Revista Diverciudad N° 20 Pensar, Vivir, Gozar el Centro

DiverCiudad Edición No. 20 Noviembre-Diciembre de 2017 ISSN: 2389-9379

© Ateneo Porfirio Barba Jacob Coordinador Editorial Néstor López Comité Editorial Germán Benjumea, Alvaro Narváez, Napoleón Bermúdez, Yacqueline Salazar, Aberto Sierra.

Invitados en esta edición: Mónica Molina, Luisa Arbeláez, Socorro Luján, Alejandro Londoño y Diego Luis Álvarez.

Agradecimientos Especiales Ricardo León Gómez Secretaría de Comunicaciones Alcaldía de Medellín Concepto Gráfico Mauricio Celis Carátula Fabio Garrido Fotografía de Rubén Darío Marín Fotografías Napoleón Bermúdez, Rubén Darío Marín, Cortesía de los Artistas y Ateneo

Edición Apoyada parcialmente con recursos del Programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo de la Comuna 10 - La Candelaria 2017 Los textos y opiniones expresadas en esta edición son responsabilidad exclusiva de sus autores y no comprometen el pensamiento de esta publicación.

Informes Teatro Ateneo Porfirio Barba Jacob Medellín-Colombia-Sur América Cl47 No.42-38 Torres de Bomboná Teléfono (57 4) 216 07 08 www.ateneomedellin.com ateneomedellin@gmail.com

Vivir, pensar, hacer, gozar el Centro…

Editorial

Para quienes hace décadas hacemos del Centro de Medellín nuestro lugar, nuestro hogar, es grato el regreso del interés y las inversiones institucionales en pro de su consolidación como corazón social, económico y cultural de Medellín.

Volver a los árboles en la Oriental, gran noticia. Tener espacios para caminar y respirar, escuchar que el arte y la cultura volverán a ser parte del paisaje urbano del espacio público en el Centro es música para ciudadanos que hemos esperado esta partitura durante años…

A esto, que se cifra en más de $250 mil millones en inversiones por parte de la Alcaldía, se le suma que algunos actores privados claves, “despertaron” de su letargo por el Centro. La primera fue la U. de A. que, luego de muchos años de silencio sobre el Centro, volvió con total fuerza en 2015 liderando un proceso llamado la Alianza por el Centro en donde otras organizaciones y entidades como el Banco de la República y Comfama “retornaron” con bríos y ahora son co-equiperos de quienes nunca hemos dejado de vivir, pensar, hacer y gozar este centro, ecosistema caótico que se ha autorregulado y construido desde la iniciativa ciudadana y las tensiones que ella genera, mientras el estado, la institucionalidad con pedigree y el mercado lo habían dejado en el olvido.

Bienvenidas pues, todas estas buenas intenciones, de nuevo, a nuestro centro. Un territorio lleno de vitalidad que espera consolidar sus potencialidades como punto ideal de encuentro ciudadano, de diálogo de diferentes, de plataforma, de plaza pública para construir, pensar, soñar y hacer una ciudad diversa, incluyente y plural; además de ser el centro cultural, artístico y educativo de esta ciudad que necesita de todas estas dimensiones para terminar de entrar no sólo en los retos que la economía 4.0 le pone sino también el pensamiento y la cultura.

El regreso de este interés y de las inversiones que conlleva, ojalá sirvan también para sanear las problemáticas de uso y abuso del espacio público, de alegalidades e ilegalidades que perviven gracias al abandono institucional y que, desde la concertación y la inversión, se construyan estrategias de viabilización para la movilidad social, no sólo vehicular, de las miles de personas que, en el centro viven “como pueden”, del “rebusque” porque la ciudad, tal como al centro, los olvidó por décadas y los desplazó de las “zonas de esperanza” que salen en las fotos de aquélla tristemente célebre Medellín Maquillada.

En esta edición tenemos una viaje pues a ese Centro que vivimos, pensamos y gozamos quienes nunca nos hemos ido y no nos iremos. Textos que también informan un territorio vital, histórico, provocativamente ciudadano, plural, un ecosistema complejo, es decir urbano, rico para construir seres que celebren, no teman la diferencia. Seres que vayan más allá de sus creencias personales. Pero también, aquí vemos ese centro gozante, donde la noche es para la celebración de la vida, del amigo, del amor. Un centro para muchos desconocido y al que los invitamos.

El Centro es símbolo de la DiverCiudad celebrada.

Bienvenidos.

CONTENIDO Festival Rock Comuna 10------------------------------- 4 Ciudad de Artistas---------------------------------- 5/6 Discos------------------------------------------------ 7 Libros------------------------------------------------ 8 Vivir el Centro------------------------------------ 9/10 Pensar el Centro---------------------------------- 11/14 Gozar el Centro----------------------------------- 15/18 Protagonista----------------------------------------- 19 Balance---------------------------------------------- 21 Vive Porfirio---------------------------------------- 23 3

Festival Rock Festival Rock Comuna 10-La Candelaria

El Centro vibra Rock

Bandas Participantes: Aviones, Agridulce, Seek, 4to De Mente, Instru-Mental, Black Fairy y La 45 Coordina: Ateneo Porfirio Barba Jacob Apoyan: Asencultura, Arona, Metroparques y Alcaldía de Medellín a través del Programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo.

El Festival de Rock Comuna 10 se ha posicionado como un importante espacio de proyección para los artistas Rockeros en Medellín que ha brindado la posibilidad a talentosas agrupaciones jóvenes de compartir escenario con bandas Locales de gran trayectoria.

En esta ocasión disdrutamos de la presentación de 7 agrupaciones de la ciudad que representan la gran variedad de géneros que agrupa el Rock en nuestra comuna 10, Aviones digno representante del Garage Rock y el Rock Alternativo, Agridulce, joven banda de Pop Rock, Seek banda de Noise Rock y Hard Core que se ha destacado en varios concursos y festivales locales; 4to De Mente, la propuesta más joven del Festival que cuenta con músicos de trayectoria y su show de rock Alternativo; Instru-Mental con la cuota de Metal en el Festival que estrena su nuevo disco Madre Tierra; Black Fairy nos presenta con su eslogan “Rock And Power” una propuesta para dejar en alto el Hard Rock colombiano a través de la poderosa voz de su vocalista Lesly Cerro y cerrando este cartel de lujo, una banda que ha hecho historia en el Pop rock y el rock alternativo colombiano, La 45 que además está celebrando los 13 años de su primer disco.

En conclusión esta edición 2017, plagada de variedad, fuerza y mucho talento para todos los públicos.

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Instrumental Black Fairy y La 45 cabezas de cartel de esta versión del Festival

Ciudad de Artistas

Ciudad de Artistas

Apuesta por el Turismo Cultural La vocación artística de Medellín tiene más de 100 años de trayectoria y fue epicentro de la industria discográfica en Colombia. En la ciudad surgieron y se formaron músicos y orquestas, y fue nombrada Ciudad Creativa ante la UNESCO, entre otros hitos.

En una alianza con el Medellín Convention Bureau y la participación de siete entidades culturales, Medellín comenzará a posicionarse ante habitantes y visitantes como ciudad de artistas.

La estrategia de internacionalización de Medellín tiene como propósito contribuir al desarrollo integral de la cadena productiva de bienes, servicios y acciones en diversos sectores económicos de la ciudad, y gracias a esta iniciativa, el arte deMedellín se consolidará ante el mundo como uno de los valores agregados para visitarla y habitarla.

En este proyecto participan: Ballet Folclórico de Antioquia, Corporación Ateneo Porfirio Barba Jacob, Corporación Revista Música, El Pequeño Teatro, El Teatrico, Fundación Casa Teatro El Poblado, La Pascasia y el Teatro Matacandelas.

Estas entidades se encargarán de llenar de teatro, música y danza la agenda local. Con la programación de eventos se generarán conexiones con la historia, el patrimonio y la cultura. Cada entidad tendrá una actividad a la semana: Martes en Pequeño Teatro, Miércoles serán en La Pascasia y Teatrico, Jueves en Ballet Folclórico de Antioquia y Casa Teatro El Poblado, Viernes en Matacandelas, los Sábados en Ateneo y Domingos de Cultura Parque.

Un proyecto necesario que vincula el desa rrollo cultural y artístico de la ciudad con su vocación turística.

