Proximidad

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PROXIMIDAD Colectivos de arte 1999-2008 Arteria Cuarteria El Círculo

NÓMADA 05


Proximidad Un proyecto de la Escuela Experimental de Arte en Tegucigalpa (EAT) Con el apoyo de Fundación para el Museo del Hombre Hondureño Textos Lester Rodríguez Adán Vallecillo Leonardo Gonzales Artistas Ernesto Rodezno Leonardo Gonzales Lester Rodríguez Fernando Cortés Darwin Andino Colectivo Arteria La Cuarteria El Circulo Fotografía Ariel Sosa Diseño y Diagramación Ariel Sosa

Escuela Experimental de Arte en Tegucigalpa Lucy Argueta Directora ejecutiva Lester Rodríguez Director del programa educativo Ariel Sosa Documentación y Comunicaciones Agradecimientos: Leonardo Gonzalez Adán Vallecillo Karon Corrales Fernando Cortés Ramón Caballero Carlos Lanza Alejandro Durón Dina Lagos Ercilia Villeda Galdamez Ernesto Rodezno Sr. Diana Sabat Ericka Corleto Félix Irías Juan Carlos Férnandez Tatiana Puerto Tegucigalpa M.D.C., mayo de 2015



UNA MIRADA AL PASADO RECIENTE


Si algo caracteriza a la historia del arte en Honduras es la cantidad de eslabones sueltos que aún no terminan de ensamblar la imagen general de su desarrollo, así como el devenir de su historia futura, mucho de esto se encuentra en el presente de su producción artística. En este sentido, la importancia de recapitular a partir de ejercicios de documentación corresponde a una necesidad histórica de definir cuáles son y han sido las rutas de dicha producción, de la cual podemos decir a grandes rasgos, ha estado al saga en buena parte, de las corrientes y conceptos que definen los nuevos lenguajes del arte. Para comprender mejor la producción contemporánea local, es preciso entender cuáles son los factores vitales que han dado origen a una práctica del arte más reflexiva, pero así mismo consciente de la necesidad de situar en el mapa del mundo del arte -al menos en lo referente a la región centroamericana- a este contexto marcado por las complejidades políticas, sociales y económicas las cuales en buena medida han tenido una influencia considerable en las formas en que las y los artistas han asumido un discurso y una forma de entender su realidad y su contexto. Proximidad no es por sí misma una muestra de objetos, ni mucho menos un catálogo de obras desarrolladas durante la etapa de producción de los colectivos artísticos que comprende el periodo de 1999-2008, por el contrario, aspira a ser un ejercicio de archivo documental que supone una mirada a grandes rasgos de dicha producción, la cual, al igual que el resto de la producción de periodos anteriores posee la limitante de la falta de sistematización del material y registro de los años previos a la actualidad. Es difícil señalar con precisión cuanto influyeron en la escena del arte de la actualidad las prácticas colectivas, así como difícil señalar por qué en la actualidad poco se habla de estos procesos y su importancia en la conformación de nuevas experiencias y formas de pensar el lenguaje del arte en nuestro país, históricamente ligado a la tradición pictórica y figurativa, sin embargo lo que si se puede decir, es que no es posible pensar en arte emergente en Honduras, sin considerar los aportes y aproximaciones a los nuevos lenguajes del arte que se desarrollaron a partir de las prácticas colectivas a modo de estrategias de trabajo, frente a un contexto anclado en las tradiciones de la representación complaciente y acrítica. En este sentido, se podría señalar que si algo representa el periodo de los colectivos en el arte contemporáneo en Honduras, es su carácter crítico, su naturaleza transgresora así como su compromiso por emparejar la apuesta local por los nuevos lenguajes a la altura de un tipo arte más universal en donde lo fundamental ya no radica en el poder de la imagen, sino en las ideas que esta articula. Lester Rodríguez 10 de abril de 2015





MINIMA MORALIA Lo colectivo como estrategia y ruptura.


