas a nuestra cultura, apenas está esbozada, representada al máximo por unos atabales, pues todavía consideramos esto «como de allá atrás», de lo cual debemos avergonzarnos. Pero, aunque con timidez, se atrevieron a presentarla, que ya es algo eminentemente positivo, y como este museo será por su naturaleza vitalmente dinámico, estamos seguros de que esas fallas serán subsanadas. La diferencia de este museo a muchos otros no es solamente la apropiada reconstrucción y disposición de sus exhibiciones, sino la biblioteca adjunta al servicio de los interesados y las publicaciones y boletines que ya han comenzado a lanzar, que hará de esta institución única en su género.

Verdaderamente somos un pueblo desgraciado, este señor viene de fuera, monta sus espectáculos a base de fantasía, trae sus vedettes y vedettas de fuera, les da a los dominicanos una participación mínima y exiguamente pagada, y sobre esto en privado se expresa muy mal de los dominicanos, diciendo que ninguno le sirve para bailar en sus decadentes espectáculos. A nosotros no nos interesa que nuestro país se caracterice por mujeres desnudándose en una cama, ni por sus marabus, ni por ninguna de las locuras que el señor San Juan traiga. Aquí tenemos quien puede hacer locuras criollas, con más tino y dando el sentido de la nacionalidad dominicana.

De sobra sabemos, que tras los espectáculos de mujeres desnudas andan las drogas y su secuela de vicios, y si esto es cuando nos puede traer el señor San Juan con sus locuras, que se vaya para Puerto Rico, y hablo como representante directo de un grupo de bailarines dominicanos que, con mística y esfuerzo, se preocupan por rehacer una parte muy importante de la cultura dominicana, pero en forma indirecta me expreso a nombre de todos cuantos se dedican al baile en Santo Domingo y son discriminados groseramente por el señor San Juan. Debería ser una obligación que, desde cualquier sitio de esos, se les enseñe a nuestros visitantes nuestra cultura, que es en definitiva lo que debe interesarnos y en cuanto a eso, AMUCABA tiene la palabra autorizada, por sus luchas en pro del bienestar de la clase artística dominicana. Espectáculos tan denigrantes y que llevan al fomento del vicio, como el del señor San Juan, porque esto sucede en todas partes del mundo, que lo decadente sólo fomenta el vicio, deben ser terminantemente proscritos de nuestro medio y creo que está de más invitar a toda persona de concepto en este país a un boicot de la dignidad a un espectáculo a todas luces bochornoso, que no agrega nada a nuestra cultura y que además discrimina en forma onerosa al talento nativo. Cada dominicano tiene en su casa la oportunidad de ver más mujeres desnudarse, boicoteemos al señor San Juan. Santo Domingo, Mayo 19, 1972

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El Museo de las Casas Reales

El boicot de la dignidad

Por: Fradique Lizardo

Por: Fradique Lizardo

Dentro de poco se inaugurará uno de los museos en los cuales se ha trabajado con más interés para que constituya un todo homogéneo y proyecte un mensaje fácil de comprender y enseñe a las nuevas generaciones cómo fue parte de nuestra historia que podrán casi palpar y hasta entrar dentro de algunas facetas como participantes activos.

Hace poco tuve la oportunidad de oír al señor Héctor San Juan anunciar su nuevo espectáculo por la radio. Lo describía como si fuera algo maravilloso el que trajeran a nuestro país mujeres francesas para desvestirse en una cama. Y mentalmente me hice la pregunta siguiente, a excepción de las enfermeras de servicio, cada noche, miles de dominicanas se acuestan y se desvisten cada noche, ¿y ninguna de estas le basta al señor San Juan para acostarla en su cama circular?

