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Laura Lacambra
by balldontlie
Laura Lacambra (Viladecans, 09/03/2004) actualmente es estudiante y jugadora de la University of Maryland, Baltimore Country ( UMBC ). Aquí estudia un Grado en Bioquímica y Biología molecular así como un diploma en Psicología. Es el segundo año de un viaje que empezó el año pasado cuando decidió iniciar la aventura de los Estados Unidos.
Nacida en Viladecans, tuvo sus inicios en el baloncesto en su escuela, el San Gabriel de Viladecans, donde se estuvo hasta el año de mini de 2º año, que dio el paso al Almeda. En el club de Cornellà se estuvo hasta Infantil A, donde consiguió una merecidísima segunda plaza en el campeonato de Cataluña Infantil y 7ª en el Campeonato de España en Galicia. Después de este año llegaba el momento de cambiar y su destino sería el Femeni Sant Adrià. Allí es donde coincidiría con Irene Broncano durante los siguientes 4 años. Con el conjunto lila viviría, como Cadete de 1º año, una 2ª plaza en el campeonato de Cataluña y de España siendo parte del Cadete A. También, igual que Irene, sería parte del equipo sénior de la entidad disputando los partidos de Liga Femenina 2.

Laura, a diferencia de Irene, tuvo siempre muy claro que quería “ver mundo y salir de casa” y todo esto con el apoyo incondicional de sus padres. Lo más importante, explica, son “las facilidades en el ámbito académico y deportivo para poder conseguir mis objetivos vitales”. Es por eso que no se lo pensó dos veces y empezó la aventura en Baltimore.
Es en el estado de Maryland donde la viladecanenca ha conocido “una vida muy ocupada y muy diferente a la de Cataluña”. Un día en la vida normal de Laura empieza a las 5:30 cuando se levanta para prepararse para entrenar. Después de una hora de trabajo en el gimnasio le esperan tres horas y media de entrenamiento y que finalizan con una buena sesión de recuperación con los fisioterapeutas. Con toda la mañana ocupada, las tardes son el espacio para ir a clase en un horario lectivo de 13:00 a 19:00. Además, se le tiene que añadir los 2 o 3 partidos por semana con los vuelos correspondientes. A pesar de este horario, confiesa, “es una rutina muy larga, pero estoy muy contenta”. Con un horario tan compacto, las horas de estudio pueden ser difíciles de encontrar y es por eso que la Universidad dispone de una Biblioteca de atletas a la cual “tenemos la obligación de ir 6 horas en la semana”. A diferencia de cómo se estudia en Cataluña, nos comenta, “tengo mucho más trabajo para casa, por lo tanto, lo más importante de todo es saber organizarse” y, añade, “a pesar de que pierdes tiempo de poder disfrutar, si te organizas y llevas el trabajo al día, esto saca presión a los exámenes finales”.

En Baltimore, los inicios no fueron fáciles. Pese a las ganas de empezar una nueva aventura, llegaba a una ciudad desconocida y una cultura totalmente diferente. Ella, aún así, tuvo mucha suerte. “La comunidad, tanto de atletas como de estudiantes, te ayuda mucho al inicio” nos comentaba Laura. Sus primeros meses allí pudo contar con la ayuda de las veteranas del equipo que le decían “como hacer según qué cosas, como comportarse o costumbres que para nosotros son muy normales, como dar dos besos para saludar, y que allí son culturalmente diferentes”. Además, en aquellos primeros meses “echaba de menos la familia y los amigos” pero la facilidad para comunicarse lo mejoraba todo, “les llamaba cada semana con videollamada o whatsapp” y tenía la suerte de “contar con una segunda familia que en los días como Navidad o Acción de Gracias no me dejaban nunca sola”. Quien también hace que la integración sea más fácil es el staff de entrenadores. “Están muy pendientes de ti” nos asegura Laura, que recalca cómo es de importante para todo el conjunto del equipo que las recién llegadas estén “personal y emocionalmente estables” para hacerlo todo más fácil.
Dónde si notó un cambio muy grande, nos comenta, es en la vida en la ciudad. A diferencia de aquí “todo está muy comercializado, no hacen vida en la calle” nos dice Laura con un poco de tristeza mientras asegura que “echo de menos ir a tomar un café en una terraza con los amigos”. La gran diversidad cultural existente en los Estados Unidos, junto con la diferencia de hábitos, hacen de la vida en la ciudad una cosa totalmente diferente pero que “para ellos es todo muy normal” y nos explica, todavía ahora, con un poco de sorpresa como de naturales fueron sus compañeros y compañeras cuando “tuvimos un tiroteo en la Universidad del lado y para ellos era la cosa más normal del mundo y yo estaba aterrada”.
Mientras vive el presente y todo aquello que le está aportando la experiencia, Laura no pierde nunca de vista el futuro y, ahora mismo, tiene claro que “me quiero quedar aquí unos cuantos años, sobre todo por las oportunidades que puedo tener a nivel laboral”. Deportivamente, “quiero aprovechar todo lo que me dé el baloncesto aquí” pero es consciente que los estudios que está haciendo “pueden abrirme muchas puertas porque aquí apuesten mucho por la ciencia”. Sin tener nada cerrado, y si todo va bien, parece que el sueño americano de Laura durará unos cuantos años y “cuando vuelva me gustaría trabajar por Europa y continuar conociendo culturas”.
