Medioambiente - H20: un recurso escaso que preocupa

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Por la crisis hídrica que afronta el mundo, el sector privado comienza a poner en marcha estrategias que aspiran a una gestión más eficiente del agua. Las industrias que hacen un uso intensivo del recurso son las que encabezan la tendencia. Las acciones que ya demuestran resultados positivos. Por Agustina Devincenzi

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l Informe Planeta Vivo –producido por la Organización Mundial de la Conservación (WWF) y difundido en la Argentina por Fundación Vida Silvestre– da cuenta de la gravedad de la crisis hídrica que vive el mundo hoy: solo entre 1970 y 2012, la biodiversidad acuífera dulce fue la más afectada y sufrió una reducción del 81 por ciento. El estudio concluye que “se necesitan 1,6 planetas para

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satisfacer los actuales niveles de consumo de la humanidad”. Es por ello que el cuidado de este recurso cada vez más escaso se convirtió en una preocupación central de muchas compañías que, poco a poco, empezaron a tomar cartas en el asunto con soluciones concretas para mitigar la huella de sus operaciones. Las acciones –que van desde metas de reducción de consumo, ahorro en procesos productivos, tratamiento de efluentes industriales, reabastecimiento y prácticas especiales que tien-


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Las compañías aplican estrategias para disminuir al máximo el consumo de agua.

Un recurso escaso que preocupa den a aprovechar y reutilizar cada gota que se emplea– forman parte de programas empresariales que apuntan al uso sostenible y la preservación de las fuentes hídricas.

Objetivo: reabastecer La industria de las bebidas es una de las que trabaja para disminuir el consumo de agua por unidad de producción. En el país y el resto del mundo, Coca-Cola cumplió en 2015 su propósito planteado para 2020: reabastecer el 100 por ciento de agua que utiliza en sus productos, equivalente a un 23 por ciento menos del caudal habitual demandado en la fabricación de un litro de gaseosa, entre 2006 y 2015. “Un objetivo que comenzó como una aspiración es hoy una realidad que planeamos mantener a medida que el

negocio crezca. Somos conscientes de que el trabajo no terminó. Iniciativas como estas son una vía para cristalizar el compromiso y la visión ética en estrategias concretas para crear valor ambiental, social y económico”, afirma Cristian Pérez, gerente de Asuntos Públicos y Sustentabilidad de CocaCola Argentina. En cuanto a reciclaje, las embotelladoras buscan resguardar los recursos hídricos y el manejo de sus riesgos. Así, la totalidad de efluentes es tratada y regresada a la naturaleza “en condiciones que sustentan la vida acuática”, tal como indican desde la compañía, que –en sintonía con su misión de impactar de manera positiva en los sitios donde opera– celebra este año una década del Concurso de Agua. Coordinado en conjunto con Fundación Vida Silvestre, apoya a

organizaciones sin fines de lucro que diseñan planes relacionados a la protección de humedales naturales. “Con más de $ 3 millones, financiamos a 21 ideas que beneficiaron a 100.000 personas en más de 10 provincias”, cuentan desde la entidad. Otra de sus acciones tiene que ver con la restauración del Sitio Ramsar Laguna de Guanacache, Desaguadero y Bebedero (Mendoza). En este caso, junto a Fundación Humedales, el sector público y la población local –gran parte de origen huarpe–, promueve la construcción de azudes –es decir, pequeños diques– que captan sedimentos y detienen procesos erosivos, además de suministrarle agua para el ganado a zonas cercanas. En tanto, Cervecería y Maltería Quilmes basa su modelo de negocios en el paradigma impulsado por la economía circular, implementando prácticas “verdes” en la elaboración de bebidas. Es así que, en sus esfuerzos por disminuir su impacto en los recursos naturales, la estrategia de eficiencia hídrica ocupa un lugar predominante y se centra en cuatro pilares: “capacitación ambiental” –concientización a sus 5745 empleados–, “operación sustentable” –optimización del desempeño personal y las actividades generales, y control de indicadores que permite identificar desvíos de consumo y dar solución inmediata–, “reúso interno en procesos auxilia-