Se trata del Museo de las Casas Reales, que ha podido armar en un forma muy informativa parte de nuestra vida colonial, valiéndose para ello de los más recientes recursos de la museografía. A través de sus salones, veremos caballerizas, Santa Bárbara, farmacias de la época, despensas, cocheras, surgir. Con tantos detalles, será innecesario preguntar datos adicionales. Veremos, además, el despacho de los Secretarios, Oidores, de los Ayudantes de Campo y del Capitán General, así como la Sala de la Real Audiencia y la Sala de los Gobernadores. Está de más que hagamos la descripción de éstas, ya que pronto podrán ser contempladas en detalle, apreciando el cuidado que se ha tenido en su montaje correcto y adecuado. Pero hay otras salas que hacen aportes significativos a la educación de nuestro pueblo en general, como las llamadas Naval I y Naval II, en las cuales nos informamos de todo tipo de armas y uniformes que se usaron en la época. Sala de Urbanismo, de cartografía, de cristianización y de legislación y la de Contaduría Real, en las cuales, mediante paneles, muy bien concebidos y didácticos, se nos informa de datos que necesitábamos conocer de nuestro pueblo. La historia de la trata de negros, y la gran influencia de las diferentes culturas africanas a nuestra cultura, apenas está esbozada, representada al máximo por unos atabales, pues todavía consideramos esto «como de allá atrás», de lo cual debemos avergonzarnos. Pero, aunque con timidez, se atrevieron a presentarla, que ya es algo eminentemente positivo, y como este museo será por su naturaleza vitalmente dinámico, estamos seguros de que esas fallas serán subsanadas. La diferencia de este museo a muchos otros no es solamente la apropiada reconstrucción y disposición de sus exhibiciones, sino la biblioteca adjunta al servicio de los interesados y las publicaciones y boletines que ya han comenzado a lanzar, que hará de esta institución única en su género.

Verdaderamente somos un pueblo desgraciado, este señor viene de fuera, monta sus espectáculos a base de fantasía, trae sus vedettes y vedettas de fuera, les da a los dominicanos una participación mínima y exiguamente pagada, y sobre esto en privado se expresa muy mal de los dominicanos, diciendo que ninguno le sirve para bailar en sus decadentes espectáculos. A nosotros no nos interesa que nuestro país se caracterice por mujeres desnudándose en una cama, ni por sus marabus, ni por ninguna de las locuras que el señor San Juan traiga. Aquí tenemos quien puede hacer locuras criollas, con más tino y dando el sentido de la nacionalidad dominicana.

De sobra sabemos, que tras los espectáculos de mujeres desnudas andan las drogas y su secuela de vicios, y si esto es cuando nos puede traer el señor San Juan con sus locuras, que se vaya para Puerto Rico, y hablo como representante directo de un grupo de bailarines dominicanos que, con mística y esfuerzo, se preocupan por rehacer una parte muy importante de la cultura dominicana, pero en forma indirecta me expreso a nombre de todos cuantos se dedican al baile en Santo Domingo y son discriminados groseramente por el señor San Juan. Debería ser una obligación que, desde cualquier sitio de esos, se les enseñe a nuestros visitantes nuestra cultura, que es en definitiva lo que debe interesarnos y en cuanto a eso, AMUCABA tiene la palabra autorizada, por sus luchas en pro del bienestar de la clase artística dominicana. Espectáculos tan denigrantes y que llevan al fomento del vicio, como el del señor San Juan, porque esto sucede en todas partes del mundo, que lo decadente sólo fomenta el vicio, deben ser terminantemente proscritos de nuestro medio y creo que está de más invitar a toda persona de concepto en este país a un boicot de la dignidad a un espectáculo a todas luces bochornoso, que no agrega nada a nuestra cultura y que además discrimina en forma onerosa al talento nativo. Cada dominicano tiene en su casa la oportunidad de ver más mujeres desnudarse, boicoteemos al señor San Juan. Santo Domingo, Mayo 19, 1972

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1976 y 1977: resumen de dos años de actividades

Por el prof. Fradique Lizardo El avance de las investigaciones folklóricas en Santo Domingo sigue avanzando, y aunque no hay apoyo estatal ni privado para esta clase de actividades, es muy alentador lo que se viene haciendo en ese campo, que servirá a futuros investigadores para apuntalar lo que a título muy privado se viene haciendo, el día que haya una ayuda masiva a esta clase de actividades. La Sociedad Folklórica Dominicana y el Ballet Folklórico Dominicano se ocupan de seguir laborando y vamos a exponer un resumen de actividades de ambos organismos, durante los dos últimos años.

