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LUEGO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

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CONCLUSIÓN

CONCLUSIÓN

Plano del poblado de Corozal, (1952)

Luego de la Segunda Guerra Mundial

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Pasada la Segunda Guerra Mundial, los diversos gobernadores que tuvo la Zona del Canal entre 1945 a 1950 consideraron que la vivienda que se le proveía a los empleados del ferrocarril y el Canal de Panamá era subestándard y requería ser reemplazada urgentemente.

El diseño del programa de vivienda comienza con una evaluación realizada en 1945 por Wallace Teare, planificador urbano de la Agencia Nacional de Vivienda y la Autoridad Federal de Vivienda Pública, quien certifica la urgencia de llevar a cabo el reemplazo de las viviendas.

Más tarde, en 1948, la Oficina de Presupuesto del Senado estadounidense le solicita al gobernador de la Zona, Francis Newcomer, la elaboración de un programa de vivienda “amplio y de largo alcance” para ser considerado (PCR, 1950).

En 1949, el Senado estadounidense aprueba un ambicioso programa de reemplazo de viviendas en la Zona del Canal, el cual tendría un presupuesto de $80 millones y una duración de diez años.

El programa completo incluía la construcción de 4,100 unidades familiares y 1,250 unidades para solteros, además de facilidades comunitarias como casas club, comisariatos, oficinas postales, parques, entre otros (PCR, 1952).

A grandes rasgos, el programa lo que buscaba era la demolición de las viviendas de madera o compuestas que habían sido construidas entre la finalización de la construcción del Canal y la Segunda Guerra Mundial, y su reemplazo por un modelo de vivienda más moderno, construido de mampostería y enfocado en una visión más pragmática que las antiguas viviendas.

Para el diseño de estos nuevos modelos de vivienda se contrató a la firma Skidmore, Owings and Merrill, que junto con los ingenieros del Canal desarrollaron una visión de vivienda estandarizada y de unos pocos modelos, que se utilizarían en la construcción de los diferentes poblados (PCR, 1950).

Durante el período que duró este programa de reemplazo de viviendas, dos preocupaciones aparecen con insistencia entre los trabajadores de la zona: el posible aumento en las rentas y la reducción en el tamaño de las viviendas.

Para los empleados del Canal, “esta nueva arquitectura es muy práctica y plana para darle la gracia y belleza usualmente esperada de un hogar”, además de ser más pequeñas que las viviendas en las que ya habitaban (PCR, 1951).

De acuerdo con las

autoridades, el tamaño menor de las viviendas era consecuencia de la necesidad de reducir el costo de construcción y poder así mantener los mismos precios de alquiler.

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