En 1999 la inconformidad a lo interno de la Escuela Nacional de Bellas Artes debido a la debilidad curricular de la misma, así como por la pésima gestión administrativa de ese entonces, desencadenó una serie de acontecimientos y acciones de protesta por parte del sector estudiantil en demanda de una renovación de los planes de estudio, así como la salida del director de la institución y el abordaje de una perspectiva más liberal en cuanto a la posibilidad de explorar nuevos campos de estudios sobre los lenguajes del arte. Si bien es cierto, esto resulto en un hecho relativamente aislado en cuanto que la actual situación de la ENBA es igual o peor que en aquella época, el movimiento caló en la conciencia creativa de un grupo de estudiantes que se organizaron en torno a la planificación de una serie de acciones que operaban como ejercicios creativos, y a su vez como mecanismos de protestas que iban desde la realización de performances e instalaciones haciendo uso en gran medida de materiales encontrados dentro de la institución, dicho colectivo autodenominado “Manicomio” se podría decir que fue el punto de partida de lo que sería posteriormente una nueva generación artistas emergentes organizados en colectivos, talleres o equipos de trabajo, con una mirada y propósitos muy diferentes de lo que en su momento fueron otras experiencias como el Taller de la Merced en la década de los ochentas. A partir del año noventa y nueve por iniciativa de Mujeres en las Artes se conforma ARTERÍA, una plataforma de producción para artistas emergentes, de los cuales muchos de ellos actualmente son artistas activos con una importante trayectoria local e internacionalmente; así mismo cabe señalar que una parte de los miembros fundadores de ARTERÍA posteriormente conformaron lo que se conocería como La Cuatería, una articulación, en cierto modo de lo que había correspondido a la labor desarrollada previamente, y que a su vez integró a otros creadores que no habían sido parte inicial de esta plataforma. Paralelamente en la Escuela Nacional de Bellas Artes en el año 2001 aparece El Círculo, un colectivo de estudiantes, los cuales gracias a una labor de trabajo docente iniciada por el crítico de arte y profesor de la ENBA Carlos Lanza, se organizaron alrededor de un interés común que era el

estudio y reflexión sobre la teoría del arte, así como el análisis de los procesos de creación artística de ese entonces en Honduras. Si bien es cierto que la labor de El Círculo estuvo más cercana al estudio teórico y las motivaciones políticas y con menos proyección internacional que ARTERÍA y La Cuatería, muchas de sus acciones, y exposiciones realizadas en ese entonces respondía a ejercicios de creación en donde la producción artística operaba a modo de laboratorio para la posterior reflexión sobre dichos procesos, y al igual que el resto de colectivos algunos de los artistas que participaron de ello actualmente producen y han desarrollado una trayectoria sólida como creadores. Si bien es cierto estos equipos de trabajo compartían intereses comunes sobre la necesidad de encontrar canales discursivos distantes de la referencialidad estereotipada de la academia y la representación figurativa, a su modo, cada colectivo compartía una dinámica particular en donde los intereses estéticos y de estrategias en cuanto a la construcción e interpretación del objeto artístico y la realidad en sí misma varía según las experiencias de trabajo, en ese sentido se puede decir que mientras en el caso de El Círculo los intereses en la producción están estrechamente ligados a las motivaciones político-militantes y a la forma en que desde el arte se construye una relación de compromiso entre el artista y su contexto, en el caso de ARTERÍA y La Cuartería encontramos valores que operan en el campo de la subjetividad y la apertura de canales discursivos en donde las ideas van desde la observación social y la experiencia introspectiva. Pensar en la producción desde lo colectivo significa entre otras cosas, pensar en la forma en que estas dinámicas de trabajo fueron en cierta forma, una alternativa de educación no formal, una especie de laboratorio desarrollado en una suerte de ensayo y error que dio como resultado la conformación de una generación de artistas preocupados por consolidar un discurso y una voz en función de un programa estético que responde una necesidad de interpretar la realidad y transgredir la norma en un contexto mediado por los límites de su propio aislamiento.



