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pequeño, en mi mente sólo está jugar en el primer equipo del Galapagar

El canterano emblema del club arlequinado habla de su situación en el equipo en el que lleva desde los 7 años, con el que solo ha jugado 53 minutos esta temporada

Sergio Mas Martínez anda vestido de calle mientras El Chopo toma cuerpo para el derbi Galapagar – CUC Villalba. No quiere perder la ocasión de palpar el prepartido y merodea por abajo, sin entrar al rectángulo de juego, por detrás de la valla, por donde va cambiando impresiones con compañeros, con la gente del club que ultima detalles mientras los equipos calientan. Cuando se le pregunta, sonríe resignado: “No, no me pasa nada; no he entrado en la convocatoria, sólo eso”.

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El que quizá sea el canterano más emblemático del Galapagar de los últimos años se va a perder el primer derbi serrano de la historia en categoría nacional en El Chopo, y la realidad última dice que ello no es una excepción: esta temporada, o no se viste, o lo que juega son flecos: apenas 53 minutos en 18 jornadas, todos ellos jugados lejos de El Chopo. Dura situación para el delantero que descolló con 20 goles en el filial en la temporada 2018/2019 y para el chico que aportó tres goles vitales para reflotar al primer Galapagar de Álvaro Gómez-Rey.

Meses antes, en pretemporada, la vida futbolística de Sergio Mas pudo cambiar, cuando marcó los dos goles del Galapagar en un amistoso ante el CUC Villalba y fue oficialmente ascendido al primer equipo. Había rechazado propuestas como la del pujante Villanueva del Pardillo de Diego Meijide, con el fin de apostarlo todo a cumplir su sueño de jugar en El Chopo con los mayores, pero cuando su salto tenía visos de convertirse en una realidad, los técnicos decidieron mandarlo de vuelta al equipo B de Primera Regional. Allí marcó otros diez goles en Primera y se ganó el acudir a rescatar al primer equipo, pero en plena efervescencia llegó la oscuridad del Covid y todo quedó aparcado, hasta que reapareció con cinco tantos en la histórica temporada del ascenso. Su último gol data de la temporada pasada, en el estreno del equipo en Tercera RFEF, y pasó casi desapercibido ante las explosiones de Héctor y Buceta. Ahora, Sergio Mas ha renovado su apuesta: estos días ha rechazado una propuesta para ir cedido al Cerceda de Javier Arroyo, con tal de derribar de una vez la puerta. También porque no concibe el fútbol lejos de El Chopo, el campo donde lleva 17 años goleando.

¿Cómo te encuentras este año?

A nivel de rendimiento yo me veo bien, estoy acorde al equipo, entrenando cada día, intentando ser parte del equipo y ayudar en algo. Y luego, a nivel anímico cuesta un poco más por ver que no se da, de momento. Pero al final, si no me acompaña el estar bien entrenando, va a ser más complicado jugar, así que me centro en eso.

¿Cómo describirías ese estado anímico?

¿De decepción, impotencia, resignación…?

Quizá de impotencia por querer aportar y de momento no poder demostrarlo compitiendo. Los entrenamientos están ahí todos los días, cada día es una oportunidad de mejorar, pero es verdad que si luego al final no se premia con poder participar en los partidos, por decirlo así, pues al final entras en un bucle que te puede llevar a desmotivarte.

Debe de ser duro que con 17 años de trayectoria en el club, habiendo subido peldaño a peldaño las escaleras de la base al primer equipo y haciendo además las cosas bien, perderse lo que está siendo una etapa histórica del Galapagar…

Es un poco sentirse un espectador de lujo, porque todo lo que vive el pueblo desde el año pasado es algo histórico, que nunca se sabe cuándo se podrá repetir. Y es verdad: da rabia, porque yo siempre he visto desde fuera al primer equipo: cuando era juvenil, cuando estaba en el B… do y asentado en la categoría. Escuchándote, me da la sensación de que Sergio Mas quisiera ser como uno de los cuatro capitanes: Greci, Gonzalo, Nacho y Marcos Gil.

¿Crees que tu caso puede tener que ver con el tipo de delantero que viene jugando en el Galapagar, fuerte, con envergadura y potencia, mientras que tú eres más fino y menudo, con características distintas? ¿Se ha apostado por un estilo de delantero en detrimento de otro?

