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Fieles custodios de un gran tesoro natural

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Un edificio

Un edificio

El IJAN no sólo aporta pinturas y bolsas para sepa- ración de residuos, sino que además participa de la actividad pintando y limpiando. 08

Limpieza de bardas

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Fieles custodios de un gran tesoro natural

Las bardas del Parque Norte de la ciudad capital constituyen uno de los destinos favoritos de los neuquinos que suelen vi- sitarlas tanto para realizar actividades aeróbicas, como para disfrutar de largas y distendidas caminatas por sus intrinca- dos senderos.

Esas caminatas no sólo garantizan un contacto pleno con la naturaleza, sino que también brindan la posibilidad de to- parse cara a cara con ejemplares de la fauna autóctona, que conviven en relativa armonía con el avance de las actividades urbanas.

Se pueden ver zorros, cuises, liebres, lagartijas y hasta maras patagónicas, aunque esto último no es muy común que di- gamos; por el contrario, requiere de una alta dosis de suerte. Pero que las hay, las hay (incluso, muy a pesar de la presencia de perros sueltos).

Pues bien, con la preservación de todo ese verdadero tesoro natural colabora el Instituto de Juegos de Azar de la provincia del Neuquén (IJAN), que una vez más ha dicho presente en la jornada anual de limpieza de bardas. Se trata de trabajos mancomunados -de recolección de re- siduos y tareas de reparación- en los que también participan representantes del Concejo Deliberante, de la Municipalidad de Neuquén y de distintas ONGs que colaboran con el ideólo- go, Edgardo Troncoso.

El IJAN no sólo aporta pinturas y bolsas para separación de residuos, sino que además participa de la actividad pintando y limpiando, este espacio que es muy visitado. “Con esta acción contribuimos a concientizar sobre el cuida- do que todos los neuquinos podemos tener cuando transita- mos los espacios naturales de nuestra provincia, revalorizan- do nuestra vegetación y el trabajo cooperativo”, destacaron desde el Instituto que conduce Alfredo Monaco.

Del mismo modo, pusieron énfasis en el Pacto de las Nacio- nes Unidas, que reza textualmente lo siguiente: “Para 2020, velar por la conservación, el restablecimiento y el uso sosteni- ble de los ecosistemas terrestres y los ecosistemas interiores de agua dulce y los servicios que proporcionan, en particular los bosques, los humedales, las montañas y las zonas áridas, en consonancia con las obligaciones contraídas en virtud de acuerdos internacionales”.

Troncoso es un vecino que literalmente disfrutó una infancia plena de aventuras en lo que hoy es Parque Norte, y que le profesa una verdadera devoción a las bardas. Cada fin de semana vuelve con bolsas y guantes a juntar la basura que dejan durante la noche los visitantes que se acercan al Mirador del Valle o a la zona del Cristo. Del mismo modo, suele regar los olivos que él mismo plantó en lo alto de la gran urbe patagónica.

Las bardas, el Parque y los espacios públicos son literalmente de todos, pero no todos proceden de la misma manera. Y así como hay quienes arrojan piedras contra las luminarias o ti- ran sus desperdicios en cualquier lado, también están los que, como Troncoso, velan por la preservación de estos tesoros.

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