1976 En enero de ese año se rindió un homenaje a Papito Vallejo, al cumplirse el 25 aniversario del Primer Festival Folklórico Dominicano. Comenzó con misa cantada por el coro del Ballet Folklórico Dominicano en la Catedral de Santo Domingo, luego una recepción en Casa de Teatro y, por último, una presentación en el auditorio del Conservatorio Nacional de Música. Se le entregó, además, a Papito Ovalle un diploma que lo acredita como «Pionero de la Investigación Científica de la Danza Folklórica». En el curso del año, la Sociedad Dominicana de Folklore entregó diplomas declarando «Tesoro Cultural Viviente» a los señores doctor Jovino Espínola, Dámaso Mercado, José Francisco Esquea Gómez, Alfredito Feliz, Amancia Germán Pérez, Teófilo Chilverston, Bertilia de Peña, Fidias Mercedes Bautista, Moreno Graciano, Vicente Pacheco, John Warner y Alejandro Milton. Comenzaron las presentaciones del Ballet Folklórico Dominicano en el Show del Mediodía, las cuales prosiguieron semanalmente durante todo el año. Con motivo del «Día del Café», se presentó la obra «Vida, muerte y resurrección del Cafetal», trabajo de investigación en el cual participaron todos los miembros del Ballet Folklórico. Se hizo un presentación para celebrar el 3er. aniversario del Teatro Nacional. Se hicieron doce viajes de investigación, recogiéndose en los mismos 5 piezas completas de Teatro Folklórico Dominicano, algunas de las cuales además tienen baile. Se recogieron 25 costumbres escenificables, muchas de ellas de carnaval, lo cual hace nuestro país inmensamente rico, y además se recogieron un sinnúmero de canciones. Se pronunciaron 8 charlas y conferencias, y se publicaron numerosos artículos, esclareciendo algunos puntos del folklore. Se completó el rescate de los bailes siguientes: Macayambí o baile de los Zancos, Bamboulá, baile del Caimán y se comenzó o se acopiaron datos para el rescate de otros bailes.

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1976 y 1977: resumen de dos años de actividades

Por el prof. Fradique Lizardo El avance de las investigaciones folklóricas en Santo Domingo sigue avanzando, y aunque no hay apoyo estatal ni privado para esta clase de actividades, es muy alentador lo que se viene haciendo en ese campo, que servirá a futuros investigadores para apuntalar lo que a título muy privado se viene haciendo, el día que haya una ayuda masiva a esta clase de actividades. La Sociedad Folklórica Dominicana y el Ballet Folklórico Dominicano se ocupan de seguir laborando y vamos a exponer un resumen de actividades de ambos organismos, durante los dos últimos años.

1976 En enero de ese año se rindió un homenaje a Papito Vallejo, al cumplirse el 25 aniversario del Primer Festival Folklórico Dominicano. Comenzó con misa cantada por el coro del Ballet Folklórico Dominicano en la Catedral de Santo Domingo, luego una recepción en Casa de Teatro y, por último, una presentación en el auditorio del Conservatorio Nacional de Música. Se le entregó, además, a Papito Ovalle un diploma que lo acredita como «Pionero de la Investigación Científica de la Danza Folklórica». En el curso del año, la Sociedad Dominicana de Folklore entregó diplomas declarando «Tesoro Cultural Viviente» a los señores doctor Jovino Espínola, Dámaso Mercado, José Francisco Esquea Gómez, Alfredito Feliz, Amancia Germán Pérez, Teófilo Chilverston, Bertilia de Peña, Fidias Mercedes Bautista, Moreno Graciano, Vicente Pacheco, John Warner y Alejandro Milton. Comenzaron las presentaciones del Ballet Folklórico Dominicano en el Show del Mediodía, las cuales prosiguieron semanalmente durante todo el año. Con motivo del «Día del Café», se presentó la obra «Vida, muerte y resurrección del Cafetal», trabajo de investigación en el cual participaron todos los miembros del Ballet Folklórico. Se hizo un presentación para celebrar el 3er. aniversario del Teatro Nacional. Se hicieron doce viajes de investigación, recogiéndose en los mismos 5 piezas completas de Teatro Folklórico Dominicano, algunas de las cuales además tienen baile. Se recogieron 25 costumbres escenificables, muchas de ellas de carnaval, lo cual hace nuestro país inmensamente rico, y además se recogieron un sinnúmero de canciones. Se pronunciaron 8 charlas y conferencias, y se publicaron numerosos artículos, esclareciendo algunos puntos del folklore. Se completó el rescate de los bailes siguientes: Macayambí o baile de los Zancos, Bamboulá, baile del Caimán y se comenzó o se acopiaron datos para el rescate de otros bailes.

