Monografías sobre el pasado i presente de nuestro hospital

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RO CA DO R

SOCIEDAD

ANONIMA

APARTADO. 7 1 8

BARCELONA


HOSPITAL GENERAL DE SAN PABLO Y SANTA TECLA T A R R A G O N A

'ASADO Y PRESENTE DE NUESTRO HOSPITAL

1 A p o r t a c i ó n al «IV Seminario s o b r e costes y eficiencia de la Asistencia Hospitalaria», o r g a n i z a d o p o r la D i r e c c i ón G e n e r a l de Sanidad, en c o l a b o r a c i ó n c o n la Universidad de Zaragoza, en la Universidad Internacional de V e r a n o de Jaca.

Dr. J O S E

ADSERA

Director del Hospital

Agosfo

de 1971


ANTIGUA PUERTA DEL HOSPITAL En ella se aprecia el escudo de Tarragona, símbolo de la estrecha vinculación de la Ciudad con su Centro hospitalario. Si bien se construyó, este Centro en terrenos cedidos por su Patrono el Arzobispo Antonio Agustín en 1580, el ooste de la edificación fue sufragado por los tarraconenses. Esta puerta, representa toda la historia antigua y moderna del Hospital. Por ella pasaron miles de militares y paisanos en busca de asistencia para sus males. No hace muchos años, era la entrada oficial del Hospital Militar que ooupaba una parte del edificio. La asistencia al ejército, después de largos siglos mantenida, se truncó recientemente, el 1.° de septiembre de 1970. Por esta misma puerta, actualmente cruzan los que acuden a la Casa de Socorro Municipal, que desde el 9 de agosto de 1926 está ubicada en el edificio. Recientemente, con motivo de las nuevas instalaciones, el Municipio ha trasladado a este lugar su Dispensario de A.P.D., concentrando en un mismo Departamento todos estos servicios sanitarios. La Casa de Socorro actúa de Servicio de Urgencias del propio Hospital.




PROLOGO El único objetivo pasado y presente de unos datos históricos, pos ha sido necesario

de esta Monografía, la p r i m e r a que sobre "El n u e s t r o Hospital" se publica, es el de aportar bien demostrativos, de que en todos los tiemverificar un estudio de costes.

Sobre este tem a f u n d a m e n t a l van descritas algunas vida hospitalaria, sobre todo en aquellos aspectos que esfuerzo que suponía demostrar el coste de la asistencia mayor eficiencia en el servicio, como f u e el caso de la bre el Hospital Provincial.

pinceladas de se refieren al y buscar u n a propuesta so-

Si en el siglo XVIII, con motivo del déficit económico que representaba la asistencia a los enfermos militares, el Hospital presentó u n estudio del coste por estancia, ahora para demostrar la necesidad de una revisión y actualización del precio que abona la Diputación para sus enfermos, h a sido también preciso realizar este trabajo. Nuestro Hospital de San Pablo y Santa Tecla es una entidad privada, que en realidad ahora y siempre ha suplido a la función pública. La J u n t a Rectora o Administrativa está formada por dos representantes de los Cabildos eclesiástico y municipal. F u n c i o na así desde el siglo XV. Si el Hospital en u n principio sólo atendía a los "enfermos pobres", ahora sólo son éstos u n 18,4 % del total de los asistidos.

Año 1969

Año 1970

Nuni. de enfermos benéficos ...

433 - 22,8 %

376 - .18,4%

N'úm. de enfermos de entidades o particulares

1.467 - 77,2 %

1.666 - 81,6%

1.900

2.04.2

Totales


Pero el gasto que acarrea esta asistencia benéfica repercute en le economía del Centro. E l Hospital, que se ha propuesto potenciar sus servicios e instalaciones, gracias a una subvención fie la Administración Central, está obligado a buscar e! máximo rendimiento al capital que se emplee. Cu déficit importante puede desequilibrar el funcionamiento del Centro, ai no permitir contratar los servicios de personal necesario para su debida eficiencia. Si exigimos a una empresa que funcione bien, como mínimo debemos asegurar su mantenimiento. Est a es la tarea que se ha propuesto el Hospital. Recabar de las Corporaciones Municipal y

Pro-

vincial la ayuda precisa para que no falle este resorte económicoadministrativo. Por primera vez en la historia del ( entro, el Ayuntamiento ha ofrecido una valiosa colaboración. Nos consta que la Diputación está trabajando en este asunto. No existe en el ánimo del autor de éste trabajo un espíritu de crítica hacia las personas que han regido o rigen los destinos provinciales. Sólo exponemos los hechos. Si existe un fallo, es en la base, en la manera de concertar la asistencia, hecho que se agravará en la práctica de la consulta de ambulatorio, en donde 110 se justifican estancias. El pago por esta asistencia ambulatoria 110 está previsto hasta ahora, actividad externa que constituye el pilar más fundamental para el ahorro del gasto hospitalario. Nos consta muy buena voluntad. De esta forma, Tarragona podrá ofrecer a la Ciudad y Provincia un Hospital 110 sólo actualizado, sino con garantía de un perfecto servicio que vendrá avalado por la seguridad que da la cobertura de los gastos necesarios para su mantenimiento.


Hace 200 años NUESTRO HOSPITAL EN 1771 I . — Notas referentes al Personal y la Administración El Hospital atendía a los enfermos pobres de la Ciudad. Además mantenía un concierto para la asistencia de los militares. El personal que estaba empleado en este Hospital constaba de los siguientes puestos de trabajo: — un capellán. —• un farmacéutico y un ayudante. — el médico "Cirujano Mayor", que estaba al cuidado de todo lo referente al tratamiento de uso externo de los enfermos. — dos practicantes. — un mayordomo, que aparte de llevar la contabilidad, era responsable de la despensa. — — — — — —

un "contralor", que tenía a su cargo todo lo referente a la ropa. un cocinero. dos enfermeros. un "tisaner", encargado de preparar las "tisanas". una enfermera. un receptor, encargado de cobrar los débitos de censales o las estancias de militares.

— dos médicos, que estaban al cuidado de los enfermos exclusivamente en ¡su tratamiento interno. — dos provisores, uno de Barcelona y otro de Tarragona. — un secretario. EL

"CONTRALOR"

Este cargo lo ocupaba el Sr. Antonio Farros. Es muy valioso el inventario que de la ropa del Hospital presenta el 13 de enero de 1772 a la Junta Administrativa, que por su interés vamos a transcribir: "747 llansols, 444 camisas, 220 gorras, 311 matalasos. 386 traspuntins, 274 cabesals, 301 flasadas, 626 banchs, 1.312 posts de Hit, 122 capots, 156 parells de chíneles, 70 banchs de ferro, 25 llansols mes de 3 tallas, 4 camisas de dona, 12 sobre Hits de fil y cotó".E] Hospital entonces estaba bien equipado, por lo menos para doscientas camas. Destaca el contraste de 444 camisas de varón, sobre 4 de mujer solamente.


EL "RECEPTOR" El "Receptor" lo era José Borras, "adroguer de dita ciutat". El sueldo anual asignado era de 82 libras catalanas, y por el trabajo de cobrar las estancias de los militares en la Real Tesorería de Barcelona, le añadieron 200 libras más. En el propio año, 12 de noviembre de 1771, la Administración del Hospital, con el fin de: hacer ahorros, relegó a dicho "adroguer" de su tarea en Barcelona, nombrándose para este cargo al Rvclo. Sebastián Puig, Pbre., residente en la Ciudad Condal. Para presentar, gestionar, cobrar y mandar las cuentas de los militares, percibía el sueldo anual de 60 libras. En compensación, por la pérdida que ocasionaba al expresado Sr. Borrás, el Hospital acordó que se adquirieran los productos que precise, de preferencia en la "adrogueria de Borrás", "Ab igual preu y bondad ab que se (roban en altra part". EL MAYORDOMO El mayordomo lo era el Rvdo. Pablo Espinach. En el Hospital se conserva el antiguo libro de Mayordomía que comprende de los años 1804 a 1809, el cual constituye una valiosa obra para consulta de datos, tales como los precios de los principales alimentos y la forma de cómo se administraba un hospital en aquella época. Consta este documento de los siguientes capítulos: "— "— "— "— "— "— "— "— '—

Recibido de los Sres. Administradores y Receptor. Recibido de los despojos del ganado. Recibido de las sepulturas de la Ciudad y Hospital. Pagado por los enfermos y expósitos pasados. Pagado a los enfermos que han salido. El gasto1 mensual del mayordomo. El pan que mensualmente se recibe del panadero. El trigo que se ha entregado al panadero. La leña y "garbons" comprats.

— "— "— "— "— "— — "—

El rebaño que mensualmente se sacrifica. El carbón que se ha comprado. El vino que se ha comprado. Los huevos que se han comprado. El aceite que se ha comprado. El gasto mensual que ha pagado el Sr. Borrás. Los salarios pagados mensualmente. Resumen general de lo recibido y gastado por el mayordomo.

Se comprueba que el mayor gasto lo constituye el consumo alimenticio. El Hospital tenía rebaño propio, del que cada mes sacrificaba 35 a 40 corderos. De sus fincas obtenía trigo que entregaba a los panaderos de los que obtenía el pan previamente pactado. Compraba leña, carbón, vino, huevos y aceite. Es de destacar que en la relación de enfermos que mensualmente salían


del Centro, se nota la entrega de 5 sueldos a cada uno p a r a sus primeras necesidades. LA

LAVANDERIA

E n esta época el lavado d e la r o p a se concertaba al precio de 200 libras anuales, obligándose el Hospital a facilitar toda la ceniza q u e p u d i e r a . Es interesante transcribir literalmente el acuerdo de la sesión celebrada el 8 de marzo d e 1774: " . . . h a n c o m p a r a g u t Rosa Ximenes viuda de Antón Ximenes, y Francisca Ximenes donsalla, m a r e y filia, habitants en lo p o r t de este Ciutat; las quals han promiés rentar totas las Bogadas de la roba del Hospital, així deis paisans com deis soldats, donantlos la Administració tota la sendra q u e sía menester per ditas bogadas de la q u e es f a r á en dit Hospital y si ios cas q u e la dita s e n d r a no fos suficient. en tal cas deuran t ellas ditas m a r e y filia Ximenes c o m p r a r la q u e sia menester, com y t a m b é d e u r a n t comprar tot lo sabó ques necesiti, obligantse lo Hospital a donarlos cada any doscentas Huirás Barceloninas, tant q u e se aumenti, com q u e se disminuesca lo n u m e r o de malalts".

