12 minute read

Sucesos

Next Article
Criterios

Criterios

Las raíces del problema de insalubridad laboral de las camareras de piso

❖ Análisis sobre los porqués que han conducido a la situación de precariedad en el puesto de trabajo de limpiadora en hoteles y apartamentos de Canarias, casi en su totalidad femenino, y apuntes para revertir esta realidad, que ya nadie cuestiona y todos critican salvo la patronal Ashotel

Advertisement

Román Delgado Santa Cruz de Tenerife S iempre se ha tratado de un problema que ha tenido mayor o menor realce dependiendo de la coyuntura, de las voces que estaban dispuestas, con razones sobre la mesa, a avivar el fuego, pero hoy, en estos días, semanas y meses, las llamas no paran de crecer. Las continuas denuncias, críticas y experiencias de penuria narradas antes los medios de comunicación locales por las organizaciones de trabajadores (y por las propias empleadas afectadas, aunque en este caso mucho menos, sobre todo por miedo a represalias o despidos) en relación con la situación laboral que soporta el colectivo de camareras de piso en la provincia tinerfeña (también en Canarias y el resto de España) parece que han llegado para quedarse, para permanecer en el tiempo hasta que se arbitre una solución de consenso que dé por resuelta o mejorada la situación de insalubridad laboral que ya cada vez menos gente discute en el seno de esta categoría profesional.

En Canarias, unas 15.000 mujeres trabajan en el que es el motor de la economía regional: el turismo, y un amplísimo porcentaje de ellas tiene su puesto de trabajo vinculado a la limpieza de habitaciones y espacios comunes en los establecimientos hoteleros y extrahoteleros (apartamentos). Éstas son las llamadas camareras de piso, que, según el avance de una encuesta que prepara el sindicato CC OO y la plataforma “Las que limpian los hoteles”, en el 70% de los casos se medican para combatir los dolores musculares.

CC OO y UGT, los sindicatos representativos en el sector hotelero en la provincia tinerfeña (más del 15% de los delegados totales), no paran de hablar de condiciones laborales inasumibles para el colectivo, e Intersindical Canaria, el tercero en discordia, pone el acento en que lo que ahora se critica con fuerza y alarma tiene sus raíces, entre otros aspectos, en los pactos que han celebrado la patronal y esos dos mismos sindicatos, lo que en adelante se explicará con más detalle. En el otro lado se halla la organización empresarial Ashotel, en la que el que más empuja es su reelegido presidente Jorge Marichal, que ha pasado de negarlo todo, porque no hay denuncias ante la Inspección de Trabajo ni de otro tipo, a reconocer que algo quizá esté ocurriendo. La presión social y política tiene estas cosas. Siguiendo el último argumento, Ashotel ha anunciado la creación de una comisión técnica (y doméstica) de estudio de la situación de ese colectivo.

Los partidos políticos con representación en el Parlamento de Canarias también se han apuntado al “escándalo”, todos, y han dicho sí a que el problema se estudie en profundidad y se le busque solución, máxime cuando el turismo en las Islas no ha dejado de ofrecer parámetros de solvencia en los últimos cinco años (de 2011 en adelante), con mejora continua en la llegada de visitantes, incremento de las inversiones privadas, alzas encadenadas en el gasto de los turistas y mejores indicadores de ocupación; o sea, más rentabilidad empresarial.

EL BUFADERO JOSÉ MIGUEL GONZÁLEZ HERNÁNDEZ

Economista

Mamporrería barata

El desentendimiento por el que se apuesta, en nombre de las ideologías, ofrece pérdidas a la ciudadanía, que asiste atónita a una pelea por un cargo o un nombramiento mientras se está ausente de la problemática real que afecta a la sociedad. La amenaza continua, lo altivo de los personajes, el desprecio mutuo que se profesan, no hacen sino alejar a las partes interesadas en los acuerdos de la bronca permanente.

El hecho de vociferar de forma gratuita solo tiene eficacia si el mensaje no solo es contundente sino veraz. Por eso muchas veces, para tener credibilidad, no hace falta alzar la voz, sino leer, escuchar y sentenciar. Este razonamiento viene a colación del triste espectáculo que están dando los diferentes partidos con representación parlamentaria, aunque puede ser extensible a cualquier proceso de negociación al que podamos estar asistiendo en tiempo real.

Como no podría ser de otra manera, el respeto debiera ser exquisito, pero no está siendo correspondido. Por eso, desde la perspectiva de un nuevo proceso electoral o negociador, esperemos que no se tenga “memoria de pez” a la hora de volver a delegar la confianza en unas siglas con personas que solo saben hacer horas de vuelo en pro de un carguito suficientemente retribuido, porque necesitamos conciencia de grupo y no protagonismos egocéntricos que solo se reparten besos a sí mismos y están encantadísimos de haberse conocido.

