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Particularidades de los socavones del Oasis de Pica y Matilla

Los socavones de Pica-Matilla comparten muchas características comunes con los descritos en otras partes del mundo. Sin manuales de construcción/ instrucciones y basándose en replicar y construir lo que uno ha visto, hace que tengan características únicas. Por lo que representan un desarrollo local de los encontrados en España y el norte de África.

Las lumbreras

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Se identificaron 127 lumbreras. Muchas de ellas se encuentran hoy día en mal estado, colapsadas o bloqueadas por arena y/o basura.

En algunos casos, han sido totalmente tapadas por los propietarios de los terrenos. Acceder por las lumbreras es peligroso, algunas son pozos verticales sin medios de sujeción o con estructuras precarias que han ido deteriorándose con el tiempo. Otras son rampas que han perdido sus escalones, arrastrando al interior arena, basura y chusca al bajar complicando la respiración. En muchos de los casos sólo se puede acceder al interior por una de ellas. La galería con mayor número de lumbreras es Comiña (17) por tener la galería principal más larga. Santa Cruz tiene 12 lumbreras, seguido de Loreto y San Isidro, con 10 lumbreras. Los socavones más cortos tienen una o ninguna lumbrera (Cementerio Viejo, Concova, Botijería o El Algarrobo).

La distancia media entre las lumbreras de un socavón en el Oasis de Pica-Matilla es de 150 m. En los antiguos qanats ubicados hoy en día en Irán, la distancia entre lumbreras suele ser el doble de la profundidad de las mismas, es decir, en pozos de 9 m la distancia sería de 18 m. Esta regla no se aplicó en la zona de Pica-Matilla. Distanciar las lumbreras puede ser una ventaja para minimizar el tiempo y esfuerzo, pero agrava enormemente las condiciones de trabajo por falta de ventilación.

Una de las principales diferencias entre los socavones del Oasis de Pica-Matilla y a las estructuras similares en otras partes de mundo (Qanats), es la dirección y ubicaciónde las lumbreras con respecto a la galería principal o matriz. A excepción de Puquio Núñez, Bellavista y más destacadamente en Loreto, en Pica-Matilla, las lumbreras no están ubicadas verticalmente sobre la galería principal. Se encuentran a la derecha o a la izquierda de las galerías, sin ninguna lógica aparente, por lo que podemos considerar que cuando llevaban un buen tramo excavado, decidían que era conveniente hacer un acceso al exterior.

¿Y se excavaron de arriba hacia abajo o de abajo hacia arriba? Los estudios de los qanats originales de Irán explican que las lumbreras y pozos madre se excavaban desde exterior hacia el interior. En el socavón de Comiña tenemos la aparente evidencia del inicio de una lumbrera inacabada desde el interior hacia el exterior.

En realidad, en los socavones del Oasis de PicaMatilla, las lumbreras son galerías segundarias que conectan la galería principal con la superficie del terreno. Son perpendiculares a la galería principal con una fuerte pendiente y generalmente terminan con un pequeño tramo vertical a modo de pozo que conecta con la superficie. Para facilitar el acceso a través de la empinada pendiente, se tallaron escalones en el suelo.

El pozo tiene, en general, una forma cuadrada y pocos metros de profundidad, hasta 9 m y excepcionalmente 20 m (La Quinta y El Carmen, que es el socavón más profundo con -40 m). La gran excepción es Loreto, donde las lumbreras son profundos pozos verticales situados justo encima de la galería principal. Puquio Núñez y Bellavista, mencionados anteriormente, tienen sus lumbreras casi en la vertical de la galería principal. Además, excepcionalmente, algunas lumbreras son escaleras en forma de caracol (Santa Cruz, El Sauque) o una sucesión de tramos cortos de galería con giros de 90 grados, lo que refuerza la idea de que fueron excavados desde el interior hacia el exterior. Dado que los pozos fueron excavados en un material muy blando (arena no consolidada), sus paredes se consolidaron con ladrillos de arcilla (adobe) o más recientemente con anillos de hormigón. Aunque hoy en día muchas lumbreras están totalmente cubiertas de arena, son pocos los sedimentos que alcanzan la galería principal.

Una hipótesis para explicar este tipo de construcción de lumbreras es que la zona es un desierto ventoso y arenoso. Si el pozo de la lumbrera se excava verticalmente sobre la galería principal, la arena puede acumularse directamente en él, obstruyendo el flujo de agua. Si el pozo se sustituye por una galería diagonal, la arena se acumula en esa galería de acceso antes llegar a la galería principal. La acumulación de sedimentos en la galería principal reduce el caudal de agua y aumenta la necesidad de mantenimiento. En muy pocas galerías principales y en sitios muy puntuales es posible encontrar arena del exterior que tapa parcialmente la galería. Otra hipótesis es que es más difícil excavar un pozo verticalmente sobre una galería subterránea, ya que implica conocimientos avanzados de topografía. Adicionalmente podemos añadir que a nivel de seguridad es mejor acceder a través de rampas que de profundos pozos verticales.

El punto de salida de agua al exterior no es necesariamente el punto más importante de acceso al socavón. Esto es destacable en lumbreras con distinciones en su construcción como en El Carmen, La Quinta que siempre ha dispuesto de una lumbrera como acceso o Santa Rosita donde la lumbrera podría haber estado dentro de una edificación.

