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Semillero Creativo de Fotografía en San Pablo del Monte, Tlaxcala
Alexa Cruz
Alva Selene
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Ángel Juárez
Ángela Reyes
Antonia Luna
Bárbara Méndez
Bárbara Texis
Brenda Rojas
Carmen Olaya
Cristian Méndez
Diana Mastranzo
Evelyn España
Frida Cano
Héctor Garros
Irma Sánchez
Jacqueline Mastranzo
Jaime Morales
Javier Capilla
Jorge Cruz
Jorge Gutiérrez
José Tlatelpa
Leonel Capilla
Leslie Rojas
Liliana Moreno
María F. Capilla
Natalia Juárez
Orlando Arce
Oscar Reyes
Osvaldo Orea
Primo Cavildo
Sofía Mastranzo
Suri Capilla
Susana Romero
Teresa Pérez
Uriel Mastranzo
Vianney Morales
Yaneli Tepal
Al principio mi quehacer como semillerista era un ejercicio personal e introspectivo que, curiosamente, se nutría de imágenes del exterior. Todo era fotografiable: el perro lanudo y descuidado de Doña Justina, el Santo de la entrada, la penca de maguey, la misma Doña Justina con su gesto de descontento. Pudimos experimentar momentos de complicidad y el gusto de quienes nos invitaban a compartir historias, espacios, imágenes y, en ese intercambio, nos dimos cuenta que esos personajes nos regalaban un poco de sus gestos. Fue entonces, cuando dejaron de ser personajes y se convirtieron en el vecino que talla el ónix, en Don Roy que canta en náhuatl, en el mayordomo, en el barrio, en la Matlalcuéyetl.
Vivimos la molestia justa de quien resguarda su imagen. Las personas que en estos años cuestionaron lo que hacíamos dejaron de vernos como el grupo de chamacas flacas que le sacaban foto a todo lo que se atravesaba. Sin darnos cuenta, esa fue la razón por la que comenzamos a fotografiar, no solo con las cámaras, sino también con ojos y oídos. Nos alejamos del objeto y nos acercamos a la esencia. La lectura del espacio cambió y comenzamos este viaje de redescubrir nuestro territorio.
Desde que llegué al Colectivo Comunitario de Fotografía, hasta el día que se anunció que seríamos un Semillero Creativo, mi quehacer como docente estuvo lleno de retos. Siempre fuimos un grupo con una amplia gama de luces y sombras. Nos convertimos en una comunidad de cazadores de imágenes de distintas edades y formaciones, integrada por personas diversas (retirador, amas de casa, jóvenes que vinieron de pandillas, etc.); personas que no eran responsables de su historia familiar y traían estigmas que intentaron disipar mostrando que era posible trazar un camino abrazados de las cámaras y de los amigos del Semillero.
El Semillero está comprometido y orgulloso de tomar fotografías en primera persona. Las imágenes producidas con sus cámaras son sus historias. Para nosotros no hay mejor foto que la que duerme en la cámara de un niño que va a cuidar a sus animales o la que no se toma por respeto a la tradición.
El mirar conlleva un deber. No hay sujeto absolutamente neutro, ni lente que enfoque pura objetividad (realismo ingenuo) o abstracción. Lo visual se encuentra íntimamente vinculado a la (su) materialidad, más que representación hay imagen que habla y devuelve la visibilidad. Tepal E. (2020)
Alma Janaí Calvario Lopez