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En general, se hicieron unas 80 presentaciones folklóricas durante el año y se estrecharon lazos de amistad y cooperación intelectual con otras organizaciones folklóricas internacionales. Fue creada la Escuela de Bailes Folklóricos del Ballet Folklórico Dominicano, institución gratuita que se ocupa de difundir a todos los niveles del Folklore Dominicano.

1977 Durante este año, el Ballet Folklórico Dominicano preparó 4 programas totalmente diferentes que alcanzaron, junto con sus presentaciones por televisión, la suma de 104 presentaciones en el año, o sea, unas 2.02 por semana. De estos programas preparados, dos se presentaron desde el escenario del Teatro Nacional, con un total de 20 presentaciones, un programa fue preparado para el evento internacional de Miss Universo y otro fue preparado para la inauguración del Salón de Fiestas del Hotel Sheraton. Se dictaron unas 14 charlas y conferencias a todos los niveles y en lugares muy alejados de la capital. Se hicieron unos 8 fructíferos viajes de investigación, con mucho material rescatado y la grabación de unas doscientas canciones nuevas.

La Escuela de Bailes Folklóricos del Ballet Folklórico Dominicano hizo, además, unas 25 presentaciones durante el año, a nivel de clubes culturales, celebraciones barriales y en el programa «El Dominicano y su Cultura». EL Ballet filmó el comercial del Royal Bank para la campaña publicitaria de 1978, usando motivos agrícolas dominicanos, lo cual fue comentado muy favorablemente. El reconocimiento a su labor cultural durante el año, el Ballet Folklórico Dominicano y su director recibieron los homenajes siguientes: Juego de lapicera y pluma en plata del Ayuntamiento de San Pedro de Macorís, por haber llevado el «Mascarado» al evento de Miss Universo; Bandeja de Plata de la Escuela de Ballet de Ana Grullón de Pellerano; Diploma de Honor del Coro El Egido de Santiago. Se comenzó durante el año una comunicación directa con el pueblo, a través del programa «El Dominicano y su Cultura» transmitido a través del Canal 4 y se terminaron las presentaciones del Ballet Folklórico Dominicano en el Show del Mediodía. Todo este inmenso aporte a la cultura dominicana, todo este esfuerzo en pro de lograr la identidad nacional de los dominicanos con su cultura se hizo a título estrictamente privado, ya que no se consiguió ayuda ni patrocinio para ninguna de estas actividades. Santo Domingo, D. N. Enero 16,1978

Se completó la colección de Colecciones de Música Folklórica Dominicana grabada, obteniéndose copias de las colecciones siguientes: Coopersmith, Edna Garrido, Hohn Storms Roberts, Verna Lissi. Se está actualmente trabajando en el catálogo de las mismas para ponerlo al servicio de los interesados. El Ballet Folklórico Dominicano actúa, además, en la opereta Cecilia Valdés, en la ópera Carmen y en el ballet clásico Aladino, consiguiendo en todas sus actuaciones una crítica muy favorable a sus actuaciones. Se completó el rescate definitivo de los bailes siguientes: El El El El El El

baile de la Culebra baile de la Negrita Conga baile de la Hicotea Machacó baile de los Maromeros baile del Buey

