JAMES TURRELL

SECRETOS DE LA ARQUITECTURA LUMÍNICA
Keywords Ilusión óptica; Luz protagonista; Color; Sensaciones; Espacio; Percepción; Volumetrías; Experiencia; Inmersión; Arquitectura
Abstract
A través de este texto se pretende hacer un estudio de los elementos que componen la arquitectura creada por James Turrell y los espacios generados a partir del uso de la luz como elemento protagonista, la gradualidad del color y los espacios introspectivos, que se fusionan entre sí, para crear una ilusión óptica que juega con el uso de volúmenes, proyecciones y efectos para conectar el espacio físico con la percepción humana y las sensaciones que dichas proyecciones generan.
Lo anterior, partiendo de un enfoque inmersivo que pretende ser explorado y estudiado, para poder incorporar las técnicas creadas por Turrell dentro de nuestro panorama, y posteriormente implementarlas en futuros proyectos arquitectónicos; buscando la fusión de los espacios lumínicos en conjunto con efectos visuales, para promover la creación de entornos que ofrezcan una experiencia envolvente y de apreciación espacial a las personas

Sabemos que la luz principalmente en la arquitectura, tiene el objetivo de resaltar formas y modelar objetos buscando destacar determinados puntos de un espacio. “La luz nos permite saber dónde estamos y ver lo que nos rodea, percibirlo. Pero más allá de exponer cosas para ver y sentir, la luz modela esos objetos para realzar lo visual y ayudarnos a definir el mundo físico.” (Noticias arq, 2018)
Es a partir de este entendimiento y conocimiento de la importancia que tiene la luz en la percepción, la modelación espacial y la activación sensorial, como se incorpora de forma relevante la obra del artista James Turrell al mundo de la arquitectura lumínica ya que como menciona Staruseva Persheeva (pp. 236, 2019), en su trabajo Turrell no solo se ha encargado de posicionar a la luz como uno de los grandes pilares que rigen el diseño de atmósferas, sino que le da un nuevo enfoque y significado al trabajar con dicho elemento como si fuese un material; logrando producir un lenguaje en donde se maneja a lo “invisible como una entidad totalmente nueva dentro de lo visible” (Marion J, pp. 63, 2010); haciendo aún más interesante al espacio que lo envuelve y la manera en la que lo percibimos.

Dicha premisa cobra gran relevancia en la práctica arquitectónica debido a que nos permite replantear los bordes que contienen o limitan los espacios que creamos y diseñamos; a la vez que nos muestra las numerosas formas existentes de difuminar estos bordes tan marcados de lo exterior y lo interior, lo superior de lo inferior, lo tangible de lo intangible; para descubrir que existe la opción de ofrecer al usuario un panorama distinto y una forma diferente de interacción con su contexto que no es comúnmente explorada e incorporada en el ámbito arquitectónico
“James Turrell introdujo un arte que no era un objeto sino una experiencia en la percepción Examinó la naturaleza misma de ver ” (Govan, 2011) Enfocado en guiar la mirada hacia la vivencia, es como el light artist James Turrell decide abordar la psicología de la percepción; ya que él mismo menciona que para hablar de ver, se debe ir más allá y profundizar en el estudio de cómo se vive dentro de la realidad que creamos de manera consciente; su obra nos habla del camino para influir en los medios de percepción a través de la luz en conjunto con otros recursos que buscan la formación de una experiencia que de fuerza a la inmersión artística, contemplativa y multisensorial (Govan, 2011)
“He usado la luz para construir una arquitectura del espacio [...] Por lo general, usamos la luz para iluminar o revelar, pero la luz también oscurece” (Turrell, 2011).
Tal como lo menciona James Turrell un elemento muy importante para lograr enmarcar los espacios a través de la luz, es la sombra y la oscuridad; debido a que permite darle un mayor peso a los espacios al combinar y contrastar ambos elementos. Como menciona Marta Llorente (pp. 118, 1989), cuando hablamos de una arquitectura de la luz, hablamos también del enfrentamiento que existe entre la luz y la oscuridad. Ante ello podemos ver claramente como James Turrel aplica este mismo principio de usar la luz y las sombras con la finalidad de que los espacios nos transmitan algo y con la intención de darle un significado, con el uso de ilusiones ópticas, permitiendo que el espectador viva una experiencia y logre percibir ciertos elementos que no se encuentran en el espacio.

