Pablo Suárez

Page 19

Destinos Laura Batkis

Alguna vez Goya escribió que el sueño de la razón produce monstruos para referirse a las fisuras del Iluminismo, en ese entonces la modalidad del pensamiento en Occidente. Los monstruos de antaño hoy se han reproducido a una velocidad inimaginable. En este fin de siglo son engendrados por una sociedad demencialmente absurda y contradictoria, que se empeña en clasificar la naturaleza y el arte bajo la óptica del pensar calculador, e intenta explicarlo todo como un certificado de comprensión inmediata. La exigencia de un marco teórico preciso para aprehender los fenómenos artísticos han convertido lo que alguna vez fue concebido como una fiesta del pensamiento, inefable e inaugural, en un problema a resolver. Una nueva “inteligencia” artística que hoy se maneja con estrategias y modelos, organiza megaexposiciones en las que nadie entiende muy bien de qué se trata, con artistas que ilustran la orden del día sin saber tampoco muy bien de que se trata, buscando, tal vez, el minuto de celebridad tan anhelado que promueve el exhibicionismo massmediático de este fin de milenio. “Un ejército de seres pequeños que hormiguean para construir su mínimo destino en la ruinosa sombra de un modelo, habitualmente ajeno”, escribía Suárez en Un tema para mi pintura, en 1988. Su obra actual insiste en la recurrente temática de los destinos, desde los más miserables hasta aquellos heroicos y románticos, como un panorama del conflicto elemental de la condición humana, que yace inerme frente a la posibilidad de hundirse en el fango y permanecer en él o encauzar la lucha solitaria de elevarse por encima de la voluntad individual para alcanzar la gracia de un destino trascendente. La obra de Suárez es como una morada, en la que uno se reconoce al encontrar al mismo artista que a lo largo del tiempo ha ido manteniendo una respuesta única y personal frente a los temas que le preocupan. La actitud declamatoria, con un tono por momentos profético, pervive en su obra actual como un eco lejano que atraviesa el pasado y se instala en el presente. En este sentido, es notable la vigencia que aún

tienen algunos postulados de la carta de renuncia al Instituto Di Tella, presentada por el artista como una obra, el 13 de mayo de 1968, en la que entre otras cosas, ya vislumbraba la figura del oportunista, cuyo dudoso futuro auguraba. También hablaba de la libertad individual como la única forma posible de crear una obra auténtica, en aquella frase premonitoria y final, como el canto del cisne anterior al derrumbe. “Nadie puede darles fabricado y envasado lo que está dándose en este momento, está dándose el Hombre. La obra: diseñar formas de vida”. Pero si en aquellos años la coyuntura histórica reclamaba la disolución de la obra en la praxis social, hoy Suárez está convencido de que es necesario recuperar el objeto artístico y cargarlo de pathos, de una intensidad desbordada como una salida posible para que el arte vuelva a convertirse en un arma cargada de sentido. Un vehículo que posibilite el encuentro con la mirada del espectador para permanecer en él, que se convierte entonces en el testigo mudo de una memoria religada a un pensamiento compartido. La figura del trepador social es un paradigma dentro de la produccion del artista. Desde sus cuadros de los años ochenta, donde estos seres luchaban por el dificultoso ascenso, para comprobar el engañoso malestar que produce la llegada a la cumbre y la inevitable caída. La velocidad del ascenso es directamente proporcional a la del descenso, para estos personajes que aspiran al exitismo fugaz de una cañita voladora. Reflexionando sobre los avances de la ingeniería genética, el artista propone una serie mejorada del trepador, que metamorfoseado por medio de la manipulación de la nueva tecnología científica, puede ahora optimizar sus mecanismos para acelerar el proceso. Estas criaturas, retratadas de manera burlona se enmarcan dentro del fenómeno de la corrupción generalizada. Pero es la corrupción que abarca no solamente el plano económico y político de los acomodos, las coimas y los negociados, sino también el conjunto de pequeñas y mezquinas prácticas cotidianas que predominan en

17


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.