Caso Nacional de Argentina Martín Maldonado Universidad Católica de Córdoba
todas estas metodologías son igualmente válidas desde el punto de vista científico, pero que sus resultados no son comparables porque cada una de ellas hace foco en distintas dimensiones de la pobreza y utiliza muestras e instrumentos de relevamiento diferentes.
Los Principales Métodos de Medición de la Pobreza en Argentina Nombre del Índice
Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI)
Línea de Pobreza y Línea de Indigencia (LP y LI)
Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA)
Nivel Socioeconómico (NSE)
Organismo Responsable
INDEC (Org. Público)
INDEC (Org. Público)
Universidad Católica Argentina (Univ Privada)
Asociación Argentina de Marketing (Cámaras y Asoc. Comerciales)
Dimensión Focalizada
Pobreza Estructural
Pobreza Coyuntural y por Ingresosl
Inclusión y Exclusión Social
Status y Poder Adquisitivo
¿Qué Mide?
Condiciones Materiales de Vida en 5 Dimensiones
Compara Ingresos del Hogar con Costo de Dos Canastas
Condic. Materiales Integración Humana y Sociales en 6 Dimensiones
Tipo de Empleo y Nivel de Educación
Inicio y Frecuencia
1960** (10 años)
1974 (Semestral)
2004 (Anual)
1996 (Anual)
% Población Pobre
14,3% (2001)
13,5% (2010)
38% (2009)
21,2% (2008)
Fuente: Elaboración de la UCC en base a Censo y EPH del INDEC, UCA y AAM.
El fin de la clase media Como aporte a la discusión, el informe producido por la Universidad Católica de Córdoba propone la construcción de una nueva pirámide social conformada por siete clases sociales, dos clases altas (21,6% de la población), dos clases intermedias (27,5%), un grupo de nuevos pobres (31,9%) y dos grupos de pobres extremos (19%) (Ver Gráfico). En la cima de esta pirámide social se ubican los mismos grupos privilegiados de siempre pero que han cambiado sus pautas residenciales y de consumo, principalmente recluyéndose en barrios cerrados. Por un lado se identifica a una clase “alta y media alta” (15%) que tiene más de una vivienda y que por lo tanto percibe ingresos de rentas, ubicándose entre el 20% de los ingresos más elevados del país y a una clase “media alta” (6,6%) que tiene una sola vivienda definida como “muy confortable” y cuyos ingresos superan ampliamente a la media nacional. Se detectan cambios en los estamentos intermedios de la sociedad ya que se registra la progresiva desaparición de la clase media tradicional y su reemplazo por dos nuevos grupos sociales: un conjunto de hogares cuyo principal sustento depende de actividades comerciales autónomas, jubilaciones, pensiones u otro tipo de ingresos que no provienen ni de salarios ni de rentas (15,5%), y un nuevo grupo de personas asalariadas (12,1%) que tienen ingresos monetarios cercanos a la media pero que debido al expulsivo mercado inmobiliario, no logran traducir ese dinero en mejoras estructurales en su calidad de vida. Lo que quiere decir, que continúan habitando viviendas precarias a pesar de que sus ingresos son nominalmente mayores a los de los grupos que siguen.
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