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Reconvertimos nuestras capacidades para ayudar al otro

mª ester smith Enfermera Clínica Bupa Santiago

Estoy a cargo de dos servicios: hospitalización pediátrica con pacientes de menor complejidad y de la unidad paciente crítico (upc) pediátrica, donde están los enfermos de alta complejidad, así como casos de intermedio e intensivo. Los pacientes habituales de pediatría dejaron de llegar porque, estaban encerrados en sus casas y no iban a las salas cunas. O llegaban más a distancia: un apendicitis, algo de fiebre o que se cayó y tiene un tec, etcétera. El 19 de mayo me pidieron levantar 12 camas mq adulto en el piso de hospitalización pediátrica, rápidamente fueron 18 y para el fin de esa semana llegamos a 30 camas. Hicimos todo lo necesario para adaptarnos a las necesidades que la pandemia le iba imponiendo a la clínica. Teníamos que ser útiles. Seremos especialistas en enfermería pediátrica, pero tenemos una vocación de servicio, de ayudar al otro. Desde ahí comenzamos con capacitaciones para reconvertir a los equipos en el conocimiento del Covid adulto. En pediatría vivimos con aislamiento todo el año; en invierno, por ejemplo, son los virus respiratorios, entonces ya teníamos cierta costumbre de vestirnos con pechera y guantes para proteger a los otros pacientes y no transmitirles los virus.

SANTIAGO — CL

Siempre la institución nos ha pedido que nos apoyemos entre todos. Eso fue lo que hicimos, apoyar a otros seres humanos que pueden ser nuestros parientes, abuelitos, papás, un primo, en un momento de soledad. Eso lo traduje en algo consciente, concreto y práctico, como la necesidad de capacitarse para atender a pacientes adultos. Con Paola Vallarino, enfermera de capacitación, formalizamos un curso para todo el equipo de intensivo pediátrico, que era de conocimientos adulto, y en el mq disponibilizamos enfermeras para que fueran a capacitarse en lo que nos faltaba aprender. En paralelo, a los que estaban en intensivo pediátrico los mandamos a capacitarse en adulto. Todo esto ocurrió a comienzos de abril; a mediados de ese mes ya teníamos el 100% de nuestros enfermeros y técnicos en enfermería de nivel superior (tens) de la upc formados teóricamente en el manejo del paciente adulto Covid. En suma, reconvertimos capacidades. Mi primer objetivo fue que esta capacitación la realizara al menos el 80% de los funcionarios y lo hizo el 100%. Luego fue necesario identificar las brechas del paciente

Lo que hicimos fue apoyar adulto en insumos y fármacos, entonces a otros seres humanos que también levantamos los insumos que pueden ser nuestros parientes, necesitábamos tener: tubos endotraqueales más grandes, catéteres de otros calibres, etc. abuelitos, papás, un primo, en El intermedio adulto fue casi 100% un momento de soledad. externo y lo hicimos bastante bien. Al comienzo nadie se conocía e inventamos una sigla denominada C.O.T.O.: la C es de cuidado integral del paciente, la O de organización, la T de trabajo en equipo y la otra O de orden. Lo hicimos para poder unificar el trabajo, porque teníamos que partir de mundos distintos, con personas provenientes de diferentes clínicas y, además, nos sirvió para tener una identidad. Finalmente logramos una energía y sinergia de trabajo que nos permitieron salir adelante. Cooperamos con personas desconocidas que buscaban una oportunidad de trabajo. Y fuimos de menos a más. A mi equipo les decía: nosotros somos la familia presente, así es que favorecimos mucho las llamadas y los videos. Acá se usa el sap como registro de ficha electrónica y logramos que se incluyera la cariñoterapia como plan y ejecución de enfermería. Y lo escribíamos para ir incentivándolo: hoy se hizo la llamada de don Pedro con su hija. Mi estilo es dirigir, pero también acompañar mucho. Nos juntamos y conversamos: ¿Cómo están? ¿Cómo se sienten? Cuando estoy muy cansada también se los hago saber, porque estamos todos en la misma. Hace menos de un mes, la gerencia de calidad impulsó un piloto que se llama Pausa de Seguridad, que consta de cuatro preguntas y que apunta al cuidado del personal en términos de manejo de los implementos de seguridad. Una pregunta muy esencial es: ¿Cómo estás para partir este turno? Todos los días, en menos de 10 minutos, le pido a cada uno que nos diga con qué palabras llegan al inicio del turno. ¿Cómo ha sido esto para mí? Bueno, mi mamá falleció en febrero, –no fue de Covid–. Se deterioró muy rápido, la traje a la clínica y falleció en el intensivo adulto, tenía 88 años. Eso fue difícil. Vivo con mi marido y mis dos hijos: Emilio de 13 años y Josefa de 12. Nuestra casa tiene dos pisos, ellos se acomodaron en el segundo y yo en el primero. A mi marido lo despidieron en marzo, con todo esto de la contingencia. Eso fue malo y bueno. Me ayudó mucho con los niños y la casa, y también se reinventó. Se dedicó a cocinar y a vender cosas exquisitas y hoy le va muy bien. Mis hijos, en tanto, ven que su mamá está cooperando y me han dado aplausos. Como estoy a cargo de planificar, al comienzo no me sentí en la primera línea, pero llegó un minuto en que sí lo sentí. �

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