Gran cocina del Hospital, en forma de "llar" con su arco de chimenea sostenido por potentes ménsulas de piedra. Constituye una valiosa joya que conserva el Hospital.


LOS E M P L E O S

SANITARIOS

Los puestos de trabajo propiamente sanitarios eran de tres médicos, un farmacéutico, dos practicantes, dos enfermeros y una enfermera. El farmacéutico, o "Apotecari de la Botiga", lo era entonces Juan Domingo, cuyas obligaciones estaban detalladas en los artículos del Reglamento Interno del propio Hospital, que luego transcribiremos. Los médicos .eran: el "Cirurgiá Mayor", Dr. Salvador Gorbella, y dos internistas, Dres. Ignacio Gallart y Juan Solá. En mayo de 1771 fallece el expresado Gallart, y le reemplaza el Dr. Pedro Juan Solá, que ejercía en Constantí. También se nombra al Dr. Pablo Pallejá, como sustituto de alguno de estos dos últimos facultativos. Los médicos ocupan un lugar importante en el funcionamiento del Hospital. Son frecuentes las noticias que sobre ellos aparecen en las actas de la Administración. Acuerdo de 29 de febrero de 1772. — Siempre y cuando el médico ordinario dude de si la enfermedad de alguno de los pacientes del Hospital es contagiosa, debe avisar a los demás médicos y al cirujano mayor para resolver previa votación lo que se crea conveniente. En caso de no aclararse, el médico más antiguo avisará a alguno de los Sres. Administradores para que resuelva la duda por medio de otro médico. Acuerdos de 4 de agosto de 1772: 1.° — Ante el hecho de que algunos soldados se vendían el pan y vino, especialmente el vino, porque les llevaban frutas u otras cosas, se manda a los médicos que receten alimentos con cuidado, ,e individualmente a cada enfermo, a los practicantes que anoten con claridad las órdenes y a los enfermos, "...que si a la quadra deis paysans algú porta ais malalts cosa contra ordre deis metges, ne avisen a aquestos privadament, a fi que pugan prevenirlo convenient". 2." — Se ordena al Mayordomo que no admita el ingreso de personas si previamente no llevan el visto bueno del médico, aunque aquéllas vengan recomendadas por los Sres. Administradores. 3.° — Se discute la no admisión de enfermos que salen del Hospital sin licencia del médico, pues a veces resultan recaídas que aparte de perjudicar la salud, causan grave detrimento al Hospital. Se acuerda que se reflexione esta admisión o no admisión. Pero, lo más importante de esta época, es el Reglamento interno, basado en las Ordenanzas Reales sobre Hospitales. Por su gran interés histórico, polla problemática que plantea, porque a través de este escrito se aprecia muy bien cómo funcionaba un Hospital entonces. Número de médicos y enfermeros por cada grupo de enfermos. A toque de campana se repartían las medicinas tres veces al día. El alimento constituía una base importante para el tratamiento, etc., etc. Vamos a transcribir algunos artículos.


— Reglamento Interno en 1774 (Traducción del original que obra en el Libro de Actas de la época). 1.°—Que por cada 25 enfermos, tanto de medicina como de cirugía, debe haber un enfermero. 2.—Que por cada 100 hombres o enfermos se medicina debe haber un médico, y si alcanza 150 se le facilitará un ayudante. Deben guardar éstos la norma común de los Hospitales que dice: el enfermo que tiene ración y media, no debe tomar más que una medicina al día. El enfermo que tenga media ración, tomará dos medicinas al día. Y el que tenga dieta, tomará tantas como reconozca el médico, las que sean necesarias para recuperar la salud. 3."—Al médico se le facilitará un practicante, que eligirá entre los más aptos y capaces para cuidar de la sala, o salas de la Medicina, sin que nadie pueda emplear a dicho practicante en otra cosa, para pode]- socorrer a los accidentes que puedan ocurrir en ausencia del médico. 4.°—Que dicho médico debe cuidar e informarse si dicho practicante es puntual en hacer lo que se le mande; esto es las sangrías a las horas señaladas, y los demás remedios con la mayor puntualidad posible. Si falta, avisar una y dos veces, pero a la tercera debe ser despedido. 5.°'—Que el médico debe firmar todos los días, la visita que ordena, tanto de medicina como de alimentos, puntualizando a cada uno, el remedio y alimento que le convenga. 6."—Que siempre que haya una queja, de pan, vino, carne o medicina, debe ser conocida por el médico. 7.°—Que el farmacéutico debe cuidar que estén aparejadas todas las medicinas, remedios, recetados a la hora de la visita, para que con toda puntualidad se pueda hacer el reparto de ellas a las horas señaladas, es decir, a las 5 de la mañana, a las 2 de la tarde y a las 8 de la noche. 8.°—Que el farmacéutico debe cuidar que los enfermos tengan las medicinas, tanto internas como externas que se recetaron para recobrar la salud. 9.°—Que al tocar la campana a las horas señaladas para hacer el reparto de los remedios, que ison a las 5 de la mañana, a las 2 de la, tarde y a las 8 de la noche, deben acudir indispensablemente todos los enfermeros a la "Botiga", porque con más puntualidad y perfección se haga la distribución de la medicina; pero en tiempo que se hagan las unciones solamente se excluirá de esta obligación al enfermero que estuviera de guardia en aquella hora.


10/'—o ue dicho farmacéutico debe cuidar de que se reparta toda la medicina interna a los enfermos de las cuadras de medicina, sin dilación y a las horas señaladas. 11-°—Que dicijo farmacéutico no puede dar ni despachar cosa alguna de la "Botiga" sin orden del médico referente a lo interno, y del Cirujano Mayor por lo externo, y esto debe constar firmado todas las veces. 12."—Que para fuera del Hospital, no se atreva a dar cosa alguna sin autorización de los Sres. Administradores. A los empleados de la Casa es preceptiva la receta firmada del médico por lo interno, y del cirujano por lo externo. 13."—El Cirujano Mayor debe indispensablemente hacer por sus propias manos, tanto de mañana como de tarde, la cura a los enfermos que tenga de su inspección, y que no puede empezarla hasta que esté acabada la distribución o reparto de las medicinas. 14."—Que debe pasar la visita para ordenar a los enfermos de su inspección los alimentos necesarios, según su prudencia, de acuerdo con la enfermedad. 15."—Que dicho Cirujano Mayor no puede recetar ni ordenar cosa alguna por el interior, sin que previamente lo consulte con el médico, pues entonces, de "consensu medici licebit". 16.°—Que hasta 50 enfermos de cura debe cuidar el Cirujano Mayor, y pasando de este número se le dará un practicante, advirtiendo que el último que ingrese debe llevar el aparato a dicho Cirujano, según está establecido en todos los Hospitales. 17."—Que debe cuidar que los practicantes, cada uno en su cuadra, hagan las unturas tanto si son recetadas por él corno por el médico. 18."— Que los practicantes deben estar presentes cuando se untan los que tengan roña, para que no tiren el ungüento ni se lo lleven. 19."—Que dichos practicantes deben ir a la "Botiga" a buscar los tópicos y remedios a la hora que se toca la campana para la distribución de la medicina, para hacer una perfecta distribución tanto de los internos como de los externos. 20."—Que deben ir a la despensa y a la cocina a la hora que en ellas se hace la distribución, para que se encarguen de los alimentos recetados a cada uno en su cuadra. 21."—Que en el tiempo que duren las unciones, por cada 20 hombres que ingresaran en ellas, se le facilitará un practicante y un enfermero. 22."—Que no puede admitirse a nadie, mientras no sea con la aprobación del médico, porque pueda por lo menos sostener unas siete unturas, sin la contingencia tan segura de la vida. 2.3."—Que al terminar la visita, debe escribir y firmar los remedios y ali-


mentos que recete para los enfermos, para que el farmacéutico pueda tenerlo prevenido a la- hora de la cura; y por las unciones, debe prevenir antes lo que ordinariamente sea menester. 24."—Que debe estar presente en las sangrías, vesicatorios y ventosas, que se hayan de aplicar y curar, para corregir las ignorancias que puedan tener los practicantes. 25."—Que debe cuidar que los practicantes hagan "los pagats" que necesita para las curas. 26."—Que dicho Cirujano Mayor, ni otro de los practicantes pueda curar con los remedios del Hospital, a nadie que no estuviera admitido en él, sin orden de los Sres. Administradores, ni dentro ni fuera del Hospital. 27."—Ordenan y mandan, que en la caldera de los enfermos, no se ponga otra carne que la que está escrita y señalada para cada uno, esto es, las raciones, y medias, y las dietas, que serán escritas en las libretas de los alimentos de los enfermos. Se pondrá la carne que corresponde, tal como está establecido en todos los Hospitales de S. M., de lo que deberá cuidar el Mayordomo, u otra persona experimentada y fiel. 28°.—Que los que tomaran los Baños para las unciones, no se les deberá dar otro caldo, que lo que sobre en la cocina, pues no es necesario el caldo. 29.°—Que los practicantes deben acudir y asistir cada uno a su respectiva sala a las horas que se den los caldos de las dietas y substancias, a fin de que los enfermos no los dejen, y asimismo estarán vigilando que ningún enfermo se venda la ración, y cuando suceda tal cosa, dicho practicante o enfermero deberá avisar al médico o cirujano mayor. 30."—Qu¡e antes de dar el pan, el vino y demás alimentos deben ser sacados de las cuadras todos los forasteros y se cerrará la puerta. Por la mañana estará cerrada hasta las dos, y por la tarde hasta el día siguiente.