res” –como el enfriamiento, la lubricación de líneas de envasado y la desinfección, mediante circuitos que evitan recurrir a agua extra–, y “tratamiento” –se facilita el reaprovechamiento para el riego o la limpieza de espacios en comunidades vecinas. Es que el agua es vital para la empresa ya que, además de ser esencial para la vida humana, es uno de los cuatro componentes clave de la cerveza, como señalan desde la firma. “Es fundamental para el crecimiento de los mejores cultivos de cebada, ingrediente encargado de cumplir la promesa del peculiar sabor. Entonces, nos centramos en hacer valer cada gota”, dice Vanesa Vázquez, jefa de Sustentabilidad de la cervecera, que en 2016 invirtió US$ 2,8 millones a nivel local en acciones relativas al acondicionamiento de sus plantas de efluentes, la mejora de tratamientos anaeróbicos a través de la aplicación de nuevas tecnologías y la instalación de sistemas de reutilización de agua residual tratada. Durante el período comprendido entre 2009 y 2016, el volumen empleado por litro de cerveza producido en Quilmes cayó un 35 por ciento. “Somos la compañía que menos consume en la fabricación de sus bebidas”, asegura Vázquez. En el caso de Chandon Argentina, resulta esencial el riego para la producción de uva y, en consecuencia, el desarrollo del negocio. “Es por eso que elegimos el riego por goteo–altamente más eficaz que el de surco– para más del 90 por ciento de los viñedos. Además, buscamos determinar el momento y el volumen óptimo”, expresa Mercedes Alvarez, jefa de Sustentabilidad de Moet Hennessy Argentina.

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En números

Un recurso escaso que preocupa Esto último, explica la ejecutiva, se infiere a través de mapas de conductividad electromagnética (CEM) con capacidad para retener la humedad de la tierra. A su vez, se analiza el suelo mediante sonda Decagon y el potencial de tallo con cámara Scholander para establecer la cantidad de agua necesaria a aplicar. Asimismo, en la bodega, se encuentran instalados 18 caudalímetros en cada sector, que segregan y evalúan los picos de mayor consumo. “Se usa más del 60 por ciento durante la vendimia, ya que es la época donde se ejecutan más tareas de limpieza, principalmente en tanques y cañerías. Gracias a esta información, se puso un énfasis particular en el cuidado del agua durante esos meses, con la ayuda de herramientas como hidrolavadoras, circuitos cerrados y bombas de vacío, procedimientos que reutilizan el agua para hacer varios lavados”, sostiene Alvarez, mientras menciona que los residuos líquidos son trasladados a la planta de tratamiento de efluentes, encargada de regar con ellos –una vez tratados según las reglamentaciones del Departamento General de Irrigación– un bosque de cinco hectáreas de eucaliptus y variedad cabernet sauvignon. De igual modo, Bodega Salentein es otra de las que se sirve del riego por goteo, en esta ocasión, en un 100 por ciento. “Trabajamos con indicadores desde 2009, pero medimos la huella hídrica desde 2014. En la actualidad, consumimos 2,4 litros de agua por litro de vino, habiendo fijado una meta original de 3 litros”, comparte Andrés Arena, director de Operaciones en Salentein, y añade: “El tratamiento de líquidos se resuelve en plantas aeróbicas, con regulación de acidez y reducción de la demanda biológica de oxígeno por oxigena-

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81% ción. Luego, se reúsan en bosques de álamos o eucaliptus”. Asimismo, el rubro lácteo posee una alta demanda hídrica, de forma tal de asegurar las condiciones de calidad e inocuidad. El lavado y la desinfección de equipos están entre las principales tareas diarias, motivo por el cual Mastellone decidió llevar a cabo un ajuste de los tiempos de limpieza. “Nos enfocamos en la reutilización encadenando consumos. Por ejemplo, se reemplean enjuagues finales en enjuagues iniciales, con vertientes provenientes de intercambios térmicos o enviando líquidos recuperados a circuitos cerrados de refrigeración”, detalla Juan Ignacio Alonso, gerente de Ambiente y Mejora de Procesos en Mastellone. El año pasado, el consumo de agua en la firma láctea descendió en unos 528.000 m3.