Además, se recogieron datos de muchos otros bailes que están en proceso de rescate y se encontraron instrumentos musicales nuevos, cuyo reporte científico no se ha hecho aún por estar bajo verificación muchos de los datos pertinentes. Se recogieron más costumbres de carnaval y se comenzó a hacer una difusión constante de artículos folclóricos desde el suplemento sabatino del Listín Diario, favorablemente acogidos por la crítica, el profesorado y los alumnos de todo el país, que estudian en muchos casos el material publicado, como consulta en las clases de cultura dominicana. 32

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En general, se hicieron unas 80 presentaciones folklóricas durante el año y se estrecharon lazos de amistad y cooperación intelectual con otras organizaciones folklóricas internacionales. Fue creada la Escuela de Bailes Folklóricos del Ballet Folklórico Dominicano, institución gratuita que se ocupa de difundir a todos los niveles del Folklore Dominicano.

1977 Durante este año, el Ballet Folklórico Dominicano preparó 4 programas totalmente diferentes que alcanzaron, junto con sus presentaciones por televisión, la suma de 104 presentaciones en el año, o sea, unas 2.02 por semana. De estos programas preparados, dos se presentaron desde el escenario del Teatro Nacional, con un total de 20 presentaciones, un programa fue preparado para el evento internacional de Miss Universo y otro fue preparado para la inauguración del Salón de Fiestas del Hotel Sheraton. Se dictaron unas 14 charlas y conferencias a todos los niveles y en lugares muy alejados de la capital. Se hicieron unos 8 fructíferos viajes de investigación, con mucho material rescatado y la grabación de unas doscientas canciones nuevas.

La Escuela de Bailes Folklóricos del Ballet Folklórico Dominicano hizo, además, unas 25 presentaciones durante el año, a nivel de clubes culturales, celebraciones barriales y en el programa «El Dominicano y su Cultura». EL Ballet filmó el comercial del Royal Bank para la campaña publicitaria de 1978, usando motivos agrícolas dominicanos, lo cual fue comentado muy favorablemente. El reconocimiento a su labor cultural durante el año, el Ballet Folklórico Dominicano y su director recibieron los homenajes siguientes: Juego de lapicera y pluma en plata del Ayuntamiento de San Pedro de Macorís, por haber llevado el «Mascarado» al evento de Miss Universo; Bandeja de Plata de la Escuela de Ballet de Ana Grullón de Pellerano; Diploma de Honor del Coro El Egido de Santiago. Se comenzó durante el año una comunicación directa con el pueblo, a través del programa «El Dominicano y su Cultura» transmitido a través del Canal 4 y se terminaron las presentaciones del Ballet Folklórico Dominicano en el Show del Mediodía. Todo este inmenso aporte a la cultura dominicana, todo este esfuerzo en pro de lograr la identidad nacional de los dominicanos con su cultura se hizo a título estrictamente privado, ya que no se consiguió ayuda ni patrocinio para ninguna de estas actividades. Santo Domingo, D. N. Enero 16,1978

Se completó la colección de Colecciones de Música Folklórica Dominicana grabada, obteniéndose copias de las colecciones siguientes: Coopersmith, Edna Garrido, Hohn Storms Roberts, Verna Lissi. Se está actualmente trabajando en el catálogo de las mismas para ponerlo al servicio de los interesados. El Ballet Folklórico Dominicano actúa, además, en la opereta Cecilia Valdés, en la ópera Carmen y en el ballet clásico Aladino, consiguiendo en todas sus actuaciones una crítica muy favorable a sus actuaciones. Se completó el rescate definitivo de los bailes siguientes: El El El El El El

baile de la Culebra baile de la Negrita Conga baile de la Hicotea Machacó baile de los Maromeros baile del Buey