III. — Salarios de los Empleados El salario de los empleados fluctuaba según la economía y la cantidad de enfermos.. En aquella época, el mayor contingente de estancias lo daban los militares, que a veces ingresaban en grupos numerosos de hasta 200 personas. A últimos de siglo, ocupaban también un cierto número de camas, los enfermos presidiarios que trabajaban en las obras del puerto. En 1775, sesión de 29 de enero, fecha del acuerdo que transcribimos, era una época de pocos pacientes. Ello dio lugar a una disminución de estos salarios, especialmente del per-


sonal que no estaba a plena dedicación. Nótase, que el mismo sueldo percibía un médico que un enfermero. El jornal por estos puestos de trabajo se refería al año. Se ha proposat y resolt que en atenció a las pérduas que té lo hospital a cau.sa de las pocas entradas y disminució de treball se moderen per ara los salaris deis empleats al thenor de la serie avall escrita: Al capellá major apotecari fadrí de la Botiga cirurgiá major practicant primer practicant segon maijordom contralor cuiner infermer primer infermer segon tisaner la iníermera receptor metge primer metge segon provisor de Barcelona advocat de Tarragona provisor de la mateixa secretar i (Sesión 29 enero 1775).

250 libras catalanas 200 100 200 110 90 150 200 95 80 80 80 70 40 80 80 60 10 10 JO 1.995 libras catalanas


EL COSTE POR ESTANCIA EN LOS AÑOS 1794-95 El déficit por la Asistencia a los Enfermos Militares dio motivo a un Estudio de aquel Coste I — Momento Histórico La ejecución de Luis XVI, 21 de enero de 1793, unió a los monarcas de Europa contra Francia. Sus tropas amenazaron el suelo francés por todas las fronteras. Los españoles lucharon en el Rosellón y fueron detenidos a fines del propio año. El Tratado de Basilea, firmado con España en julio de 1795, ponía fin a las hostilidades. Este conflicto provocó el paso de un gran número de tropas por Tarragona, sobre todo al regresar de los campos de hatada. Fue especialmente angustie 5a la situación a mediados del mes de octubre. El Hospital de San Pablo y Santa Tecla tenía fama de aplicar muy bien el "remedio de las unciones", que se practicaba a los soldados dos veces al año, previa solicitud por los respectivos Cuerpos y Regimientos. En esta época, se incrementó la demanda de la asistencia con motivo de la gran cantidad de enfermos que traían las tropas. Por esta causa y por falta de sábanas, se suspendieron las prácticas de las unciones. Los militares disponían de sus pequeños hospitales de campaña, pero, según los casos, y sobre todo después de realizada la primera atención, ingresaban en los Hospitales de las ciudades más próximas y siempre mejor dotadas que aquellos. II — Escrito al Sr. Ministro de Hacienda. - 14 Septiembre de 1795 El 25 de mayo de 1795 formaban, la Junta Administrativa del Hospital los canónigos Félix Amat y Salvador Verneda, juntamente con los Regidores municipales Carlos de Morenes, Barón de las Cuatro Torres, y Francisco Güell. Se comisionó al Sr. Barón y a Félix Amat para presentar "qualsevol representació, supliques y recursos al Excm. Sr. Capitá General, al Sr. Intendent i demés superiors que convinga y sia menester para conseguir de la Real los corresponents SOCOITOS y auxilis per los soldats malalts que acuden a est Hospital". Las gestiones se realizaron pero no se recibió respuesta alguna. Más tarde, el 18 de agosto del propio año, se aprueba un escrito dirigido al Sr. Ministro de Placienda. Este escrito, que transcribimos en la parte documental, fecha 14 de sep-


tiembre de 1795, manifestaba que, ahora que ha llegado la paz, vienen de nuevo a solicitar el aumento del precio de las estancias. Que no se hizo antes, ante la atención de los excesivos gastos que sufrió la Real Hacienda con motivo de la guerra. El Hospital percibía por cada estancia tres reales y tres cuartillos de real, cantidad que no cubría los gastos que los enfermos ocasionaban. Que las rentas que disfrutaba el Hospital, estaban destinadas exclusivamente a "los pobres paisanos enfermos", y por el déficit de esta atención a los militares, se han visto disminuir mucho los capitales. Como dato curioso, cabe destacar que se precisaba un sacerdote hábil en idiomas extranjeros, y que esta Ciudad, y por sus circunstancias particulares, "ha sido y será, especialmente en pan, carne, huevos y leña, que son los artículos más importantes de un Hospital, más cara que la mayor parte de las capitales de provincia". Se solicitaba, aparte del aumento del precio de las estancias, cierta cantidad de colchones, manta,s, sábanas v camisas. Este escrito es un gran documento que merece estudiarse. '

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III — Nombramiento del Dr. Manuel Dalmau

A modo de paréntesis en esta cuestión del precio de las estancias, cabe destacarse la noticia que en la propia sesión del 18 de agosto, y a propuesta de los señores Félix Amat y Barón de las Cuatro Torres, se nombra como médico del Hospital al Dr. Manuel Dalmau y Capdevila, que cubrió la vacante por fallecimiento del Dr. Pablo Pallejá. La Administración le asignó el sueldo de 100 libras anuales. El Dr. Dalmau, médico personal del Arzobispo Armañá, tuvo en el Hospital una actuación muy directa en todo lo referente a la creación y convocatoria de una plaza de médico residente, hecho muy importante en la historia del Hospital, que puede catalogarse como una efemérides precursora de un moderno sentido en la asistencia hospitalaria. Nuestro Dr. Dalmau, fue padre de otro médico, Dr. Manuel Dalmau y Magnífic, gran figura de la Junta Local de Sanidad de entonces, cuyos trabajos en el saneamiento de la zona del puerto para eliminar el paludismo, y desterrar de las cárceles el tifus exantemático que lo invadía, merecen un público reconocimiento. El Dr. Dalmau y Capdevila, fue abuelo de la poetisa Massanés. Su hija Francisca, contrajo matrimonio con el militar de ingenieros José Massanés. El Hospital, el día 9 de junio de 1802, jubiló al Dr. Dalmau, dejándole como pensión el mismo sueldo que percibía. Poco más tarde, el 18 de agosto de 1803 murió de forma inesperada a la edad de 48 años. V — Sí

S3ÜC

iian 3 0 0 Sábanas de los Hospitales de Campaña

El 14 de septiembre de 1795, el Gobernador Juan de Cambiaro, convocó an el Ayuntamiento al Barón de las Cuatro Torres para anunciarle la pronta


llegada de militares para tomar las unciones en el Hospital. Ello dio motivo para que al día siguiente se reuniera Ja Junta Administrativa de este Centro para tratar del asunto. Félix Amat manifestaba que "lo estat del Hospital no deixava arbitre para donar uncions, a no ser que se aumentían las Jornadas y la gratificado", pero como sea que la Junta en la última primavera se comprometió a esta asistencia, se resolvió que "se donían las uncions sois pugan donarse, parque lo Hospital no podrá trobar ein los pochs dias de temps que hi ha, los llansols que se necessitan". Para resolver este asunto, se acordó solicitar al Si\ Diego de Gardoque, Capitán General del Principado, 300 sábanas procedentes de los hospitales de campaña. Normalmente, los enfermos paisanos que tenía el Hospital eran 10 ó 12, y raras veces aumentaba si no fuera en caso de epidemia. Cuando la tropa ocupaba los cuarteles de Tarragona, Reus y Valls, y había destacamentos en otras villas del Campo, los soldados enfermos llegaban a ser hasta 200. Ello representaba un serio problema de personal para el Hospital. Era muy difícil encontrar enfermeros y sirvientes adecuados para tan poco tiempo. Así se le hizo ver al Sr. Intendente del Ejército y Principado. V -

Difícil situación - 14 Octubre de 1 7 9 5

Consta que por esta fecha el número de soldados hospitalizados superaba al centenar. El Dr. Dalmau se encontraba prácticamente solo para atender a tan numerosa enfermería. El otro médico, Dr. Luis Mariner, estaba de permiso, convalesciente de un serio trastorno que lo mantuvo de baja durante algún tiempo. Se solicita con urgencia que regrese el expresado Dr. Mariner, porque "mediant haverhi molts malalts en la Ciutat, no pot dit Dr. Dalmau cumplir como demana la urgencia de aquest Hospital". Dos días más tarde, el número de soldados hospitalizados era exactamente 213. El Arzobispo Armañá había donado 50 sábanas y había prometido otras entregas. La situación era difícil. Se escribía al Gobernador Sr. de Cambiara. manifestándole que "76 soldados estaban sin sábanas. Que son también muchos los que están sin manta y sin colchón y hasta los jergones y tablas faltarán por poco que aumente el número de enfermos. Según ha sucedido con los Regimientos que han pasado, nos hace creer que irá creciendo el número de enfermos a medida que transiten más Regimientos hacia el interior del Reino. El edificio del Hospital es capaz para muy cerca de 400... La Administración sentiría en extremo haber de cerrar la puerta al infeliz soldado enfermo..." Se solicita en este escrito: 1.° — Que renovara sus activas instancias al Sr. Capitán General y al señor Intendente del Ejército y Principado, para que proporcione de los deshechos de los hospitales de campaña, las sábanas que se habían pedido. 2.° — Que con urgencia, y de los propios hospitales, remitan 200 camas completas.


3.° — Que teniendo en cuenta los gastos extraordinarios que ahora sufre, gestione cuanto antes se aumente el precio de las estancias. De lo contrario, "se acabarán de consumir las pocas rentas que tiene y limosnas que se le dan, uno y otro cjon destino a los paisanos enfermos". 4.° — Se solicita una guardia competente, para mantener el orden y disciplina, "tanto más necesaria cuanto mayor es el número de enfermos". No consta que llegaran las ayudas de sábanas y camas. VI — Estudio de Costes por Estancia El 9 de marzo de 1796, seguía pendiente de resolver el aumento del precio por estancia de los militares. Estos continuaban pagando "tres reales y tres cuartillos de vellón" por cada una. Se hizo un estudio referente a los años 1794 y 1795. Cada estancia resultaba a cinco reales (año 1794), y cinco reales y veinte maravedises 1 (año 1795), sin contar el consumo de sábanas, colchones, mantas, camisas, etc. Se había suprimido el remedio de las unciones. Ante esta situación, se acuerda hacer nueva representación al Sr. Ministro de Hacienda, adjuntándole un estado de cuentas, referente a los años 1794 y 1795.

