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Estrategias para adquirir hábitos positivos
Por Jazmín Rodríguez
Un hábito es un comportamiento o actividad que se repite frecuentemente, a veces de forma consciente y otras veces de forma automática. Los hábitos forman parte esencial de las personas e influyen de manera determinante en el logro de metas y objetivos de vida.
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Existen hábitos encaminados al bienestar, pero también hábitos aprendidos que no necesariamente aportan algo positivo. El autor del libro “Hábitos Atómicos”, James Clear dijo que “Las emociones positivas cultivan hábitos y las emociones negativas los destruyen”. Por ello, los hábitos hablan mucho de la calidad de vida.
La finalidad de un hábito además de adquirir comportamientos específicos es el resultado final de la disciplina y constancia de una conducta. Por ello analizaremos los diversos tipos de hábitos:
• Físicos: Se relacionan con el cuerpo y la salud, por ejemplo, los comportamientos de higiene, alimentación o ejercicio. Se caracterizan porque son adquiridos desde la niñez como el baño diario, el cepillado de dientes, el lavado de manos, etc.
• Afectivos: Se relacionan con las emociones y la respuesta ante diferentes estímulos, por ejemplo, la reacción ante el enojo. Un hábito podría ser, aplicar la tolerancia y crear lazos de comunicación para resolver la situación.
• Cognitivos: Relacionados con las ideas y conceptos de una persona, por ejemplo, creencias que se adquieren en la niñez o en el momento actual, las cuales se sustentan bajo el pensamiento autónomo.
• Recreativos: Relacionados con las actividades de recreación, por ejemplo, un pasatiempo al que se le dedica tiempo después de los deberes.
La personalidad, contexto, historia de vida y valores de cada persona definen sus hábitos, los cuales le ayudan a reforzar creencias, desarrollar actitudes, identificar aprendizajes y modificar rutinas o estilos de vida.
En el ámbito empresarial, los hábitos positivos son muy importantes para lograr el éxito a largo plazo. Establecer rutinas saludables y productivas marca la diferencia entre el crecimiento constante y el estancamiento.
De acuerdo con estudios del psicólogo William James, se requiere un proceso de 21 días para crear un hábito a través de la repetición. Ya que, al aplicar nuevos comportamientos en nuestra rutina, se reciben nuevos estímulos en el sistema nervioso, creando nuevos circuitos neuronales. Así que crear un nuevo circuito generado por un nuevo hábito se debe trabajar la parte subconsciente del cerebro.
Las neuronas son células nerviosas que para comunicarse con otras emiten señales eléctricas y químicas, si un conjunto de neuronas se mantiene activo eléctricamente, será más fácil que se comunique entre sí y formen rutas que funcionan de forma habitual. Aunque en este sentido, no todas las personas tienen la facilidad de formar nuevos hábitos gracias a la fricción límbica, que se refiere a la tensión que surge a la hora de superar la ansiedad y el cansancio o pereza. Por ejemplo, cuando una persona se siente demasiado alerta o tranquilo, necesita una gran cantidad de energía para superar esta fricción y en las fases iniciales de formación de un hábito, la fricción es considerablemente alta. Por lo que se sugiere entrar en un estado automático, para que los circuitos neuronales funcionen automáticamente para reducir la fricción límbica.
Esto no significa que el comportamiento que se quiere realizar no requiera esfuerzo, sino que se comienza a ejecutar.
El psicólogo Andrew Huberman propone dos sistemas para lograrlo:
• El primero consiste en dividir el día en 3 fases de 8 horas. La primera fase engloba las primeras 8 horas después de despertar y así consecutivamente. En la primera fase el sistema está orientando a la acción y al enfoque, libe rando neuroquímicos de manera natural que per miten superar cualquier fricción límbica con mayor facilidad. Por ello los hábitos que más cuesta incorporar, se deben colo car en esta primera fase. Para la fase dos, debido a los ritmos circadianos, la cantidad de dopamina, norepinefrina y cortisol que circulan en el cerebro y sangre, tienden a dismi nuir, por el contrario, la serotonina está comenzando a aumentar, es un momento perfecto para ejecutar hábitos que ya están incorporados. La fase tres es la fase de sueño, en donde se da la neuroplasticidad, que se trata de la base para la formación de hábitos a través del descanso y el sueño pro fundo y reparador, para consolidar los hábitos.
