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Una coyuntura compleja, pero con oportunidades

Ricardo López Análisis de inversiones en Citibanamex

A pesar de que el entorno financiero mundial y nacional se ha vuelto aún más volatil que durante la pandemia, no deja de ser un momento de oportunidades.

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La historia en este año para los activos financieros ha sido un camino complejo y de mayor volatilidad de lo que habíamos visto durante la pandemia. Además de las valuaciones adelantadas que exponían las acciones a comienzos del año, lo que están incorporando los mercados está asociado con una desaceleración de las economías mundiales con niveles históricos de inflación.

La situación con la guerra entre Rusia y Ucrania descompuso aún más el panorama al encarecer los insumos y generar más disrupciones en las cadenas de suministro. Si bien la demanda sigue siendo robusta y resiliente al deterioro en las expectativas inflacionarias, quizá no sea demasiado sostenida. Ya comenzamos a ver señales —aún prematuras— de deterioro en los mercados laborales. Es muy probable que la tasa de desempleo en Estados Unidos comience a subir más adelante en el año.

Por encima de los resultados corporativos de las empresas, los temores de recesión y estanflación siguen dominando el sentimiento por riesgo. Es muy probable que los corporativos aaa tengan guías más conservadoras en adelante; de hecho, es algo que ya comenzamos a ver en el sector financiero estadounidense. Los números han llegado mixtos, pero algunos ya están disminuyendo el ritmo de recompras e incluso aumentando reservas ante un panorama donde posiblemente se deteriore la calidad de sus préstamos y otros activos. El crecimiento operativo global aún es benigno para este año; el consenso del mercado espera 11% de crecimiento en la upa a nivel global, pero es muy factible anticipar que ese número sea más bajo o sea revisado hacia un tono más conservador.

En Citi, tenemos un nivel estimado para diciembre de este año para el s&p500 en 4,200 puntos y, aunque de forma todavía muy preliminar, sería el mismo nivel proyectado para junio 2023 (según el “Citi Research. Global Equity Quarterly. Risk Rotation”, de Robert Buckland, publicado el 7 de julio de 2022). Es prácticamente el mismo nivel donde se mueve en estos momentos el mercado, lo que no es una buena noticia.

El dólar seguirá siendo el activo ganador en la actual coyuntura y el petróleo ahora tiene mayor riesgo de perder valor más adelante en el año. Un dólar fuerte no es necesariamente buena noticia para los corporativos debido a la presión que ejerce en sus márgenes; de ahí que, muy probablemente, el mercado deberá revisar negativamente —todavía más— sus pronósticos de crecimiento de la upa para los siguientes doce meses.

La política restrictiva que seguirá la Fed en el segundo semestre del año, junto con otros bancos centrales (incluido el de Canadá, Europa y Reino Unido) permitirá parcialmente revertir los altos niveles de inflación, pero no será pronto. De hecho, es aquí donde recae el mayor riesgo.

La inflación, tanto del consumidor como del productor permanece alta (en máximos de 40 años en Estados Unidos), la demanda se mantiene resiliente (no se está enfriando aún) pese a una tasa más alta de interés en el país vecino que podría incluso rondar entre el 3.5% o hasta 4.25% al final del actual ciclo restrictivo, independientemente de la magnitud de los siguientes ajustes.

El dólar seguirá siendo elactivo ganador en la actualcoyuntura y el petróleo ahoratiene mayor riesgo de perdervalor más adelante en el año.

En este contexto, el impacto real al crecimiento será mucho más tangible, ocasionando muy probablemente la recesión de la que tanto se ha venido hablando. Así, en 2023, las políticas monetarias deberán cambiar el rumbo hacia una postura más acomodaticia. Hoy entonces, es difícil pensar que las acciones recuperarán valor rápidamente. Debemos ser conscientes de que lo harán, pero pensamos más en una historia para los próximos 18 meses. Lo harán, una vez que la narrativa vuelva a ser de tasas de interés más bajas y una vez que el ciclo económico se haya cerrado (recesión).

Mientras tanto, bien valdrá la pena continuar con la exposición a la renta variable incluso con algunos sectores viendo valuaciones más razonables y optar por un portafolio más balanceado, con nombres que tienen crecimientos anuales de forma consistente en dividendos y sectores del mercado con capacidad de fijar precios o menos susceptibles a una desaceleración de la demanda (industriales, servicios públicos, consumo).

Otro riesgo emergente que los mercados no han incorporado en caso de que se materialice, está asociado a Europa y el riesgo de una recesión producto de un corte al suministro de gas ruso. La tesis central o el escenario base que se plantea sobre una inflación cediendo gradualmente y un menor precio del petróleo no se consolidaría.

Nuestra visión sugiere que la Eurozona se contraería en ~1 % y, al mismo tiempo, impactaría en los precios de los energéticos (petróleo y gas), lo que complicaría —todavía más— la trayectoria ya de por sí deteriorada en los precios. Estimamos que el impacto llevaría la inflación a aumentar en ~1.3 %.

Las economías más impactadas serían Alemania (-1.5 % del pib), seguida de Italia por la dependencia de dichas economías al suministro de gas proveniente de Rusia. Los sectores europeos más vulnerables a este acontecimiento están relacionados con autopartes, la industria petroquímica, nombres industriales y algunos del lado de los servicios públicos.

Hoy, la visión de nuestros economistas apunta a que la Eurozona tendrá un crecimiento del pib de 2.5 % este año, y 0.8 % en 2023. La inflación prevista este año es de 8.1 %e (actual en 8.6 %: junio). Según el análisis de inversiones de Citibanamex, con información de la bmv, Refinitiv, Bloomberg y Citi Research. Asimismo, el “Citi Research. Global Economic Outlook & Strategy. Global Recession”, de Davin Lubin, publicado el 20 de julio de 2022. En el entorno nacional, el riesgo de perder el grado de inversión se ha disipado significativamente pese a que agencia calificadora Moody’s recientemente bajó la calificación de Baa1 a Baa2 cambió su perspectiva de negativa a estable. Por su parte, s&p ratificó la nota bbb con perspectiva también estable, lo que nos coloca dos escalones por encima del umbral que divide el grado de inversión. Mucho de esto responde a la disciplina en el frente fiscal a pesar de sacrificar el crecimiento.

El tipo de cambio dólar contra peso se mantiene relativamente estable en el año y prácticamente cotiza en los mismos niveles del cierre de diciembre pasado. Parte de esa fortaleza se debe al diferencial de tasas que ofrece la economía mexicana contr ala estadounidense. Sin embargo, los choques temporales de volatilidad no pueden soslayarse, aunque los fundamentales siguen mostrando una visión constructiva para el peso mexicano.

Nuestros economistas prevén una paridad de $21.10 por dólar para fin de año, frente a la mediana del consenso (33) de $20.80 por dólar. •

*La información contenida en este material es un resumen de las diversas publicaciones de análisis, y únicamente tiene fines informativos, por lo que no debe considerarse como una recomendación de inversión, o solicitud de compra o de venta de un valor, ni como un servicio de asesoría en inversión por parte del Banco Nacional de México, S.A., integrante del Grupo Financiero Banamex (Citibanamex). | La distribución del presente material se realiza exclusivamente dentro de los Estados Unidos Mexicanos. | Para mayor información sobre las declaraciones de Análisis, favor de consultar: https://www.banamex.com/sitios/analisis-financiero/pdf/desktop_mobile_sitio_avisolegal.pdf | citibanamex y citibanamex y diseño son marcas registradas propiedad de Citigroup Inc. y Banco Nacional de México, S.A., integrante del Grupo Financiero Banamex.

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