ESTADO DE CUENTAS EN 1794 —196 quarteras, quatro córtales trigo ... —carbón, 102 quintales, tres arrobas ... —vino, 37 cargas, 24 quartales —aceyte, 149 cuartales ... —•carneros, 289 —leña, 450 quintales —huevos, azúcar, arros, coladas, drogas para la Botica, almendras, fideos, aguardiente, vinagre, y demás gastos de Mayordomía —por los salarios de los empleados al dicho Hospital ... Totales

libras

sueldos

1.821 176 298 233 2.738 170

14 13 12 3 2

1.594

5

2.553

6

9.585

16

dineros 3

_

11 —

CLASIFICACION DE LOS ENFERMOS - ESTANCIAS —soldados —presidiarios —paysanos Total

11.129 1.347 6.877 19.353

2


ESTADO DE CUENTAS EN 1795 —219 quarteras, seis córtales de trigo ... —carbón, 170 quintales, tres arrobas ... —vino, 55 cargas, 18 quartales —aceyte, 166 quartales y medio —carneros, 295 —leña, 450 quintales -—huevos, azúcar, anos, coladas, drogas para la Botica, almendras, fideos, aguardiente, vinagre, y demás gastos de Mayordomía —salarios de los empleados al dicho Hospital Totales

libras 2.314 346 524 287 3.643 225

niélelos

2.325

3

2.641

16

12.308

19

1 13 15 19 11 —

dineros 6 3 —

6 — —

3 —

6

CLASIFICACION D E LOS E N F E R M O S - ESTANCIAS —soldados —presidiarios —paysanos Total

16.077 1.829 5.358 23.264

De este coste de ]as estancias, se pueden deducir los siguientes datos: Año 1794 —salarios de los empleados —coste por estancia —equivalencia en pesetas

26,6 % 0,49 libras 1,30 ptas.

Año 1795 21,45 % 0,52 libras 1,38 ptas.

La equivalencia monetaria en pesetas de una libra catalana es la siguiente: —12 dineros constituían un sueldo. —20 sueldos constituían una libra catalana. — 1 libra catalana equivalía a 2,66 pesetas. El precio de los huevos, aceite y arroz, según el libro de Mayordomía de 1795, era el siguiente: —• huevos, una docena valía 6 sueldos, o sea, 0,79 pesetas. — aceite, un cuartan valía 1 libra y 18 s-ueldso, o sea, 5.05 pesetas. Un cuartan medía 5,162 litros. Un litro valía 0,97 pesetas. — arroz, una arroba valía 2 libras 18 sueldos, o sea, 7,71 pesetas.


Una arroba eran 26 libras de peso. Un kilo eran 2,5 libras de peso. Un kilo valía 0,74 pesetas. Entre las muchas anotaciones del libro de Mayordomía ¡sacamos los precios de la quina y de la calisea. — 22 septiembre de 1800 —• "ha pagat al Sr. Agustí Mata de Barcelona 33 libras catalanas por 16 Unirás de quina bona,, a 5 pesetas y mitja la lliura". — 20 agosto de 1800 — "ha pagat al Sr. Agustí Mata de Barcelona per una arroba de calisea, a 1 libra catalana 10 dinerOiS' la lliura, y mitja arroba de quina a 5 pesetas y mitja". Nótase que por esta época ya se mencionaba la peseta.

VII-

R e p r e s e n t a c i ó n al M i n i s t r o de la G u e r r a . - 1 9 M a y o de 1796

Ni la Administración Pública, ni las Autoridades militares contestaban a los escritos del Hospital. Ante esta situación, se acuerda dirigirse al Ministro de la Guerra, Sr. Miguel José de Aranza, para suplicarle que interpusiera su mediación cerca del Ministro de Hacienda o bien directamente a Su Majestad el Rey. Hacía años que la contrata había caducado. El déficit por las estancias de los militares, eran para el Hospital un problema de estricta justicia, porque todos los bienes,, fundaciones y legados, que habían sido dados a favor de los pobres paisanos de Tarragona, no se podían gastar para otra finalidad. Exponía, que esta situación no podría durar más de cuatro meses. Más tarde, el 26 de julio, aún no se tenía respuesta alguna. Ante esta situación, se comunicó oficialmente al Sr. Marqués de Vallesantoro, Gobernador de la Plaza, que si por todo el mes dei septiembre no se verificaba un aumento proporcionado al precio de las estancias, diera aviso a los jefes de los Regimientos que se hallasen en la Ciudad y su Campo para que no envíen sus enfermos al Hospital.

VIII — S e aumenta un Cuartillo de Real por c a d a E s t a n c i a Ante la amenaza de no admitir más enfermos militares si no se arreglaba el precio de las estancias, el Sr. Intendente del Principado, Juan Miguel de Indaro, a 1 de agosto de 1796 comunica que mientras no resuelva Su Majestad el Rey. concede un aumento de un cuartillo de real por estancia, dejando el precio a cuatro reales vellón. Este escrito del Sr. Indaro molestó a la Junta del Hospital. Decía el señor Intendente: "que no son los soldados de peor condición que los paisanos, ni desmerecen por llevar el honrrado distintivo del uniforme, cuando sin él, y reputados por paisanos, los admitirá todo hospital sin pagar cosa alguna". Se le


contesta que "no está en el animo del piadosísimo monarca, que para poder asistir a sus tropas, se acabe con los, pocos bienes cjue por sus fundadores están adictos a las pobres y desvalidos enfermos1 de esta Ciudad, que igualmente son sus vasallos". IX -

Rebaja de los Salarios de los Empleados

En el mes de febrero de 1797 las cosas seguían igual. Se había rebajado el capital y por tanto no podían satisfacerse los gastos ordinarios que tenía comprometidos el Hospital. Sus rentas importaban 1.900 libras anuales, cuando sólo la nómina de los empleados sumaba la cantidad de 2.386 libras. El 11 de febrero se acordó, que "no obstant de que és dolorós a la Administrado rebaixar los salaris, perque molts deis empleats, ab los salaris actuals, encara no tenen bastant per los precisos aliments, se ha determinat, que per ara y fins a mill'ors temps, se rebaixaran los salaris deis empleats en que se puga". En plena Junta Administrativa, celebrada el día 24 del propio mes de febrero se convocó a todos los empleados, dándoles cuenta del acuerdo de la sesión anterior. No consta disconformidad alguna. A partir de esta fecha, los salarios de los empleados quedaron de la siguiente manera: SALARIS DELS EMPLEATS Sesión de 24 de febrero de 1797 — Al Prior, o Capella de est Hospital, apart que per son caracter y obligacions, no pot tocarse res de son salari, que es de — Al Mayordomi Mn. Pau Espinach, que era ans cent vuitanta lliras, be que podrá residir son Benefici, y en las oras de sa residencia deura lo Prior cumplir lo carrech de Mayordom, como aixi se ha fet present al Capella Mn. March, y ha acceptat est carrech, compres baix son salari. Soni -— Ais dos metges del Hospital vuitante lliuras a quiscun, devent estos escriure las receptas, que entre los dos sera cent sexanta lliuras — Al Contralor Soler sexanta lliuras — Al Cirurgia Jpth Fort, devent sangrar, cent lliuras — Al Practicant Jaume Balsells, sexanta lliuras Y se acordá, que per los mérits y bons serveis de dit Balsells, ultra de dit salari sa li donia de gratifìcació annual trenta lliuras. — Al cuyner, ab la obligacio de matar la cam y distribuirla — Als quatre Infermers vuitanta lluiras a quiscun, que junts son los quatre salaris Ab la adventencia que al Infermer Carlos, per tot bos servei se li

250

50 160 60 100 60

110


as señalan annualment quinse Huirás. Y lo Infermer Francisco Altes deura fer Ayudant de Fosser, y porttanse be, se li concedeix la futura de Fosser. — — — —

A la Infermera per las donas Al Fosser Al Receptor Al Procurador de Barcelona per recabar las Jornadas de la Mesoreria en Barcelona Total Huirás

80 81 75 70 1.416

El presupuesto anual de los empleados quedaba reducido a 1.416 libras. Se habían rebajado algunas cantidades. Volvía a equipararse el sueldo del médico con el del enfermero, y se suprimía el del farmacéutico, que era de —ÍX) libra. Así. "se veurá si per ara será millor pendre la medicina en casa del Apothecari, que no mantenir Botiga en lo Hospital y oficial pera gobernarla". X. — Real O r d e n de 12 de Julio de 1798 p o r la que s e fija a C u a t r o R e a l e s y M e d i o de Vellón el P r e c i o de C a d a E s t a n c i a Durante todo el año 1797 también todo siguió igual. Nuevos escritos y más cartas sin contestar. — —

El 10 de julio se escribe al Príncipe de la Paz. El 14 de octubre, al Sr. Intendente, reproduciendo todas las anteriores representaciones.

Sesión de 14 de octubre, en la que se acuerda que los señores Administradores propongan a sus respectivas Corporaciones, eclesiástica y municipal, la decisión de no admitir a los enfermos militares. Sesión 31 enero de 1798, que ante las infructuosas gestiones realizadas, se escriba al Rey.

— —

Que se estudie con el Consejo de Médicos, si puede rebajarse algo de las raciones, para que el Hospital no tenga tanta pérdida. El 14 de marzo, nuevos escritos al Gobernador. Capitán General y señor Intendente. El 4 de agosto, se da cuenta de una Real Orden que dice:

"Por Reales Ordenes, que me ha comunicado el limo. Sr. D. Miguel Cayetano Soler, con fecha de 12 de este mes, se ha servido S. M. aumentar el precio de las estancias de Hospitalidad en todos los Hospitales de este Principado, hasta cuatro reales y medio de vellón cada una de las estancias ordinarias de soldados, debiendo sujetarse a hacer el suministro de alimentos, la asistencia, conforme a lo que señala el Reglamento de Hospitales del añol739, y que se abonen al expresado precio todas las que se hubiesen devengado hasta 1." de enero de este año".


Esta Real Orden la transmitió el Teniente de Rey, Gobernador interino de esta Plaza, Sr. Fernando Seidel, a 1." de agosto de 1798. El Hospital consideró insuficientes estos cuatro reales y medio de vellón para cubrir el gasto, y como el problema afectaba a todo el Principado y vista la poca atención que la Superioridad prestaba a cualquier súplica que de forma particular se instara, determinó, 25 agosto de 1798, escribir a los Administradores de los Hospitales de Rarcelona, para que todos de acuerdo nombrasen un Agente que defendiera la causa común que- les vinculaba, ante donde convenga, al que todos concurrirían con los gastos que ocasione.