Ballet Folklórico de Antioquia

El Arte, la Música y el Teatro de Medellín ahora asumen el reto de conquistar a los turistas y visitantes.

Galería de Arte La Pascasia Sala de Pequeño Teatro

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Ciudad de Artistas Concierto de Cuerda Rota y Midriasis #CiudadDeArtistas

Aguinaldo de Rock Local

Juan David Uribe y Juan Murillo de Midriasis

Durante el proyecto Medellín Ciudad de Artistas en Ateneo pudimos disfrutar de una variedad de espectáculos que combinan la Música y el Teatro como la obra Tribuna Capuleto, la presentación de la banda Frankie Ha Muerto, El Parcero del Popular No. 8 y la obra Desconcierto Para Dos Amantes.

Para cerrar este versión de 2017, tuvimos un show musical de alta calidad con dos bandas de rock de la ciudad de gran proyección: Cuerda Rota una banda que a sus 5 años de fundada está terminando de grabar su primer disco de larga duración que

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presentará en 2018 y durante este concierto presentó algo de su nuevo material y las canciones con las que han participado de una gran parte del circuito rock de la ciudad.

Midriasis es un proyecto en constante crecimiento que a través de su Rock Fusión transmiten mensajes positivos y llenos de alegría, este concierto fue también para ellos la mejor manera de cerrar un año lleno de éxitos, consolidación y reconocimientos a nivel local.

Wilson López, líder y vocal de Cuerda Rota

Extremo de Frankie Ha Muerto

Discos

Rock para Insumisos Extemo podría ser el que mayor riqueza en sonoridades ha producido Frankie Ha Muerto, lo que lo hace un viaje sonoro lleno de sorpresas, un disco que refresca mucho lo que conocemos de la banda y que también sirve como una excelente carta de presentación para quienes apenas conocen esta agrupación.

Frankie Ha Muerto ha demostrado a través de su discografía que es una banda mutable, una banda cuyo sonido responde a sus inquietudes que en ocasiones han sido sociales, otras veces políticas o emocionales y ahora con su nuevo disco “Extremo” van más cerca al plano ontológico, un álbum repleto de fuerza que se mueve entre diferentes géneros que van desde el Rock Gótico, pasando por el Rockabilly hasta llegar a sonidos tan insospechados como el Tango.

Desde el lanzamiento de “Uno es” Canción que fue el primer sencillo de este disco en 2014 se podía apreciar que lo que se venía era diferente y ahora que por fin

conocimos el disco, podemos dar fe de su calidad, un álbum que define el momento de la banda, que sirve como un paso adelante en su carrera.

En esencia Extremo es un álbum que indaga en las profundidades del ser como individuo y en sociedad, ya su nombre es una pista para la forma en la que se abordan los temas, viajando entre polos, los extremos en los que nos agotamos o nos extendemos, donde las emociones y deseos son limite, un álbum lleno de canciones de esas que hay que cantar obligatoriamente.

Búscalo en www.frankiehamuerto.net

Cosas que no debo de Rogs

Instrospección Sonora Rogs ha sido una de esas bandas que te toman por sorpresa, un EP con 3 canciones se tomaron los bares, festivales y hasta las emisoras, todos queríamos escuchar más, la promesa del disco estuvo al acecho por 2 largos años en los que la banda pasó por todo tipo de situaciones que de una u otra manera retrasaban más y más la salida del disco. Pero la Espera terminó y no fue me-

nos emocionante de escuchar que ese EP con el que se tomaron la ciudad.

Este disco es una experiencia desde el momento en que lo tomas para abrirlo, su diseño lleno de referencias a los entornos naturales de los músicos, las decisiones de diseño casi traídas de los pelos y llevadas a cabo con obstinada precisión, cuando abres la caja casi sientes que el disco salta hacia ti, presto a ser escuchado.

Es entonces que después de pasar una y otra vez la mirada y las manos por el empaque decidí que era hora de reproducir y me encontré un trabajo de producción muy bien cuidado, en el que se nota el

tiempo dedicado a los detalles, canciones depuradas, bien pulidas con una onda extraña como la sonrisa de la Gioconda, 13 canciones que cambian con el “mood” en que estés, clara herencia del rock de los años 90, que igual de bien podía acompañar la euforia o la lágrima.

Cosas Que No Debo es una disco que aún tiene que hacer su historia, muy recomendado para quienes gustan del Rock Crudo pero hecho con dedicación, un álbum con el que en lo personal espero que Rogs ponga su nombre en negrilla en las páginas de la historia del rock latino.

Búscalo en: www.rogs.co 7

Libros Los Malditos de Víctor Bustamante

Sin Netflix sí hay paraíso “…Los malditos siempre llaman la atención, los malditos nos hacen mantener alerta, para no prostituir la literatura, para no dejarla caer al abismo de la conformidad. Los malditos son una atalaya, un faro, una manera de sentir la vida, una manera de saber que en ese acto tan sencillo, una persona se mantiene alerta, una persona que por nada del mundo se dejará caer en el abismo de la mediocridad, esa música secreta que le dan las palabras. Así ellos al situarse al margen, en el fondo, en el abismo, en esa línea divisoria de la no existencia, en esa línea de sombra, entre lo oscuro y lo no oscuro, nunca en la farándula de los diarios, en la farandulilla. Por eso los malditos nos abisman, nos mantienen alerta. Ellos han dado la vida por nosotros, lo digo con cierto halo de romanticismo moderno. Los malditos son los santos de la literatura, ocupan el santoral diario en la vida de un escritor, los malditos son nuestros patronos y perennemente queremos parecernos a ellos.”

Víctor Bustamante, Los Malditos, pag 61 Por: Néstor López (Gestor Cultural) Detrás de los grandes acontecimientos está la ciudad real, la que no sale en las pantallas sino la que somos y vivimos, la que caminamos y construimos uno a uno, hora a hora, año a año. Así Los Malditos, una crónica en donde, nuevamente, Víctor Bustamante nos regala un fragmento más de las utopías efímeras sobre las que está construida esta ciudad y de la cual ya podemos identificar una “saga” que él mismo nos narra desde Luis Tejada, los universitarios ya devenidos en funcionarios de Amábamos tanto la revolución hasta “su” Darío Lemos que como Orfeo transitó el inframundo en busca de sus amadas, la literatura, la poesía y Angelita, siempre lejanas, siempre dolorosas.

Ahora, Víctor nos lleva por ese mismo camino de los outsider a Este lugar de la noche, librería en donde habita El Hamaquero, hilo conductor de este relato que es también una inmersión en el Medellín literario lleno de vida, de sueños, de lucidez; de personajes que habitan los extremos de la apuesta por la palabra que viene, por vivir la línea que escriben como sendero de vida pero también que sufren la pesadilla de lo real en una ciudad apta sólo para adultos del hacer, para relatos del poder y para la astucia de la razón.

Un fragmento más de su “fresco” sobre nosotros, sobra la ciudad que no hemos podido ser. Sus preguntas evocan Conversación en la catedral...es como si siempre, con su hacer en la Revista Babel al destacar los escritores del “margen” de esta Medellín, con su biografiar al poeta caotizado y crucificado por el santo oficio de la realidad y al hacer la grafía de una generación que quería cambiar el mundo y los que cambiaron fueron ellos, además de cuando filma la muerte del patrimonio cultural de una ciudad que lo celebra pero 8

que no lo respeta…nos preguntara, también aquí, ahora, en estas 180 páginas no sólo en qué momento se jodió su Medellín prometida sino que igual se pregunta algo más terrible, más profundo, por qué?

En ese umbral de diálogo es donde el autor neonadaísta nos reta a involucrarnos, a responder. Lo hacemos con el silencio que, a veces, reconoce las culpas de quienes sienten que “tiraron la toalla” cuando todavía faltaba tiempo para luchar o con la sonrisa cínica del que “sabía lo que iba a pasar” y ahora es el testigo sonriente de los fracasos vaticinados en los tiempos de la euforia poética de la ciudad innovadora…pero también, una respuesta que nos presenta Los Malditos es el “ejercicio” de hundimiento de un colectivo, para quienes para vivir la ciudad sólo es posible en fiesta de evasión báquica eterna que te ofrece permanente euforia estival, fatal y áspera hasta el límite de lo soportable. Límites que te llevan al extremo de izarte como fruto de la derrota en un árbol de la muerte (Saludos Johny Albino), o dejarte seducir por la magia de las palabras y la vida de artistas, de marginales, aunque sea en “dosis” soportables, como cuando la diva actriz netflixtiana, en un acto de “liberación anarquista” toca Este lugar de la noche, que es este universo de Los Malditos que todos queremos ser, en algún instante al menos de la vida.

