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70º Aniversario Festival de San Sebastián.

LOS GRANDES CINEASTAS EL DIRECTOR ES LA ESTRELLA

Alfred Hitchcock, que retrasó el rodaje de ‘Con la muerte en los talones’ por asistir al certamen; Oliver Stone, que inauguró con ‘Salvador’ las proyecciones en el Velódromo, o Bernardo Bertolucci, que mostró en primicia la primera media hora de ‘El último emperador’, son algunos de los realizadores seducidos por el Festival de San Sebastián, que con motivo de su 70º aniversario abre a FOTOGRAMAS su archivo, que restaura sus imágenes gracias al proyecto ‘Zinemaldia 70’*.

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Por Juan Pando.

Alfred Hitchcock era, además de maestro del suspense, un mago de la autopromoción. Lo dejó patente en su visita al Festival de San Sebastián, una de las más recordadas de la historia del certamen. Fue en su sexta edición, en 1958. El director, en la cima de su popularidad, tenía tal interés por presentar Vértigo en la capital donostiarra que incluso demoró el rodaje de su siguiente proyecto, Con la muerte en los talones, para poder hacerlo. Llegó con su mujer y colaboradora, Alma Reville. No me arrepiento del retraso porque así he podido venir de nuevo a España, que es encantadora. A mi esposa le gusta muchísimo por el carácter abierto de los españoles, declaró entonces a FOTOGRAMAS. Fueron cuatro días en los que recorrió la región y se dejó seducir por la cocina vasca, y los chipirones en su tinta de Nicolasa Pradera. Tuvo tiempo aún de pasarse con Alma por la tienda del modisto Balenciaga. Nunca se fue del todo. Tras su partida se forjó la leyenda de que había decidido cambiar el final de Vértigo (fue en realidad una decisión tomada por la Paramount en Hollywood) al comprobar la reacción del público donostiarra al ver el film. Bernardo Bertolucci ocupa también un lugar de preferencia entre los grandes cineastas que han mostrado su debilidad por el festival, del que opinaba: Respira cine por los cuatro costados. Lo visitó en múltiples ocasiones. Una de ellas, en 1987, ofreció en primicia la primera media hora de la entonces inédita El último emperador. Apuestas de futuro. En Zinemaldia, atentos a las nuevas tendencias, han vivido sus primeros reconocimientos internacionales creadores que han llegado a ser esenciales en el séptimo arte. Roman Polanski concurrió con su corto Dos hombres y un armario, realizado cuando estaba aún en la Escuela de Cine de Lódz, y François Truffaut con Los cuatrocientos golpes, su ópera prima y título que supuso la puesta de largo de la Nouvelle Vague. Arthur Penn entusiasmó con su segunda película, El milagro de Ana Sullivan, que lanzó su carrera. Muchas escenas fueron subrayadas con grandes salvas de aplausos convertidas en atronadoras ovaciones, narraba en 1962 la crónica de FOTOGRAMAS. Francis Ford Coppola ganó la Concha de Oro con Llueve sobre mi corazón, tres años antes de consagrarse con El Padrino, y Oliver Stone inauguró el Velódromo como nueva sala de proyección con Salvador, justo antes de rodar Platoon y Wall Street. Directoras y grandes maestros. Ana Mariscal, pionera de las directoras españolas, fue una de las estrellas de la sexta edición del festival, en 1958, en la que formó parte del jurado. La rusa Yuliya Solntseva fue la primera cineasta en competir, en 1965, con El Desna encantado. Solntseva, que protagonizó como actriz Aelita, el clásico del cine mudo soviético, había ganado en 1961 el Premio a Mejor Dirección en el Festival de Cannes con La epopeya de los años de fuego; algo que solo ha logrado otra mujer, Sofia Coppola, en 2017. La húngara Márta Mészáros se hizo con la Concha de Plata, por Olyan, mint otthon (Just Like Home), en 1978. Las retrospectivas de grandes cineastas, una de las secciones con más solera del certamen, propiciaron encuentros con colosos como King Vidor, Josef von Sternberg, Rouben Mamoulian, Fritz Lang y Luis Buñuel. u

* El proyecto ‘Zinemaldia 70: todas las historias posibles’, organizado por el Festival de San Sebastián y Elías Querejeta Zine Eskola, lleva desde 2018 trabajando en la recuperación y puesta en valor del archivo histórico del festival. Este proyecto se ha podido llevar a cabo gracias al patrocinio de Loterías y Apuestas del Estado y la colaboración de Filmoteca Vasca, Tabakalera y Kutxa Fundazioa.

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