• El segundo sistema propuesto, es el de 21 días en donde se eligen seis nuevos hábitos que se deben realizar cada día por un período de 21 días seguidos, aunque la expec tativa es completar de 4 a 5 de ellos cada día, porque posiblemente alguna de las actividades no se pueda realizar to dos los días. Es importante que no haya un castigo ni compensación por estas acciones, simplemente se deben eje cutar día a día.
Iniciar una nueva rutina e incluir un nue vo hábito es cuestión de tiempo. Solo se tiene que repetir la acción durante 21 días consecutivos y llegará un punto en que se ejecutará sin pensar. Por ello será esencial la constancia y no abandonar el objetivo en mitad del camino.
Elegir alguno de estos dos sistemas o combi narlos, también se puede acompañar de ciertas acciones como:
1Establecer metas y prioridades: Comienza por tener una visión clara de lo que deseas lograr y define metas específicas. Identifica prioridades y enfoca tu energía en ellas. Esto te ayudará a dirigir tus esfuerzos hacia actividades que generen resultados positivos.
2Crea un plan de acción: Elabora un plan detallado que incluya las acciones necesarias para alcanzar tus metas. Divide los objetivos en tareas más pequeñas y establece plazos realistas para cada una. Un plan bien estructurado te mantendrá enfocado y te dará dirección.
3Cultiva la disciplina: La disciplina es fundamental para desarrollar hábitos positivos. Establece una rutina diaria que incluya tiempo para actividades clave como la planificación, la autoevaluación y el aprendizaje. Mantén la constancia y la disciplina incluso cuando enfrentes desafíos o distracciones.
4Fomenta la automotivación: Mantén tu motivación alta mediante diferentes estrategias. Establece recompensas para ti mismo al alcanzar hitos importantes. Encuentra inspiración en el éxito de otros líderes y mantén una mentalidad positiva en todo
Construye relaciones de apoyo: Rodéate de personas positivas y motivadas que compartan tus objetivos y valores. Establece conexiones con mentores, colegas o grupos de networking empresarial. Comparte tus experiencias y busca el apoyo de aquellos que comparten tu camino hacia el éxito.
Practica la autorreflexión: Tómate tiempo regularmente para evaluar tus acciones y resultados. Identifica áreas de mejora y ajusta tu enfoque según sea necesario.

Aprende de tus errores: Los errores son oportunidades de crecimiento. Acepta tus fallos como parte del proceso de aprendizaje y adquiere la capacidad de corregir el rumbo rápidamente. La ciencia descubrió que la dopamina puede ayudar para la adquisición de nuevos hábitos, ya que, al ser la hormona del bienestar y la felicidad, se pueden enfocar las nuevas actividades a través de la emoción. Por ejemplo, se puede unir un hábito que no provoque tanta emoción con otro que sí, y así usar la dopamina generada para la ejecución de ambos.
Una vez que se ha logrado adquirir un hábito, el siguiente desafío es mantenerlo, por lo que se sugiere elegir hábitos que se relacionen con la identidad, intereses y gustos de la persona, ya que representa una parte importante de su estilo de vida. Para elegir los correctos considera diversos aspectos de tu vida como tus fortalezas, horarios, disponibilidad, condiciones físicas, emocionales y económicas.
Considera los objetivos que te has planteado y el resultado final que quieres lograr, si en el proceso tienes acompañamiento, será de mucha ayuda para apoyarte a verificar el avance de tu progreso.
“Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto, sino un hábito” - Will Durant. Esta frase, atribuida al famoso escritor e historiador, reitera la idea de que nuestros hábitos definen nuestra identidad y nuestro éxito, por lo que desarrollar hábitos positivos es esencial para lograr un liderazgo efectivo.