Este también es un texto homenaje que Víctor le hace a su “maga”, Medellín, ciudad amada y esquiva, a sus calles y sueños que promete y a sus realidades reprimentes. También un homenaje a un librero, El Hamaquero, que tiene por oficio lavar los cerebros pulcros de los jóvenes, que aún lo tengan, y resetearlos de deseo, de ánima, de pulsión de insumisión y pensamiento, con la quimérica idea de que salvándose ellos, la ciudad crece, se abre, vuela.

Una ciudad narrada en donde una librería de viejo es último reducto de utopía, celebración de palabras y seres que intentan cambiar el mundo, ensancharlo, romper su pequeñez. Una celebración de El Hamaquero y lo que representa para esta ciudad y para quienes le hemos conocido: testimonio vivo de que la literatura y la vida, alguna vez (Saludos nadaísmo, saludos Darío, saludos José Manuel, Fernando Vallejo, Roca, Omar y Freidel), fueron una y la misma en Medellín. Años donde hicieron “magia”, fueron ambrosía en tiempos post-builescos que aún amenazan…y que alguna vez, esa utopía, la postergamos, tal vez por evitar la fatiga del ser y a costo de mutar a ser ciudad zombie o pálido reflejo de espectáculo hipster para selfies.

Los Malditos toma a uno de sus “máximos”, El Hamaquero y le celebra en su olvido mediático. Tal vez, porque sabe, en el fondo, que él es quien tiene razón y su locura, su confinamiento en los campos de invierno de este lugar de la noche no es más que un destierro de nuestros propios sueños, el precio que tiene que pagar la ciudad postergada para no mirarse en el espejo de su indiferencia. En este lugar de la noche zombie y festiva que vive Medellín.

Para quienes creemos que la literatura es vida y la vida puede ser obra de arte está Los Malditos, una afectuosa, amorosa crónica de una Medellín Posible que nos muestra que después Rosario sí hay literatura y que sin Netflix sí hay paraíso.

Los Malditos de Víctor Bustamante.

Edita: Nuevo Mundo.

Septiembre de 2017. 180 pags.

Vivir el Centro

La Tradición del Parque * de Boston

Dibujo de Diego Agamez (Arquitecto)

Por: Germán Benjumea (Artista Plástico, Magister en Gestión Cultural y Docente) Una tradición es un valor que se transmite de generación en generación, que perdura en el tiempo y que sobrevive a los impases del destino. En ese orden de ideas, el Parque de Boston es indudablemente tradicional.

La apropiación que la gente hace del espacio con las multitudinarias celebraciones religiosas y civiles, o con la simple visita de fin de semana de los novios y de la familia, lo convierte en un lugar de entrañable convivencia. Sorprende la cantidad de gente los viernes y los sábados en la tarde y en la noche, la activación del comercio formal e informal lo vuelven un sitio de

interés para propios y extraños, viene gente de las comunas 8 y 9 desde sus partes más altas, incluso, me atrevo a decir, que de toda la ciudad, buscan este escenario para compartir y disfrutar. Además, cada momento del día y de cada día de la semana, todos los días hay habitantes y rituales diferentes. Los personajes populares lo hacen sentir a uno como un paisano más, cuentos, mitos e historias de ciudad en versiones muy diversas se escuchan en las tertulias improvisadas.

Las representaciones arquitectónicas y urbanísticas a pesar de la acelerada transformación del entorno, todavía conservan signos de la historia y la memoria colectiva. El valor arquitectónico de la Iglesia De Nuestra Señora del Sufragio con más

*Este texto se hace gracias al apoyo del Programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo de la Comuna 10, La Candelaria.

de un siglo, el colegio y su panóptico, las casonas que sobreviven con el estilo republicano, el trazado de las calles y el parque con todos sus elementos paisajísticos, escultóricos y ornamentales conservan la esencia de un pueblo de mediados del siglo XX. La acelerada transformación hizo que las casas grandes, de familias numerosas y de pensamientos amplios, primero se fueran transformando de su uso residencial a una búsqueda comercial, dañando las fachadas para abrir establecimientos comerciales, luego las vendieron para aumentar la densidad urbanística y satisfacer el apetito de los constructores y negociantes del metro cuadrado en la ciudad. Aun así, con esa mixtura, con los altibajos de los edificios de apartamentos y las casas de paredes altas, sigue siendo muy atractivo visitar este lugar.

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Vivir el Centro

Recuerdo que se debería llamar Parque de Córdova, por la magnífica estatua de bronce y mármol que lo embellece, o quizás, como cuentan los viejos debería llamarse la “Plaza de Sucre”, por su nombre original de principio de siglo XX. Solía pasar por ahí cuando era niño y a veces ir a misa con mi mamá a la iglesia de Nuestra Señora del Sufragio. En ese colegio, “El Sufragio”, mi primo Mauricio estudió y yo también quería, pero no por estudiar en esa institución, sino tener a mi disposición y a la de mis amigos ese parque tan majestuoso, para jugar, allí donde comprábamos el mango biche, las solteritas, los cubanos y las empanaditas.

Hace veinte años me volví a encontrar con el Parque de Boston y tres veces a la semana a la misma hora le visito sagradamente. Son las doce y quince minutos del martes o quizá del jueves, estoy sentado en el Restaurante “Antiguo Manhattan”, cómodamente en una silla con descansa brazos, un excelente servicio, un menú del día con postre, bien servido a un precio increíble. Es miércoles, a la misma hora, en “Sólo truchas” tengo que esperar a que se desocupe una mesa. Las famosas Truchas, sí, ese consomé con fórmula inconfundible, la trucha frita, seca, tostada y llena de sabor. He llevado la misma rutina por muchos años, variando el menú, llegando del centro, desde la avenida la playa (el Parque queda a sólo dos escasas cuadras), cansado y aturdido, encuentro allí una oportunidad para descansar en medio del trabajo cotidiano. Allí hay una cantidad de sitios a donde ir, pero me puede la tradición, porque cuando estoy allí, me siento como en un pueblo, con su gran plaza, con la frescura que dan las sombras de los árboles del parque y requiero sentarme a encontrarme con un verdadero símbolo de Medellín.

Descanso con ver al medio día a los pensionados sentados en la sillas del parque conversando, disfruto de las palomas que continúan habitando entre la cabeza de José María Córdova y sus casitas de madera en lo tallos altos de los árboles. La gente me saluda por mi nombre y hasta escucho el cantar de los vendedores de mangos y de aguacates, también el mazamorrero pasa por allí a unirse al coro, me siento en confianza.

La ciudad se transforma, cerca de ahí a solo unos pasos está el Parque Bicentenario, el Museo casa de la Memoria, el Teatro Pablo Tobón Uribe.

Este parque es como un epicentro, creo que es tan importante como el Parque de Berrio o el Parque de Bolívar, por su ubicación en el Centro (Comuna 10), pero es más auténtico. Además es un portal que abre otras puertas de la ciudad hacia las zonas nororiental y centro-oriental: El Parque Biblioteca León de Greiff, la Uva La Libertad, Prado Centro, La Normal Antioqueña, La Mansión, el Jardín Circunvalar, el Camino de Cieza de León y el listado interminable de sitios maravillosos para disfrutar en familia y vivir la ciudad.

Dibujo de Germán Benjumea (Artista)

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Una conversación con Fabio Garrido

Pensar el Centro

“El Centro es un lugar que unifica respetando la diferencia”

El centro de Medellín está nuevamente en el foco del interés ciudadano. No sólo por la decisión de la Alcaldía actual que está invirtiendo más de $250 mil millones en su revitalización sino también por procesos como la Alianza Por el Centro que congrega a más de 40 organizaciones en pos de su vitalización, del trabajo conjunto por consolidar sus fortalezas y tratar de forma conjunta y articulada sus problemáticas.

