Un terrorismo no tan silencioso CLARA CHINER 2º Bachillerato Me encanta salir a pasear de noche por las oscuras calles del centro de València, en especial cuando ha llovido recientemente y la tenue luz de las farolas alumbra los edificios y las aceras, creando un brillo que refleja tonalidades amarillentas y blanquecinas por el reflejo de la luna, y donde una atmósfera de humedad pulverizada forma un clima pacífico y relajado, solo interrumpido por las voces de la gente que, como tú, ha decidido salir a observar el espectáculo.
Bueno, permitidme que me corrija, me encantaría poder caminar por las callejuelas vacías de mi ciudad sin ningún tipo de escolta ni de miedo, sin tener que compartir mi ubicación ni llamar a una amiga por precaución. Simplemente, salir sola. Salir con mis pensamientos y sin preocuparme de llegar a casa de una pieza. Pero no puedo, y no puedo porque precisamente esas voces que interrumpen mi calma son las de algún casposo que ha decidido que tiene el derecho de gritar la guarrada de turno: “¡Qué culo!”, “¡Ay, si tuviera veinte años menos!”, “¡Ponte a la sombra, bombón, que te derrites!”... Como si esas frases fueran a despertar en mí o en cualquier otra mujer algo más que rechazo, repulsión y miedo. Mientras camino de vuelta a casa a paso rápido y girando la cabeza cada pocos metros para comprobar que nadie me sigue (ya me ha pasado suficientes veces como para no obsesionarme), no puedo evitar pensar en todas aquellas mujeres que al llegar a casa no se encuentran con un sitio seguro donde sentirse a salvo, sino que al poner un pie en el que supuestamente debería ser su hogar, se encuentran con más gritos, más intimidaciones y más miedo. Sin embargo, aún a día de hoy son muchos los que aseguran que son pocas las mujeres que viven en esta situación, que somos unas histéricas y unas exageradas, y que la violencia de género es un mito que nos hemos inventado las “feminazis” para fomentar el odio hacia los hombres. No obstante, las estadísticas no mienten: 1.131 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas desde enero de 2003 en España, 87.307 llamadas fueron realizadas al 016 en 2021 y 121.000 denuncias por violencia de género fueron cursadas a lo largo de ese mismo
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