15 de Septiembre El Círculo Año

(Izq.) 15 de Septiembre (Detalle) El Circulo Año



ZIP 504 Un paĂ­s cinco estrellas Arteria 2001


ZIP 504 Un paĂ­s cinco estrellas (Detalle) Arteria 2001


CUARTERÍA El sentido de comunidad Mirna Durante el verano pasado, a pocos minutos de la inauguración de CHOCOBANANAGAME en la ciudad de Zurich recibí una de las sorpresas más gratas de mi vida. Lo primero que pensé cuando vi ese rostro sonriente que se gozaba la expresión del mío fue: ¡No puede ser ella!... ¡entre tanta gente en el mundo! y tan alejados de Tegucigalpa! seguramente es alguien que se le parece…pero la memoria del abrazo es más poderosa y en cuestión de milésimas de mi boca involuntaria salió un: ¡No puede ser! ¿Mirna?

Doña Lupe En todos los barrios hay vecinos fastidiosos, quisquillosos, intolerantes con las fiestas y los excesos de la juventud…Cada vez que llegaba la policía en la madrugada, sabíamos que era ella quien los llamaba…sus gritos de quejas siempre venían acompañados de cubetazos de agua…hasta que un día se le ocurrió poner un puesto de golosinas frente a la sede…de allí en adelante se convirtió en nuestra aliada, manejaba mejor que nosotros el calendario mensual de actividades, lo vendía todo! Más agradecida no podía estar… Moncho

Cuando llegó la hora de repartir los chocobananos Mirna López y su hermana se paseaban por el cubo blanco invitando a los asistente a degustar el postre de barrio, 10 años después y al otro lado del planeta, en una galería suiza, se repetía el gesto: Ella y sus hermanas se aparecieron un día en la inauguración de la primera muestra de LA CUARTERÍA: ¡Cuidado! ¡Pintura Fresca! Con unas bandejas llenas de boquitas para los comensales de la colonia.

Las discusiones y curadurías colectivas se ponían más densas cuando Ramón regresaba de la Licorera con Gabriel, eso ocurría religiosamente cada madrugada. Después de pasar vendiendo guaro todo el día, la dosis de semiótica que le faltaba a la conversación no podía esperar (tampoco las anécdotas del día), era Él quien nos provocaba constantemente a replantear las ideas, no sin la respectiva dosis de su peculiar ponzoña de la cual ni el mismo, ni su maletín salían librados… Siempre dispuesto y generoso nos compartía la lucidez de su pensamiento, algunas pastillas de dudosa procedencia, sus horas de descanso y hasta su minúsculo salario…

Osly

Ana

Bajo los árboles de ficus que están frente al taller de carpintería, Alba Esperanza y yo, lijamos los marcos para la exposición de dibujos que organizamos para levantar fondos para el tratamiento de Cesar, mientras tanto Osly toca en su guitarra una canción de Enanitos Verdes. Bastidores, estructuras cajas, pedestales, cualquier idea que requiera de madera clavos y tornillos no se puede resolver sin la ayuda de Osly, encuentros improvisados o fiestas…nunca faltaban su guitarra y gran sentido del humor.

Representante o más bien cómplice en Honduras para la Fundación Ludwig Wittgenstein, Ana la bestia venía a La CUARTERIA no sólo a pintar paredes, financiaba tortillas con quesillo, baleadas, pollo asado, arroz chino, coca-colas e imperiales. La Fundación era una ficción que creamos con el fin de ironizar la autogestión de barrio y el papel neocolonialista de la cooperación internacional, Ana es blanca, pelirroja y europea, con lo cual uno que otro se tragó el cuento de que contábamos financiamiento internacional.