Estas decisiones de política pública y de concertación ciudadana han hecho de sus temas, de sus problemas, realidades y fortalezas casi un tema de “moda” para una ciudad que siempre quiere estar “a la última”. Así, hemos visto cómo ciertos ciudadanos que antes pasaban de largo por él, ahora son “centrofílicos”, oportunismo normal que en la cuna de culebreros que no deja de sorprender a muchos de los que, por años, han vivido, sufrido y pensado en y desde el centro.

Porque son necesarias más voces, más pluralidad sobre lo que pensamos y hemos de hacer en y por el centro, ahora nos hemos acercado a Fabio Garrido, filósofo, cantante, compositor y líder vocal de la iconográfica banda rockera Frankie Ha Muerto, quien no sólo ha habitado y recorrido las calles de este pedazo de Medellín desde hace ya casi 30 años sino que también vive en él y en sus lugares: Versalles, las Torres de Bomboná, Junín, La Playa, el Pablo Tobón, la desaparecida Arteria o el Parque del Periodista donde, por ejemplo, nos recuerda Fabio, entre charlas de amigos tomando “tres patadas” nació su Banda que ya tiene 27 años de cantarle a una ciudad que, a veces, parece que sigue ardiendo.

Sus palabras nos ayudan a entender el presente que vivimos.

Llegar al Centro en 1988 “….Cuando empecé a venir al centro, para nosotros era como si en el centro no vi-

Fabio Garrido en las Torres de Bomboná

viera nadie, como si en el centro hubieran solo oficinas.

El referente del centro era de oficinas, de comercio, almacenes, pero no de viviendas, de casas. No pensábamos que el centro era un lugar donde vivían familias, para

nosotros eso era muy atractivo, porque el centro era una especie de no lugar.”

Un espacio por hacer?

“Exacto, y que en la medida que lo habitábamos lo íbamos construyendo con nuestra forma de pensar y de modelar y de 11

Pensar el Centro

entender la vida. Entonces eso inicialmente fue muy bacano.

El centro nos posibilitaba ser como éramos, al no haber un doliente dispuesto a poner el problema más grande porque estábamos ahí. Es como que uno dijera: es que esto no es de nadie y nosotros nos lo hemos tomado en lo que nos corresponde, el lugar que habitamos para nosotros…”

Era como una especie de lote baldío ciudadano?

“Sí, estamos aquí y no le tenemos que rendir cuentas a nadie. Entonces no hay problema porque no estamos fastidiando a nadie porque aquí no vive nadie, pensábamos nosotros.

le cuenta y lo que va construyendo con todos los demás sujetos de todas partes, porque es que uno no tenía amigos sino en el barrio, pero en el centro eran amigos de toda la ciudad, de todos los barrios, entonces había múltiples miradas. Qué pasa, que ahí íbamos empezando a entender cómo eran las dinámicas de la ciudad, por voces directas que nos narraban qué ocurría, nos íbamos llenando de la indignación del otro y el otro de la indignación de uno, entonces toda esa indignación y toda esa molestia nos parecía que el centro era el lugar perfecto para gritarla, para cantarla y para decirla, porque es que en el barrio no se podía, en el barrio a veces era muy difícil, primero porque había un prejuicio

eso, pensábamos en el efecto inmediato, o sea, nos sentimos afectados por eso directamente y ocurría allá, allá, allá, en el nororiente, en el noroccidente, en el oriente, donde sea de la ciudad y entonces el centro era el lugar perfecto para ir a reunirnos, a indignarnos todos juntos y a gritar cosas allá.”

Un centro configurado por sus seres periféricos...

Y es que cuando la “ciudad”(La del Mercado y la Institucional) que abandonó el centro salía, ellos, los “raros”, los músicos, punkeros, escritores, los desadaptados y cansados de sus barrios empacados al vacío de la vida cotidiana o llenos de violencias, bajaron... se lo tomaron para sí, lo construyeron a imagen y semejanza de sus sueños, de sus deseos. Y sus sueños y deseos eran los de conversar sentados en la acera de La Arteria o al frente de la Exfanfarria y charlar, respirar, vivir una ciudad que los hacía encontrar cuando fueron expulsados de su vida familiar y barrial monótona, insuficiente y violenta.

Fabio entonces nos aclara que sus aprendizajes se los debe también a esas conversaciones con teatreros de la Exfanfarria o de Pequeño Teatro que fueron como los barqueros que lo llevaron de orilla a orilla de nuevos pensamientos. Reconoce que, como se dice, el “gusanillo” del pensar diferente ya estaba, pero que el entorno fue fundamental en sus decisiones de ser…

“¡Sobrevivir sin derrumbarse, requiere valor!”

(De Sobrevivir Sin derrumbarse, Extremo 2017)

Entonces el asunto de la resistencia empieza como en un hacer lo que a uno le dé la gana más o menos dentro de unos parámetros… porque ya habíamos dicho que en el centro también aprendimos que uno no podía hacer lo que le daba la gana, porque había otra gente que también está como uno, sintiendo que ese era su espacio. Qué tuvimos que hacer? unos tratos implícitos de cómo vivir todos ahí sin fastidiarnos demasiado, sin meternos en líos con el otro y dejando que todo fluyera, que todo ocurra y que las cosas pasen como tienen que pasar y cada uno en lo suyo, ¿cierto? eso fue una buena intención.

Pero entonces lo que uno empieza a construir con el tiempo es que lo que se va viendo, lo que va oyendo de otra gente que 12

con nuestra música, porque había un prejuicio con los raros, con los que se vestían de una manera, los que se peinaban de la otra, pues eso existía. Y segundo, porque era muy complicado en el sentido de que no había eco, quién te iba a entender en el barrio … en cambio en el centro como éramos todos como desplazados de todos los barrios, ahí todos teníamos el mismo lenguaje, no es cierto? y nosotros en ese mismo lenguaje íbamos acumulando la misma rabia, el mismo enojo y la misma indignación por las situaciones que nos acosaban a todos desde diferentes aspectos, desde diferentes lugares pero que eran muy similares, sin pensar que era obvio que venía de un gobierno central, de una ideología política, no, no pensábamos en

“…el posibilitarme el ser activista o el haber estudiado filosofía o alguna de esas actividades, ya habitaba en mí, o sea, ya eso existía, pero qué es lo que ocurre en el centro? En el centro se potencia porque es que el centro se convierte como un lugar en donde confluyen muchas otras personas de muchas partes con distintos pensamientos, puntos de vista y forma de ver que hacen que se enriquezca aún más lo que uno ya trae, lo que ya tiene y por lo tanto se vuelve como una especie de lugar que recibe tantas formas de ver y de pensar la misma ciudad, que genera en uno nuevas necesidades de encontrar respuestas, de encontrar otras preguntas y por supuesto hacerse profesional en lo que uno está haciendo.

Le voy a poner un ejemplo, nosotros casi la mayoría de las canciones de Frankie las montamos aquí en las torres con guitarristas acústicas, nos sentábamos a tocar y ahí íbamos componiendo las canciones. Qué pasaba, que había otra gente que habitaba acá también que venían de otros lugares, traían otro estilo, otra música, tocaban mejor, entonces ahí íbamos compartiendo cosas.

Eso no ocurriría si a mí me tocara hacer lo mismo para desplazarme por ejemplo a Robledo Kennedy o a Castilla o a

Aranjuez o a Manrique, no porque no se haga, en el sentido de que no pudiéramos habitar esos espacios, claro que sí, de hecho en Aranjuez habitaba muchos años en términos del arte. Pero era más fácil en el centro encontrarnos todos que desplazarnos hacia las periferias.

El centro posibilita que confluyan todos estos puntos de vista y todas estas personas que tienen diferentes habilidades y diferentes artes y posibilidades también de hacer cosas y uno se va permeando de todas ellas y va empezando a hacer una propia construcción, a fortalecer lo que ya tenía, a conocer otra cantidad de cosas que desconocía hasta ese momento.

El centro fue a mi modo de ver como ese lugar por allá en Asia, entre Asia y Europa al que le llamaban el cruce de los caminos, un lugar de comercio, tal como el centro que es un lugar de comercio, todo se compra, todo se vende. Pero como es un lugar de comercio, confluye gente de muchos otros territorios y qué hacen ahí, hablan lenguajes distintos, hablan otras lenguas, entonces la gente que llega ahí, además de comerciar, comparte…. es una especie de Babel en donde todos logran comprenderse, ahí llegan y ahí confluyen y eso enriquece todo, eso es lo que es valioso, por eso es tan valioso el centro.”

