Les Choristes 27 diciembre 2006
Así se titulaba la película que en España se tradujo por "Los chicos del coro" por razones evidentes. Recordaréis que trataba de un reformatorio donde un vigilante organizaba un coro de voces blancas que ablandaba los corazones.
El pianista, excelente tanto en su desempeño como en sus gestos de gran concertista, clamaba a gritos un asesor de imagen. O por lo menos alguien caritativo que le explicara que no podía salir a un escenario con calcetines blancos centelleando entre el pantalón y los zapatos oscuros.
Las voces de la banda sonora correspondían a Les Petits Chanteurs de Saint Marc de Lyon, y a los sucesores de aquellos he estado escuchando esta tarde en el Auditorio de Castellón.
Para terminar, el director Nicolás Porte, fundador del coro en 1984 y un buen músico y pedagogo, iba sin corbata, de oscuro eso sí, pero con una barriga cervecera en un cuerpo razonablemente esbelto para su edad. Esa panza y el flequillito lacio entrecanoso así como unos giros, cerrados como un chotis, me hacían pensar, con complicidad de padre, en lo que estarán sufriendo los padres de los chavales habiendo dejado a sus hijos con uno con esa pintilla de degenerado.
Me ha resultado corto, pero suficiente para que el ablandamiento general volviera tal y como sucedió al ver la película. No son polifonías complicadas, pero la pureza de las voces y lo conjuntadas que están acaban por resultar espectaculares. Es cierto que era una sesión de tarde improvisada, porque la única prevista en principio para la noche se vendió tan rápido que improvisaron esta. Por cierto, yo pensaba que el fútbol es caro, pero no lo es tanto, creedme.
No debo tener razón, en absoluto, porque los franceses son muy mirados para los pederastas. Pero no pude evitar pensar en eso mientras duró el concierto.
Digo lo de improvisada por la indumentaria en general. Veamos...
Bueno, en eso y en los calcetines del pianista. ¿Querrían dar la sensación de antiguo? Quizá se vistieron así adrede...
Los chavales de entre 10 y 15 años, vestían unos pantalones pirata y un chaleco largo de tela ambos en azul dril, con una camisita de mangas muy cortas en celeste. No sabrá decir a qué posguerra pertenecían.
Tengo que ir más al teatro...
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