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La contratación colectiva

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La contratación colectiva en el sector privado en Venezuela ¿Qué nos espera?

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Últimamente, son muchas las voces que dicen que el país se está recuperando y que se aspira un crecimiento económico importante, “¡Venezuela se arregló!”. Pero otros reconocidos economistas explican que lo que en realidad ocurrió fue que se “se detuvo la caída”.

En todo caso, este pequeño crecimiento económico, producto la dolarización de facto, aunque sea limitado, ha generado una tremenda sensación de avance que no es necesariamente real, pero así está siendo visto por los sindicatos.

En materia de contratación colectiva nacional, la crisis e hiperinflación, que se vio agravado por la Pandemia, llevó en la práctica a la suspensión de las negociaciones de las convenciones colectivas, teniendo que aplicar la figura de las prórrogas de las convenciones y la firma de actas convenio temporales, negociando sólo las cláusulas de mayor impacto económico, como aumento de salario y cesta ticket.

Adicionalmente, el CNE retrasó las elecciones sindicales, lo que impedía por disposición legal a los sindicatos presentar proyectos de nuevas convenciones. Pero ahora, los sindicatos están organizando sus elecciones con el CNE, para presentar sus proyectos de convenciones.

Entonces, la pregunta ahora sería ¿Podrán las empresas, que están trabajando en un promedio estimado de entre un 15% y un 20% de su capacidad, negociar las mismas convenciones colectivas como lo venían haciendo en el pasado, o podrán hacer algo diferente?

En nuestra opinión, si se podía plantear algo distinto, jurídicamente viable, y aprovechar la oportunidad para negociar cambios que simplifiquen las convenciones colectivas, y que se ajuste a estas nuevas condiciones, incluyendo la eliminación de clausula existentes, sin violentar los principios constitucionales de progresividad e irrenunciabilidad de los derechos de los trabajadores. Y todo con fundamentos en la propia ley, tal como lo ha reconocido el Ministerio del PP para el Proceso Social Trabajo en algunos de sus actos.

Esta propuesta, si bien debe ser desarrollada y no está exenta de riesgos, brindaría la posibilidad de ajustar las nuevas convenciones colectivas, a las dimensiones actuales de las empresas.

No será fácil y requerida de una gran convicción por parte de las empresas, de una enorme madurez por parte de los sindicatos, y de un extraordinario apoyo por parte de las autoridades del trabajo. Pero si se quiere dar oportunidad a las empresas para que se recuperen, hacer este esfuerzo colectivo y tripartita será, más que necesario, imprescindible.

Gustavo I. Nieto M., abogado, asesor en el área de derecho del trabajo y corporativo. Director Principal de la AEEC.

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