Darwin (hot dog) Darwin no era de la Villa Olímpica, vivía en la San Miguel. Activo dirigente estudiantil y obrero de la cervecería, llegó al proyecto invitado por Moncho y Gabriel, pero como se pasaba más tiempo con nosotros, todos en el barrio lo conocían. Estudiante de economía y compañero de parranda, discusiones políticas o manifestaciones en poco tiempo se formo un sólido criterio sobre el arte contemporáneo y el ocio creativo… Podría seguir nombrando la larga lista de aliados y aliadas de LA CUARTERIA, tanto de la colonia Villa Olímpica como los que se fueron sumando motivados por aquella sinergia, tanto en Honduras como fuera del país. En principio intenté hablar de los procesos internos y así llené varias páginas que luego borré cuando me surgió esta duda: ¿Que hizo que la Cuartería se sostuviera material y afectivamente más allá de las expectativas artísticas de Leonardo González, Cesar Manzanares, Gabriel Galeano o Adán Vallecillo?...Es decir más allá de los intereses internos del colectivo? De pequeño me enseñaron a querer ser mayor…de mayor voy a aprender a ser pequeño.. reza un estribillo de Enrique Bunbury. Y es que El Pequeño Cabaret Ambulante que fue LA CUARTERIA todavía tiene sus adeptos...no tanto en el mundo del arte.. por supuesto… Adán Vallecillo San Juan, Puerto Rico, abril de 2015



PARÁMETROS

Entre la observación interpretada y la Experiencia autónoma


Secos y Salados Fernando CortĂŠs La Cuarteria 2005


Caracterizar la producción individual y colectiva de las y los artistas de principios del siglo XXI en Honduras supone el ejercicio de establecer conexiones entre la práctica artística de dichos creadores y la forma en que dichas obras se integran dentro de un amplio abanico de lenguajes y conceptos presentes en el arte universal y sobre los cuales operan dichas obras y proyectos. En este sentido es posible argumentar que algunos elementos fundamentales que enlazan a estos objetos, es la categorización de parámetros en donde la correlación <<concepto-interpretación>> se sitúa en espacio central de la estructura de la obra, y desde esta perspectiva se puede establecer que las preocupaciones e intereses de la producción de estos artistas cobra una distancia considerable del modelo de producción convencional que hasta ese momento había significado la práctica artística para muchos creadores en la escena local. Desde luego, esto no plantea una clasificación cualitativa de la acción intelectual que el arte significa para los creadores más jóvenes de este momento, por encima de la procesos tradicionales basados en la manipulación plástica y la representación figurativa, sin embargo, si es trascendente en la medida que traslada el punto de atención de un plano sensorial a uno en donde se hace necesaria la construcción de conexiones más sofisticadas a nivel de interpretación, desarrollando con ello el pensamiento complejo que deriva del proceso de comunicación artística.


Dicho lo anterior, es posible encontrar evidencia de ello cuando analizamos algunas de las obras realizadas durante este periodo, en el cual se intuyen valores de producción que aspiran a ir más allá del plano de la RE-presentación del mundo y la realidad, si no que por el contrario, aspiran a interpretar ese mundo y esa realidad desde una experiencia autónoma basando dicha práctica en la estructuración de un concepto de realismo que opera sobre los márgenes del espacio de lo público, la acción, la construcción <<performativa>> del discurso y la creación de dispositivos objetuales que operan a modo de articulación escultórica que sustituye la representación del objeto por el objeto en sí mismo. Estas prácticas de extracción de los objetos del entorno, basados en una reconsideración de ready made es posible rastrearlas en el trabajo de artistas como Leonardo Gonzales, Adán Vallecillo, Lester Rodríguez o Fernando Cortez, así mismo cuando señalamos aspectos como la objetivación de la realidad a través de la acción, necesariamente habrá que hacer la referencia de artistas como Cesar Manzanares y Gabriel Galeano o de proyectos emblemáticos como 15 de septiembre de El Círculo y acciones como “20 pesos: la necesidad tiene cara de perro” de La Cuartería. Desde esta perspectiva podemos señalar que las prácticas artísticas de los colectivos y de los artistas que fueron parte de ellos, se basaban en procesos de interpretación y no sólo en la reproducción del fenómeno que la obra aborda, un hecho que encontramos excepcionalmente en el arte producido en las décadas anteriores al 2000, salvando con ello las prácticas artísticas experimentales de los artistas durante la década de los noventas, cuyos proyectos y motivaciones, fueron insumos que permitieron abrir los espacios para la producción posterior de los nuevos creadores. No quisiéramos cerrar ésta reflexión sin señalar que si bien es cierto algunos de los proyectos realizados por los colectivos resultaron en ejercicios incipientes que abonaron en el balance de los errores a corregir en la ruta de una profesionalización del arte, también podemos afirmar que mucha de la producción actual de los nuevos creadores se alimenta de la experiencia recogida durante esta etapa de la historia del arte hondureño. Esto es posible

