Cuando llegan estas fechas, tiendo a echar
de
recuerdos,
menos
las
porque
en
Navidades mis
de
mis
recuerdos,
las
Navidades son siempre blancas y todo porque me recordaba la nieve de las montañas y los arroyos de agua clara. Cada año, en mi niñez, siempre
compraba un adorno nuevo en aquella
tienda inédita donde
las ovejas y cabritas
tenían las patas de alambres. Allí, con una música navideña, las guirnaldas y luces que casi siempre se fundían, eran mis fieles testigos de la llegada de la Navidad. Hoy, todavía
me
pregunto,
por
qué
en
los
“chinos” y en las tiendas de “todo a
7