Pensar el Centro

Nos muestras un centro que es un libro, un libro abierto, un libro donde aprendés allí una cosita, allí otra…

“Es un libro donde uno aprende cómo debió haber aprendido siempre toda su vida, haciendo, padeciendo y en la práctica.”

Parece ser entonces que el centro es como el símbolo real de la ciudad puesta en práctica, es decir, lo diverso, lo plural, lo que es diferente, lo que no habla los mismos lenguajes y que tiene que construir ahí su propio lenguaje para poder construir un relato común.

“Es que el centro congrega y unifica, porque también el centro es una periferia.

El centro en sí mismo unifica porque ahí confluyen tantas personas, tantas visiones, pero a su vez esas personas hacen parte de una periferia dentro del mismo centro.

Es decir, esas y otras personas que habitan el centro como los mendigos, los indigentes, los que duermen en el mismo lugar todos los días, todas esas personas hacen como una especie de periferias del centro, porque en el centro confluyen pero a su vez el centro también estratifica, en términos de pensar, habitar, de vivir, de convivir, y entonces ponen niveles, entonces allí están los artistas, aquí están los poetas, allí están los mendigos, tal como decir aquí están los hongos, allá están los líquenes, allá están los musgos… todo eso se va convirtiendo en un ecosistema, un animalario extraño, ahí todos habitan, ahí

todos viven, pero todos tienen una función específica... el que pide la limosna y el que toca la guitarra, el que hace las maromas, el que se para en el semáforo, todo con una función específica y casi que eso funciona sincrónicamente, parecería el mecanismo de un reloj, como que si uno suprimiera uno de esos elementos podría entrar en caos lo demás.”

El Centro, oportunidad de ciudad.

Y esta experiencia de vida que comparte Fabio es la que nos permite entender por qué para él ese aparente ecosistema caótico de seres diversos en vez de ser un dilema es una oportunidad para construir comunidades incluyentes y no “guetos”, por

qué esa simultaneidad de lo no simultáneo que es el centro hace parte de la ciudad deseada, no temida….eso explica por qué se distancia de los discursos del miedo, del caos y el desorden que se han instaurado como verdad, tal vez mejor postverdad de este territorio…Incluso, este punkero es optimista cuando habla del valor del centro para la construcción de la ciudad que queremos: “Para mucha gente el centro es aterrador, hay gente a la que le da pánico venir al centro, tienen una idea de que los van a robar, a secuestrar, gente que le da mucho miedo venir al centro. Pero lo que el centro representa para la ciudad realmente es que el centro es un lugar importante de encuentro, cultural, social, político, económico, mejor dicho, en el centro todo ocurre y en 13

Pensar el Centro

“Uno es lo que hace y se convierte en lo que dice Uno es una regla, que uno mismo contradice.”

(Uno Es, Extremo 2017)

el centro como todo ocurre, pues también podría posibilitar precisamente el hecho de ser un generador de cosas nuevas, de ser un generador de pensamiento, ser un generador de arte, ser un generador de encuentros. En eso es lo que el centro se ha ido convirtiendo.

Ahora, cómo debería ser, debería potenciarse mucho más que algunos lugares específicos del centro se conviertan en unos lugares donde el arte, el pensamiento y la cultura sean no una cosa para unos sectores sino una cosa demasiado atractiva para toda la gente que vive en la periferia y que no entiende qué es arte, qué es el pensamiento, qué es cultura y que quizás en la vida ni lo han pensado. Entonces el centro es un lugar preciso porque es un lugar neutro, porque es un lugar donde no está el combo, el pillo en la esquina fastidiando, impidiendo el paso o haciendo fronteras, ¿cierto?, entonces el centro es más libre en ese sentido.

El centro es como podría ser cualquier ciudad grande de cualquier parte del mundo, un lugar de arte, el pensamiento y la cultura necesariamente.”

Aqui se entiende perfectamente por qué discute la idea de “recuperar” el centro… “…hay que sospechar de esa mirada de querer recuperar el centro, de querer 14

recuperar algo, porque es que esa es la mirada del que ve problemas donde posiblemente no los haya y entonces quiera cambiar eso porque su punto de vista le dice que debe ser de otra manera. Posiblemente recuperar el centro sería impedirle a la gente que venga, a los rockeros por ejemplo, que venga otra gente pero no los rockeros, no faltará que dentro de su mirada de recuperar el centro ese sea un problema porque habría que sacarlos de ahí o haya que sacar los habitantes de calle o haya que sacar a aquel.

Entonces casi siempre esas posibilidades lo que implican en ocasiones son miradas también excluyentes, miradas que solo ven para sí mismo, desde sí mismo y consigo mismo lo que considera que debe ser y que no cuenta con los demás. Entonces ese punto de vista no es tan valioso después de todo, porque sigue siendo excluyente.

El centro en realidad es un lugar que unifica, unifica respetando la diferencia, a lo mejor estas miradas de recuperar querrán unificar pero unificar incluso con la posibilidad de que el otro piense como uno y entonces no estarán recuperando nada.”

Así Fabio Garrido y su apuesta de ser y vivir, a veces romántico emancipador cuasi kantiano, otras práctico cuasi cínico rortyano..

¿Por qué tu pareja y tú decidieron venirse a vivir en el centro?

“Por comodidad, porque todo es más cerca y más fácil de conseguir. Pues, un asunto práctico, bueno, pragmático.”

No hubo ninguna reflexión intelectual alrededor de eso, o también?

“No, es que es implícito, o sea, no hay que pensar sobre lo pensado, ya eso ha pasado siempre… entonces bacano estar ahí.

Es decir, no tenemos que decir es que ahí hemos vivido tanto en relación con el arte, con la música, con las letras, con el cine, con todo eso que entonces no, vivamos allá porque allá es donde tenemos que vivir, sí y no, es decir, eso no se piensa, eso ya es… es como que si te mantenés tanto en el centro, si te mantenés hablando en el Porfirio, entonces pásate a vivir enfrente, que fue lo que hicimos.”

Un Punkero con las botas bien puestas en la tierra, en el centro. Con razón su identidad desde el caos.

Gozar el Centro

Una noche en:

Las Torres de Bomboná, * un Oasis Cultural Por: Napoleón Bermúdez (Comunicador Audiovisual y Productor Musical) Las noches en el centro de Medellín ofrecen todo tipo de opciones para el disfrute, pero hay un lugar que es foco de una gran cantidad de espacios, personajes, ritmos, sabores y colores. Este lugar es la Unidad residencial Marco Fidel Suarez o “Las Torres de Bomboná” como casi todos en la ciudad las conocemos.

Los personajes que construyen el día a día de este lugar pueden no ser lo primero que atrae de este sitio, pero definitivamente si es una de las cosas que más “encarreta”.

Es muy fácil pasar de “me tomé un tinto en las torres” a “¡conocí a un personaje increíble en las torres!”, y es que los dueños de los lugares tienen algo que los diferencia de cualquier otro restaurante, cafetería o bar, tienen sentido de comunidad, algo que trasmiten a sus empleados y claro está a sus clientes.

Es de esta forma que al llegar la noche, sutilmente la plazoleta de las torres deja de ser un sitio de paso y se convierte en uno de encuentro, como si fuera el parque del barrio, los cafés, restaurantes y bares se empiezan a llenar de rostros familiares, parece que todos se conocieran de toda la vida, sonríen, brindan, y saludan al pasar, dan ganas de sentarse y relajarse, al fin y al cabo estar ahí sirve como aislante del

ruido de las calles aledañas, como una protección contra el estrés.

Pero ¿qué más puede uno hacer en las torres, que ofrece la noche en el centro que lo hace tan atractivo? La respuesta es sorprendentemente amplia, en ese espacio enmarcado por los grandes edificios residenciales, la Registraduría y la oficina de Espacio Público se encuentra una nutrida oferta cultural, desde el Centro Cultural

Desde hace décadas, Rapsodia en las Torres de Bomboná es un referente de la noche que celebra la música de las utopías y lo románticos que somos...

*Este texto se hace gracias al apoyo del Programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo de la Comuna 10, La Candelaria.

