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Jordan Peele, por ¡Nop

“QUERÍA HABLAR DE LA MENTIRA DE UN HOLLYWOOD QUE PREFIERE UNA CRIATURA GENERADA POR ORDENADOR A UN SER VIVO. QUE VE QUÉ HAY DE POSIBLE NEGOCIO EN LO EXTRAÑO, EN VEZ DE ENTENDERLO, RESPETARLO E INCLUSO TEMERLO”.

deros héroes y en cierta medida intento que lo sean en ¡Nop! embarcándose en una cacería de ese platillo volante que se esconde detrás de las nubes y aparece sigilosamente para hacer de las suyas. La idea del Hollywood clásico salvando el mundo me parecía justicia poética. Tengo la teoría de que el fin del mundo tiene mucho que ver con la desaparición de un tipo de historias que se narraban, de un tipo de cómics y novelas que se leían; de un cine que se realizaba. Tenía mucho que ver con la mente abierta con respecto a lo desconocido, a lo misterioso, sobrenatural o que llegara de un lejano planeta. Hoy, todo tiene que ser un espectáculo desde que capturaron a King Kong en una exótica isla que no aparecía en los mapas y lo llevaron a Nueva York para que fuera una atracción en Broadway. No podemos despojar de misterio nuestra vida. Ni nuestras películas.

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Daniel Kaluuya, un hombre humilde destinado a una confrontación épica y de otro mundo.

RODAR Y RODAR

Jordan Peele escribió el guion de ¡Nop! durante el confinamiento del año 2020. Escribía y escribía sin saber si podríamos volver a rodar como antes, recuerda el director. Contaba con la ventaja de que sería en grandes espacios abiertos y con un pequeño equipo, pero no quería algo pequeño, sino, como le he comentado, reproducir de nuevo aquella magnificencia de Encuentros en la tercera fase. Por suerte 2021 fue algo mejor y pudimos construir todos los decorados, comenzando por el del parque temático del Oeste, Jupiter’s Claim, que regenta el personaje de Steven Yeun (clave en el clímax del film y, para aquellos que no tengan prisa con los títulos de crédito finales, protagonista de un cariñoso gag/guiño a… Desmadre a la americana) y siguiendo luego con la casa principal de la granja Haywood que tiene un reconocible aire entre gótico y el de Reata, la mansión de Rock Hudson en Gigante (George Stevens, 1956). Una vez leí que a John Ford le encantaba irse a rodar lejos de los productores y los ejecutivos de Hollywood, y aunque nosotros estábamos relativamente cerca, y aunque yo era el productor, sentí

“TENGO UN esa libertad de estar lejos del ruido y en un COMPROMISO, CASI universo aparte para rodar, rodar y rodar. UN JURAMENTO DE SANGRE, CON EL CINE LUCES EN LA OSCURIDAD DE GÉNERO Y EN ÉL Las que el exquisito director de fotografía neerVOY A SEGUIR HASTA QUE EL PÚBLICO DIGA BASTA”. landés-sueco Hoyte Van Hoytema (la original Déjame entrar; Interstellar; Tenet; Spectre…) ha regalado a nuestros ojos, comenzando por unos cielos nocturnos y diurnos que parecen no solo las aguas azules del mar donde el escualo de Spielberg jugaba con los tripulantes de la barcaza que había ido a su captura, sino una gran y blanca pantalla cinematográfica. Sé que me repito, ríe al otro lado de la línea telefónica Jordan Peele, pero la esencia de ¡Nop!, además de que es un film de terror con el aspecto de uno de ciencia ficción, es que estoy hablando de cine y de cómo todavía es capaz de iluminar la vida, espolear la fantasía, emocionarnos y hacernos pasar mucho miedo si es necesario. Hay mucho de western en él, pero no es un western. Sí, habla de pioneros, de gente que ama a los caballos y vive al aire libre, pero sobre todo habla de la profunda conexión que los personajes tienen con la tierra, con el (pronunciado en castellano) territorio. ¡Nop! es una historia asimismo de frontera: la de un mundo moderno con sus ciudades (Los Ángeles y Hollywood) y la naturaleza a la vuelta de la esquina abandonada SIDNEY Y EL WESTERN a su suerte. Frontera entre nuestro

