Diario de Charlotte

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Diario de Charlotte - No abra si no está autorizado-

By: Mónica Alejandra Leguizeguiamon Nonsoque y María Paula Monastoque


He decidido escribir este diario, porque desde el primer momento que llegue a este planeta nací con un don excepcional y necesitaba contárselo a las personas.


Europa

Soy una viajera en el tiempo, lo cual me ha permitido conocer sobre diversos temas y en este capítulo les voy a contar sobre un tema que me apasiona profundamente y son los orígenes de la opinión. Este concepto me ha permitido entender porque se han consolidado así las sociedades a lo largo del tiempo.


Jürgen Habermas Lo primero que deben conocer mis queridos lectores es sobre la génesis de la opinión pública. En el siglo XX, nace el filósofo y sociólogo Jürgen Habermas que propone que la opinión pública aparece como una fuerza política, pero ¿qué carajos es la fuerza política? La fuerza política es la influencia sobre la forma en la que se organizan los seres humanos y sus relaciones.

18 de junio de 1929 Gummersbach, Alemania


Tal vez esto suena muy enredado para ustedes, pero realmente es fácil cuando lo analizamos desde la sociedad del siglo XVII. Habermas nos dice que lo primero que debe pensarse es la distinción entre el ámbito público y privado.

El ámbito público es el espacio urbano accesible a todas las personas que conforman la sociedad, donde sea posible el diálogo, el intercambio de ideas y el debate de los temas que afectan a la nación libre.


Un día en uno de mis viajes por el tiempo, me crucé con Richard Sennett un hombre increíble que me empezó a hablar sobre la

distinción entre lo público y lo privado. El primer concepto, según él era entendido como un bien común de la sociedad y que está al escrutinio de todos y lo privado tiene que ver con lo privilegiado, que está situado a un nivel gubernamental.


Y se preguntarán, ¿cuáles eran esos espacios en los que se daban estas conversaciones de lo público?

Cuando viaje a esa época se daba en espacios como los cafés, los jardines, los salones o las sociedades de lectura donde empiezan a discutir los temas que tienen que ver con el Estado y que a través de estas conversaciones se esperaba un cambio en la toma de decisiones. Lo que la sociedad estaba reclamando era el derecho a que sus opiniones influyan o determinen las acciones en la estructura del gobierno.


A mí me encantaba ir a esos lugares porque presencié cómo unas personas muy inteligentes y elocuentes empezaron a conocerse como líderes precursores de opinión, y como muchas personas los apoyaban. En resumidas cuentas, lo anterior es la incipiente fuerza política que es lo que piensa la gente y manifiesta en las reuniones con personas que eran honestas, libres, tolerantes y abiertas a nuevas ideas.


Pero no siempre funcionó así, para mediados del siglo XVIII en Inglaterra empiezan a surgir los espacios privados porque se produce más placer cuando la audiencia es seleccionada, por eso los clubs que surgen que eran exclusivos para varones de los sectores más ricos de la burguesía.


Cada una de esas cosas que ya les mencioné, terminaron configurando el nuevo marco de relaciones, porque la burguesía adquirió el papel de representante de lo que pensaban las personas y cuestionan las decisiones del Estado. Pero nada de eso se hubiera logrado si no se hubiera usado la publicidad. Una herramienta que nos ayudó a hacer visibles los pensamientos y actos del pueblo.


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Mi amigo Hanns Spreier decía que “en la historia de la opinión pública los hitos más relevantes son las fechas en que los gobiernos cesan de censurar la pública expresión de la disidencia política” pues la prensa es una arma política letal, sin embargo la prensa lucha por mantener su independencia frente al poder político. Sin una prensa libre no habría existido nunca la opinión pública.

Hans Spreier

Los gobernantes deben cuidar la opinión que de ellos se tenga, o sea su reputación. Refiriéndose a mi amigo más viejo Rousseau, quien empleó la nueva noción en el viejo sentido de opinión, el atributo publique denota de todos modos el cambio de perspectiva de la polémica.


