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Semillero Creativo de Artes
Visuales de Fotografía y Pintura en Oxchuc, Chiapas
Infantil
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Ana Gómez
Ángel Gómez
Benancio Gómez
Cecilia Gómez
Cristian Gómez
Deysi Sántiz
Ezequiel Gómez
Feliciano Gómez
Josselin Gómez
Juan C. López
Juan López
Karen Gómez
Leonel Gómez
Leydi Gómez
Luis Gómez
Magali Gómez
Marco A. López
Víctor Gómez
Yesenia Gómez
19. Oxchuc, Chiapas
Juvenil
A. Claudia López
Adelina Gómez
Everlay Gómez
José A. Gómez
María A. Encinos
Nahum López
Norma López
Rocali López
Yobani López
Tras haber acompañado al Semillero desde su creación, puedo decir que hemos aprendido a superar las adversidades que se han presentado en el camino. Al inicio, trabajamos con teoría y manualidades sencillas, pues no disponíamos de las herramientas necesarias para desempeñar las disciplinas que debíamos promover. En ese momento, echamos mano de nuestra creatividad e ingenio para construir nuestras primeras cámaras con cajas de cartón.
La llegada de los materiales estuvo acompañada de los momentos más críticos de la pandemia. El confinamiento trajo al Semillero varias problemáticas, particularmente la imposibilidad de las clases en línea, dada la poca accesibilidad a celulares con internet. Opté por llevar las instrucciones y materiales de casa en casa. Esa fue una vivencia complicada pero valiosa, pues con ello pude conocer y reflexionar sobre lo difícil que es la vida de cada persona, principalmente de los niños y niñas. Pude ver de cerca como en la comunidad se sufre el abandono del conocimiento y que debido a la costumbre de no asistir a la escuela, se pierde el interés por aprender. Sin duda, la pandemia fue uno de los momentos más complejos que hemos atravesado. Tuvimos que explicarle a las niñas y niños que no podíamos estar cerca, que no podíamos salir a jugar, ni visitar a nuestros seres queridos. Ellos no entendían del todo el motivo de la prohibición, pero les daba miedo escuchar sobre la muerte a causa del coronavirus. Frecuentemente me preguntaban si no me daba miedo visitarles, yo sencillamente me quedaba callada, o en ocasiones respondía: “claro que me da miedo, pero es importante no dejar de aprender y yo de ustedes aprendo”. En definitiva, lo más difícil de mi experiencia como docente, a veces no encontrar respuestas a las preguntas de los niños y niñas.
Los niños, niñas y jóvenes están seguros de que el docente es quien tiene todo el conocimiento, pero no. Más bien, quienes construyen y comparten sus saberes son ellos. Ambos estamos inmersos en cada actividad que se realiza, los docentes solo somos un comienzo y quienes terminan de construir, son los niños, niñas y jóvenes. Por ello, creo que entre los efectos que tiene mi labor en mi comunidad está el que cada niño, niña y joven se siente acompañado y motivado de estar en un aprendizaje totalmente diferente a la enseñanza de la escuela, pues en el Semillero aprendemos a mirar, a expresar lo que sentimos y, sobre todo, a pintar la vida que nosotros queremos desde nuestras emociones.
La creatividad nos ha ayudado a superar todos los obstáculos a los que nos hemos enfrentado. Los niños y niñas han aprendido a imaginar, observar y, en especial, a sacar las emociones que guardan. Me gusta invitarlos a pensar que hay un mundo que los espera y que para ello hay que aprender y observar. Sembrar un granito de arena en cada infancia y juventud tiene retos, pero es una labor llena de satisfacciones.
Eylen Berenice López Gómez