Optimizar por sobre todo La creación de bienes de consumo masivo también exige un caudal hídrico de gran magnitud. Desde 2008, Unilever redujo un 15 por ciento su uso en cada tonelada productiva, gracias a la mejora obtenida en sus procedimientos. Por citar un ejemplo, en Mendoza, la gestión eficiente es crucial al tratarse de una provincia árida. “En las fincas se acude al riego por goteo, así como, en la planta de deshidratación, el 98 por ciento de lo que se usa en el lavado y la cocción de los vegetales se recicla y se devuelve al cauce, que luego irá a parar a las plantaciones. El 2 por ciento restante se evapora”, comenta Florencia Pérez Berbain, coordinadora de Sustentabilidad en Unilever Cono Sur. La multinacional es otra de las que se benefician y generan un aporte al medioambiente con este método: “Gracias a él, y desde la aceptación del Código de Agricultura Sustentable de Unilever y del proceso de deshidratación, se ahorraron 3000 m3 en la elaboración de vegetales. El modelo de producción sustentable aumenta la productividad y reduce costos: cada 500 toneladas de verduras deshidratadas, se

se redujo la biodiversidad acuífera entre 1970 y 2021.

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planetas se necesitan para satisfacer los niveles actuales de consumo de la humanidad.

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de la población argentina no accede a agua potable, lo que equivale a casi 1,1 millón de hogares. Fuente: Organización Mundial de la Conservación(WWF), difundido por la Fundación Vida Silvestre; Indec.

ganan 3.920.000 m3”. En Kimberly-Clark, la oferta de productos esenciales para la comunidad se acompaña con la responsabilidad asumida de contrarrestar la huella de sus actividades, a partir de alternativas sostenibles que implican, entre otras, innovar para optimizar el aprovechamiento. En lo que respecta a objetivos, se definieron límites de 415 m3 por turno y 1250 m3 por día. “En 2016, logramos una mejora del 25,7 por ciento en el consumo promedio respecto a 2015, y la cifra de agua azul en la planta de Bernal (Buenos Aires) bajó un 32 por ciento. El volumen reciclado fue del 293 por ciento”, relata Mariano González, EHS Manager South LAO Operations en Kimberly-Clark. El agua también es un recurso vital

El riego por goteo es el método elegido por algunas bodegas para sus viñedos.

para actividades productivas como las que lleva adelante Ledesma. “En el sector agrícola, el déficit anual es de 800 mm. Para alcanzar niveles de producción competitivos, la situación obliga a que los cultivos requieran una cantidad complementaria a la aportada por lluvias”, sostiene Miguel de Ullivarri, gerente de Medio Ambiente en la empresa. 609 hectáreas con riego por goteo, 1177 con presurizado con pivot central, 796 con avance frontal y 1577 con aspersión son parte de las inversiones tecnológicas que la firma efectuó en los últimos años. Otro hito de Ledesma fue la incorporación de secano, una modalidad que no requiere de riego artificial. “Por la carencia hídrica, es casi imposible garantizar una producción perdurable bajo esta práctica. Pese a eso, y tras varios ensayos, tenemos 955 hectáreas subordinadas a ella. Producir sin agua suplementaria es la novedad”, explica Ullivarri, y agrega que, aunque no es posible extender esto a todas las áreas, se aprovechan eficientemente las precipitaciones y las reservas del suelo. Asimismo, torres de enfriamiento recirculan más de 2000 m3/hora, al igual que usinas hidroeléctricas con potencial de generación de más de 3 megavatios/hora. La empresa, además, estima sumar en noviembre un sistema que permitirá recuperar 10 m3/hora en lo que respecta a jugos. Por su parte, Bridgestone fijó a nivel global una meta de reducción del 35 por ciento para 2020. Para concretarlo, en 2014, implementó en la Argentina un programa que, desde que empezó hasta lo que va de 2017, alcanzó un ahorro del 40 por ciento en la planta ubicada en Llavallol (Buenos Aires), superando el objetivo mundial. El pico más importante se dio en 2014: una disminución del 22 por ciento en comparación con el año anterior, por la que la filial local fue reconocida con el Environmental Performance Award, otorgado por Bridgestone Americas. 3M también se suma a la lista. En