Con esta noticia, damos fin a una faceta histórica de toda mía problemática que planteó el cuidado de los enfermos militares, gracias a la cual ha llegado hasta maestros días una valiosa documentación de datos y cifras sobre la asistencia hospitalaria de una época concreta.

DOCUMENTO

Carta al Sr. Ministro de Hacienda 14 Septiembre de 1795 A principios del año 1786 expusimos los considerables atrasos que padeció este Hospital de pobres enfermos a consecuencia de admitir los del Ejército por la médica jornada de tres reales y quartilk>; y el Exorno. Sr. D. Pedíoi de Lorena no tuvo a bien conceder más aumento que de medio real. Fácilmente conocimos que los tres reales y tres cuartillos que resultaban por jornada no podían cubrir los gastos que los enfermos de la tropa ocasionaban al Hospital, pero no quisimos parecer molestos con repetir inmediatamente nuevo recurso, esperando que el Hospital sufriendo- ya menos pérdida que antes podría aguantarla algún, tiempo. Desde entonces es notorio el incremento que han tomado los precios de todas las cosas especialmente el pan y la carne. Y aun que !a consideración de los excesivos gastos que sufría la Real Hacienda y las extraordinarias ocupaciones de V. S., primero con los preparativos y después con la continuación de la Guerra, nos hayan detenido hasta ahora, no podemos ya diferir más el hacer presente a V. E. la indispensable necesidad de que V. E. incline la generosa piedad del Soberano a dispensar copiosos auxilios a este


Hospital, pues sin estos, de ningún modo podría cuidar, y asistir como corresponde a los soldados enfermos. Las rentas de esta Casa todas fueron dadas con destino a los pobres Paisanos enfermos de esta Ciudad. Son bastantes para este objeto, y sin embargo en estos años ha sido preciso vender alguna finca, consumir los capitales de algunos censos, y cobrar anticipadas nueva mensualidades del mejor arriendo. Con tan sensibles sacrificios sólo se ha podido ocurrir al gasto corriente. Muchísimos años hace que no se han podido hacer sábanas, caminsas, colchones, ni mantas, de modo que al retirar la tropa de la frontera, por poca que quede en este Campo no podrían admitir sus enfermos sólo por esta falta. E l Hospital además de que gasta por ración de la tropa con Médicos, Cirujanos!, y Botica. y la manutención de un sacerdote hábil ten idiomas extranjeros, que no necesitaría por los paisanos, ha de tener también por la tropa varios enfermeros, contralor, y otros dependientes. Todos los del Hospital están con el cortísimo salario con que años pasados podían comer, pero no ahora. De modo que sólo aguantan con la evidencia de que el Hospital no puede darles más, y con la esperanza de que podrá; luego de verificada la paz, mediante el aumento de Jornada, y demás auxilios que le dispense Su Magestad. La benignidad del clima, disposición y situación del edificio, y bondad de los alimentos contribuyen a que este Hospital sea de los más útiles a los enfermos. E n especial era conocido en el Ejército por la felicidad con que en el se suministraba a la tropa el remedio de las unciones. Todos los años son varios los Cuerpos del Ejército que instan que se admitan sus soldados; pero muchos años hace que el Hospital falto de todo lo necesario para la debida asistencia de tales enfermos, ha tenido el sentimiento de no poderlos admitir. Aunque con la paz es regular que baje algo el subido precio que tienen actualmente los víveres, es fácil prever que muchísimos años no bajarán al precio corriente en los años inmediatos a la Guerra. Y esta Ciudad por sus circunstancias particulares, y por la riqueza del país inmediato, ha sido y será especialmente en pan, carne, huevos y leña, que son los artículos más importantes de un Hospital más cara que la mayor parte de las Capitales de Provincia. Este conjunto de circunstancias nos obliga a Suplicar a V. E. que se digne providenciar que en adelante por cada jornada de soldado enfermo- se dé un aumento considerable; y al mismo tiempo de lo que existe e n los Hospitales de Campaña ,se destine un buen número de colchones, mantas, sábanas y camisas para que este Hospital lejos de verse en la dura pretensión de no poder admitir a los soldados enfermos, pueda continuar en asistirles con la vigilancia, aseo, y bondad de alimentación, que le han dado especial crédito. Tarragona, 14 septiembre de 1795".


Salarios de los empleados año 1804 En el año 1804 se aprecia una modificación de los salarios de los empleados. El médico Dr. Vives, es el que percibía mayor sueldo, incluso mayor que el cirujano, y también no era igual al del enfermero o enfermera como años atrás. Entonces, el Dr. Juan Vives, procedente de Gonstantí, es el que ocupaba, desde el 22, de diciembre de 1802, la plaza de médico residente a plena dedicación, que había obtenido mediante concurso oposición. Del Libro de Mayordomía de la época hemos obtenido esta fotografía del estado de cuentas referido al mes de enero de 1804. Por estos datos calculamos

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Foto parcial del Libro de Mayordomía. Sueldo de los empleados correspondiente al mes de enero de 1804.


lo que percibían los empleados anualmente, y resultan las dades; MENSUAL

libras

sueldos

dineros

20

16

25

Cirujano

11

13

Cocinero

7

10

Enfermero Altes

90

7

10

Enfermero paisanos ... Enfermera

90

7

10

90

7

10

Sepulturero

90

6

15

17

204

111

5

1.335

El sueldo del médico exclusivo fin destinó José Catedral, que años antes y por tanto conocía muy

S

libras

Reverendo Prior . ...

Totales ...

canti-

ANUAL

Dr. Vives (médico) ...

Pastor

siguientes

sueldos

dineros

250 300

4

140

81

residente se pudo abonar, gracias al legado que a tal Francisco Vilallonga, Dignidad de Hospitalero de la formó parte de la Junta Administrativa del Hospital, bien sus necesidades.

«... no está en el á n i m o del p i a d o s í s i m o m o n a r c a ,

que

para p o d e r asistir a sus t r o p a s , se a c a b e c on los p o c o s b i e n e s que p o r sus f u n d a d o r e s están a d i c t os a los p o b r e s y desvalido s e n f e r m o s de esta Ciudad, que i g u a l m e n t e s o n sus vasallos». ( C o n t e s t a c i ó n a la carta del Sr. I n t e n d e n t e del P r i n c i p a d o - 2 0 agosto de 1796)


Hace 50 años I

R e l a c i o n e s c o n la p r i m e r a D i p u t a c i ó n P r o v i n c i a l

La primera noticia de las relaciones del Hospital con la Diputación, la encontramos en el acta de la Entidad, 28 junio 1822, cuando se solicita a la Corporación Provincial recién instalada, que interceda acerca del Sr. Intendente para que pueda cobrar los 20.061 reales que acredita por estancias de los militares. El Intendente Sr. Bernardo de Elizalde. el 13 de agosto dispuso el abono de esta cantidad. En el mes de julio, en plena época del trienio constitucional, eran "muchos los presos: y facciosos enfermos que se llevan al Hospital, y éste sin paga, no debe admitir más que los pobres, enfermos de esta Ciudad". L a Diputación, el 4 de febrero de¡ 1823, comunicó la Real Orden de 16 de enero, por la que "las estancias de los Migueletes enfermos y demás individuos de las compañías patrióticas sean pagadas por ahora del imprevisto general". El Hospital solicita de la Diputación, que mientras tanto le sean abonadas de donde y corresponda las "169 estancias de la Milicia movible".

li

El 4 de A g o s t o de 1921 se p r e s e n t a un E s t a d o de C u e n t a s

Dejamos pasar un siglo de grandes problemas económicos para el Hospital, no sólo por la dificultad de cobrar estancias, sino también por la ruina total debido a la pérdida de todo su patrimonio por las leyes desamortizadoras. A pesar de todo, el Hospital se mantiene en pie y continúa cumpliendo con su deber. Nos trasladamos al día 4 de agosto de 1921, hace exactamente cincuenta años. Formaban parte de la Junta Administrativa los canónigos Dr. Miguel Serra que más tarde fue Obispo de Canarias, y el Dr. Isidro Gomá. que después de Obispo de Tarazona oaupó la Sede de Toledo. Los concejales eran D. Celestino Salvado y Gras y D. Manuel de Orovio y Romeu. Más tarde al Dr. Miguel Serra le sustituyó en la Administración, el 9 de febrero de 1923, el Dr. José Cartañá, que posteriormente también fue Obispo de' Gerona. La obra y personalidad del, Sr. Orovio meree en su día un meticuloso estudio. sobre todo su gran entusiasmo por el Hospital. El Sr. Orovio y Romeu tomó posesión de la Junta el 17 de, enero de 1916, y el 12 de abril de 1920 la Corporación Municipal lo reelige de nuevo para ocupar este cargo. Su padre,


D. Manuel de Orovio y Mestre, ya había pertenecido en dos épocas distintas a la Junta de este Centro asistencial. Estos períodos son desde el 10 de mayo de 1887 al 16 de enero de 1890, y desde 20 julio de 1895 al 10 de julio de 1899. Entonces, el Arzobispo de Tarragona, y por tanto Patrono del Hospital, lo era el Dr. Francisco de A. Vidal y Barraquer, que con anterioridad, cuando era canónigo también formó parte de esta Junta desde el 24 de enero de 1908 al 6 de febrero de 1912. Estas eran las personas que regían la Administración hace cincuenta años En las actas de la sesión celebrada el día 4 de agosto consta la noticia del pago de unos atrasos y el estado de cuentas de la Diputación con este Hospital. Resulta que respecto a los enfermos pobres transeúntes, el Centro por prinupio fundacional, no se hacía cargo de los mismos. Al parecer, la Diputación consignaba en su presupuesto una cantidad que no satisfacía. Consta que el 17 de febrero de 1900 debía por este concepto 10.000 pesetas. Ante la dificultad para cobrar, el Hospital en este año de 1900 se vio obli gado a negar la entrada a esta clase de enfermos. A parto de entonces, ingresaban por orden gubernativa, y de esta forma los gastos que ocasionaban los abonaba la Diputación. En dicha sesión de 4 de agosto consta que gracias a las gestiones del exPresidenta de la Corporación Provincial, D. José Montserrat Cuadrada, se había ordenado el pago de las estancias causadas por los ingresos efectuados por Orden gubernativa durante los años 1915 a 1918, que importaban la suma de 4.ob2,05 pesetas. El estado de cuentas era: — Por consignación en los Presupuestos Provinciales desde el año económico de 1891 al 92, hasta el de 1901, inclusive. — Por cuentas de estancias de pobres transeúntes presentadas en 11 de junio 1908. 6 marzo 1912, 30 enero 1914 y 8 imirzo

1915

— Por la cuenta de estancias del año 1920 a 1923 presentada a la Mancomunidad en 26 julio último

2 1 . 1 2 5 , - ptas.