encontrarlo en la preocupación por estructurar un discurso coherente con el proceso creativo, así como en la búsqueda de espacios de formación y la inserción de una carrera sólida como creadores en la escena del arte internacional. Dicho lo anterior, resta por señalar la importancia de comenzar a generar iniciativas encaminadas a reconstruir la historia general del arte en Honduras, pensando la misma no como una convención manierista, anclada en los discursos de complacencia, sino más bien, pensando justamente en un aporte crítico que ayude a dilucidar las rutas del arte actual en nuestro país, y que por otro lado, sitúe en su justa dimensión los aportes cualitativos de iniciativas individuales y colectivas cuyas acciones estuvieron encaminadas a aportar en la ruta de una profesionalización y consolidación de las prácticas creadoras.


Secos y Salados (Detalles) Fernando CortĂŠs La Cuarteria 2005




(Pรกgina anterior) Soledad Urbana Leonardo Gonzalez La Cuarteria 2000

Soledad Urbana (Detalle) Leonardo Gonzalez La Cuarteria 2000


Las Chicas Superpoderosas Leonardo Gonzalez La Cuarteria 2003



(Arriba) Lluvia (Detalle) Lester Rodríguez El Circulo Año

(Izquierda) Lluvia (Detalle) Lester Rodríguez El Circulo Año

(Derecha) Lluvia Lester Rodríguez El Circulo Año


Desaparecido Darwin Andino El Circulo 2004




METEMPSICOSIS Ernesto Rodezno Villeda (1980-2004)


Estoy buscando al poeta troyano, Troya no conto su historia. …el que escribe su historia hereda la tierra de esa historia. No hay sitio para Homero y yo estoy en el bardo de Troya y amo al vencido…

Pasajero Fotografía sobre fibran 2001 Colección: Ercilia Villeda

Mahmud Darwish. A finales de los años 90 el grunge sobrevivía en nuestras venas, éramos bastardos de la guerra fría, hacíamos casting para participar de una nueva política llamada “neoliberalismo”, se nos recordaba uno que otro vestigio de la caída del muro de Berlín, y existió el derecho a reclamar a los desaparecidos, teníamos cierta resequedad en nuestros ojos por la operación Tormenta del Desierto, y la apraxia de la cultura MTV atacaba los lóbulos temporales de toda la juventud, llevábamos con un orgullo incierto nuestro estandarte de Generación X, el internet comenzaba a revelarse con una potencia apocalíptica a nivel mundial y en nuestro pequeño país, teníamos fe esperando y escuchando un sonido robótico por más de 5 minutos a ver si sucedía el milagro para conectarse. Es en este contexto que se inserta y se desarrolla la obra de Ernesto Rodezno Villeda, uno de los mayores exponentes del arte contemporáneo hondureño, con un lenguaje atemporal, porque tenemos que tener presente que la producción en el arte debe de ser generativa más no generacional, y así superar la barrera del tiempo. En la obra de Rodezno Villeda encontramos a un artista comprometido lleno del espíritu de su época, con conceptos lucidos y lúdicos, desarrollando temas como, el consumismo, los medios de comunicación, la vida y la muerte, la nostalgia, la memoria individual y colectiva, siendo su detonante la juventud rebelde y una gran sed de experimentar con todo el abanico de posibilidades que le dio su entorno, no es casualidad que en sus fichas técnicas encontramos : pintura, fotografía, acciones, videos, registro, cortos, películas, instalaciones, ensamblajes, impresiones digitales, dibujos, collage y que sus materiales recurrentes eran: insectos, agua, plásticos,