Otra característica que distingue a los socavones de Pica es la ausencia de pozos madre, excepto en Loreto. El pozo madre es el último y más alejado pozo de la entrada; es el pozo o punto que atraviesa la napa freática para drenar la galería de agua. Según los procesos de construcción de qanats en la antigua Persia; este pozo era el primero en excavar, luego una alineación de pozos secundarios hasta la salida. El no seguir este patrón de construcción puede ser la razón por la que las galerías principales no son líneas rectas entre el punto de salida y el final (donde se supone que se encuentra el pozo madre), sino más bien una suerte de diferentes direcciones siguiendo los puntos más húmedos. Pareciera que Loreto fue construido en la regla del arte de la construcción de los antiguos qanats.

Estas diferencias observadas en Pica pueden ser, por un lado, una adaptación al contexto climático y geología local (importante acumulación de arena transportada por el viento, presencia de una capa de ignimbrita dura y terremotos). Por otro lado, se debe también probablemente a que los obreros que construyeron los socavones no tenían el conocimiento ancestral de los maestros constructores de los qanats en Irán, China u otros lugares, donde se construyeron cientos de galerías, algunas con decenas de kilómetros de longitud. Esta hipótesis apoya los comentarios de varios observadores históricos, como Billinghurst (1878) o Brüggen (1918) quienes anotaron que el caudal de los socavones era muy bajo debido a que varias galerías tenían agua acumulada debido a una pendiente del suelo irregular, o galerías en mal estado (derrumbadas).

Los socavones situados en el Oasis de Pica-Matilla están muy próximos entre sí. En la mayoría de los casos, están separados por menos de 500 metros, y en algunos casos por menos de 200 metros. En Irán, una galería de filtración construida en un suelo blando debía situarse al menos a 1500 m de distancia de la galería más cercana y a menos de 1000 m en un suelo duro para que no se afecten mutuamente el caudal. En Pica-Matilla la corta distancia entre galerías, que probablemente afectaba el caudal de los socavones, es otra prueba de la falta de conocimiento ancestral en la construcción de los socavones. Construir un socavón suponía una gran inversión, la cual se relacionaba con los beneficios que se podían obtener, extendiendo el riego y cultivando zonas sin agua. La variedad de formas en que fueron construidas pudo responder a las posibilidades de sus inversores.

Y… ¿ha encontrado algún tesoro dentro?

Esta pregunta hecha por un dueño de socavón abre los mitos y fantasías de lo desconocido. En las primeras reuniones con la comunidad oímos que El Carmen pasa por debajo de la iglesia. Que en silencio se oye correr el agua, los piqueños que es la iglesia de San Andrés y los matillanos la de San Antonio. Y el más atrevido, que todos los socavones están conectados entre sí.

Dejando la basura moderna a un lado, en verdad hay muy pocos objetos en el interior: alguna pala, algún cincel o clavos totalmente corroídos.

Un candil que podría ser casero y alimentarse de carburo; un par de zapatos de época y todo hay que decirlo, una placa de metal con una esvástica grabada (de fábrica).

Lo más destacado son grabados de fechas que en algunos casos podrían indicar la fecha de construcción. En Jesús María se encontró la fecha más antigua: 1897. También se han encontrado grabados de manos en la arenisca, un total de 15 manos en un punto y 5 pequeñas manos que podrían ser de niño o niña en otro punto. En El Carmen se encontró el grabado de un pequeño portal religioso con una cruz a mitad de camino de los 40 m de bajada. Un posible mapa hecho a líneas y muchos nombres y amores seguramente no correspondidos.

Desgraciadamente también hay rayados en Puquio Núñez.

En cuanto a flora y fauna, se han encontrado insectos, raramente algún murciélago, baratas, escorpiones, esqueletos de ratones y alguna desgraciada ave. Por falta de luz se podría considerar que no hay flora, pero sí hay raíces de árboles y vegetación que en su travesía por la tierra dieron con un socavón en particular en los socavones Buena Esperanza, y Jesus María y La Quinta. También es posible ver hongos y algunas manchas en paredes que asemejan líquenes.

En sí mismo el socavón es un tesoro, aunque en verdad es la caja del tesoro, un tesoro que cada vez se retrae más y que en otro tiempo era posible bañarse en él dentro de sus galerías.

Elementos de los socavones visibles en la superficie

Los socavones tienen también una serie de elementos que son visibles en la superficie del terreno.

En la mayoría de los casos, hacia abajo del punto de salida del socavón, se encuentra un canal abierto que conecta la galería con un estanque y luego con las tierras cultivadas (chacras). Aunque la mayoría de los socavones ya no vierten agua y la infraestructura y las chacras están abandonadas, sus restos son a menudo visibles, incluso a través de imágenes satelitales.

Para proteger los socavones de daños estructurales que podían resultar de actividades en la superficie (como construcciones), se definía una zona a una distancia de 200 m de cada lado de las galerías con mojones; bloques paralelepípedos de adobe y cemento de alrededor de medio metro de altura colocados en el suelo. FOTO. En esta zona, no se podía realizar actividades perjudiciales para la estructura de la galería y su caudal. Podemos concluir que si bien no había el conocimiento preciso de la distancia óptima entre socavones, si había una preocupación por no afectarse unos a otros.

En algún momento de la historia de la comunidad de Pica y Matilla, esta norma dejó de respetarse. Las ciudades de Pica y Matilla se extendieron sin tomar en cuenta la presencia de socavones, lo que ha provocado hundimientos del terreno en algunas zonas urbanas desde los años 80 y con más fuerza en 2013 y más concretamente en el sector del Cuerpo de Bomberos de Pica; con casi total seguridad por el socavón El Carmen.

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