3.664,75

"

1.210—

"

Dos años más tarde, 10 julio de 1923,, el señor Decano Dr. Gomá tuvo una entrevista con el Presidente de la Diputación solicitándole alguna cantidad con motivo de las nuevas instalaciones del quirófano del Hospital. Se le prometió qre se entregaría mil pesetas a cuenta de los atrasos, manifestándole que solo eran 3.664,75 pesetas, pues las 21,125 que acreditaba por subvenciones no satisfechas, no constituían deuda alguna para la Corporación Provincial. Esta cantidad de 21.125 pesetas fue motivo de reclamación durante varios anos.


III — Concierto con la Diputación. - 2o de Julio de 1925 El 10 de octubre de 1934 tomaron posesión de la Administración del Hospital los concejales Manuel Vilar de Qrovio y Antonio Malé Escudé. El Sr. Vilar hizo constar su satisfacción de pertenecer a una Junta en la que estuvieron su padre y abuelo, y que desde pequeño le habían acostumbrado a tomar cariño a esta Institución. La labor del Sr. Vilar en el seno de la Junta del Hospital fue muy fructífera. Encontró en ella al Dr. Cartañá, gran personalidad en torno a la cual gira toda la historia contemporánea del Hospital. El Sr. Vilar cesó el 18 de mayo de 192S. Su hijo, don Ricardo Vilar Guix, Alcalde de la Ciudad, forma parte actualmente de esta misma Junta. El 3 de julio de 1925 el doctor Cartañá da cuenta de las1 gestiones realizadas acerca del Presidente de la Dipuación para que reconociese el crédito de las 21.125 pesetas por las subvenciones acordadas en los presupuestos provinciales de 1891-92 a 1901, y que el único argumento que oponían a dicho reconocimiento era que el citado crédito no había sido reclamado en los cinco años siguientes después de haber sido devengado, "y como quiera que del archivo de estas oficinas resulta lo contrario, se acordó oficiar al Sr. Presidente de la Diputación, contestando el de 28 de marzo último, exponiéndole las fechas en que se reclamó oficialmente dicho crédito y pidiendo que en virtud de dichas reclamaciones se reconozca la subsistencia legal del mismo". "El propio Dr. Cartañá expuso que habiendo cesado la Mancomunidad de Cataluña, y pasados los servicios provinciales de Beneficencia a la Diputación, convenía ponerse de acuerdo con la misma, pues en la ocasión antes expresada se le había manifestado que deseaba dicha Corporación tener cierto número de camas a su disposición y pagar las estancias a un precio algo más módico". Ante esta exposición, la Junta del Hospital autorizó al Dr. Cartañá para que siguiera, y .si conveniera provocase las expresadas negociaciones. Efectivamene, la Diputación Provincial, el día 20 de Julio de 1925 aprobó las siguientes condiciones para el concierto con el Hospital: 1. a — El Hospital reservaría quince camas a disposición de la Corporación Provincial, pagando ésta el estipendio de setenta y cinco céntimos por cada día y cama reservada. 2. a — Cuando alguna de dichas camas fuese ocupada, la Diputación satisfará una estancia diaria por enfermo de tres pesetas. 3. a —• Si la enfermedad exigiese intervención quirúrgica, el precio de la estancia y demás servicios serán objeto de contrato especial para cada caso. 4. a — El ingreso en el Hospital tendrá que decretarlo la Diputación La condición 3. a quedaba poco clara: El 11 de agosto se propuso concretarla en el sentido de que por los enfermos de cirugía abonaría la Diputación


cuatro pesetas diarias: procurándose obtener de los familiares de los enfermos que necesitasen intervención los gastos de la misma, y n o siendo posible abonana la Corporación Provincial una pequeña cantidad que se fijaría en cada 1 caso. El precio de las estancias del propio mes de agosto, ya se abonaron de acuerdo a estas condiciones, dándose implícitamente conformidad a la proL puesta. Al pactar a tres pesetas el precio de la estancia, se tuvo en cuenta "la disposicion de pagar las .estancias a un precio algo más módico" que el real Como se vera luego, el coste era alrededor de cuatro pesetas. Pero seguía el débito de las 21.125 pesetas. El 20 demarzo de 1926 la junta del Hospital acordó insistir de nuevo acerca de la Dipuatción reclamando la expresada cantidad, la cual "podría destinarse en la instalación de un Servicio de Rayos X y otras mejoras que se proyectaban, que indudablemente redundarían en beneficio de la Beneficencia Provincial". Unos meses más tarde, 8 de julio de 1926, se planteó de nuevo la necesidad de unos Servicios de Rayos X y Radioterapia, y que dada la importancia del coste, se acordo gestionar cerca de la Diputación Provincial, que la instalara a s u s costas, toda vez que, "desempeñando asta Casa las funciones de Hospital, redundaría en beneficio de la Provincia, y con cuyo pago se podría extmgmr el crédito que contra dicha Corporación tiene este Establecimiento" El Dr. Cartañá se entrevistó con el Presidente de la Diputación, el cual ie manifestó que estudiaría el caso.

I V - Propuesta de Hospital Provincial. - E s rechazada En el mes de febrero de 1928 -se celebró una reunión de alto nivel

Por

•a v T s ^ í DipUtaCÍÓn' d d * U t a d ° D«**ado * Benefic^ ] ° S ^ministradores señores Cartañá v Vda T O ^ ^ Caitana y Vilar de Orovio. El objeto fue que para solucionar y evitar nuevos problemas, se convirtiera este Hospital en Provincial. Se acordo que se redactasen las bases y se p i n t a s e n a la Diputación. Así lo comunica el doctor Cartana a los señores de la Junta el 15 dé febrero de 1928. Estas bases se redactaron y se sometieron a la aprobación de la Tunta Admilustrativa el día 28 de julio de 1928, el texto de cuya acta, por su gran 7mportancia, transcribimos íntegramente. «Hospital Provincial. - Desde hace mucho tiempo se ha venido hablando de la necesidad de constituirlo en esta Capital, lo que motivó algunos parlamentos entre la Junta de este Hospital y los actuales Presidente y Secretario de la Diputación, habiéndose convenido que la Junta estudiaría la manera de poder refundir en uno solo, el que la Diputación ha de constituir y el de San


Pablo y Santa Tecla, por lo cual el señor Decano para dar cumplimiento a dicho compromiso ha estudiado la manera de poderlo llevar a efecto, dándole formas de proposición, que ,se lee y es del tenor literal siguiente: "La Junta Administrativa del Hospital de San Pablo y Santa Tecla de esta Ciudad, propone a la Excma. Diputación: 1." Convertir el Hospital de San Pablo y Santa Tecla con la cooperación de la Excma. Diputación, en Hospital Provincial, con personalidad jurídica propia, que actuará siempre como institución autónoma. 2.° El nuevo Hospital se construirá y regirá de conformidad con las bases que ambas entidades, de común acuerdo, establezcan. 3." La Excma. Diputación nombrará a dos de sus miembros para que con los dos del Cabildo Catedral y Municipal, constituyan la Junta de Gobierno. 4." El Hospital de San Pablo y Santa Tecla en virtud de su conversión en Hospital Provincial estará bajo la protección de los nombrados patronos. 5." Correrán a cargo del Hospital Provincial todos los servicios de Beneficencia que en virtud del estatuto provincial competen a la Diputación y que por su naturaleza no requieren institución especial. 6." Siendo insuficientes para tales servicios los locales de que dispone el Hospital de San Pablo y Santa Tecla, la nueva entidad construirá un edificio adecuado en las afueras de la Ciudad. 7." Todos los bienes y derechos que actualmente posee el Hospital de San Pablo y Santa Tecla, así como sus obligaciones, pasarán al nuevo Hospital. 8." La Excma. Diputación contribuirá a los gastos del nuevo Hospital en la cantidad que se estipule, lo mismo para su instalación que para su funcionamiento / 9 -°

personal afecto al Hospital de San Pablo y Santa Tecla lo será al Hospital Provincial, según los derechos y obligaciones que se determinarán ens sus nuevos reglamentos. 10." Para llevar a efecto esta proposición se nombrará una ponencia, que constará de dos Diputados y dos Vocales de la Junta Administrativa del Hospital ele San Pablo y Santa Tecla. T o d o el

Razones poderosísimas que apoyan la bondad de la proposición: 1.a—Por parte de la Ciudad: A) La Ciudad verá realizados ,sus anhelos de que el edificio Hospital sea trasladado a las afueras. B) Tendrá ,un establecimiento benéfico de mucha mayor eficacia que, no solamente mejorará la suerte de los pobres, sino de cuantos necesitan los auxilios de la Medicina C) Pudiendo el Cuerpo Médico de Tarragona contar con medios más eficaces, no solamente se aumentará el prestigio de la propia clase, sino que ello redundará en mayor prosperidad de la Ciudad.


2.1a—Por parte de la Diputación: A)

Realizará uno de los fines de su misión y que se señalan en el estatuto provincial.

B)

Dejará de ser una excepción entre la mayor parte de las provincias de España, al no tener un Hospital donde atender a los enfermos que se les presenten.

C)

En el orden económico los sacrificios que deberá imponerse, serán mucho menores que si lo instituyera a cuenta propia: a)

porque contará con la cantidad, no despreciable que aporta el Hospital de San Pablo y Santa Tecla.

b)

por la experiencia adquirida por este Estaableeimiento en los largos años de isu existencia.

3J!l- - P o r parte del Hospital: A)

Mayor éxito en el fin que le es propio.

B) C)

No dejar enfermedad alguna sin atender. El mejoramiento en todos sus servicios."