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Gozar el Centro

La Vendimia, sitio imperdible en las Torres

Ateneo Porfirio Barba Jacob en donde se hay una galería de Arte que normalmente tiene exposiciones de jóvenes artistas plásticos de la ciudad, la entrada a un mundo de sensaciones estéticas sin igual, el Café de Porfirio, un sitio de encuentro con el Rock, las músicas del mundo y donde también se llevan a cabo conversatorios sobre temas de ciudad, poesía, teatro y música; y como atractivo central de este centro cultural el Teatro Porfirio Barba Jacob donde el Teatro, la Danza y la Música son protagonistas cada semana.

Al recorrer los otros espacios uno se encuentra con el café Arcángel donde su propietario Nelson Velásquez le ha dedicado una especial atención al servicio, haciendo sentir a todos como en casa; uno de esos lugares donde las conversaciones se alargan por horas sin pensarlo, justo al lado un lugar donde cada semana desde hace décadas, está esa gente que canta con el alma en la mano, Rapsodia Bar ha mantenido una tradición de encuentros de amigos, de grupos de personas que van a disfrutar de la música en vivo y una programación completamente dedicada a la canción en español.

Las Torres, desde su fundación en los años 80 siempre fueron referentes de la canción social gracias a 3 bares que aún subsisten: Rapsodia, Prana y Vendimia. Todos ellos aún guardan los recuerdos de tertulias utopistas, de cánticos de protestas, de sueños de sociedad. Aún en sus noches podemos visitar y escuchar a los últimos románticos o, cuando la noche avanza, también el frenesí de una rumba bohemia donde jóvenes y no tanto celebran el rock en español igual que una canción pop de moda o se leen, siempre románticos contemporáneos, entre los que siguen pensando que están al lado del camino. Las torres allí recuperan su génesis de encuentros utopistas.

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Empiezan Las Torres a parecer un buen lugar para encontrarse con amigos, tomarse unas copas, y ver una obra de teatro, pero así mismo hay rodeando la plazoleta central una variada oferta gastronómica que va desde comida típica, pasando por comida de mar, hasta el menú internacional.

Una preocupación de la mayoría de quienes trabajan en el centro es salir en hora pico, el afán por escapar al ruido y el smog, yo diría que al centro no hay que huirle, sino abrazarlo, habitarlo y esta es la mejor opción para huir del tráfico y el caos de la hora pico, un postre para empezar, ver el ocaso caer sobre la ciudad, los parches “After office” y ver los niños jugar en la plazoleta con sus mascotas.

Hay una expresión de quienes visitamos

regularmente Las Torres: “Quien viene a Las Torres, nunca se va”, y parece ser así.

Ya hace una década que visité Rock Symphony solo para matar el tiempo y ahora Hugo Caro, su propietario, es más que un entrañable amigo y ni qué decir de la pizza de la casa, sazonada con el mejor Rock, es una parada obligada.

Conocer el centro de Medellín es toda una experiencia, su gente, sus calles, sus noches están llenas de magia, la magia que genera el cariño con el que estos espacios se han construido. Hace poco escuche a Jorge Mario Puerta, gerente de Corpocentro, decir que “el centro existe porque los comerciantes y los artistas han sido tercos en no irse”. Yo comparto esa opinión y le sumo a esa terquedad amor, amor por crear una ciudad real, donde las máscaras sobran, donde todos caben.

La invitación es a disfrutar de Las Torres y que sirvan como puerta de entrada al corazón de Medellín, este centro que es de todos y que siempre tiene las puertas y los brazos abiertos, entre estos edificios hay sitios que han resistido la dura prueba del tiempo, algunos por más de cuarenta años y siguen ahí igual de amables, de vitales, de felices esperando con una sonrisa al siguiente enamorado de la noche, que se deje enamorar de este oasis cultural que cariñosamente llamamos Torres de Bomboná.

Siempre música en Vivo, Rock del bueno y camaradería total caracterizan las noches en las Torres.

Prana, un espacio para el disfrute y encuentro entre amigos

Gozar el Centro

Vive en la Noche Fucsia*

Café Asterión

DiverCiudad te propone que vivas la noche Fucsia, apasionada, múltiple, bohemia, soñadora, utopista.

El lugar, una “T” urbana hecha espontáneamente por un círculo virtuoso (algunos no tanto ;)) de comerciantes, libreros, bartenders, artistas, transeúntes y habitúes del centro que, en estos últimos 30 años “conquistaron” para sus encuentros, celebraciones y conversaciones la calle Maracaibo entre la propia sede del Edificio de la Cultura de la Cámara de Comercio hasta el cruce con la carrera Córdova, en donde abre sus “brazos” por el norte hasta la calle Perú y por el Sur con La Playa. Hoy, esta noche, esa “T” es ya un referente de ciudad cuyo motor es el Parque del Periodista, un lugar que podría ser el palacio de la sabiduría del que hablaba William Blake.

Y ya como transeúntes en esta noche F nos presenta más de 30 lugares entre bares, restaurantes y licoreras que configuran la realidad de “para todos los gustos” y “para todos los bolsillos”…

Lugares como el café librería, restaurante El Acontista son ya un referente obligado de esta zona. Un espacio acogedor y con un servicio de gran calidad que es ya el sitio obligado para almorzar de muchos ofi-

cinistas y para tener una entretenida charla mientras se cena entre amigos o con alguien especial. Otro lugar infaltable es Wall Street, un amplio video bar situado al lado del Acontista donde el rock es el protagonista de noches para “cerveciar” entre amigos. Pero si mejor prefieres algo menos ruidoso, al ingreso está un “lugarcito” que llamamos “donde Mincho” en donde puedes sentarte a escuchar música, charlar o simplemente ver pasar a los variopintos transeúntes que suben y bajan….

Y La Boa…icónico lugar de tangos donde Don Iván era el amigo-cómplice-barman de toda una generación de escritores que ahora extrañan esas épocas al ver que su espacio ya es un bar rockero donde se disfruta a Soundgarden y no a Carlos Gardel.

Sergio, su actual propietario está aprendiendo de tango con Don Álvaro, un abogado que vive al frente y le cuenta las historias pasadas de esta Boa que, incluso, ya hace parte de los libros de poemas de algunos de nuestros más importantes escritores alternativos de esta ciudad. Ellos, los escritores, no se han ido de esta noche Fucsia porque, la verdad, ellos la fundaron en los tiempos idos de La Arteria y

Noches de Tango, Rock, canción social, buena comida, baile con lo mejor de la salsa o la grata conversación es lo que te permite la Zona Fucsia

*Este texto se hace gracias al apoyo del Programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo de la Comuna 10, La Candelaria.

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Gozar el Centro

El Jurídico, del momento fundacional de El Guanábano y las inolvidables noches cubanas de Diógenes. Ahora los vemos caminando, tertuliando en el Café Rojo o La Huerta, parados hablando a todo dar al frente de Katrú o saludando y celebrando la literatura en el Café Asterión.

Al detenernos en el semáforo de Maracaibo con Girardot miramos hacia la derecha y constatamos que además de la sempiterna farmacia, el parqueadero y el Teatro Oficina Central de los sueños; tenemos a lado y lado más restaurantes ideales para que todos los visitantes tengan opciones gastronómicas de disfrute (Aunque, valga decir, vemos que muchos comen para mantener altos sus niveles de resistencia a la bohemia…).

Un imperdible de esta Zona es El Eslabón Prendido, es quizás uno de los pocos lugares de esta zona en donde se va es a bailar y con lo mejor de la salsa y la música colombiana. Un referente no sólo de la noche en Medellín sino también, un espacio que evoca por sus visitantes, muchos profes universitarios, a los utopistas de los 80s, que hoy vemos como patrimonios vivientes de esta noche que han ayudado a construir, desde cuando tenían la misma edad que tienen los vecinos de sus mesas.

El Eslabón, tal como El Guanábano, le debe su esplendor al carisma inacabable de John “Guanábano” (Jaramillo) quien hoy, como veterano de la noche, lidera el Boston Liquor Bar, situado en Córdova con Caracas, al lado del Asterión y que es como un homenaje a las mejores épocas de la Boa tanguera ahora mutada a rockera.

Y al ver a John sentado, tomando su trago y “despachando” como lo que es, el pionero de esta noche, recuerdo que son ya casi 30 años de esta noche…30 años y aunque muchos de sus principales habituales ya no están, todavía vemos rostros conocidos de quienes sufrimos el desplazamiento de la mítica Arteria hacia el recién fundado El Guanábano, “desplazamiento” que también fue generacional y musical… de la música, casi inaudible, de nueva trova en La Arteria a el rock de The Police y The Doors en El Guanábano. Algo estaba cambiando, los jóvenes eran, éramos otros y ya la ciudad también había perdido la inocencia o, mejor, se la habían asesinado.