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2016, su consumo local se retrajo un 12 por ciento, en línea con la reducción global corporativa propuesta del 10 por ciento. Entre sus acciones de conservación del medioambiente, se destacan además las de remediación. “Lo consumido se somete a un proceso consistente en instancias de retención, separación de grasas, sedimentación primaria y secundaria, cámara de contacto y disposición. El volumen resultante –en cumplimiento con los parámetros establecidos por el marco legal– es descargado en el arroyo Morón, lindero a la planta”, sostiene Milca Zanetich, Environmental, Health y Safety supervisor en 3M Argentina. “La fuente primordial corresponde a dos perforaciones realizadas a nivel freático y la mayor demanda se observa en las instalaciones sanitarias. El consumo para procesos productivos continúa siendo mínimo”, añade. “El agua es de gran importancia en la producción química. Se usa como refrigerante, disolvente y agente de limpieza, así como para la fabricación de artículos”, cuenta Ornella Nitardi, consultora de Sustentabilidad América del Sur en BASF, empresa química que prevé introducir para 2025 una administración racional de agua. “Hasta el momento, alcanzamos el 42 por ciento del objetivo. Estamos comprometidos con el consumo responsable a lo largo de toda la cadena de valor –comenta la especialista. Queremos usar la menor cantidad posible, especialmente en áreas de estrés hídrico”. Es por ello que la firma recurre a alternativas como aguas residuales municipales tratadas, salobre o de mar, para satisfacer su necesidad de agua dulce, al tiempo que recicla sus suministros: “Se refrigera, permitiendo su reutilización varias veces”. Del mismo modo, sus planes de protección implican eva-

luaciones de riesgos y monitoreos, junto a auditorías que verifican que las medidas tomadas se cumplan. Henkel Argentina –otro de los grandes players del segmento– evalúa la repercusión en su planta de Chivilcoy (Buenos Aires) desde antes de 2010. Allí, trata a los residuos biosólidos con el método de lombricultura y reprocesa en la actualidad 25.000 m3, lo que significó un 23 por ciento de ahorro en estos años, desde que se puso en marcha la estrategia. “Apostamos a seguir trabajando y potenciar el rendimiento, en pos de fomentar no solo las reservas de agua, sino también la disminución de la huella de carbono”, dice Santiago Colombo, gerente de Producción de la oficina local. También, en línea con sus colegas, Dow atraviesa por estos días la última fase de construcción de un mecanismo de ultrafiltración para mejorar la calidad de agua que alimenta a las torres de enfriamiento, lo que se traduciría en un menor consumo en su complejo de Bahía Blanca. Concluidas las obras, la corporación espera ahorrar 876.000 m3 por año. Benito Roggio Ambiental –prestataria de servicios de higiene urbana bajo el nombre de Cliba, entre otras actividades– posee su sede Norte III, donde opera desde 1994 el primer relleno sanitario del país, con tres plantas de extracción de líquidos lixiviados –generados en residuos sólidos urbanos–que tratan un promedio mensual de 78.250 m3. “El efluente final, inoloro y traslúcido, cumple el marco regulatorio y se usa para el riego de caminos y la limpieza de equipos, logrando el ahorro de un recurso no renovable como es el agua de pozo”, considera Osvaldo Lucero, gerente de Ingeniería, Investigación y Desarrollo en Benito Roggio Ambiental, que, en 2014, sumó a la ultra y nano filtración ya implementada una tecnología de vanguardia internacional en la materia: el Reactor Biológico con Membranas de ultrafiltración (MBR). La industria siderúrgica también se puso en marcha. En Campana (Bue-

nos Aires), Tenaris Siderca lleva adelante la primera etapa del armado de una planta que estaría lista para fines de 2017 y que contempla la recirculación de agua, lo que representaría una contracción del 20 por ciento de su consumo. En este contexto, Gerdau –de capital brasileño– se encuentra próxima a estrenar una nueva acería en la localidad santafesina de Pérez, en la que invirtió US$ 232 millones y producirá 650.000 toneladas anuales de acero. Del total de ese monto, US$ 20 millones se destinaron a la adquisición de instrumentos de producción limpia, entre los que se destaca una planta de tratamiento de última tecnología –una de las más modernas del mercado y del país– especialmente pensada para alcanzar un índice de reutilización del 99 por ciento. “El enfriamiento de alta temperatura maximiza la recirculación, eliminando cualquier posible descarga. Solo se repone lo que se pierde por evaporación, que se recupera con las lluvias y se incorpora de nuevo al circuito”, puntualiza Fernando Lombardo, director Ejecutivo de Gerdau Argentina, sobre el proyecto que, desde su diseño hasta la ingeniería de su extensión, apunta a fortalecer el compromiso de la compañía con el medioambiente. El sistema ya se encuentra funcionando y, de acuerdo a lo expresado por Lombardo, “comprueba las ventajas del automatismo y el reciclado”. MA

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