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SER PROFESIONAL EN BALONCESTO FEMENINO
by balldontlie
SER PROFESIONAL EN BALONCESTO FEMENINO
Ser jugador o jugadora de baloncesto ha estado, siempre, al alcance de muy pocos. En el caso del baloncesto femenino, todavía más. Solo unas escogidas son las seleccionadas para continuar su trayectoria deportiva más allá del hobby. Y, a diferencia de los chicos, sin el reconocimiento que se merece.
En los últimos años, una vía para acceder ha ido cogiendo cada vez más fuerza y son muchas las jugadoras que escogen esta opción: Ir a los Estados Unidos. A pesar de que ya hace años que cruzar el Atlántico es una opción, en los últimos años hemos podido ver cómo han ido apareciendo diferentes “academias” que se ofrecen a hacer de enlace entre las jugadoras y las diferentes universidades americanas. Elite Sports Academy o Pick Us, entre otras, son un ejemplo de academias que buscan las mejores condiciones posibles por las jugadoras para que, mediante una beca, puedan acceder a estudiar allí.
La opción de compaginar unos estudios, y aprender un idioma, con poder jugar a baloncesto de máximo nivel es un atractivo cada vez más importante para muchas jugadoras que deciden irse lejos de su casa en busca de una oportunidad.
En la otra cara de la moneda encontramos aquellas que deciden seguir en casa, cerca de su gente y haciendo las mil y una para poder combinar el deporte de máximo nivel con sus estudios. Pocas son las escogidas para hacer el salto directo a la máxima categoría, Liga Femenina 1, mientras que una gran mayoría construye su camino despacio y conociendo las diferentes categorías y, a veces, combinando dos equipos diferentes. Tres o cuatro entrenamientos, partidos y, de vez en cuando, viajes. Ser capaz de todo esto y a la vez estudiar se vuelve complicado para aquellas que escogen esta opción
Desde Ball don’t Lie hemos contactado con las diferentes partes implicadas para poder conocer las dos opciones y saber cómo son las vidas de dos jugadoras, antes compañeras de equipo, y que han escogido caminos diferentes. También hemos querido contar con la voz de una de las academias que más jugadoras tiene actualmente en los Estados Unidos, como es Elite Sports Academy, y saber cuál es su papel en todo ello.
BALONCESTO Y FAMILIA
Irene Broncano (Barcelona, 26/04/2004) actualmente es jugadora del F.C.Barcelona- C.B.Santfeliuenc en Liga Femenina así como del Lima Horta de Barcelona de Liga Femenina Challenge donde juega en calidad de vinculada.

Con sus inicios en Maristas Ademar, rápidamente pasó a formar parte de una de las mejores canteras de baloncesto femenino, el Femení Sant Adrià, donde completó toda la etapa de formación. Allí es donde creció como jugadora y donde consiguió ser subcampeona de Cataluña y España en Infantil así como Campeona de la Minicopa de la Reina. Además, debutó con el senior de la entidad, donde disputó unas fases de ascenso a Liga Femenina. A nivel internacional, su buen trabajo en la cantera lila la llevó a ser convocada, en hasta dos ocasiones, con la selección española, obteniendo una plata al Europeo de Grecia’22 (U18) y en el Mundial de Madrid’23 (U19) así como un bronce en el Mundial U18 de 3x3 en Hungría.
Una vez acabada la etapa de formación, llegaba el momento de decidir qué hacer. Quedarse o irse. La decisión, nos comenta Irene, fue fácil porque “considero que lo tenía todo aquí, tanto a nivel deportivo como familiar” y a pesar de que admite que “no cerraba la puerta a nada” puesto que siempre había sido una opción a tener en cuenta.

