
2 minute read
Lo que nunca se olvida
ANTOFAGASTA — CL
silvia jiménez Enfermera Clínica Bupa Antofagasta
Al principio de este proceso se hablaba a nivel nacional de cuántas camas uci o ventiladores teníamos. Pero es muy importante decir que un ventilador no se maneja solo, no salva a una persona. Tienes que tener un equipo multidisciplinario 24/7 para sacar adelante a un paciente.
Estamos con una mayor carga laboral y emocional, esto último ha sido cada vez más fuerte. Nos ha tocado alejarnos de nuestras familias, incluso algunos colegas se han distanciado de sus parejas, para cuidarlas. Yo sigo viviendo con mi familia: mi esposo y mis tres hijas, además de mi suegra, pero he tenido que dejar de ver a mis papás, porque me dolería el alma si se enfermaran por mi culpa. Mi mamá ha estado muy angustiada, siempre en las despedidas de las videollamadas llora y eso es una carga emocional muy fuerte para mí.
Uno de los momentos más difíciles de estos meses fue el ingreso de un compañero que trabaja con nosotros, lo trasladaron desde la Clínica La Portada y llegó en mi turno. Fue muy fuerte vivir ese momento, porque uno nunca piensa ver caer a los que conoce. Cuando lo vi llegar angustiado y
con miedo, me dieron ganas de ponerme a su lado y llorar con él. No podía hacerlo, porque en ese minuto más que alguien cercano, era su enfermera, y creo que no se puede llorar frente a un paciente, porque se pierde la fuerza que uno le transmite; lo que hay que hacer es siempre entregar seguridad. Ahora estoy contenta, porque está mejor y finalmente salió adelante.
La semana pasada recibí a una mujer de 38 años, llegó desde pabellón en muy malas condiciones. Lo que más me marcó fue que tuvimos que dejar entrar a su esposo para que se despidiera, porque ellos venían de otra comuna de Antofagasta, de Mejillones. Lo hice pasar y era un hombre grande, corpulento. Le pusimos los elementos de protección y nos quedamos en la habitación con un paramédico y la doctora jefa. Se despidió de su esposa preguntándole por qué lo había dejado solo, qué les iba a decir a los niños. Luego se volteó y nos dijo ¿por qué fallaron tanto, si son los mejores?
En esos momentos hay que asumir la pena de ese familiar. Y eso nunca más se olvida. �