Sobre el procedimiento en sí, al menos el que trasciende al exterior, no entendemos cómo la culminación de la negociación no conduce a un acuerdo sensato y eficiente, mejorando la relación entre las partes (si solo se discute sobre las posturas de partida, alcanzando situaciones justamente contrarias a las deseadas, en lugar de propuestas aparecen actitudes defensivas que invitan al inmovilismo y retardan el acuerdo), con lo que se presta menos atención a los intereses propios y hay una buena culminación del proceso, en el que todas las partes sumen.

Todo va bien, muy bien, mejor que nunca, pero tanta bonanza, que es lo que sostienen los sindicatos y algunos partidos políticos, no llega por igual a todas las patas (una de ellas es la de los trabajadores) que levantan el negocio del turismo en Canarias, del que depende, de forma más directa o indirecta, toda la población de las Imagen de archivo de la principal comarca con servicios turísticos en Tenerife, en el sur de la isla./ EL DÍA ❍ Intersindical lanza una propuesta contra la “penuria” actual y la somete al consenso ❍ ❍ Hay más carga laboral por la ampliación de funciones recogida en el convenio ❍

Creo que no nos merecemos esta situación de inmovilismo, simplemente por el hecho de no saber o no querer asumir la decisión (sea la que sea) con total honestidad y responsabilidad, para no generar ira y resentimiento en lugar de soluciones y consenso. Hay que dejar de lado los legítimos intereses de cada parte porque las condiciones son las que son y no las que desearíamos que fueran. Así que, pónganse a trabajar y asuma lo que hay que asumir, que, una vez al año, no hace daño, como dice el dicho.

Islas. En la actualidad, las condiciones de trabajo de las camareras de piso se regulan de manera singular en un acuerdo marco nacional (ALEH V) y en el convenio provincial de hostelería. El convenio que está vigente se firmó el año pasado, tiene una duración de cuatro años y solo contó con el visto bueno sindical de CC OO (con mayoría en la representación de los trabajadores tinerfeños), un apoyo que fue impuesto por la dirección federal de la organización en una coyuntura de problemas internos.

Argumentario sindicalista

Pero el problema laboral de las camareras de piso, como destacan fuentes de Intersindical Canaria, no es algo de anteayer, sino que “la situación de penuria y sobreexplotación de las camareras de piso aparece prácticamente en los inicios del turismo masivo en las Islas”. Las condiciones de “explotación de este colectivo feminizado, afectado por la segregación horizontal y vertical como consecuencia de las desigualdades de género, han provocado que durante decenios estas mujeres hayan tenido que acometer las funciones de su categoría con una clara indefensión y desregulación en sus condiciones de trabajo”, a lo que, al menos según recoge esta organización sindical, han contribuido los siguientes factores, a saber: a) “No hay convenios colectivos de hostelería en toda España, tampoco en la provincia tinerfeña, en los que los interlocutores sociales (patronal y sindicatos) hayan tratado de delimitar el número de habitaciones que debe atender cada camarera de piso atendiendo a las características del centro de trabajo, habitaciones, superficie y categoría del establecimiento. Esta falta de regulación ha favorecido la explotación laboral del colectivo, ya que el número de habitaciones a limpiar ha quedado al libre albedrío del empresario y, lo que es peor, éste no ha atendido, en muchos casos, su deber de proteger la salud de los trabajadores y de aplicar la normativa en materia de prevención de riesgos laborales. Ello ha desembocado en graves perjuicios para la salud de las trabajadoras”. Éstas limpian de media por día entre 18 y 23 habitaciones en ocho horas de trabajo, con 6,30 horas dedicadas a habitaciones, una a espacios comunes y media de descanso. El salario líquido que perciben está entre 900-1.000 euros en 14 pagas. En algunos hoteles de Tenerife, se ha documentado la limpieza de hasta 36 habitaciones, según datos de Intersindical. b) “Toda empresa tiene que llevar a cabo, junto a sus trabajadores, la actividad preventiva, con una evaluación previa de los riesgos laborales. En el caso del colectivo de las camareras de piso, para que exista una prevención eficaz de los riesgos laborales, ésta se tiene que realizar de forma frecuente, con estudios ergonómicos cada dos años. Esto permite detectar los riesgos ergonómicos, así como el riesgo físico por el consumo metabólico. A partir de esos estudios, se pueden realizar las correcciones necesarias y a la vez delimitar o corregir el número objetivo de habitaciones a limpiar en cada puesto de trabajo”. El problema es que esto pocas veces se hace o, si se realiza, suele estar incompleto, inexacto. c) “Buena parte de las empresas incumplen sus propios estudios de ritmos ergonómicos, en el caso de las que los realicen, y la gran mayoría tiene estudios obsoletos, fuera de la realidad. Por estas razones, las camareras de piso suelen atender un número de habitaciones por encima de lo permitido, de lo que debiera dictar la evaluación específica ergonómica del puesto de trabajo. Este hecho genera un consumo metabólico alto o

