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Cadena de valor
Sin
desperdicio Día a día, miles de toneladas de alimentos terminan en la basura. Qué están haciendo las cadenas de retail del país para evitarlo. Innovación en sus prácticas de RSE y canalización a través de organizaciones solidarias. Por Agustina Devincenzi
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nualmente, se producen a nivel global 4000 millones de toneladas de alimentos, de las cuales se consume solo la mitad. Es decir, cada año se tiran 2000 millones de toneladas en buen estado. Tal es el volumen que se pierde que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que, si se reducen estos desechos en un 25 por ciento, podrían comer todas las personas desnutridas del mundo. La Argentina no es ajena a esta situación: 16 millones de toneladas se descartan por año, equivalentes a más de 87 millones de platos diarios. Ante este panorama, las cadenas de retail pusieron manos a la obra para minimizar el desperdicio en todos los eslabones, desde el cultivo y la producción, pasando por el procesado y la distribución, hasta la comercialización y el consumo. En 2016, Carrefour realizó en los países en los que el grupo está presente el Gran Reto de los Proveedores, un concurso que premia a las mejores ideas para reducir el despilfarro. En
la Argentina, el ganador fue Dos Hermanos, que elabora snacks y tostadas con arroz partido. “La arrocera, como cualquier industria alimenticia, genera subproductos. En nuestro caso, se encuentran los granos de arroz que, por su relación largoancho, no cumplen con la calidad exigida para ser envasados. Con estos granos quebrados fabricamos snacks y tostadas”, explica Florencia Funes, responsable de Innovación y Desarrollo. Este nuevo canal de ventas no solo recupera lo que antes se tiraba, sino que mejora también la rentabilidad de la compañía. Gracias a este proyecto, Dos Hermanos aumentó su fuerza laboral un 25 por ciento, generando 28 puestos laborales el año pasado. “La propuesta cambió el paradigma tradicional, focalizado en la producción primaria (el arroz). El desafío está en aprovechar su potencial y trabajar en el concepto de economía circular, basado en la reutilización de materiales, lo cual cambia el modelo de negocio. Esperamos que para 2020 el 50 por ciento de nuestra facturación provenga de derivados de la producción de harina”, sostiene Funes.
Para los que menos tienen Una iniciativa a nivel mundial son los bancos alimentarios. Su tarea es captar alimentos que salieron del circuito comercial, pero están aptos para ser consumidos. Defectos en los envoltorios, poco éxito en el mercado, productos de estación, devoluciones y fechas estrictas o próximas al vencimiento son algunos motivos del derroche. Estas organizaciones sin fines de lucro reciben donaciones y las acercan a quienes más las necesitan, funcionando como un puente entre la industria y las instituciones que reciben asistencia. En el país existen 17 bancos, entre ellos, el de Buenos Aires, que contribuye a la alimentación de 100.000 personas, a través de 750 fundaciones de la Ciudad y el Gran Buenos Aires. En 2016, realizó 863 viajes y recorrió 46.749 kilómetros llevando alimentos. Mondelez es una de las empresas que colabora con el Banco. Desde 2001, le suministró 4400 toneladas (más de 13,4 millones de raciones). A través de un plan de voluntariado, ayuda también con la clasificación de bienes para armar kits que se
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reparten en la red de beneficiarios. Algo parecido hace Molinos Río de la Plata, que desde 2002 mantiene una alianza con el Banco, por la que entrega mensualmente 70 toneladas promedio, evitando el desperdicio de más de 700.000 kilos de comida al año. Además, envía 90 toneladas por mes a la Red Banco de Alimentos, encargada de nuclear a las sedes del interior. En tanto, la división de supermercados de Cencosud (Disco, Jumbo y Vea), articulada con el Ejército de Salvación, implementó en 2011 el rescate de mermas, dirigido a los bancos de San Martín, La Plata, Rosario, Tucumán y Mendoza. Desde entonces, cedió más de 1,2 millón de kilos. “Separamos los artículos, generamos los remitos y coordinamos las entregas, cuidando que no se deterioren, bajo los criterios de inocuidad y más aspectos legales. Constantemente incorporamos pruebas piloto, estudios de detección de nuevos productos a rescatar y capacitaciones que ayudan a que el proceso se realice de forma eficiente”, dice Marion Schulz, gerente de Clientes (Marketing, Fidelidad y RSE). Con el fin de optimizar su campaña anti derroche, Carrefour desarrolla varias estrategias a favor de estas organizaciones comunitarias. Uno de los tres ejes de su programa de RSE se centra en el desperdicio alimentario. Así, lleva adelante la Colecta Internacional de Alimentos una vez al año, donde participan en forma simultánea distintos países que cooperan con bancos locales. En la última edición, recaudaron más de 9000 kilos entre la firma y los clientes y, con la actividad “tumba la lata” en el hipermercado de Vicente López, se donaron 5000 kilos por 5000 latas tumbadas. El año pasado también invitó a sus proveedores de frutas y verduras a sumarse a la cruzada solidaria y ya recolectaron más de 20.000 kilos para bancos de Buenos Aires y Mendoza. Otra acción es la de los chorizos de cerdo, elaborados por la marca Cagnoli con elementos aportados por los criaderos de la costa atlántica para los bancos de Tandil y Mar del Plata. “El cerdo no es muy reque-
De las 4000 toneladas de alimentos que se producen al año, se consume solo la mitad.