Mi don me permite estar en varias épocas al mismo tiempo y creí que como ya se había consolidado esos espacios para la opinión y se había permeado la sociedad a través de la publicidad ya todo había finalizado y los Estados iban a tener en cuenta la ideas del pueblo, pero no. Un día estaba viajando por el siglo V cuando recibí una carta de un amigo que decía:


Mi querida Charlotte Espero te encuentres bien, El día de hoy te escribo porque tal vez lo imaginamos, pero jamás pensamos que llegaría tan pronto. Y es que la burguesía ha puesto en marcha una serie de mecanismos de control para la limitación del poder político y a ese sistema se le ha denominado el régimen de opinión. La verdad no entiendo a que se refieren. Por favor ven pronto y mira lo que está pasando porque necesito que me lo expliques. Nos veremos pronto, Te quiero.


Decidí emprender mi viaje a donde mi amigo para ver qué era lo que estaba sucediendo y por qué le preocupaba eso del régimen de la opinión. Cuando llegué me di cuenta que era más complejo de lo que había mencionado en la carta. La última vez que había estado acá, estaba surgiendo la opinión pública y ahora lo que pensaba la gente se había convertido en un régimen y estaba imponiendo a los Estados tener en cuenta lo que la mayoría necesitaba. Pero esto solo era la punta del nuevo precedente que se estaba dando en la sociedad.


Paul Haazfard sitúa este momento como la crisis de la conciencia europea. Pues el concepto conservador que tienen todos marcados en la sociedad se empieza a alinear hacia otras corrientes como el liberalismo, que es una doctrina social, económica y política que defiende la libertad del individuo. Este contiene unas características especiales como la división de poderes, existe un equilibrio en el poder limitado. La libertad mercantil, la rendición de cuentas gracias a nuestro amigo de la casa Necker. El debate público, el poder constituyente y la participación ciudadana, pues ya no hay súbditos sino ciudadanos.

Querido amigo, la concepción liberal de la opinión pública se basa en dos pilares básicos indispensables liberales. El optimismo antropológico, pues el ser humano es naturalmente bueno y esencialmente racional, este hombre racional tiene tiene la capacidad suficiente para discernir y juzgar. La otra idea fundamental es la armonía preestablecida, donde se llega a la verdad objetiva por que no existen trabas. De la discusión sale la luz.


Wright Mills “El público constituye el telar de la democracia clásica del siglo XVIII, la discusión es el hilo lanzadera que unen en la misma trama los distintos círculos polémicos. El pueblo se plantea los problemas, los discute y opina sobre ellos. A su vez, formula los puntos de vista y los expone de manera organizada, compitiendo de esta manera querido amigo entre sí.

¿Y cómo se constituye la libertad de expresión? te estarás preguntando Después de las censuras que se dieron a través del tiempo en Inglaterra. Primero se dio una libertad religiosa lo que le dio el paso a la libertad de expresión y es así querido amigo como los norteamericanos como la llamaron “la primera libertad” se toma como punto de partida con planteamientos liberales. “La libre comunicación de pensamientos y de opiniones es uno de los derechos más preciosos del hombre”


Libertad de expresión Junto con la constitucionalización de la libertad de expresión, se añade el crecimiento del público lector que constituye la base social de la dinámica de la opinión pública. Querido amigo entre mis viajes conocí ocho periódicos matutinos que contribuyeron a un continuo crecimiento. Llegan a nuevas clases de lectores gracias a la prensa dominical dirigida a un público amplio. “La opinión pública se convirtió esta por primera vez en una gran fuerza en Europa durante el periodo de la Revolución francesa.” Un día en una reunión a la que asistí estaba el señor Wright Mills hablando sobre la legitimación política de opinión pública, yo era parte de la audiencia y escuchaba como la comunidad estaba dividida. Unos decían que la legitimación debía ser sólo y exclusivamente para leyes que benefician el bienestar de las personas y otros encontraban tan importante el derecho a la libertad como la legitimación de la opinión.


Yo estaba del bando de las personas que encontraban esencial la legitimación de la opinión pública porque cuando se hacen uso de las instituciones democráticas para convertir en ley la voluntad del pueblo se está avanzando, porque ya no solo son opiniones populares, sino que ahora tendrían una fuerza legal y deberían ser tomadas en cuenta. Además, las personas empezaban a entender la importancia de organizarse en asociaciones y partidos para representar un punto de vista. Lo cual ayuda a consolidar una sociedad organizada por intereses en común lo cual permitía que las opiniones de cada grupo llegarán de manera directa y concreta al Estado.