Dicho principio se percibe en mayor medida en su serie Corner Shallow Space, en donde logra un perfecto manejo de los contrastes lumínicos hasta llegar a la creación de volúmenes y cuerpos físicamente inexistentes pero visualmente presentes. “Este trabajo[...]no es necesario llamarlo cuarta dimensión, sino solo una que no se resuelve en tres” (Turrell, 2019).
El artista en dichas instalaciones hace un manejo de espacios poco profundos en conjunto con paredes retroiluminadas que crean una ilusión óptica al encontrarse en un espacio oscuro y aparentemente vacío, que hace un contraste al ser inundado por una luz difusa estratégicamente colocada en la parte posterior, logrando la creación de un cuerpo flotante. (Soracha, 2016). Esta experiencia inmersiva desafía los planos que contienen el espacio y produce una alteración de la imagen visual que es contenida a su vez en el entorno físico.
Lo anterior, demuestra la manera en la que trabajando con iluminación como material puede construirse un volumen; lo cual es interesante si se plantea dicho principio en la práctica arquitectónica ya que comúnmente se trabaja con materia tangible; sin embargo vale la pena explorar su aplicación en la construcción y deconstrucción de los espacios que habitamos, así como las posibles nuevas direcciones que puede tomar la arquitectura si se incorpora con mayor fuerza esta aplicabilidad de la luz, no solo como medio de iluminación sino como medio de creación espacial y volumétrica.
Por otro lado, es imposible omitir dentro de su obra el papel tan importante que tiene la iluminación y su encuentro con el color Para este elemento tan particular y característico de su trabajo, nos permitimos hacer un acercamiento hacia su serie de Skyspaces; estructuras que incorporan un vano circular o rectangular en el techo, el cual, permite un diálogo directo con el cielo al hacerlo descender hasta el plano del techo. (Govan, 2011). En dichas estructuras (así como en el resto de su obra) la función que toma la regulación de los colores y sus tonalidades es sumamente relevante, ya que su manejo meticuloso permite acentuar el espacio y entablar un diálogo directo del usuario con la contemplación del interior y su relación con el exterior.
Como menciona Melissa Mota (2015) esta proyección cambiante de color provoca que la luz sea la creadora del espacio al ser manipuladas las tonalidades y las intensidades de los matices; convirtiendo un mismo espacio material en muchos espacios perceptuales distintos al variar la gama cromática. Por medio de luces de colores artificiales que se alternan dentro del proyecto, se logran cambios en el contexto así como en la apreciación de la profundidad y el aura del entorno. “La visión de nubes amarillas, moradas, rosas y tonalidades aún sin nombrar, se logran gracias al efecto óptico de los contrastes lumínicos [...] que inducen a un estado meditativo, intensificado por el color.” (Mota, 2015).