Además, se recogieron datos de muchos otros bailes que están en proceso de rescate y se encontraron instrumentos musicales nuevos, cuyo reporte científico no se ha hecho aún por estar bajo verificación muchos de los datos pertinentes. Se recogieron más costumbres de carnaval y se comenzó a hacer una difusión constante de artículos folclóricos desde el suplemento sabatino del Listín Diario, favorablemente acogidos por la crítica, el profesorado y los alumnos de todo el país, que estudian en muchos casos el material publicado, como consulta en las clases de cultura dominicana. 32

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Desde el principio de nuestra existencia, la Secretaría de Agricultura y muy especialmente su Sección de Café y Cacao, han seguido y admirado con mucha benevolencia nuestro trabajo, y hemos agradecido siempre sus consejos y pautas que nos han trazado. Para el trabajo que hoy presentaremos, hemos recibido un concurso imponderable, sin el cual nuestra obra hubiera sido totalmente imposible. Al agradecer tan valioso aporte, queremos hacer valer lo que se llama «derecho al pataleo», que lo que vamos a mostrar no se había hecho antes y por pioneros, solicitamos su benevolencia ante los errores cometidos. El Ballet Folklórico Dominicano ha querido plasmar en canciones y bailes la dura faena del hombre que nos da el café, el siguiente trabajo, «Vida, muerte y Resurrección en el Cafetal», al presentar esta faceta de nuestras costumbres, lo hace apegado totalmente al material oral-tradicional existente en nuestro país y recogido en forma colectiva por los componentes del grupo. Nuestra obra hubiera sido totalmente imposible sin el decidido y eficaz concurso de eficientes y valiosos colaboradores, como los profesores Rafael Contreras, etnomusicólogo dominicano, que corre a cargo de toda la parte musical del espectáculo, Rómulo Rivas, que montó la parte escenográfica, Nereida Rodríguez, que dirigió los ejercicios de técnica de Ballet y el resto se lo debemos al pueblo dominicano que atesoró los elementos para que los recogiéramos. Agradecemos las valiosas sugerencias que nos hiciera el profesor Danilo Castro, una vez que pudo ver uno de nuestros ensayos. Al reiterar nuestro agradecimiento a todos los que nos trataron con simpatía, solicitamos humildemente su perdón por haberles traído hasta aquí a ver esto.

Ballet Folklórico Dominicano Para una organización que se nutre de los conocimientos del pueblo, cono lo es el Ballet Folklórico Dominicano, constituye un motivo de orgullo imponderable, que se le permita asociarse a una celebración como la del Día del Café, en la cual un sector de los hombres que se asocian con la tierra y extraen de ésta su riqueza, se reúnen para conmemorar el día de su fiesta máxima.

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Desde el principio de nuestra existencia, la Secretaría de Agricultura y muy especialmente su Sección de Café y Cacao, han seguido y admirado con mucha benevolencia nuestro trabajo, y hemos agradecido siempre sus consejos y pautas que nos han trazado. Para el trabajo que hoy presentaremos, hemos recibido un concurso imponderable, sin el cual nuestra obra hubiera sido totalmente imposible. Al agradecer tan valioso aporte, queremos hacer valer lo que se llama «derecho al pataleo», que lo que vamos a mostrar no se había hecho antes y por pioneros, solicitamos su benevolencia ante los errores cometidos. El Ballet Folklórico Dominicano ha querido plasmar en canciones y bailes la dura faena del hombre que nos da el café, el siguiente trabajo, «Vida, muerte y Resurrección en el Cafetal», al presentar esta faceta de nuestras costumbres, lo hace apegado totalmente al material oral-tradicional existente en nuestro país y recogido en forma colectiva por los componentes del grupo. Nuestra obra hubiera sido totalmente imposible sin el decidido y eficaz concurso de eficientes y valiosos colaboradores, como los profesores Rafael Contreras, etnomusicólogo dominicano, que corre a cargo de toda la parte musical del espectáculo, Rómulo Rivas, que montó la parte escenográfica, Nereida Rodríguez, que dirigió los ejercicios de técnica de Ballet y el resto se lo debemos al pueblo dominicano que atesoró los elementos para que los recogiéramos. Agradecemos las valiosas sugerencias que nos hiciera el profesor Danilo Castro, una vez que pudo ver uno de nuestros ensayos. Al reiterar nuestro agradecimiento a todos los que nos trataron con simpatía, solicitamos humildemente su perdón por haberles traído hasta aquí a ver esto.