Dos pósteres de dos westerns presiden la oficina de los Haywood, ambos Harry mundo, nuestro planeta Tierra y otras galaxias, otros planetas y posibles protagonizados por Sidney Poitier: Duelo en Diablo (Ralph Nelson, 1966) y Buck y el Belafonte y Sidney Poitier en ‘Buck y el formas de vida. Frontera entre lo fantástico y lo racional. Fronteras, pues, farsante (Sidney Poitier, 1972). Es mi homenaje farsante’. entre la luz y la oscuridad. al género y sobre todo a Poitier, el mayor referente que los afroamericanos tenemos, CABALLOS, UN CERDO en especial quienes nos dedicamos al cine, aclara Jordan Peele. Nos dejó a finales Y UN MONO del pasado año cuando estábamos Tres animales (irracionales… o no) son inmersos en el rodaje del film. los grandes protagonistas de la película, comenzando, claro, por los caballos,

Daniel Kaluuya, Keke Palmer y Brandon Perea. Jordan Peele durante el rodaje de la película. apadrinara la nueva resurrección de la legendaria serie creada por Rod Serling The Twilight Zone o nos llevara como productor a la otra historia de Estados Unidos que era la magnífica Territorio Lovecraft. Tengo un compromiso, por no decir un juramento de sangre, con el cine de género y en él voy a seguir hasta que el público diga basta. Y puede que entonces siga igualmente. No me importa que haya una parte del público que se quede nada más con el componente crítico y social de mis historias y valore eso más que el armazón de cuento de miedo. Si esos aspectos sociales y de denuncia funcionan tan bien, o eso me parece, es Steven Yeun. porque están en una historia de terror sobre una comunidad extraña, unos dobles malvados o una especie de platillo volante que actúa como un depredador invisible. Menospreciar los mecanismos del cine de terror o de la ciencia ficción será siempre una equivocación y me tendrá abiertamente en contra.

cuyos nombres dividen el film en capítulos (excepto uno). Los caballos representan porque sí, y además de ser fotogénicos y lo más americano que puedes poner en un largometraje, la libertad. Y encima de la metáfora obvia, vuelve a reír el director, guionista y productor, está el dato de que los caballos, cuando fueron traídos a América por los conquistadores españoles, fueron confundidos por los indígenas con criaturas de otro mundo, entre seres divinos y quimeras solamente vistas acaso en sueños. No es extraño que el platillo volante tenga con ellos esa relación tan curiosa… y que no avanzaré a quienes lean esto antes de haber visto mi película. El cerdo es un instante muy loco y muy Twister que revela que Peele sigue siendo un cómico de primera. En cambio, el mono, Gordy, es un chimpancé que tenía una sitcom en los años 90 y que en un episodio (el último antes de cancelarse la serie) se volvió loco y traumatizó para siempre al personaje de Steven Yeun. Gordy es mi libra de carne de puro terror y la pesadilla que completa esta historia. Espero que la sufran como se merece.

COMPROMISO CON EL TERROR

No voy a dejar de hacer, producir o consumir películas de terror, se muestra tajante quien

UN VERANO DE MIEDO

La conversación con Jordan Peele podría durar más si fuera por él, pero su agenda estaba más ocupada que la de Werner Herzog, quien iba a interpretar el rol que finamente ha hecho Michael Wincott, ese cineasta obsesionado por los documentales extremos y que sobrevive en publicidad, pero que en la caza (con una cámara mecánica, no electrónica) del artefacto misterioso halla unos momentos de gloria dignos del Robert Shaw de la ya muchas veces citada (con razón) Tiburón. Ojalá sea este un verano de miedo como el de mis años de chaval que le mencionaba al inicio de esta conversación, desea antes de despedirse. Que miremos el cielo de otra manera, que lo hagamos con la misma mirada curiosa que teníamos de niños y descubra-

“LA ESENCIA DE mos en él que no lo sabemos todo sobre este ¡NOP! ES QUE ESTOY pedazo de roca en la que giramos alrededor HABLANDO DE CINE Y de un sol del que tampoco sabemos demasiaDE CÓMO TODAVÍA ES do. Ojalá la gente vuelva a los cines y si es CAPAZ DE ILUMINAR posible quieran pasarse por este lugar donde

LA VIDA, ESPOLEAR caballos, jinetes y seres normales se enfrentan

LA FANTASÍA Y a lo extraordinario que se titula ¡Nop! u

EMOCIONARNOS”. ESTRENO: 19 AGOSTO Nope (EE. UU., 2022, 135 min.). TERROR.

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