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La adolescencia y los trastornos mentales
by Borja
MARIA SARAH FODIL 1º ESO
La depresión es un trastorno mental que se caracteriza principalmente por producir un bajo estado de ánimo, desesperación, baja autoestima, tristeza e incluso pensamientos reiterados de suicidio. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión afecta a unos 121 millones de personas en todo el mundo, y al menos una de cada cinco personas llegará a desarrollar un cuadro depresivo en su vida.
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Esta enfermedad no afecta exclusivamente a personas adultas; es sorprendente cómo, según los últimos datos de la OMS, el 20% de los y las adolescentes sufren depresión u otros trastornos mentales. Del mismo modo, es escalofriante que el suicidio sea la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 19 años. Tal es la preocupación por esta nueva realidad cada vez más extendida que UNICEF y la OMS organizaron en 2019 la primera conferencia sobre este tema en Florencia (Italia), enmarcada en el evento Leading Minds, una serie de coloquios que tiene como objetivo visibilizar esta lacra que afecta a tantos niños y adolescentes en el mundo.
Si pensamos en las causas de este trastorno mental, debemos tener en cuenta que entran en juego diferentes factores. Por un lado, encontramos aquellas situaciones o problemas estresantes en la vida de una persona de los cuales parece imposible escapar, como por ejemplo, la pérdida de un ser querido, una enfermedad, perder el trabajo… Sin embargo, hay factores socioeconómicos que aumentan la posibilidad de padecer esta enfermedad: en países en vías de desarrollo, casi el 15% de los y las adolescentes han pensado en suicidarse en algún momento. «Según los últimos datos de la OMS, el 20% de los y las adolescentes sufren depresión u otros transtornos mentales. Del mismo modo, es escalofriante que el suicidio sea la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 19 años».
Especialmente en la adolescencia, la depresión puede ir asociada a otro tipo de trastornos mentales, como por ejemplo, los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Aunque los problemas alimenticios no siempre son a causa de la depresión y la ansiedad, sí es cierto que se vinculan a problemáticas sociales, psicológicas, genéticas o biológicas. El origen estriba en una fuerte preocupación por el peso y la alimentación debido, entre otras cosas, a la presión que sufren los adolescentes con respecto a su imagen personal y a la casi obligatoriedad de encajar en unos cánones de belleza imposibles, cada vez más condicionados y difundidos por la redes sociales, donde el uso de filtros que modifican el cuerpo o los rasgos faciales son cada vez más comunes.
Ante una situación tan compleja y dolorosa como esta, el apoyo de familiares y amigos es importantísimo, pero lo que se vuelve fundamental en estos casos es la labor de psicólogos y psiquiatras. Nuestro cariño y apoyo puede ayudar a una persona que sufre ansiedad o un TCA; sin embargo, al tratarse de trastornos mentales, es necesaria la intervención de especialistas que ofrezcan las herramientas necesarias a sus pacientes para poder superar esta enfermedad que, desgraciadamente, cada día está más extendida.