Ballet Folklórico Dominicano Para una organización que se nutre de los conocimientos del pueblo, cono lo es el Ballet Folklórico Dominicano, constituye un motivo de orgullo imponderable, que se le permita asociarse a una celebración como la del Día del Café, en la cual un sector de los hombres que se asocian con la tierra y extraen de ésta su riqueza, se reúnen para conmemorar el día de su fiesta máxima.

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Felicitaciones al gobierno Por el prof. Fradique Lizardo Ayer hemos visto con regocijo que las Secretarías de Estado de Agricultura y de Educación, Bellas Artes y Cultos van a propiciar un Concurso de Folklore, en el cual se dará participación a muchas manifestaciones de la cultura oral-tradicional dominicana, que ameritaban y exigían un evento de esta naturaleza. Para nosotros, que hemos dedicado al folklore de nuestro país los últimos 31 años de nuestra vida, pero investigando de verdad nuestros orígenes, la noticia ha sido la más completa satisfacción que hemos recibido en los últimos tiempos. Los elementos del folklore se van desgastando por estar sometidos a un proceso de deterioro, ante el empuje de penetraciones culturales que primero lo arrinconan, lo hacen aparecer como obsoleto ante algunos y por último es descartado. De ahí la gran importancia de concursos como el auspiciado por ambas secretarías de Estado, con motivo del Año del Agricultor, que lo único que tiene de malo es que no lo institucionalizan y de ahí, que los que amamos estas cosas, debemos arrimar nuestro hombro para que estos concursos sean tan provechosos desde todos puntos de vista, que se institucionalicen y lleguen a formar parte de las manifestaciones culturales corrientes en el calendario dominicano. Cuando un gobierno toma medidas positivas, como el caso presente, es obligación de cada ciudadano respaldarlas, sugerir medidas para su mejor realización y prestar su concurso para su implantación propia. «Tierra y Alma» debe ser ayudado por todos aquellos a quienes concierne al identidad del dominicano; por todos aquellos que deploran la pérdida de nuestra cultura; por todos aquellos que se escandalizan por la deformación y estilización de nuestras costumbres para complacer a turistas a los cuales no les importa nuestra vida. Y lo más remarcable del concurso «Tierra y Alma», que a la par que ayudará a conservar el folklore, tiende a que el material folklórico sea proyectado desde otros planos y se hagan verdaderas manifestaciones cultas, universales, basadas en nuestra cultura popular. Esta es la parte más delicada, a la par que la más importante, aquí se necesita ayuda para llegar a un buen término y debemos estar prestos a darla, los gobiernos que se ocupen de la cultura dominicana merecen todo nuestro apoyo, toda nuestra ayuda, toda nuestra dedicación, ¡démosla!

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Santo Domingo, D. N. 18 de abril, 1980