Bueno, creo que por las cualidades que tengo puedo adaptarme a otras posiciones y es algo que el año pasado hablamos con el cuerpo técnico: que quizá mis características eran diferentes al resto de delanteros, y en algunos casos eso jugaba a favor para buscar alternativas distintas, o por el hecho de poder actuar en otras posiciones. Como delantero, único o acompañado, no es de lo que más he jugado en estas dos últimas temporadas, pero creo que sigue siendo una posibilidad. Aunque al final es importante poder adaptarme a otras posiciones.

¿Cómo de duro es Sergio Mas para sobrellevar la situación, y cómo está su depósito de resiliencia?

Con todo, esta temporada has tenido algunos minutos en los tramos finales de partido. ¿Sientes que a lo mejor tu situación habría cambiado con un gol, te agarras a que todo pueda cambiar aprovechando al máximo una de esas oportunidades?

Puede ser que un día juegues media hora y no toques el balón, o que juegues sólo cinco minutos e intervengas muchas veces. Creo que al final es sentirse parte de ello y ver que puedes aportar algo, creértelo. Pero bueno, también mientras el equipo siga yendo bien, por una parte a nivel individual será complicado, pero a nivel colectivo es una maravilla que haya ese nivel de competencia y que todos estemos a un muy buen nivel, porque al final eso se refleja en el campo.

Desde fuera, Jaime Juanas parece un entrenador muy dialogante. ¿Qué te dice, qué te transmite sobre tu situación, cómo mantiene tu motivación?

Sí que nos pregunta cómo nos sentimos cuando no hemos entrado en una convocatoria, y sí que está abierto a que tú le preguntes qué puedes hacer. Pero al final es muy difícil tener un vestuario con 25 personas, porque es muy difícil contentar a todos.

Bueno… El año pasado se puede decir que tuve un curso intensivo de resiliencia, pero de todo se aprende. Creo que ahora veo las cosas de otra manera. Es verdad que no es plato de buen gusto y que puede llegar el momento, que espero que esté lejos, en que se acabe ese depósito, pero de momento seguimos echándole cada semanita un poco.

¿Cómo ves al Galapagar de este año? Y te divido la pregunta en dos: ¿Lo ves más o menos potente que el del año pasado?

¿Crees que conseguirá una nueva permanencia en Tercera?

En líneas generales creo que estar en esta categoría hace que sea un club cada vez más profesional, en el sentido de que hay muchos jugadores nuevos y que a muchos les interesa venir a jugar aquí, porque ven que es un equipo que puede competir en la categoría sin problemas. En relación al objetivo, creo que nos pasó como el año pasado, cuando empezamos con dudas, pero ya hemos pasado esa fase y somos un rival a batir por los equipos. La permanencia es factible, aunque sean menos jornadas y al principio se notara esa presión. Sobre si somos más o menos potentes que el año pasado, lo veo bastante parecido, la verdad. Aunque es verdad que el año pasado Héctor metía una barbaridad de goles y eso, obviamente, ayuda a cualquier equipo. Este año, no con tantos goles o individualidades, el grupo está muy reforza-

Sí, pudiera ser. Siempre he pensado desde pequeño que en mi mente no están las categorías, las divisiones y esas cosas, sino jugar en el primer equipo del Galapagar. Cuando era más pequeño y subía de categorías, me daba igual llegar a Primera Regional o a Tercera División, porque al final es el primer equipo del Galapagar, el que va a ver la gente que te ha visto crecer, los amigos… Acaba el partido y te quedas con ellos comentando, los compañeros son tus amigos de muchísimos años… Yo he jugado con Pablo Buceta desde los 12 años, y los jugadores que has dicho son referentes, tanto futbolísticamente como dentro del vestuario, por cómo gestionan un grupo. Ellos son la base de este equipo, algo indispensable. Son una referencia y un ejemplo a seguir, y sí: son aquello a lo que un jugador de la casa quiere llegar algún día.

Habrá muy pocos que se imaginen a Sergio Mas fuera del Galapagar. Pero, ¿y tú?

¿Lo concibes, o eso sería como ver a Mikel Oyarzábal fuera de la Real Sociedad? Lo digo como ejemplo de canterano que llega desde abajo y como club que cuida su base y el arraigo a unos colores.

No me gustaría, pero es verdad que si llega un momento en que el cuerpo técnico, el club, o el que sea, no cuentan conmigo… Es una cosa que no beneficia a nadie, estar en un sitio donde no juegas, o que directamente no cuenten contigo. Si llega un día en el que algún cuerpo técnico no cuenta conmigo, no quedará más remedio que irse. Pero ahora mismo el mensaje es que sí, que puedo aportar algo; así que hay que seguir intentándolo.

Jaime Fresno

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