La Bronki, como la conocen sus amigos, actualmente está estudiando Enfermería en la Universitat de Barcelona. Ella, a diferencia de sus compañeros de carrera, no sigue el ritmo normal y se tiene que “partir el año en dos” para facilitar más el estudio y los entrenamientos. Todo esto, nos dice, es gracias al programa Tutoresport UB, que es la manera en que la Universitat de Barcelona facilita a los deportistas de alto nivel poder compaginar los estudios con la actividad deportiva. “Siempre que puedo asisto en clase”, asegura. A pesar de que no tiene la obligación, y por su forma de ser, intenta no dejar de lado todo lo que es académico pero siempre teniendo en cuenta que, por ahora, “priorizo los entrenamientos o partidos antes de que los estudios”. La suerte, comenta, es que “si por casualidad un examen me coincide con un partido, no hay problema para cambiarlo”.
A nivel deportivo, el día a día de Irene se basa en compaginar los entrenamientos con el Liga Femenina 1 del Barça CBS, cuatro días en la semana por la mañana, y los del Liga Femenina Challenge del Lima Horta, dos días por la tarde. Actualmente, dice mientras ríe, “lo llevo muy bien puesto que, a pesar de que la acumulación de entrenamientos se nota, desde los dos clubes me controlan muy bien las cargas” y esto la ayuda a poder mantener un alto nivel en todos los entrenamientos. La parte dura, pero, fue la pretemporada donde “iba un poco superada puesto que no estaba tan acostumbrada”.
A todo esto, Irene tiene que sumar los vuelos y/o desplazamientos con los dos equipos puesto que los dos juegan categorías nacionales y esto los supone tener que desplazarse por todo el territorio. Por lo tanto, ¿como se lo hace para estudiar? “Me tengo que organizar bien y aprovechar las horas muertas” comenta. Sin una buena organización, el hecho de estudiar y jugar se volvería muy complicado. Así pues, y planificándose previamente todas las horas de entrenamiento, Irene “aprovecho las tardes que no tengo nada o las horas entre entrenamientos” o, también, cuando puede ir a clase “me quedo en la biblioteca y así aprovecho la ayuda que también me dan mis compañeros”.

Esta falta de tiempo, obviamente, también afecta en su vida social y a los amigos. Aun así, Irene es plenamente consciente de “la suerte que tengo de tener los amigos que tengo” puesto que en todo momento “son conscientes de la vida que llevo ahora mismo y me apoyan al 100%”. Quien también le ha apoyado siempre y son uno de los pilares en la vida de Bronki son sus padres. “Sin ellos no sabría qué hacer” comenta con una sonrisa. Rafa y Ana son sus máximos seguidores vaya donde vaya y “me ayudan en los buenos momentos pero sobre todo en los malos, me siento muy apoyada por los dos”.
Pensando en el futuro, Irene es consciente que “a pesar de que mi familia es muy importante, soy plenamente consciente que algún día me puede tocar irme”. Ahora mismo, asegura tenerlo todo aquí pero siempre dejando la puerta abierta a un futuro lejos de su casa.
EL SUEÑO AMERICANO
Laura Lacambra (Viladecans, 09/03/2004) actualmente es estudiante y jugadora de la University of Maryland, Baltimore Country ( UMBC ). Aquí estudia un Grado en Bioquímica y Biología molecular así como un diploma en Psicología. Es el segundo año de un viaje que empezó el año pasado cuando decidió iniciar la aventura de los Estados Unidos.

Nacida en Viladecans, tuvo sus inicios en el baloncesto en su escuela, el San Gabriel de Viladecans, donde se estuvo hasta el año de mini de 2º año, que dio el paso al Almeda. En el club de Cornellà se estuvo hasta Infantil A, donde consiguió una merecidísima segunda plaza en el campeonato de Cataluña Infantil y 7ª en el Campeonato de España en Galicia. Después de este año llegaba el momento de cambiar y su destino sería el Femeni Sant Adrià. Allí es donde coincidiría con Irene Broncano durante los siguientes 4 años. Con el conjunto lila viviría, como Cadete de 1º año, una 2ª plaza en el campeonato de Cataluña y de España siendo parte del Cadete A. También, igual que Irene, sería parte del equipo sénior de la entidad disputando los partidos de Liga Femenina 2.
Laura, a diferencia de Irene, tuvo siempre muy claro que quería “ver mundo y salir de casa” y todo esto con el apoyo incondicional de sus padres. Lo más importante, explica, son “las facilidades en el ámbito académico y deportivo para poder conseguir mis objetivos vitales”. Es por eso que no se lo pensó dos veces y empezó la aventura en Baltimore.