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Felicitaciones al gobierno Por el prof. Fradique Lizardo Ayer hemos visto con regocijo que las Secretarías de Estado de Agricultura y de Educación, Bellas Artes y Cultos van a propiciar un Concurso de Folklore, en el cual se dará participación a muchas manifestaciones de la cultura oral-tradicional dominicana, que ameritaban y exigían un evento de esta naturaleza. Para nosotros, que hemos dedicado al folklore de nuestro país los últimos 31 años de nuestra vida, pero investigando de verdad nuestros orígenes, la noticia ha sido la más completa satisfacción que hemos recibido en los últimos tiempos. Los elementos del folklore se van desgastando por estar sometidos a un proceso de deterioro, ante el empuje de penetraciones culturales que primero lo arrinconan, lo hacen aparecer como obsoleto ante algunos y por último es descartado. De ahí la gran importancia de concursos como el auspiciado por ambas secretarías de Estado, con motivo del Año del Agricultor, que lo único que tiene de malo es que no lo institucionalizan y de ahí, que los que amamos estas cosas, debemos arrimar nuestro hombro para que estos concursos sean tan provechosos desde todos puntos de vista, que se institucionalicen y lleguen a formar parte de las manifestaciones culturales corrientes en el calendario dominicano. Cuando un gobierno toma medidas positivas, como el caso presente, es obligación de cada ciudadano respaldarlas, sugerir medidas para su mejor realización y prestar su concurso para su implantación propia. «Tierra y Alma» debe ser ayudado por todos aquellos a quienes concierne al identidad del dominicano; por todos aquellos que deploran la pérdida de nuestra cultura; por todos aquellos que se escandalizan por la deformación y estilización de nuestras costumbres para complacer a turistas a los cuales no les importa nuestra vida. Y lo más remarcable del concurso «Tierra y Alma», que a la par que ayudará a conservar el folklore, tiende a que el material folklórico sea proyectado desde otros planos y se hagan verdaderas manifestaciones cultas, universales, basadas en nuestra cultura popular. Esta es la parte más delicada, a la par que la más importante, aquí se necesita ayuda para llegar a un buen término y debemos estar prestos a darla, los gobiernos que se ocupen de la cultura dominicana merecen todo nuestro apoyo, toda nuestra ayuda, toda nuestra dedicación, ¡démosla!

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Santo Domingo, D. N. 18 de abril, 1980

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PRODUCCIÓN María Amalia León Presidente Fundación Eduardo León Jimenes Directora Centro León SUPERVISIÓN GENERAL Luis Felipe Rodríguez COORDINACIÓN Carlos Andújar ASISTENTE DE COORDINACIÓN Laura Vásquez Guzmán COLABORADORES Ada Lora, Natalia Ramírez, Wilfredo Padrón Iglesias ESCRITOS E IMÁGENES Fondo Fradique Lizardo del Folklore Dominicano TRANSCRIPCIÓN Aurelio Polanco CUIDADO EDITORIAL Daniela Cruz Gil DISEÑO DE PORTADA María Isabel Tejeda DIAGRAMACIÓN Constructivo Project ISSN: 0864-2415

Los Cuadernos Fradique Lizardo del Folklore son publicaciones semestralmente iniciadas en 2019 con insumos del Fondo Fradique Lizardo de Folklore Dominicano, declarado Registro Memoria del Mundo de América Latina y el Caribe por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Uruguay, bajo custodia del Centro León.


PRODUCCIÓN María Amalia León Presidente Fundación Eduardo León Jimenes Directora Centro León SUPERVISIÓN GENERAL Luis Felipe Rodríguez COORDINACIÓN Carlos Andújar ASISTENTE DE COORDINACIÓN Laura Vásquez Guzmán COLABORADORES Ada Lora, Natalia Ramírez, Wilfredo Padrón Iglesias ESCRITOS E IMÁGENES Fondo Fradique Lizardo del Folklore Dominicano TRANSCRIPCIÓN Aurelio Polanco CUIDADO EDITORIAL Daniela Cruz Gil DISEÑO DE PORTADA María Isabel Tejeda DIAGRAMACIÓN Constructivo Project ISSN: 0864-2415

Los Cuadernos Fradique Lizardo del Folklore son publicaciones semestralmente iniciadas en 2019 con insumos del Fondo Fradique Lizardo de Folklore Dominicano, declarado Registro Memoria del Mundo de América Latina y el Caribe por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Uruguay, bajo custodia del Centro León.


CENTRO CULTURAL EDUARDO LEÓN JIMENES

AV. 27 DE FEBRERO NO. 146 VILLA PROGRESO SANTIAGO DE LOS CABALLEROS REPÚBLICA DOMINICANA TEL. 809 582 2315 Fax. 809 724 7644 www.centroleon.org.do

FONDO FRADIQUE LIZARDO DE FOLKLORE LISTA PROGRAMA MEMORIA DEL MUNDO ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, L A CIENCIA Y LA CULTURA, UNESCO.

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