Mis lectores imagínense una sociedad más o menos así, por un lado, se encontraba la opinión de la oposición y en la otra esquina la del Gobierno y a partir del mecanismo electoral se oficializa la opinión pública dejando de ser ideas inconcretas, a ser acciones. Y fue deber del Estado garantizar mecanismos para la formación de espacios para el libre debate público y la discusión racional.

Pero no solo se necesitaban de los espacios, sino también de algo para publicarlo y acá es en donde se vuelve a reafirmar la importancia de la publicidad para que todo fuera público. Por ejemplo, si yo no tengo la posibilidad de ver lo que está haciendo el Estado con el dinero estatal, no sé si está bien invertido y no podría opinar si deberíamos tomar una mejor decisión sobre el gasto de estos fondos. Y como yo formo parte de la sociedad, es necesario que los actos y decisiones políticas sean públicos para que se pueda ejercer una supervisión y control del Estado.


El Estado no se hace solo y por eso los ciudadanos deben buscar la verdad, la razón y la justicia de la libertad de prensa. Suena increíble ¿no? La cuestión es mis lectores, si ustedes están aplicando este derecho y deber en su vida.

Y es que la publicidad también tiene que ver con la soberanía. Aahahaha pero ¿qué es la soberanía? No se preocupen, para eso dedique este escrito personal para contarles desde mis vivencias varios de estos conceptos que son un poco enredados en algunos casos.


Una tarde en un café, estaba con mi amigo Ernest Baker y él me decía que la soberanía de la opinión pública se entiende como la opinión que domina en una sociedad y que se basa en la mayoría electoral. Este último término, significa la idea de lo que piensan las personas que se puede asociar con la opinión nacional. Por ejemplo, si la mayoría de personas de x lugar opinan que comer carne es nocivo para el medio ambiente significa que la mayor cantidad de población piensa y está de acuerdo con eso.

Ernest Baker Nacimiento : 23 de septiembre de 1874, Woodley, Reino Unido Fallecimiento : 17 de febrero de 1960, Cambridge


Pero lo que piensa esa mayoría electoral va a afectar y cualificar al cuerpo legislativo que es el que toma las decisiones de lo que se va a hacer, hace las leyes y es el representante de la soberanía inmediata. Ósea, si el cuerpo legislativo crea una ley en donde prohíbe que se coma carne para no alterar el ciclo del medio ambiente, nadie va a poder comer carne de nuevo porque se debe acatar de manera concreta e inmediata lo que este ente impone.

Acá también es importante dos términos. De jure es como el cuerpo legislativo puede hacer legalmente lo que quiera, y lo único que lo limita es la constitución. Y de hecho tiene que ver con el interés que tiene este cuerpo, acerca de lo que piensa el cuerpo de opinión. De locos todo esto ¿no? .


Ya estábamos por la mitad del café, cuando llega Wright Mills un amigo de Baker y se sentó al lado mío y empezó a hablarnos sobre la soberanía política (de facto) que para él es la relación entre lo que opina la gente y con el ente que toma las decisiones y en esta se necesita de un convencimiento para lograr llegar a un acuerdo, contrario a lo que sucede con la soberanía legal (de jure) que es inmediata y las limitaciones que le puedan llegar a imponer las leyes. Esta soberanía contraría a la primera no está obligada a dar una justificación ya que se hace lo que esta diga.

Después de terminar de hablar con estos dos agradables señores, me dirigí a dónde mi amigo a explicarle sobre la soberanía de la opinión. No sé si me habrá entendido el pobre, pero la verdad es que no tenía mucho tiempo para volverle a explicar otra vez de nuevo, porque me espera un viaje a la ciudad de Grecia


Espero poder contarles en un próximo episodio en mi diario, mis aventuras y hallazgos por otras épocas y lugares en el mundo. Les quiere, Charlotte

By: Mónica Alejandra Leguizeguiamon Nonsoque y María Paula Monastoque


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