Esa noche, esta noche Fucsia fue resistente (Sí, batalladora, no la hoy “políticamente correcta” resiliencia). Sobrevivieron, sobrevivimos y por eso entendemos la figura del veterano ganador de nocturnas batallas, que John nos regala al visitarle mientras escuchamos La Cumparsita en la noche, que un maestro de saxo nos regala como serenata no pedida pero celebrada.

Luego de vario tiempo he regresado a esta noche que pervive en mi memoria y al ver nuevamente a Alba Rocío, Marta y Carlos pienso que hay lugares en donde uno pue18

La Boa ahora es rockera...

de morar para siempre. Los lugares con climas cálidos de afecto, de amistad. Ellos son esta bella noche Fucsia, ellos son el calor que fascina a quienes llegan y se quedan; y que abrasan a quienes vuelven para quemarse entre recuerdos. Esta noche Fucsia vive porque ellos y también John, Raúl y César son su energía…

Todo termina donde todo comenzó, en El Guanábano. Tantas historias, tantas escrituras sobre este mítico lugar de Medellín, del centro que celebro y hábito, que me hace y que construyo. Este lugar que nació como bar vintage por obligación y no por simulación, es el motor de todo lo que hoy es esta Zona y el Parque del Periodista.

Llego y todo es recuerdo, evocación, celebración de la poesía, de la tertulia, de los inolvidables conciertos de Mirabai, de la noche del 91 en que conocí a Juan Manuel Roca, del Mural que siempre he querido que vuelvan a destapar de Jorge Botero…

Café Rojo, buen comer, buena tertulia...

de la Noche Fucsia, profunda, pasional que hizo posible el amor por las letras y la seducción de una buena charla…El Guanábano es un bar con parque un espacio dónde sentarse a ver esa ciudad que pasa y nos muestra en sus estampas nocturnas los extremos de lo bello y lo bizarro. Veo el parque y me digo, ¡es la ciudad! A veces, me da la tentación del consejo, como al amigo bohemio que uno quiere decirle que ojo con la vida, que esto, que lo otro...y me detengo, porque sin estas estampas, tal como mi amigo sin sus excesos, no sería, no estaría. Entonces sí, vale la pena vivir esta Zona Fucsia, dejarse abrazar y abrasar con sus afectos como otra forma de vivir el centro de Medellín siempre vivo, fragmento de realidad, que sintetiza esta ciudad amada.

Un Encuentro con

Bรกrbara Queen

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Protagonistas de la DiverCiudad Por: Alejandro Londoño (Artista) Eran las 5 de la tarde y me encontraba en el interior del Teatro Ateneo Porfirio Barba Jacob, mi misión era ingresar al camerino y entrevistar al actor Juan David Hernández, quien con 4 horas de antelación iniciaba su proceso de transformación a Bárbara Queen; un personaje que ha exteriorizado por más de un año pero que como descubriría después, ha habitado siempre en su ser.

Hasta entonces, solo contaba con referencias digitales de lo que era su show y una extraña dualidad perceptiva me confundía entre su imagen en solitario por parecerme una obra de arte y entre un burdo y pobre espectáculo al encontrarla rodeada de otras drag queen que en conjunto me recordaban escenas de películas donde la referencia al bajo mundo estaba a cargo de este tipo de personajes; estaba a punto de cambiar dicha percepción.

En lo que me acerco al camerino, un grupo de voces me hacen saber que Juan no se encuentra solo y que además responde a una entrevista previa. Una vez allí lo primero que observo es al actor sentado frente un espejo rodeado de luces, típico de cualquier estrella. Mientras manipula varios elementos de maquillaje, atiende a las preguntas que inteligentemente un grupo de estudiantes universitarios le tenían preparada. Sin el ánimo de interrumpir, decido esperar y atestiguo cada honesta, inteligente y divertida respuesta que me forman una idea del nivel de seriedad, importancia y profundidad emocional que representa Bárbara Queen para Juan David Hernandez.

Luego de varias horas, nos ubicamos en el escenario del teatro, faltaban pocos mi-

nutos antes de salir a escena. El público esperaba a Bárbara tras las puertas que nos separaban del café bar del porfirio, espacio donde se llevaría a cabo el show o talk show como ella lo define y que concuerda perfectamente con este formato.

Era mi turno de preguntar, de compartir un momento y de conocer, no al actor, sino al personaje o más bien a la personalidad; esa esencia a la que hace referencia diciendo que no es él pero que sí es él y de la que asegura, son varias personas pero un solo ser verdadero. Hasta entonces mi confusión era evidente, tenía frente a mí a dos personalidades; la primera, una mujer vivaz, intrépida, coqueta y de mirada especial que a mi parecer refleja un estado de indefensa ternura, contrario a lo que ella de sí expresa y la segunda, para el momento poco notoria, los vestigios de Juan David. ¿A cual referirme? Recuerdo las palabras de la historiadora y activista boliviana Silvia Rivera Cusicanqui “la identidad puede ser una camisa de fuerza” y decido sim-

Jano Von Skorpio del Colectivo Cultura DRAG Medellín

plemente comunicarme con la esencia, esa esencia en la que encuentro amor por el teatro y la ilustración, arte último, donde los rostros coloridos y narices llamativas definen su propio estilo y podría decirse, hacen parte del boceto que genera la estética de Bárbara Queen. Estética que deja claro su interés por la belleza, la cual busca desde lo extraño, desde la combinación de elementos masculinos y femeninos y desde lo emocional que se ve influenciado por las reacciones de las personas al compartir con Bárbara.

La música es un factor muy importante en la vida de esta actriz y para cada uno de sus espectáculos realiza una selección en busca de canciones que tengan un toque de emotividad y entreguen un mensaje de identidad y amor.

En cuanto a sus proyectos, Bárbara planea un montaje teatral para el próximo año y busca una obra con la cual identificarse plenamente, un monólogo que hable de lo masculino y lo femenino en contraposición.

Durante nuestra charla, también hace referencia al trasfondo político que puede tener la cultura drag, sin embargo en sus palabras “el drag no es político, la postura política es del artista”.

Luego de esto, nos despedimos, se dispone a atravesar las puertas y a encontrarse con su público. Presencio todo el espectáculo que momento a momento no dejó de sorprenderme por encontrar en él a personas talentosas, cultas, sensibles y con un alto sentido de humanidad.

En la foto, algunas de las participantes del Colectivo Cultura DRAG Medellín en uno de los Desconectados con Bárbara Queen realizados en Ateneo

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16 FESTIVAL COLOMBIANO DE TEATRO , CIUDAD DE MEDELLIN

E M E RG E N C I A S

DEL TEATRO EN COLOMBIA

Escena de la Obra Curandero del Grupo Angeldemonio de Perú, dirigida por Ricardo Delgado

Del 4 al 14 de Octubre de 2017, se realizó el 16 Festival Colombiano de Teatro Ciudad de Medellín, Emergencias del Teatro en Colombia, un proyecto de La Corporación Ateneo Porfirio Barba Jacob, ganador de la Convocatoria de Estímulos para el Arte y la Cultura de la Secretaría de Cultura Ciudadana del Municipio de Medellín 2017, Evento apoyado por el Ministerio de Cultura, Programa Nacional de Concertación Cultural 2017, por Asencultura, el Grupo Empresarial Arona y en especial, todos los artistas participantes.

