ELECCIÓN JUDICIAL EN MÉXICO: LAS URNAS VACÍAS
Azul A. Aguiar Aguilar
Coordinadora del Observatorio para la Democracia en América Latina
El 01 de junio de 2025 quedará marcado en la historia política de México como el día en que inicia la consolidación de un nuevo régimen político, donde el partido en el gobierno controla de nuevo los tres poderes del Estado. Derivado de una reforma constitucional aprobada en los últimos 15 días de gobierno del presidente saliente Andrés Manuel López Obrador, la elección del 01 de junio fue para elegir por voto popular a más de 850 cargos de personas juzgadoras con un total de 3423 candidaturas (INE 2025) Esto corresponde a la mitad de los cargos del Poder Judicial Federal (PJF) La otra mitad se elegirá en concurrencia con las elecciones intermedias de 2027
De acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), en esta elección se disputaron 9 cargos para la Suprema Corte de Justicia de la Nación con un total 64 candidaturas; 5 cargos para el nuevo Tribunal de Disciplina Judicial con 38 candidaturas en competencia; 2 cargos para la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) con 15 candidaturas; 15 cargos para las Salas Regionales del TEPJF con 96 candidaturas; 464 cargos de jueces de distrito con 1640 candidaturas; y 386 cargos de un total de 1570 candidaturas (INE 2025)
La elección más grande en la historia de México también ha sido la que registró el mayor nivel de abstencionismo: más del 85% de la ciudadanía decidió no acudir a las urnas Para muchos, se trató de un proceso electoral confuso o incluso una simulación, en el que resultaba prácticamente imposible conocer a las personas candidatas Esto convirtió al voto no en una expresión de decisión y preferencia, sino en un acto cercano al azar Cada elector en México teníamos que decidir entre 150 y 250 candidaturas dependiendo la sección electoral. Además, entre el 20% y el 40% de los que sí participaron" optaron por anular su sufragio, en señal de rechazo o inconformidad con las condiciones del proceso.
A pesar de la baja participación electoral, las nuevas personas juzgadoras ocuparán sus cargos el próximo 01 de septiembre de 2025, pues no hay un umbral mínimo que deban alcanzar para declarar válido su triunfo Asumirán su encargo entonces con niveles de votación que van del 5% al 9%, esto significa, entre 4 y 8.5 millones de votos de un padrón electoral que hoy es de 98 millones de personas, según datos del INE.
Además, tanto el periodo de campañas como la jornada electoral estuvieron marcados por múltiples irregularidades que comprometieron la integridad del proceso Destaca la intervención directa del Poder Ejecutivo y del Legislativo en la promoción de la elección judicial, vulnerando la constitución y el principio de neutralidad. Asimismo, se documentó la distribución de listas (“acordeones”) con los números de candidaturas afines al partido en el gobierno, entregadas por personas vinculadas a esa fuerza política Ante la complejidad y el diseño confuso de las boletas electorales, el INE permitió que la ciudadanía acudiera con anotaciones Sin embargo, muchas de esas notas se derivaron de las listas previamente difundidas por el oficialismo y no de un análisis informado de las más de 150 candidaturas que cada elector teníamos que revisar.
La primera elección judicial no fue libre, competida ni equitativa. Las nuevas juezas y jueces carecerán de la legitimidad democrática que buscaba esta reforma: llegarán al poder judicial personas electas solo por 1 de cada 10 personas con derecho a voto en México Asimismo, de acuerdo con un estudio publicado (Ponce et al 2025) son personas cuya experiencia jurisdiccional es de entre 15 y 20 años menor que la de las personas juzgadoras que fueron destituidas.
La experiencia de esta elección pone en evidencia un preocupante retorno a prácticas de autoritarismo electoral, en las que se simula la competencia democrática mediante comicios cuyo desenlace favorece inevitablemente al partido en el poder El uso del aparato estatal para impulsar candidaturas afines, junto con una narrativa triunfalista refuerza esta lógica En este contexto, la elección judicial ha servido para configurar un nuevo Poder Judicial Federal subordinado y funcional a los intereses del Ejecutivo, evocando los tiempos más autoritarios del régimen hegemónico del Partido Revolucionario Institucional