
5 minute read
CIENCIA
Humboldt , el
genio que anticipó el cambio climático a 250 años de su nacimiento
Advertisement
Humboldt en México al pie de los volcanes. (óleo anónimo)
Alexander von Humboldt (Berlín 1769 - Berlín 1859). Filósofo materialista alemán, naturalista, uno de los fundadores de la geografía moderna; a partir de sus minuciosas observaciones sistemáticas logró adelantarse a varios acontecimientos científicos de su época – por ejemplo, afirmar que la naturaleza es un todo interactivo, conectado como un organismo vivo y, su pronóstico del cambio climático resultado de las acciones del ser humano. Realizó un viaje de exploración por América que reveló dimensiones desconocidas del continente y tras sus estudios científicos, que documentó con especial esmero, logrando así, resultados impresionantes.
En la actualidad, varias son las observaciones de este gran científico que llevan su nombre. Uno de estos espacios es la corriente de agua fría que recorre la costa del Perú, llamada Corriente de Humboldt, y también hay ríos, cataratas, parques naturales e incluso un cráter en la luna, además de numerosas especies de plantas y animales que llevan su nombre. Humboldt, intrépido explorador y uno de los científicos más famosos de su época se caracterizó por incidir en las disciplinas científicas y por mostrar gran interés en la estructura social, es decir en economía, comercio y demografía.
Humboldt llega a tierras americanas
En su juventud, después de recibir una cuantiosa herencia, decidió viajar por tierras americanas, según narra Ligia Pérez-Cruz, investigadora del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Exploró y se adentró en diversas áreas de la ciencia como astronomía, ciencias de la atmósfera, geociencias, geología, geografía, orografía, vulcanología, mineralogía, oceanografía botánica, antropología. Así fue Alexander von Humboldt, un hombre con una capacidad extraordinaria y una visión holística del universo.
Sus biógrafos lo describen como un hombre inquieto, un individuo empujado por una de las más notables virtudes humanas: la curiosidad. Todo le interesaba, de todo hablaba y discutía. Era también valeroso, como atestiguan sus exploraciones y obsesionado por las mediciones y los instrumentos de precisión.
Realizó una expedición al volcán Chimborazo (Ecuador) de 6,400 metros de altura. No llegó a la cumbre, pero aun así subió a una considerable altitud de más de 5,000 metros. Y, sobre todo, observando la montaña, anotó cómo se distribuían la flora y las formaciones rocosas en ella; de la base a la cima, de la vegetación tropical a los líquenes, entendió el entrelazamiento de la naturaleza y su unidad esencial, el secreto de la vida. Plasmó esa idea de su Naturgemälde, una representación que incluía, junto a la pintura precisa de todas las especies los datos, con tablas y estadísticas, que determinan la altura exacta y en qué lugar se encuentran.
En las expediciones por Sudamérica recolectó 2,000 especies de plantas y revolucionó la cartografía.
En su obra De la vida nocturna de los animales en las selvas del Nuevo Mundo Humboldt explica cómo, en compañía de sus compañeros de expedición, escuchaban en la noche, cuando estaban en la confluencia del Casiquiaro con el Orinoco, el grito
Entre las especies de animales que llevan su nombre, se encuentran las siguientes: Pingüíno Humboldt (Conepatas humboldtii)
Esta orquídea descrita por Humbolt (Phragmipedium humbolditi), lleva su nombre y forma parte de la importante colección de plantas que el científico hiciera durante sus expediciones. Una de las cuevas, Yagüi también denominadas de Fuego o Humboldt (Guevea Humboldt) cerca de Ixtepec, Oaxaca.

de los “abigarrados jaguares”. Quedó impresionado de la forma como los cocodrilos y los delfines de agua dulce se acercaban a las embarcaciones de la expedición. Observó y documentó muchas especies de monos y serpientes como la boa-traga-venados que, “ceñida la cola al tronco de algún árbol y arrollada sobre sí misma se mantiene emboscada en la orilla, segura que llegará su presa”. Humboldt nos mete a la selva, nos hace vivir su aventura y afirma que: “Todo anuncia un mundo de fuerzas orgánicas en movimiento. En cada matorral, en la corteza agrietada de los árboles, en la tierra que cavan los himenópteros, la vida se agita y se hace oír como una de las mil voces que envía la naturaleza al alma piadosa y sensible del hombre”.
Humboldt en México
Es el 1803 el científico alemán llegó a las costas de Acapulco, México y recorrió varias regiones del país durante un año entero. En las costas de Acapulco realizó la cartografía de la bahía, la cual se publicó en 1811 en uno de sus libros más influyentes escritos durante la Colonia de México: Ensayo Político sobre el Reino de la Nueva España. La profundidad y los rasgos que caracterizaban el piso marino del Océano Pacífico, fue otra de sus contribuciones a la geografía y a la geología marina.
A su llegada a la capital de la entonces Nueva España, el virrey José de Iturrigaray le permitió el acceso a una serie de archivos, entre ellos, a los de la Escuela de Minas, sorprendiéndose de la cantidad de información y la forma tan sistematizada en que se encontraban los archivos de la Escuela de Minería de México.
Visitó las minas de Pachuca, de Real del Monte y de Guanajuato, en donde realizó un análisis de la producción de plata y de otros minerales. A su paso por Patzcuaro, se enteró que el volcán Jarulio había hecho erupción hacía 40 años, por lo que decidió subir y explorarlo, percatándose además, que cerca había otros conos volcánicos con cierta actividad.
También subió al Pico de Orizaba, y llamaban su atención los volcanes Popocatépetl e Iztacchíhuatl, y estimó su elevación, a través de mediciones indirectas.
En México Humboldt recolectó diversas especies de flora y fauna, diferentes tipos de suelos; además, recogió un gran cúmulo de datos sobre la producción minera y agrícola. Toda esa información la compiló para después poder estudiarla detalladamente y publicarla.
Se sorprendió de la belleza y complejidad del Calendario Azteca, y se interesó por la arqueología mexicana, y quedó sorprendido de la gran riqueza que había en Tenochtitlán antes de la Conquista española.
Su enorme legado
Hoy, su concepto científico muestra una interdisciplinariedad sin comparación, una verdadera red entre las diferentes áreas que, de no existir, los científicos de nuestros días la extrañarán, señala Manuel Sandoval Vallarta en su libro Alejandro de Humboldt, una nueva visión del mundo.
Humboldt fue un hombre excepcionalmente creativo, con gran capacidad de observación y organización, y con avidez por conocer cada vez más. Fue uno de los grandes científicos en la historia, cuyas contribuciones son un importante legado
para la humanidad. (Referencias: “Humboldt, genio romántico que anticipó el cambio climático”. El País, octubre 2019 / Ligia Pérez-Cruz, “Humboldt, Inolvidable”, Ciencia UNAM, México, 2019).