Unos meses más tarde, el 12 de noviembre de 1928, se daba cuenta de la respuesta de la Diputación, que acompañaba copia del dictamen del Sr. Diputado ponente de Beneficencia, en vista de cuyos contenidos se acordó no insistir en que se acepte la expresada proposición. La negativa dada por la Diputación causó gran pesar en el seno del Ayuntamiento y de la Ciudad. En el mes de enero del año siguiente, el Director del Hospital, en amplio escrito ponía de manifiesto "la repetición de casos en que por agentes gubernativo y del Municipio son conducidos al Hospital enfermos mentales borrachos, hambrientos, etc. y que son admitidos contraviniendo lo dispuesto en el articulo 3. a del Reglamento, y pregunta si debe continuarse esta práctica temando en cuenta que el Establecimiento no reúne condiciones de seguridad ni personal adecuado, dándose además el caso de que en los últimos tiempos' uno de estos enfermos fue agredido por otro, que, sin la oportuna intervención de ios enfermeros, podría traer consecuencias para el agredido, y quizás responsabilidades para el Hospital". Se acordó, 11 de enero 1929, escribir al Gobernador Civil, transcribiendo el informe del médico, al propio tiempo que se le indicaba que esta Junta no podría atender a todos los enfermos que se presentaban, por impedirlo las bases fundamentales del Establecimiento, y no disponer de medios, "habiendo resultado estériles todas las gestiones hechas para el arreglo del problema hospitalario en esta Ciudad". A resultas de esta comunicación, el Gobernador Civil promovió una reunión del Presidente de la Diputación, Alcalde de la Ciudad y Decano de la Junta del Hospital, sesión que tuvo lugar en este propio Centro, "tratándose de la proposición que la Junta del Hospital hizo a la Diputación par-a dar solución al problema hospitalario de la Ciudad y su Provincia, y de la negativa da-


da por la Diputación, negativa que al ser conocida en sus verdaderos términos por el Sr. Alcalde, mosteó tal extrañeza que dijo no debía quedar el asunto en esta forma, y que para su arreglo estaba él dispuesto a que de nuevo se tratara del asunto y su arreglo, proponiendo incluso nombrar comisiones del Ayuntamiento y Diputación, y si preciso fuera, buscar la cooperación de las fuerzas vivas de la Ciudad y Provincia, que, de común acuerdo con la Junta del Hospital, podrían ver la manera de dar solución a este importante problema"; Esta es la verdadera historia de los hechos. Respetamos totalmente el criterio de los políticos de entonces. La Historia ya juzga el porqué el Hospital no tiene en la actualidad un mejor emplazamiento.

V

El Coste de la Estancia de un E n f e r m o

Según el Reglamento Interno del Hospital entonces vigente, según el artículo n.'° 5, cada año debía darse un estudio estadístico de las estancias y costes., Los datos constan en las actas de la Entidad, de donde obtenemos el siguiente resumen. Años 1921 1922 1923 — Enfermos existentes en 1 de enero 17 18 11 — Enfermos ingresados durante el año ... . 188 184 223 — Enfermos curados 155 149 168 —< Enfermos fallecidos ... 32 42 44 — Estancias totales ... . 5.065 5.642 6.434 — Promedio diario de enfermos 14 15 17 — Promedio del coste/estancia 4,76 pts. 4,38 pts, 4,06 pts. — Gasto diario del Hospital 66.05 pts. 67,75 pts, 71,73 pts A través de estos resultados, el promedio de estancia por enfermo nos da un índice muy bueno. Es el siguiente: — — —

Año 1921 Año 1922 Año 1923

£4,7 días 28 días 27,5 días

VI — Algunas notas sobre Salarios El 25 de enero de 1924, empezó a regir unas nuevas tarifas que venían descritas en el nuevo Reglamento Interno del cuerpo de médicos del Hospital. Se dividía a los enfermos en dos clases: de Sala General y Clase Distinguida. Todos los médicos que atendían a los enfermos benéficos no percibían salario alguno. En cambio, por la asistencia a los otros, cobraban por acto médico, según la siguiente tabla:


A) — Por asistencia. — enfermedades de medicina, a razón de una peseta diaria (1 Pta.). — enfermedades de cirugía, a razón de una cincuenta pesetas (1.50 pesetas). De las expresadas cantidades, se deducía para el practicante, en las enfermedades de medicina, un 10%, y en las de cirugía, un 25%. B) — Por intervención quirúrgica a enfermos "distinguidos" o por accidente de trabajo: Sobre el precio total del acto quirúrgico había dos modalidades Un precio muy módico para los "distinguidos de 2. a clase", y otro, según .estipulaban los propios médicos, para los demás enfermos (accidentes de trabajo o "distinguidos de 1. a clase"). El precio total ,se dividía en: — 50% para el médico operador — 25% para el médico del enfermo u Hospital — 17% para los méuicos auxiliares. — 3 % para el practicante. — 10% para el Hospital. (Transcribimos literalmente. Notamos que la suma de estos porcentajes no iguala a 100). ' El médico interno del Hospital era el único profesional que percibía un sueldo directamente de la Administración, que iba incluido en la nómina del personal del Centro. Más tarde, 8 de noviembre de 1926, se acordó modificar el artículo 4.° del Reglamento Interno, quedando en el sentido siguiente: "Todos los servicios que el personal médico preste serán gratuitos, pero la Junta tendrá en cuenta los ser-vicios prestados para recompensarles en la forma que pueda". Así, 18 de diciembre, le asignan al Dr. Güerri la cantidad mensual de 150 pesetas, y 100 para los doctores Battestini y París, "sin perjuicio de las subvenciones que acuerde trimestralmente la Junta concederles". El 21 de marzo de 1927, se nombra al Dr. Enrique Guasch Giménez médico numerario de la Sección de Cirugía del Hospital, con el sueldo mensual de 100 pesetas. f u l n t o a 0 t r 0 s sueldos, y como datos curiosos cabe señalar que desde 1920 regían para las religiosas el salario de 50 pesetas mensuales. Había entonces siete Hermanas. El enfermero percibía 87,50 pesetas y el conserje a la vez enfemierg 150 pesetas. o

E n

(

Otro sueldo era el de la mandadera, a razón de 12,50 pesetas, también cada mes.


Año 1970

Estudio sobre •a población benéfica ingresada D E F I C I T POR LA ASISTENCIA

El numero total de enfermos benéficos que durante el año 1970 ingresaron en el Hospital General de San Pablo y Santa Tecla de Tarragona fue de 376, y causaron 11.914 estancias.

S E X O El 51,8 % fueron mujeres y el 48 : 2 % fueron varones.

E D A D El promedio de edad de los varones es de 45,3 años, y el de las mujeres, de 51! años.

CUADRO DE EDADES EN

Varones % del Mal

Edad

%

Mujeres % del total

0 - 9 años 10-19 " 20-29 "

12,8 6.4 8.9

5,9 4,8 10,1

30-39 40-49 50-59 60 - 69

" " " "

5,8 18,0 15,4 11,5

12,5 5,9 18,5 14,3

70 - 79 80-89 90-99

" " "

12 82 8,4 —

19,1 7,7 1,2


En la Tabla por Grupo de Edades llama la atención que el 62,5 % del total de enfermos benéficos tienen menos ele 59 años. La función asistencial benéfica de este Hospital no es propiamente asilar. Existe un porcentaje elevado, de población joven, que, por múltiples causas, carece de Seguridad Social y acude a la beneficencia.

TABLA

0 - 1 9 años 20-59 " 60 y más años

POR

GRUPO

DE

EDADES

Varones

Mujeres

Total

19,2 % 48,1 % 32,7 %

10,7 % 47,0 % 42,3 %

15,0 % 47,5 % 37 5 %

~ 100,0 %

100,0 %

100,0 %

PIRAMIDE D E EDADES Y SEXOS VARONES

20

15

10

M U J E R E S

5

0

0

5

10

15

20

La base de la pirámide, bastante importante, es más marcada por el lado masculino. Cabe señalar el elevado porcentaje de varones entre los 40 a 49 años (el 1S % del total).

PROCEDENCIA D E LOS E N F E R M O S 1. a — Enfermos que han precisado internamiento para una adecuada exploración o bien tornamiento especial, proceden de las Instituciones siguientes:


Casa Provincial de Beneficencia, Hermanitas de los Pobres, Maternidad Provincial, Prisión Provincial, "Asociación Española de la lucha contra el C á n c e r ' . 2. a — Enfermos transeúntes, que constituyen la mayor parte. Tarragoaa, como capital de provincia y favorable núcleo de comunicaciones, es para muchos una "cabeza de puente" para trasladarse a otros lugares. Cabe destacar entre éstos, algunos extranjeros con escasos recursos económicos. i. a —Enfermos residentes en pueblos de la comarca, también con escasos recursos económicos. 4. a —Enfermos indigentes qv.e residen en Tarragona, especialmente en los núcleos de suburbios, y también otros que, con escasos recursos y amparados por la Seguridad Social o Mutualidades Laborales, estas entidades no se hacen cargo del internamiento de enfermedades médicas corrientes, sino

que

sólo

atienden las quirúrgicas o los casos difíciles que precisen hospitalización para oportuno diagnóstico o tratamiento.

N U M E R O D E ESTANCIA S Y E N F E R M O S ESTUDIO COMPARATIVO CON E L AÑO A N T E R I O R

AÑO CLASIFICACION

E N F E R M O S Enfermos

Diputación Provincial . . .

196 9

AÑO

Promedio Estancia Estancias Enfermo Enfermos

275

9.288

33,5

Beneficencia Municipal . .

73

2.811

Semi-bene¡ficencia

39

755

46

2.979

433

15.773

11

7 0

Promedio Estancia Estanci as Enfermo

206

6.563

31,8

38,5

89

2.263

25,3

19,3

43

1.014

23,7

64,7

38

2.074

54,6

376

11.911

Asociación Lucha contra el Cáncer Totales . . .

INCREMENTO RELACION AÑOS ENFERMOS

1969-1970 ESTANCIAS

Diputación Provincial

— 25,0 %

— 28,8 %

Beneficencia Municipal

+ 21,'0 %

—19,4 %

Semi-benéficos

+ 10,0 %

+ 34,0 %

Asociación Lucha contra el Cáncer . ...

