BOLETÍN AEGUAE MAYO 2010 - Daniel Bosqued- Nahikari Gutiérrez- Antonio López

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Mayo de 2010

Asociación de Estudiantes y Graduados Universitarios Adventistas de España

¿Realidad o Verdad? Texto: Antonio López. Licenciado en Teología, Maestría en Exégesis de N. T., Doctorando en Teología Sistemática.

H

ay una frase contenida en El Deseado de Todas las Gentes, exactamente en la página 479 al final del primer párrafo, que expresa el estado de ánimo de los apóstoles después de la ascensión, cuando es derramado el Espíritu Santo y se entregan al estudio de las profecías concernientes a Jesús. Esa frase me ha intrigado durante mucho tiempo y dice así: Les apenaba que su fe hubiese sido tan débil, que sus ideas se hubiesen apartado tanto de la verdad que habían dejado de comprender la realidad. Podemos caer en la trampa de creer que verdad y realidad son la misma cosa, y también en creer que la realidad empírica es absolutamente objetiva y necesaria para conocer la verdad. ¿Qué diferencia existe entre realidad y verdad? ¿Puede la realidad no ser verdad? ¿Puede la verdad no ser realidad? En un pensamiento que apoya sus reflexiones sobre la Biblia los presupuestos y las conclusiones están de alguna forma “dirigidos”, puesto que se establece un cauce consensuado que determina que el pensamiento sea teológico y no puramente filosófico. Teológicamente la verdad es la Palabra de Dios, el “Logos” creador y ordenador del mundo, la esencia divina dada a conocer a los hombres; por eso Cristo se identificó a sí mismo como la Verdad y Juan lo identifica a él a su vez con el “Logos”. Para comenzar nuestro razonamiento contaremos con la reflexión joánica que nos ayudará a fundamentar nuestra opinión teológica. El Logos (Juan 1) precede a todo, está junto a Dios y es Dios; esto quiere decir que antes que la realidad existiese, la verdad ya existía. Diremos que realidad es todo lo que acontece, ha acontecido o está aconteciendo, fuera del tiempo no hay realidad, no hay acontecer. Por ejemplo, lo que no ha acontecido no es real; esto nos lleva a inferir que antes de que Dios crease el tiempo no había realidad, sólo verdad. Ni siquiera había “antes”, no es posible explicar humanamente esta secuencia anterior a la posibilidad de lo existente. Cuando Dios crea, realidad y verdad están fusionadas, son distinguibles pero inseparables en su acontecer, algo así como la dualidad onda-corpúsculo. La verdad puede comportarse como realidad, y la realidad como verdad. Pero hay un acontecimiento que va a

cambiarlo todo, la exposición de la realidad separada de la verdad, a modo de “verdad alternativa”, Verdad hemos de decir que cualquier alternativa a la verdad no es verdad y por lo tanto es todo lo que es un engaño. Antes de analizar algunos textos tiene vocación de bíblicos procederemos a dar una definición de la verdad más concreta e eternidad, o en otras intuitiva, que nos permita gestionar palabras, que se integra la dualidad realidad-verdad: Verdad es todo lo que tiene vocación de en la eternidad eternidad o en otras palabras, que se integra en la eternidad, es el rasgo de [...] lo eterno lo que confiere a lo que acontece calidad de verdadero. Aquí aclararemos, para no confundir el término, que “infinito” es un concepto cuantitativo, mientras que “eterno” es un concepto cualitativo, sólo así podemos explicar que en la encarnación Dios se hizo hombre (finito) sin dejar de ser Dios (eterno); que se hable de Abraham, Isaac y Jacob como no muertos, en tanto que merecedores de la vida eterna, que no está limitada a un proceso temporal. Al hombre no se promete una vida infinita, que necesariamente lo será, sino una vida eterna, en tanto que vida verdadera, que es una vida de la que podemos participar en nuestra finitud - hoy es nuestra vida eterna (Hebreos 4: 7). Analicemos de este modo el episodio de la caída del hombre en Génesis 3. La conversación entre la serpiente y la mujer de Adán es curiosa, porque siempre nos preguntamos ¿la serpiente mintió realmente? Realmente no mintió, Adán y su mujer no cayeron fulminados, sus ojos fueron abiertos y llegaron a ser como Dios conociendo el bien y el mal. Entonces, ¿Dios no dijo la verdad? Sí, Dios dijo la verdad, porque la muerte que iban a morir Adán y Eva era eterna, la vida, el sacrificio de Cristo y su resurrección hacen que esa muerte no sea infinita. El mismo Dios admite esto en Génesis 3: 15 y 22. Satanás engañó a Adán y su mujer de la forma más sutil que existe, los condujo a realizar un acto sin vocación de eternidad, un acto puramente real. Ellos comprobaron que no habían muerto y tomaron la realidad empírica como una verdad, en esto consistió el engaño. Con el correr de los años se dieron cuenta de la distancia existente entre la realidad y la verdad. No fue un acto interno, fue un acto que cambió el acontecer de todas las cosas relacionadas con el hombre; al apartar la verdad de sus actos sustrajeron la eternidad de su mundo y todo devino perecedero, temporal y caduco. La mentira no consiste en decir, hacer o pensar algo que difiere de lo real sino algo que difiere de la verdad por muy real que sea, el pecado es real, pero no es verdad, no tiene calidad de verdadero. Pongamos un ejemplo práctico: un hombre y una mujer se conocen y acuerdan en su relación formalizar un matrimonio, van a los juzgados y realizan todos los trámites administrativos que harán que el gobierno del país reconozca su unión como un matrimonio legal, generando una serie de derechos y obligaciones civiles. Después acuerdan también realizar

En este número • ¿Realidad o verdad? • Has leído: El bautismo del Espíritu Santo

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