Es en el estado de Maryland donde la viladecanenca ha conocido “una vida muy ocupada y muy diferente a la de Cataluña”. Un día en la vida normal de Laura empieza a las 5:30 cuando se levanta para prepararse para entrenar. Después de una hora de trabajo en el gimnasio le esperan tres horas y media de entrenamiento y que finalizan con una buena sesión de recuperación con los fisioterapeutas. Con toda la mañana ocupada, las tardes son el espacio para ir a clase en un horario lectivo de 13:00 a 19:00. Además, se le tiene que añadir los 2 o 3 partidos por semana con los vuelos correspondientes. A pesar de este horario, confiesa, “es una rutina muy larga, pero estoy muy contenta”. Con un horario tan compacto, las horas de estudio pueden ser difíciles de encontrar y es por eso que la Universidad dispone de una Biblioteca de atletas a la cual “tenemos la obligación de ir 6 horas en la semana”. A diferencia de cómo se estudia en Cataluña, nos comenta, “tengo mucho más trabajo para casa, por lo tanto, lo más importante de todo es saber organizarse” y, añade, “a pesar de que pierdes tiempo de poder disfrutar, si te organizas y llevas el trabajo al día, esto saca presión a los exámenes finales”.
En Baltimore, los inicios no fueron fáciles. Pese a las ganas de empezar una nueva aventura, llegaba a una ciudad desconocida y una cultura totalmente diferente. Ella, aún así, tuvo mucha suerte. “La comunidad, tanto de atletas como de estudiantes, te ayuda mucho al inicio” nos comentaba Laura. Sus primeros meses allí pudo contar con la ayuda de las veteranas del equipo que le decían “como hacer según qué cosas, como comportarse o costumbres que para nosotros son muy normales, como dar dos besos para saludar, y que allí son culturalmente diferentes”. Además, en aquellos primeros meses “echaba de menos la familia y los amigos” pero la facilidad para comunicarse lo mejoraba todo, “les llamaba cada semana con videollamada o whatsapp” y tenía la suerte de “contar con una segunda familia que en los días como Navidad o Acción de Gracias no me dejaban nunca sola”. Quien también hace que la integración sea más fácil es el staff de entrenadores. “Están muy pendientes de ti” nos asegura Laura, que recalca cómo es de importante para todo el conjunto del equipo que las recién llegadas estén “personal y emocionalmente estables” para hacerlo todo más fácil.
Dónde si notó un cambio muy grande, nos comenta, es en la vida en la ciudad. A diferencia de aquí “todo está muy comercializado, no hacen vida en la calle” nos dice Laura con un poco de tristeza mientras asegura que “echo de menos ir a tomar un café en una terraza con los amigos”. La gran diversidad cultural existente en los Estados Unidos, junto con la diferencia de hábitos, hacen de la vida en la ciudad una cosa totalmente diferente pero que “para ellos es todo muy normal” y nos explica, todavía ahora, con un poco de sorpresa como de naturales fueron sus compañeros y compañeras cuando “tuvimos un tiroteo en la Universidad del lado y para ellos era la cosa más normal del mundo y yo estaba aterrada”.

Mientras vive el presente y todo aquello que le está aportando la experiencia, Laura no pierde nunca de vista el futuro y, ahora mismo, tiene claro que “me quiero quedar aquí unos cuantos años, sobre todo por las oportunidades que puedo tener a nivel laboral”. Deportivamente, “quiero aprovechar todo lo que me dé el baloncesto aquí” pero es consciente que los estudios que está haciendo “pueden abrirme muchas puertas porque aquí apuesten mucho por la ciencia”. Sin tener nada cerrado, y si todo va bien, parece que el sueño americano de Laura durará unos cuantos años y “cuando vuelva me gustaría trabajar por Europa y continuar conociendo culturas”.
EL VÍNCULO
¿Y como se vive el sueño americano? Desde hace unos años, han ido surgiendo diferentes academias de reclutamiento de jugadoras para poder hacer este salto. Una de ellas es Elite Sports Academy. Este proyecto está destinado únicamente al baloncesto femenino y ayuda a las jugadoras, una vez acabada la etapa formativa, a encontrar una beca deportiva para jugar a baloncesto y estudiar en los Estados Unidos. Durante este año ha dado acceso a más de 50 jugadoras a vivir su primer año en EE.UU, está en contacto con más de 30 universidades y cuenta con más del 50% de las jugadoras españolas de NCAA D1 que han pasado por sus manos.

Adrià Castejón, Fundador y CEO de Elite, nos ha explicado un poco el proceso que las jugadoras tienen que seguir de cara a poder vivir su experiencia. A pesar de tener una gran cantidad de jugadoras con ellos, nos comenta Adrià, “se hace un análisis de los equipos y las jugadoras para encontrar el encaje perfecto tanto por la jugadora como por la Universidad”.
Las jugadoras que llegan a Elite Sports saben lo que quieren y llegan a ellos para “poder tener la posibilidad de combinar estudios y baloncesto al máximo nivel” y tener la posibilidad de jugar con las mejores a la vez que te creas un futuro académico. Desde hace un tiempo, además, durante el verano se realizan giras americanas para que las jugadoras puedan conocer que se encontrarán y como será vivir la experiencia. Con esto,se pretende entrenar y mejorar, pero sobre todo, llevar a las jugadoras a un ambiente parecido al que vivirán y dar más visibilidad ante las numerosas universidades presentes durante aquellos días.
Tanto Laura como Irene son, solo, dos ejemplos de los miles y miles que tenemos en todo Cataluña y el Estado español. Ellas, como tantas otras, buscan poder continuar haciendo aquello que tanto los gusta a la vez que se garantizan un futuro académico y laboral.
Horas y horas de entrenamientos, estudio y sacrificio. Dejando a un lado muchas cosas y viviendo, de una forma u otra, experiencias únicas que también serán esenciales para su desarrollo y crecimiento vital.