—17,4 %

— 30,4 %


La disminución de enfermos de "beneficencia" ha sido a expensas exclusivamente de los dependientes de la Diputación Provincial. E l número de enfermos de la Beneficencia Provincial ha disminuido en un 25%, y ien cambio ha aumentado el de la Beneficencia Municipal en un 21 %. Por el contrario, el número de estancias causadas por estos enfermos ha disminuido en los dos sectores, lo que ñnplica una más eficiente asistencia, y el predominio de enfermos agudos sobre los crónicos en relación al año anterior. La disminución de los enfermos dependientes de la Beneficencia Provincial, cabe atribuirla a la implantación de la Seguridad Social Agraria. En Tarragona ciudad, que no repercute tanto esta mejora social, el total de enfermos de Beneficencia Municipal, más bien ha aumentado. El índice de ocupación de las camas destinadas a enfermos, benéficos ha descendido mucho. De la cifra de 60% en 1969, ha pasado a 45,3% en 1970 Esta disminución se debe en parte al menor número de enfermos benéficos, y por otra a una mayor eficiencia en la asistencia.

PATOLOGIA QUIBURGICA D E LOS E N F E R M O S

BENEFICOS

Sobre esta cuestión se han obtenido los siguientes resultados estadísticos: Han sido sometidos a Cirugía Mayor, 42 enfermos benéficos, que representa el 11,2 % del total de esta población. Estos casos están distribuidos por las siguientes especialidades: Especialidad

N:

de

casos

%

Traumatología . ...

14

Cirugía General ... Urología Ginecología

14

3,8

12

Totales

3,1

42

3,8 0,5 11,2 % .

COSTE POR ESTANCIA El promedio del coste por estancia de la población benéfica estudiada es el siguiente: Costes

fijos

1.°—Personal

a) b) c)

facultativo, médicos Personal auxiliar sanitario Personal administrativo, y resto del personal del Centro (telefonistas, lavandería, cocina, portería, limpieza, etcétera)

Año 1969 PTAS.

Año. 1970

%

00,00 29,42

PTAS.

00,00 26 50 47,3

114,41

%

42,7 111,60


2."—GASTOS

a) b)

GENERALES

Conservación y entretenimiento (edificios, aparatos, muebles) Consumo agua, gas, electricidad, cale facción

U S

5,8

00,00

3."—AMORTIZACIÓN

Costes

/ i '

24,92

7,7

00,00

variables

4.°—ALIMENTACIÓN 5.°—-SUMINISTROS

58,79

19,3

64,26

21,6

84,40

27,8

93,40

28

SANITARIOS

(Medicación, material de cura, radiografías, laboratorio, quirófano, etc.) . Totales

303,82

322,68

Nota: No se hace constar el capítulo de honorarios del cuerpo facultativo ni amortización. Los costes fijos han sido calculados para .el año 1969 sobre una base real de un 60% de ocupación y para el año 1970' sobre una base teórica también de igual índice.

COMENTARIO El bajo índice de ocupación en 1970, de confirmarse en 1971, obligará a una reestructuración de las camas destinadas a la población benéfica. En cuanto a costes, a pesar de un aumento de salarios a los empleados, se ha reducido el coeficiente en relación al año anterior, debido a una política destinada a una mejor distribución del personal. Los gastos generales, y 'sobre todo la alimentación, son los capítulos que ofrecen mayor incremento, coeficientes similares al aumento del coste de la vida en general.

GASTO POR LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS BENEFICOS Si se aplican los promedios obtenidos al valorar el coste de la estancia durante los años 1 9 6 9 - 7 0 al número de jornadas devengadas por los enfermos dependientes del Municipio y Diputáción Provincial, resultan los siguientes gastos por la asistencia:


E N F E R M O S D E P E N D I E N T E S D E L MUNICIPIO D E TARRAGONA Año 1969 Año 1970

73 enfermos 89 enfermos

2.811 estancias 2.263 estancias Tota]

854.038 ptas. 730.224 ptas. 1.584.262 ptas.

E N F E R M O S D E P E N D I E N T E S D E LA DIPUTACION PROVINCIAL Año 1969 Año 1970

275 enfermos 206 enfermos

9.228 estancias ... — ... 6.563 estancias Total

2.803.651 ptas. 2.117.748 ptas. 4.921.399 ptas.

D E F I C I T D E 5.321.336 PTAS.

La Diputación Provincial, que no tiene Hospital propio, abona 75 pesetas por estancia. Esta cantidad, aplicada al número de estancias devengadas por sus enfermos, representa la suma de 1.184.325 pesetas, que es lo que ha recibido el Hospital por este concepto durante estos últimos años, 1969-70. Al Hospital, la asistencia a los enfermos benéficos en este período, le ha representado un déficit de 5.321.336 pesetas. Este déficit viene dado; 1." — Porque el Ayuntamiento no ha aportado cantidad alguna por esta asistencia. 2.° — Por la escasa tasa que abona la Diputación para la atención de sus enfermos. Esta Corporación Provincial, valoró los precios de las escancias durante los últimos años en las siguientes cifras: — Desde 19^0 hasta abril de 1965, a razó i de 25 peseta; por estancia. — Desde abril de 1965 hasta junio de 1966, a razón de 35 pesetas. — Desde junio de 1966 hasta agosto de 1968, a razón de 50 pesetas. — Desde agosto de 1968 hasta la fecha, a razón de 75 pesetas.


SOLUCIONES AL PROBLEMA Los ingresos que percibe el Hospital se pueden resumir en tres capítulos: — Funcionamiento de la Clínica Santa Tecla y demás Servicios Generales del Centro, que proporcionan el mayor número de estancias. 2.° — Administración del Cementerio. 3-° — Alquileres de locales de negocio y viviendas. Estos ingresos actualmente no compensan el déficit por la asistencia a los enfermos benéficos, y además tienden a agravarse por el mayor precio del ccm-

{ coito a lies y ite de estión , derija cir¿íestras i carréde tres ín estos — MarSeguirá 11 para nlazar a la

.O

ncia y la ar, Serán d. En la rovincial, 39 se faodelo de nplimenido en la leí próa en que lisión de

Valiosa ayuda económica del Ayuntamiento al Hospital de San Pablo y Santa Tecla El Hospital General de San Pablo y Santa Tecla nos comunica que ha recibido un oficio del Excelentísimo Ayuntamiento por el que participa según acuerdo de su Comisión Permanente, consignar en el presupuesto del próximo ejercicio una ayuda económica, para atender a la mitad del coste por la asistencia de los enfermos benéficos vecinos de esta ciudad. La otra mitad se obtendrá por la Administración del Hospital de otras fuentes de ingreso, como alquileres de viviendas y locales de negocio, derechos de Cementerio, etcétera. Con esta aportación económica, la asistencia a estos enfermos no ocasionará ningún déficit al Hospital. El Ayuntamiento, consciente del nuevo concepto de hospital, abre nuevos caminos de colaboración con nuestro Centro, de cuya Junta Administrativa desde hace más de cinco siglos forman parte sus representantes. Ante este acontecimiento, que permitirá una más eficiente asistencia, la Junta Administrativa del Hospital reconoce públicamente sus más profundo agradecimiento a la expresada Corporación Municipal.

1 Nota oficial del Hospital aparecida en "Diario Español", el día 12 ¡agosto 1971.


sumo médico, y para asegurar el debido mantenimiento de la ampliación programada y en vías de realización, destinada a actualizar algunos servicios. Las soluciones al problema que acarrea la asistencia a los enfermos benéficos son dos: 1.a — Se iniciaron las gestiones con .el Ayuntamiento de la Ciudad para que conceda una ayuda económica. El resultado ha sido satisfactorio. Recientemente, 9 de agosto de 1971, se dio cuenta en la Junta Administrativa del Hospital de una comunicación en este sentido. 2.r* — Hace más de un año que se mantienen contactos con la Diputación para que actualice el coste que abona por estancia. Creemos y confiamos que las gestiones en curso vayan por buen camino.

PUNTO FINAL ! a

' Historia se repite. Lo mi;mo que sucedió en el siglo XVIII con los militares, cuyo déficit obligó a un minucioso estudio de coates, ocurre ahora con la asistencia a Ion enfermos benéficos. Creemos que la presencia y actividad del Hospital de San Pablo y Santa Tecla, cumpliendo muchas veces una función provincial, ha servido para que la Diputación de Tarragona no construya su propio Hospital, «vitándose con ello 1;l '"versión de grandes sumas para su debido mantenimiento.

« Esta Ciudad..., ha s i d o y s e r á e s p e c i a l m e n t e en pan, c a r n e , huevos y leña, que s o n los a r t í c u l os más i m p o r t a n t e s de un Hospital, más cara

que la m a y o r parte de las Capitales

de

Provincia». (Carta al Sr. M i n i s t ro

de H a c i e n d a - 14 s e p t i e m b r e de 1795)


INDICE Pég. Hace doscientos años. — NUESTRO HOSPITAL EN 1771

7

1 - Notas referentes al personal y la Administración 2 - Reglamento interno del Hospital en 1774. 3 - Salarios de los empleados. E L COSTE POR ESTANCIA EN LOS AÑOS 1794 - 95 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

-

15

Momento histórico. Escrito al Sr. Ministro de Hacienda. - 14 septiembre 1795. Nombramiento del Dr. Manuel Dalmau. Se solicitan 300 sábanas de los Hospitales de Campaña. Difícil situación - 14 octubre de 1795. Estudio de costes por estancia. Representación al Ministro de la Guerra - 19 mayo 1796. Se aumenta un cuartillo de real por cada estancia. Rebaj a de los salarios de los empleados. Real Orden de 12 de julio de 1798 por la que se fija a cuatro reales y medio de vellón el precio de cada estancia.

Documento. — CARTA AL 14 septiembre de 1795

SR. MINISTRO

DE

HACIENDA

23

SALARIOS DE LOS EMPLEADOS, AÑO 1804

25

HACE CINCUENTA AÑOS

27

1 2 3 4 5 6

-

Relaciones con la primera Diputación Provincial. El 4 de agosto de 1921, se presenta un estado de cuentas. Concierto con la Diputación - 20 julio 1925. Propuesta de Hospital Provincial - Es rechazada. El coste de la estancia de un enfermo. Algunas notas sobre salarios.

Año 1970. — ESTUDIO SOBRE LA POBLACION BENEFICA INGRESADA -

Sexo, edad y procedencia de los enfermos. Número de estancias y patología quirúrgica. Coste por estancia. Gasto- por la asistencia a los enfermos benéficos. Déficit de 5.321.336 pesetas. Soluciones al problema. Punto final.

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