CdeCuba Art Magazine No.25 (July 2018)

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OSIRIS CISNEROS Muchas de estas fotos transcurren sobre escenografías austeras, locaciones rústicas, rincones de la ciudad, en los que lo sensual se inserta con un tono más descarnado, y sugerente. El contraluz, la sombra, la ausencia del color son marcas distintivas de su trabajo. Con ellas va creando los ambientes adecuados para estimular el contenido que deposita; y que será interpretado como un grifo del cual brotan cuestiones que pueden llegar a ser muy graves. La manipulación que hace de la luz es un elemento a resaltar porque sabemos que esta puede aparecer con su toque mágico, lo mismo en un poema, en una sonata, en un filme, o como en este caso, en una fotografía. A través de cada instantánea filtra una visión que no tiene un carácter hegemónico, al referirse con frecuencia a ese laberinto que es la sexualidad, no jerarquiza un género sobre el otro; provoca una sensación de neutralidad. De ellas emerge un tono andrógino, una superficie descongestionada de los códigos de poder que permite un goce placentero, y una amplia conjura, aunque esta se manifieste de forma soterrada. Los protagonistas adquieren una plasticidad conmovedora que les permite contaminarse entre sí. Labios, pezones, músculos, nalgas; el sexo detonando tentativo desde la penumbra. Son puntos álgidos, o líneas de fugas de una amalgama, que al hacerse consecutiva empieza a engendrar un rostro creativo. Una manera muy particular de establecer conexiones que comúnmente quedan frustradas por viejos preconceptos, o las ya conocidas posturas arquetípicas que bloquean la absoluta libertad de la que deben gozar estos instintos. Osiris transforma objetos que se inscriben dentro de la utilidad cotidiana; como son los casos de la lavadora, y el refrigerador, muy ligados también a la historia de la mujer en el entorno doméstico; para convocar a secuencias saturadas de placer. Estos objetos pierden su estabilidad, cuando empiezan a formar parte de una dinámica peligrosa; quedan exactamente secuestrados por la constante transgresión, y frente a ellos el cuerpo continua siendo una suerte de bestia elegida. Su trabajo en dicha cuerda iniciado a comienzos de esta década en La Habana, parece tener una coherente continuidad después de trasladarse al sur de la Florida, donde reside actualmente. El sentido de lo metafórico en su obra continua intacto, más bien en un ascenso del cual poseen una alta dosis de responsabilidad los modelos con los que se desempeña, que muestran la innata capacidad de entender a través de los cuerpos, las ambiciones del artista. 162

Many of these photos are made on austere settings, rustic locations, city corners in which sensuality inserts itself with a more brutal and suggestive tone. The view against the light, the shadow, and the absence of color are distinctive features of his work. With them he creates the adequate environments to stimulate the content he deposits in them and which will be interpreted as source of issues that may become very earnest. His manipulation of the light deserves to be highlighted because we know its magic touch can appear in a poem, a sonata, a film, or, as in this case, in a photograph. Each snapshot gives a non-hegemonic vision. When frequently referring to that labyrinth called sexuality, he ranks both genders equally, producing a sensation of neutrality. An androgynous tone emerges from them, a surface deprived of power codes that allows a pleasurable enjoyment and a wide, though underground conspiracy. The main figures are endowed with a moving visual quality that enables them to contaminate one another. Lips, nipples, muscles, buttocks; the sexual organ tentatively detonating from the darkness. They are sensible points or flight lines of a mixture that, when becoming consecutive begins to generate a creative face. His is a very distinctive way of establishing connections that are commonly frustrated by old pre-concepts or by the already known archetypical postures blocking the total freedom these instincts are bound to enjoy. Osiris transforms objects of daily use such as the washing machine and the refrigerator (both very much connected to the history of women in the domestic environment) to convoke to sequences saturated with pleasure. These objects lose their stability when they become part of a dangerous dynamics; they are kidnapped by the constant transgression, and facing them the body continues to be a sort of chosen beast. His work along this line started early in this decade in Havana and seems to have had a coherent continuation after settling in south Florida. The metaphorical element remains intact in his work and is rather increasing; this is largely due to his models and their inborn ability to understand through their bodies the ambitions of the artist.


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