¿Qué hacer para no tirar comida? * Planificar las compras. Ir con una lista para adquirir lo necesario permite el ahorro e impide el acopio. * Servir porciones pequeñas. Luego se puede repetir. * En restaurantes, pedirle al mozo que envuelva lo que sobra y llevarlo a casa. Además de evitar que se tire, se resuelve la comida del día siguiente. * Aunque existen fechas de caducidad que deben respetarse, no significa que en los días posteriores sea peligroso ingerir el alimento. Una buena opción es planear una receta para usarlos. * Ordenar la heladera y no romper la cadena de frío. Poner los productos recién comprados en la parte de atrás, así se consumen primero los que llevan ahí mayor tiempo. Fuente: entrevistas realizadas.
rido, ya que se compran más cortes vacunos. Por eso, se integra a la carne porcina a partir de una materia prima que normalmente se vende como bajo valor agregado”, afirma Candelaria Arias, gerente de Sustentabilidad y RSE de la filial local. Asimismo, Carrefour invierte en la infraestructura de estos lugares: durante 2016, donó más de $ 3 millones para la remodelación de bancos de distintas ciudades y el de Rosario, que abastece a los comedores del noroeste. Una de las principales limitaciones de estas asociaciones suele ser la logística. Desde 1994, la cadena financió la adquisición de 215 frigo-
ríficos y cámaras. Por su parte, mediante el programa Desperdicio Cero, Danone distribuye los restos que quedan en sus depósitos. “El año pasado ofrecimos 1480 toneladas al Banco, Fundación Pupi, Fundación Sí, Fundación Margarita Barrientos, Sur Solidario y Cáritas, entre otras”, indica Nicolás Dobler, gerente de Sustentabilidad y RSE. Unilever también dona periódicamente. “Colaboramos con comida e ítems de cuidado personal y del hogar. Desde 2004 hasta la fecha, enviamos más de 6,5 millones de toneladas”, señala Axel Flügel, gerente de Relaciones Externas y Sustentabilidad de Unilever Cono Sur, mientras comenta que la cantidad concedida en 2016 fue de 847.390 kilos. Otra línea de acción se encuentra en los eventos que lleva a cabo la multinacional. “Cuando detectamos sobras, nos contactamos con Plato Lleno. Establecimos como norma que todos los sitios donde hacemos reuniones deben aceptar el rescate de alimentos realizado por la agrupación. Si el establecimiento no permite entrar a Plato Lleno, no se efectúa su contratación. De esta manera, la ONG retira productos que no fueron ingeridos para armar viandas y alcanzarlas a hogares y merenderos”, expresa Flügel, y añade que desde septiembre de 2016 al momento realizaron siete eventos en los que recuperaron 404 kilos de comida, sinónimo de 808 raciones.
El perfeccionamiento como clave Hace dos años, McDonald’s invirtió más de US$ 10 millones en la incorporación
de la plataforma “Hecho para ti”, presente en más de 220 locales nacionales. ¿En qué consiste? Cuando la orden ingresa a la caja, aparece en las pantallas de la línea de producción y se efectúa en el momento. “A mayor volumen de órdenes, más personas trabajan para abastecer la demanda, en lugar de generar pedidos de más, ya que se personaliza con los ingredientes que el consumidor prefiere. Esto significa un ahorro en desperdicios del 25 por ciento, tanto en la cocina como en las bandejas de los clientes”, afirman desde la compañía. Tanto el sector privado como el público se unieron para actuar en conjunto. En septiembre de 2016, el Ministerio de Agroindustria nacional acordó con más de 40 entidades la adhesión al Programa Nacional de Reducción de Pérdida y Desperdicio de Alimentos, cuyo fin es implementar políticas que conjuguen a grandes corporaciones, el Estado y la sociedad civil para contrarrestar la problemática. “Tiramos 16 millones de toneladas de alimentos al año, es decir, 365 kilos anuales por persona o un kilo diario por persona”, destacó en ese entonces el secretario de Agregado de Valor, Néstor Roulet. En este contexto, Unilever y Carrefour se sumaron al programa e impulsaron la campaña #NoTiresComida para llegar de forma directa a los consumidores y darle visibilidad al fenómeno en su etapa de post consumo. Para ello, crearon una “guía para aprovechar al máximo los alimentos”, distribuida en las 588 tiendas de Carrefour en todo el país con consejos que incluyen la planificación de menús semanales, preparaciones que fomentan la utilización de cantidades justas de ingredientes y sugerencias para evitar el desecho de sobras. Asimismo, las marcas de Unilever, Knorr y Hellmann’s, publicaron un recetario para reutilizar alimentos. Reducir el desperdicio depende en gran medida de adoptar nuevos hábitos. No se trata de hacer grandes cambios, sino de aplicar ciertas conductas. //RSE
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