El Festival se realizó en las diversas sedes teatrales de la ciudad como Teatro Pablo Tobón Uribe, Teatro Ateneo Porfirio Barba Jacob, Pequeño Teatro en sus Salas Rodrigo Saldarriaga y Tomás Carrasquilla, Teatro Lido, Museo de Antioquia, y en las Salas aliadas de Casa el Teatro, Teatro La Hora 25, Teatro Prado del Águila Descalza, Escena 3 de Copacabana, Tecoc de Bello y Corporación Acordes de Marinilla. El Festival contó con la participación de Artistas y grupos locales, nacionales e internacionales como Nueva Ruta y Enkosala Gladys Ravalle de Argentina, Arlequín Teatro y TeatroPuerto de Chile, AngelDemonio de Perú, y a la Directora Marianella Morena de Uruguay. Desde Bogotá La Gata Cirko, Púrpura Creactivo, ABRA Teatro y La Maldita Vanidad de Bogotá, al Proyectos Fritzl Agonista de Cali y Proyecto La Casa de Bucaramanga. De Medellín, Bello, Copacabana, Itagüí y Marinilla participaron Casa Taller, DeAmbulantes, Escuela Cómica del Aburrá, Sí Teatro, Proyecto La Entrevista, DeRreojo Teatro, Teatro a Domicilio, La Rueda Flotante, Colectivo de Actores de la Exfanfarria, Teatro La Buhardilla, Azúl Crisálida Teatro, Laboratorio Escénico Ateneo, Párpado Teatro, Corporación Cenizas, Colectivo Desconcierto, Teatro La Hora 25, El Águila Descalza, Andrés Bravo, Los Condenados, Colectivo Artístico Casa Naranja y Grupo Giros, Bárbara Queen y Cultura Drag de Medellín.

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Balance

Homenajes Cada año el Festival reconoce a artistas, grupos, procesos y entidades, que se destacan por su labor y sus aportes al desarrollo del Teatro en Colombia. Este año se realizaron reconocimientos al Teatro Pablo Tobón Uribe en sus 65 años, y a la obra Tribuna Capuleto del grupo DeAmbulantes, Dramaturgia de Álvaro Sierra Eljach y Dirección de Álvaro Narváez, por sus primeros 10 años en la escena.

Espacio de reflexión Se realizaron diversos encuentros y eventos académicos como conversatorios, exposiciones y La Clínica de Dirección que logró aportar elementos de discusión y cruce de experiencias entre los artistas participantes, para fundar este espacio se invitó a la reconocida Directora y Dramaturga Uruguaya Marianella Morena y a Directores Profesionales de Teatro de la ciudad como Mario Ángel Quintero de Párpado Teatro, Álvaro Narváez Díaz del grupo Deambulantes, Ricardo España del grupo DeRreojo, Felipe Caicedo de Anamnésico Colectivo Teatral, Jeanette Parada de Pequeño Teatro, Duván Chavarría de La Oficina Rec, Yacqueline Salaza Herrera de Laboratorio Escénico Ateneo.

También asistieron 15 actores durante el proceso. Se realizó la Residencia Artística en el área de Gestión de Teatros y Centros Culturales con Cristóbal Ovalle de TeatroPuerto La Serena, Chile quien en dos semanas pudo vivir la Experiencia en Centro Cultural Ateneo Porfirio Barba Jacob y Pequeño Teatro, en donde pudo conocer el trabajo de las escuelas de teatro, gestión cultural de los centros culturales, atención y gestión de públicos, áreas administrativas y artísticas.

Estadísticas En el Festival se realizarón 54 funciones en 15 espacios teatrales con la participación de 38 grupos, 5 internacionales, 6 nacionales, 27 grupos locales de Medellín y Antioquia. Y tuvo una asistencia promedio de 9355 espectadores.

Seminario Emergencias del Teatro en Colombia Este encuentro logró dar a conocer las diversas posiciones que tienen los creadores sobre el tema curatorial del Festival, a través de conversaciones con invitados locales, nacinales e internacionales se plantearon las propuestas estéticas de creadores como, Jorge Hugo Marín y William Guevara de Bogotá, Juan Comotti y Mónica Nuñez de Argentina, Marianella Morena de Uruguay, Ricardo Delgado de Perú, Rodrigo Zarricueta de Chile, Alvaro Narvaez, Mario Ángel Quintero, Duván Chavarría y Yacqueline Salazar Herrera de Medellín.

Cómo se percibe el Festival por los artistas participantes?

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Sobre el Festival, algunos de los invitados coinciden en que es un evento teatral que hace propuestas innovadoras para la escena teatral en Colombia ya que se arriesga a programar grupos con propuestas importantes que de otra manera no serían tenidos en cuenta en otros festivales en el país.

Se habla de que se percibe en las propuestas en general una resignificación de viejas estéticas, una diversidad de planteos, una búsqueda en la metodología de trabajo y poéticas de Colombia, de las diferentes ciudades, y de países invitados al Festival.

También dicen que en los últimos años el Festival ha promovido propuestas con trayectoria y reconocimiento, pero con preguntas importantes sobre las nuevas teatralidades y medios contemporáneos.

Sobre la curaduría se dice que busca expresiones que salgan de lo canónico y potencien nuevos imaginarios del quehacer teatral, y que se arriesgó a traer a los espectadores, nuevas propuestas artísticas, no solo por la presencia de agrupaciones que no habían sido programadas antes en este evento, sino por sus propuestas teatrales, varias de ellas con lenguajes teatrales no convencionales, montajes que el Festival respaldó, con decisión.

Retos En el 2018 el Festival profundizará su indagación por las Emergencias del Teatro Iberoaméricano en diálogo con la escena local, para generar preguntas que fortalezcan la investigación, la creación y proyección del teatro colombiano. También se seguirán considerando otros espacios de la ciudad como alternativa para logar el encuentro entre artistas y espectadores desde otras posibilidades escénicas.

Agradecimientos A todas las personas, empresas y entidades que se vincularon a la realziación de Festival entre ellas: Hotel Plazuela San Ignacio, Restaurante La Sevillana, Hotel Villa de la Candelaria, Hotel Gran Hotel, Transportes Carlos Barrientos, Transportes Gusta-

Escena de la obra El Problema del Mal del grupo ABRA Teatro de Bogotá, dirigida por Adela Donadío.

vo Cediel, entre otras. De los Medios de Comunicación: Programa Cuarta Pared, Entreactos, QuieroIr, La Cifra Impar, Impacto Creativo, HágalaU, Radiónica, Rockeros, Compás Urbano, Canalmastv, El Colombiano, El Mundo, Teleantioquia, Telemedellín, Kiosko Teatral de Bogotá.

Al Equipo profesional e ideoneo que hizo posible el éxito del Festival: Dirección Artística y Producción General: Yacqueline Salazar Herrera/Producción Técnica: Ricaurte Carmona/Asistente de Producción: Marta Echavarría/Coordinación Académica: Alberto Sierra Mejía/ Moderador: Duván Chavarría/Comunicaciones: Napoleón Bermúdez/Registro Fotográfico: Rubén Marín/Presentadores: Alejandro Londoño, Stefanía Rodríguez / Administración: Néstor López Álvarez, Karen Altamar / Coordinación Sala: María del Mar Ledezma / Jefe de Sala: Andrés Luna / Coordidación Café de Porfirio: Natalia Echeverry / Oficios varios: Marta Herrera Díaz / Equipo Técnico y logístico: Christan Palacio, Sebastián Martínez, Kevin Sarabia, Juan Elías Cermeño, Juan Santiago Fernández, Jairo Parra, Yaira Guzmán, Laura Rico, Mariana López, Kevin Rodríguez, Mata Herrera Díaz, Francely Velásquez / Transporte escenografías y aeropuertos: Carlos Barrientos, Gustavo Cediel, Omar Jiménez. Gracias al Equipo Técnico de cada uno de Teatros sedes del Festival, a los Practicantes Sebastián Porras, Andrés Moriano, Departamento de Artes Escénicas de la Facultad de Artes de la U. de A. / Sara Ospina, Diseño de Espacios Colegiatura de Diseño / Voluntarios: Estudiantes de la Tecnología en Organización de Eventos de la Facultad de Comunicación Audiovisual del Politécnico Jaime Isaza Cadavid.

Vive Porf fiirio

Porfirio Barba Jacob 1883-1942 Soberbia Le pedí un sublime canto que endulzara mi rudo, monótono y áspero vivir. Él me dio una alondra de rima encantada... ¡Yo quería mil!

Le pedí un ejemplo del ritmo seguro con que yo pudiera gobernar mi afán.

Me dio un arroyuelo, murmurio norcturno... ¡Yo quería un mar!

Le pedí una hoguera de ardor nunca extinto, para que a mis sueños prestase calor.

Me dio una luciérnaga de menguado brillo... ¡Yo quería un sol!

Qué vana es la vida, qué inútil impulso, y el verdor edénico y el azul Abril.. ¡oh sórdido guía del viaje nocturno! ¡Yo quiero Morir!

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