Interior de un baño, en un establecimiento hotelero./ EL DÍA

El artículo de la discordia

El artículo del que habla Intersindical y recoge el actual convenio provincial es de este tenor: “Las camareras seguirán realizando las funciones que actualmente tienen asignadas en sus respectivas empresas, así como las reflejadas en el artículo 17 del ALEH V (de 6 de mayo de 2015), sin perjuicio de lo cual entrará dentro de sus cometidos la limpieza de las zonas comunes de uso de los clientes, así como los baños ubicados en estas zonas, la retirada de los servicios de las habitaciones (“ron service”) y la reposición de los minibares, si los hubiera”. Como se aprecia, ese convenio amplió en su momento, y de manera notable, las funciones de las camareras de piso, lo que, sostiene Intersindical, “empeoró considerablemente las condiciones laborales, ya de por sí bastante deterioradas”. Esa ampliación de funciones hoy sigue vigente y se formuló para compensar al empresario, afirma Intersindical, por el cambio de grupo laboral de las camareras de piso: ahora en el IV y antes en el V, por lo tanto, con algo más de sueldo.

muy alto, lo que implica soportar una carga de trabajo y un desgaste físico que se califica de trabajo pesado. Por eso, este colectivo sufre graves daños físicos y tiene tantos problemas de salud (musculares, esqueléticos…) que incluso derivan en incapacidades laborales. También ello explica que sea muy bajo el número de mujeres pertenecientes a este colectivo que acceden a la pensión total contributiva (con jubilaciones en la edad establecida)”.

Normas específicas y sus agujeros

El trabajo de las camareras de piso está regulado, básicamente, en el ALEH V y en el convenio provincial tinerfeño (firmado el año pasado). El ALEH V, en su artículo 17 (funciones básicas de la prestación laboral), dice textualmente: “c) Camarera de piso: realiza de manera cualificada la limpieza y el arreglo de las habitaciones y pasillos, así como del orden de los objetos de los clientes. Limpia y ordena las habitaciones, baños y pasillos entre

las habitaciones de los clientes. Controla el material, productos de los clientes y comunica a sus responsables las anomalías en las instalaciones y los objetos perdidos. Realiza la atención directa al cliente en las funciones propias de su área. Realiza las labores propias de lencería y lavandería”.

Sin embargo, en el artículo 20 del convenio provincial (movilidad funcional de la camarera de piso), “a cambio de un pírrico incremento salarial (el ascenso de categoría de las camareras de piso del grupo V al grupo IV), los sindicatos UGT y CC OO no dudaron en su día pactar con la patronal - siempre según la versión de Intersindical Canariala ampliación de las funciones establecidas en el ALEH V; es decir, que estos sindicatos (lo entonces aprobado se mantiene en el convenio vigente, el solo apoyado por CC OO el año pasado) pueden ser partícipes de la situación actual de las camareras de piso al fomentar su carga de trabajo, ya que, lejos de regular y mejorar las condiciones de este colectivo, propiciaron la ampliación de sus funciones y, por lo tanto, un ahorro a la parte empresarial, en detrimento de los intereses laborales de las camareras y provocando un supuesto daño a la salud”.

Propuestas para dar el giro

La situación actual de las camareras de piso, plantea Intersindical, solo puede mejorar con la acción de las propias camareras de piso, su autoorganización, y también con la actuación unitaria de los sindicatos más representativos en el sector (CC OO, UGT, Sindicalistas de Base -escisión de CC OO- e Intersindical Canaria), en coordinación permanente con ese colectivo. Para lograr el reto, Intersindical Canaria propone intervenir en los siguientes campos, una propuesta que ya ha compartido con las otras partes negociadoras en el ámbito sindical. La estrategia consiste en: a) La nueva evaluación de las cargas de trabajo en el departamento de pisos en hoteles y apartamentos, con la participación y el control de esas evaluaciones por los delegados de Prevención, sus asesores técnicos y los comités de empresa y delegados de Personal. b) La creación de una mesa por la salud laboral en hostelería, con la participación de los sindicatos y una representación de las camareras de piso, en coordinación con los comités de Seguridad y Salud, los delegados de Prevención y los técnicos en Salud Laboral, para unificar criterios de actuación y seguir el control de las evaluaciones. c) La implicación de las administraciones públicas: Gobierno autonómico, Inspección de Trabajo, Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laboral... d) La eliminación del convenio provincial de la ampliación de funciones y así solo limitarlas a lo que dice el ALEH V.

This article is from: