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PROVERBIOS JAPONESES
Aunque la lechuza tiene ojos grandes, no puede ver tan bien como el ratón.
Más que perseguir al gato, llévate el plato.
Uno no puede luchar sin un oponente.
Demasiada ambición conduce al fracaso.
Incluso cuando los meses y los días son largos, la vida es corta.
Una reunión de tres personas puede crear sabiduría.
El dinero sucio no permane ce con una persona por mucho.
Las deudas monetarias se pa gan más fácilmente que las de la gratitud.
El amor extraordinario se convierte en odio multiplicado por cien, si este es traicionado.
Si uno se intoxica, bien podría lamer el plato.
Aquel que sonríe en vez de estallar de ira, siempre es el más fuerte.
La lengua mide solo ocho centímetros de largo, y aun así puede matar a un hombre de un metro ochenta.
De las flores, la más importante es la flor de cerezo; y de los hombres, el guerrero.
Sea donde sea que vivas, terminarás amando tu hogar.
Comenta chismes acerca de una persona y su sombra aparecerá.
Las consecuencias de las cosas malas también son malas.
La flor de la vida nunca llega dos veces.
Si la mañana está nublada, se despejará por la tarde.
Incluso el jinete del burro de carga se ve bien con el atuendo correcto.
Cuando se come solo, incluso el besugo pierde su sabor.
Cuando un perro ladra por nada, los otros perros ladran sinceramente.
Es mejor dejar de leer del todo que creer todo lo que lees.
Lo que a uno le gusta, uno lo hace bien.
Las semejanzas son grandes en comparación con las diferencias, que son pequeñas.
Si no entras a la cueva del tigre, no podrás capturar a su cría.
El carácter de las personas nunca cambia.
Cuando los sauces son verdes, sus flores son rojas.
Vida borracha, muerte de ensueño.
A menos que un idiota muera, entonces no tiene cura.
Las flores del cardo duran solo un momento.
Si eres un pordiosero por tres días, no serás capaz de dejar de serlo.
Si te quitan algo, ganarás otra cosa.
La sabiduría y la virtud son como dos ruedas de un mismo carro. <<