

El cuento tiene por objeto lograr que los niños, de una manera didáctica, amena y entretenida, se familiaricen con los números y las letras.
Por ello, el cuento enseña a entender. Porque aprender sin entender equivale a mirar sin ver.
Ni los abuelos son unos «sabelotodo» ni los nietos pequeños unos «papagayos» que repiten las cosas sin entenderlas. El cuento, por tanto, debe ser un relato abierto, no cerrado, que permita una abstracción fantasiosa interactiva entre el relator y quien escucha sin límites ni barreras, y que deja al niño participar añadiendo datos o ideas según su fantasía. Requiere una amorosa paciencia por parte del que cuenta —padres, abuelos, educadores…— ante las preguntas e incluso fantasías del que escucha en un enriquecedor diálogo entre ambos y que incluso permita que el oyente sea el protagonista del cuento y ponga nombres de familiares a los personajes de este.
Pero tanto el relator como el oyente necesitan un apoyo visual que refleje en imágenes la fantasía, el misterio y el ensueño del argumento. Así resulta más atractiva e interesante la aventura para el niño al motivar su deseo de participar.
Por otra parte, las ilustraciones recalcan unos valores que se pretende que el pequeño haga suyos.
Por último, la parte de manualidades permite comprobar no solo si el niño ha aprendido, sino también si ha comprendido que tanto los números como las letras están formados por rectas y curvas, qué representan y cómo se pronuncian o dicen.
Un abuelo y su nieto viven en una isla apartada del continente. El abuelo, ante este aislamiento, se queja al nieto de que no tienen conocimientos suficientes para evitar ser engañados cuando los comerciantes del continente llegan a la isla con intención de venderles sus productos, pues desconocen el significado de las cifras y los prospectos indicativos de las mercancías.
El nieto animó a su abuelo explicándole que, aunque le cueste un gran esfuerzo, va a ir al continente en barca para aprender qué son los números y las letras.
Cuando llega al continente, hace amistad con otros niños, que le ayudan a solucionar su problema y le facilitan todos los datos y libros necesarios para que los lleve de vuelta a la isla y no sean engañados nunca más.
Pero al volver en barca a la isla, se levanta un gran temporal y naufraga. Se ve obligado, con gran demostración de valor, a alcanzarla a nado y ayudado por un delfín. Lamentablemente, ha perdido toda la documentación.
La importancia del VALOR y la AMISTAD con los animales.