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by AMIB
Lo que nadie cuenta sobre el consejo de administración
Marta Vaca Viana Socia fundadora de Delphi Consulting & Advisory Firm @marta_vaca
Esto es lo que significa formar parte de un órgano fundamental en el buen funcionamiento de una compañía.
Cuandoempecé a trabajar en temas de gobierno corporativo hace 17 años, decreté que algún día sería consejera de alguna empresa que estuviera listada en el mercado de valores.
Hoy, ese sueño no solamente se ha cristalizado, sino que ha superado cualquier expectativa que aquella Marta, casi dos décadas más joven, habría imaginado.
Un consejo debe ser diverso en habilidades técnicas y experiencia profesional, pero también en habilidades suaves.
¿QUÉ ES Y QUÉ HACE UN CONSEJERO?
Cualquiera que me conoce, sabe que no me gusta repetir definiciones de libro de texto, sino que mi gran pasión está en entender cada tema, de tal forma que se me permita compartir lo aprendido de la manera más sencilla posible. Por eso, en esta materia, me acotaré a este espíritu.
Un consejero, como su nombre lo dice, es aquel que da consejo y da guía al equipo que administra un negocio. Los consejeros, ya sea que entremos como independientes, relacionados o patrimoniales, llegamos a una empresa a hacer equipo con la finalidad de mantener y crecer su valor.
Por lo mismo, no debemos lealtad a alguien, sino al negocio mismo.
La chamba de un consejero es fascinante porque es estratégica y dinámica. A un consejero le toca entender el negocio, cuestionar (mucho), anticipar riesgos y, sobre todo, provocar cambios en el mismo, pero con una visión de futuro.
¿QUÉ ME GUSTA DE SER CONSEJERA?
Para mí no hay nada más apasionante que entender un negocio y tratar de anticipar escenarios futuros.
Mucha de mi tarea como consejera consiste en pensar cómo podrían salir mal las cosas para ver cómo puedo, junto con mis colegas consejeros, evitar que eso suceda. También trato de descifrar el entorno para ver si podemos capitalizar oportunidades de negocio.
Me fascina aprender. Quien me conoce saber que todo el tiempo estoy leyendo algo, desde lo más técnico hasta lo más ligero. Escucho podcasts, exploro diferentes industrias, busco platicar con personas más inteligentes que yo y busco materiales didácticos para seguir entendiendo las cosas.
Y creo que lo que más disfruto de lo anterior es, primero, saber que existe la posibilidad de provocar cambios en/ desde las empresas en las que estoy como consejera; y segundo, pensar que este dinamismo y esta actividad constante podría derivar en estrategias o ideas para aprovechar oportunidades de mercado.
¿QUÉ DISTINGUE A UN BUEN CONSEJERO?
Para ser un buen consejero no se requiere de haber cursado algún Programa (sea o no reconocido), ni se consigue “por arte de magia” a través de las certificaciones (tan de moda en tiempos recientes), y tampoco se logra por haber estado en muchos Consejos.
Para ser un buen consejero hay que ser un aprendiz incansable y un preguntón por excelencia.
Un buen consejero debe entender que cada empresa es distinta y que cada grupo de consejeros con que trata es diferente. Esto implica poner en práctica su perfil técnico (aquel que le distingue como profesional) pero, especialmente, utilizar sus habilidades suaves, las que le permiten manejarse en grupos.
Por citar algunos ejemplos, me ha tocado convivir con consejeros que se distinguen por su capacidad de negociación y de conciliación o por la asertividad, la empatía y la habilidad de saber escuchar.
O bien que destacan por el don de saber vender una idea y de contagiar a otros con un proyecto; o la ventaja de poseer pensamiento crítico.
Incluso la agilidad para saber cuándo hablar con el grupo y cuándo ver algo, en acercamientos de uno-a-uno.
Esto es lo que hace diferente a un consejero; y lo que ayuda a que un Consejo sea efectivo, o no.
Los dueños de un negocio deben de cuidar que su Consejo sea diverso en este sentido, en habilidades técnicas y en experiencia profesional, pero, también, en habilidades suaves.
La diversidad de la que hablo va más allá de los conceptos “más buscados” en los acercamientos estrictos del gobierno corporativo: el género, la formación profesional, la edad o la nacionalidad.
La diversidad que predico nos habla de poner, en servicio de la empresa, las diferentes capacidades que tenemos a nivel individual para funcionar como parte de un grupo.
EL MEJOR CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN
Hace 17 años que soñé con convertirme en consejera, estaba lejos de entender lo que hoy me ha enseñado esta trayectoria.
El mejor Consejo no es el que está conformado por consejeros independientes según la definición por Ley.
Tampoco es el que cumple con todas las formalidades debidas, ni el que envía información con mayor antelación a sus miembros. El mejor Consejo es el que logra cohesión entre sus integrantes; aquel en el que reina la confianza, en el que se habla de estrategia, en el que se logra un dinamismo fuera de las sesiones de trabajo, y en el que hay diversidad que deriva en eficiencia.
Aquel en el que se escuchan diferentes puntos de vista, pero al final se construye en favor del negocio; en el que se facilita la labor de dar consejo.
En donde se te permite conocer y trabajar en sintonía con las habilidades del resto del grupo.
Pero esto no se aprende en un aula, ni leyendo material académico; esto se aprende en el día a día de esta apasionante carrera como consejero. •