anilina, barro, fotocopias, diapositivas, cables, textos, vegetales, objetos encontrados entre otros, la riqueza de su trabajo reside en coquetear con la tecnología de esa época así como recolectar objetos, fotografiarlos, llevarlos al espacio del museo, sin marginar las técnicas tradicionales y ancestrales aprendidas en la academia de arte. Cuando veo y pienso en la obra de Ernesto Rodezno Villeda se me viene a la mente otro gran hondureño el poeta Juan Ramón Molina que escribió: Del ancho mar sonoro fui pez en los cristales, que tuve los reflejos de gemas y metales. Por eso amo la espuma, los agrios peñascales, las brisas salitrosas, los vívidos corales.

Retrato Ernesto Rodezno Leonardo González Fotografía digital sobre papel fotográfico 2004 Colección: Iovanna Ravelo

Después, aleve víbora de tintes caprichosos, magnéticas pupilas, colmillos venenosos. Por eso amo las ciénagas, los parajes umbrosos, los húmedos crepúsculos, los bosques calurosos. Pájaro fui en seguida en un vergel salvaje, que tuve todo el iris pintado en el plumaje. Amo flores y nidos, el frescor del ramaje, los extraños insectos, lo verde del paisaje. Tornéme luego en águila de porte audaz y fiero, tuve alas poderosas, garras de fino acero. Por eso amo la nube, el alto pico austero, el espacio sin límites, el aire vocinglero. Después, león bravío de profusa melena, de tronco ágil y fuerte y mirada serena. Por eso amo los montes donde su pecho truena, las estepas asiáticas, los desiertos de arena. Hoy (convertido en hombre por órdenes obscuras), siento en mi ser los gérmenes de existencias futuras. Vidas que han de encumbrarse a mayores alturas o que han de convertirse en génesis impuras.

¿A qué lejana estrella voy a tender el vuelo, cuando se llegue la hora de buscar otro cielo? ¿A qué astro de ventura o planeta de duelo, irá a posarse mi alma cuando deje este suelo? ¿O descendiendo en breve (por secretas razones), de la terrestre vida todos los escalones, aguardaré, en el limbo de largas gestaciones, el sagrado momento de nuevas ascensiones? Leonardo González Tegucigalpa Honduras 2015



(Página anterior) Pulso Acrilico. Fotografía sobre fibran 2002 Colección: Ercilia Villeda (Izq. Abajo) Pulso (Detalles) Acrilico. Fotografía sobre fibran 2002 Colección: Ercilia Villeda


Happy Pet (Detalle) T茅cnica mixta. Impresi贸n digital, acrilico y tela 2001 Colecci贸n: Ercilia Villeda


Serie Super Pet Impresi贸n digital y caja de luz 2001 Colecci贸n: Ercilia Villeda


Happy Pet Técnica mixta. Impresión digital, acrilico y tela 2001 Colección: Ercilia Villeda

Ausencia 2 Acrilico, plástico y tierra sobre lienzo 2000 Colección: Ercilia Villeda


Ausencia 2 Acrilico, plástico y tierra sobre lienzo 2000 Colección: Ercilia Villeda

Uno y uno Acrilico sobre lienzo 1997 Colección: Ernesto Rodezno

Fugitivo Acrilico, café y resina sobre lienzo 2002 Colección: Tatiana Puerto



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