La importancia de este elemento radica en la manera en que uno contempla, vive y siente el espacio; los colores refuerzan el ambiente, los materiales y la franqueza de los elementos tanto naturales (como el cielo) así como los elementos artificiales y arquitectónicos.
Ahora bien, si se piensa en el traslado de una arquitectura cotidiana limpia que tiene cambios geométricos, volumétricos y sensoriales a través de la gradualidad del color, empezaríamos a potencializar verdaderamente el juego de planos, geometrías, emociones y estados desencadenados a partir del uso de la coloración lumínica, las tonalidades y matices para inducir a las personas a un estado aislado y consciente. James Turrell propone un camino hacia la inmersión del espectador dentro de su obra, apoyado de una arquitectura correctamente intencionada y aprovechada por dichos elementos. Por lo que su trabajo podría denominarse como una atmósfera envolvente no solamente de luz, sino también de color.
Finalmente, nos acercamos al elemento tal vez más significativo de su trabajo, que es precisamente la arquitectura con la que interactúa cada pieza y la que se encarga de contener cada una de sus obras. El ejemplo perfecto para enfatizar esta última premisa es Roden Crater; que de acuerdo con Baldwin (2019) dicha obra logró la transformación de un cráter en un observatorio celestial que conectado por una serie de túneles e instalaciones con aperturas hacia el cielo, consigue capturar la luz solar y enmarcar planetas y estrellas “Lo que era plano y negro comienza a formar una cúpula de nuevo, y realmente una cúpula, en este hermoso universo Así que esta conexión, o viaje en un espacio pequeño y corto, es el tipo de cosas que siempre quise hacer. Esa es solo la arquitectura de la luz en el espacio” (Turrell, 2019). Este ambicioso proyecto creado por James Turrell revela la estrecha relación que guarda el plano arquitectónico con el plano natural, particularmente hablando de los grandes astros que guían nuestra existencia. De acuerdo con los escritores de Mor.Bo (2019) Roden Crater se posiciona más que como un elemento monolítico constructivo como un puente que conecta al ser con el movimiento celestial, tal como lo solían hacer las antiguas civilizaciones. La intención de construir un monumento del mundo contemporáneo hacia el mundo natural se ve reflejada en cada uno de los 21 espacios compuestos por diferentes efectos; desde la proyección de puestas de sol a través del uso de lentes, cámaras de agua encargadas de reflejar el amanecer y un diseño acústico estremecedor que logra capturar de manera sensible los ruidos del exterior para posteriormente reproducirlos delicadamente en el interior del espacio

“Roden Crater permite a Turrell crear un paisaje específico, tanto terrestre como espiritual, que plantea la posibilidad de una mezcla estereoscópica de luz y espacio” (Staruseva Persheeva, pp. 238, 2019). Dicho proyecto no es nada más que una demostración de la magnífica capacidad que tiene la arquitectura de reunir en un mismo espacio múltiples elementos tales como la luz, la naturaleza, los colores, los sonidos y los cuerpos celestes para acercarnos hacia una experiencia abordada desde la consciencia de que existe esta gran conexión entre el ente físico, espiritual y material, que es enmarcada y guiada por el espacio y la precisa dirección de la mirada humana hacia sucesos y elementos propios del contexto específico que muchas veces pasan desapercibidos.
A través de la intervención arquitectónica aplicada a los cuidadosos estudios de los cuerpos celestes, podemos presenciar un suceso que más que un espacio, se convierte en un momento de inmersión, de reflexión e introspección hacia el ser mismo. La capacidad de las atmósferas intencionadas correctamente nos conectan y nos inducen a experimentar sensaciones de enfoque y de inmersión en uno mismo, en el presente, en las sensaciones físicas y en el entorno directo. De ahí, el verdadero valor de una arquitectura estudiada y orientada para guiar la percepción humana.

El trabajo de James Turrell puede percibirse como una invitación a desafiar los planos que contienen el espacio ya que demuestra minuciosamente, lo que puede lograrse a través del manejo de la materia lumínica como un ente que a pesar de no ser tangible, puede traerse al plano material mediante el manejo de perspectivas y matices aplicados al espacio. Nos revela que en la deconstrucción de los contextos inmediatos, juega un papel fundamental el uso preciso de colorimetrías que refuerzan al elemento luz y a la arquitectura misma a través de la transición de matices cuidadosamente seleccionados para lograr una perfecta armonía del entorno y una definición de geometrías.

Así mismo, presenta un enfoque cautivador al abordar cada obra pensando en guiar la mirada del espectador y conduciéndolo a vivir una experiencia introspectiva mediante la consciencia de que los sentidos son los que rigen nuestra existencia y nos permiten verdaderamente estar presentes e interactuar con lo que nos rodea. Este enlace diseñado para conectar cuerpo, espíritu y espacios tanto naturales como artificiales, es un ejemplo importante de los diversos campos que constituyen a la práctica arquitectónica
Es fundamental el entendimiento de que la incorporación de ámbitos de diseño sensibles hacen de la arquitectura una práctica mucho más enriquecedora e interesante de abordar; ya que recordemos que los espacios son los creadores de atmósferas que traspasan los límites materiales y físicos, de ahí el verdadero secreto de la arquitectura de la luz estudiada por Turrell, que logra ir más allá de la separación tan marcada de dimensiones, y en su lugar realiza una fusión de elementos inmateriales con ambientes construidos sin fronteras.